Biodanza

El post-parto y la maternidad/paternidad recién nacida desde una mirada biocéntrica

Han pasado nueve meses de gestación y todos los cambios experimentados durante el embarazo, han culminado en un parto, que quizás no ha sido como esperábamos, pero nos ha dado la preciada criatura que por fin tenemos en nuestros brazos. Es un momento único; podemos pasar horas mirando como se mueve, como respira, acariciando su piel, recorriendo su rostro. Ahora ocupa un lugar palpable fuera del vientre materno, llena un espacio y un tiempo de plena atención. Se inicia el proceso de vincularnos con la singularidad de nuestro bebé, de conocer sus necesidades y adaptarnos a ellas, de experimentarnos como padres y madres, porque no sólo ha nacido nuestro bebé, también ha nacido un nuevo padre, una nueva madre, una nueva familia.

Bruce H. Lipton, biólogo, dice en su libro «La Biología de la creencia»:

La esencia de la paternidad responsable es que tanto las madres como los padres se responsabilicen de educar niños sanos, inteligentes, productivos y llenos de alegría. Claro está que no podemos culparnos, y tampoco a nuestros padres, por los fracasos de nuestra vida o de la vida de nuestros hijos. La ciencia concentra nuestra atención en el determinismo genético, y no nos informa de la influencia que las creencias tienen en la vida ni, lo que es más importante, de cómo influyen nuestros comportamientos y actitudes en la vida de nuestros hijos.

 

No importa si sois padre y madre primerizos o si sois «veteranos» en la experiencia de la maternidad y la paternidad; cada embarazo, parto y post-parto es distinto,  los momentos son distintos, las situaciones cambian, todo se transforma constantemente. El cansancio físico de noches con sueño interrumpido,  los cuidados a nuestro bebé, la falta de tiempo para una misma  y para la pareja, las exigencias de la vida laboral, entre otras cosas, pueden generar nuevas inseguridades, incertezas y exigencias que inciden consciente e inconscientemente, en la relación con una misma, en el vínculo afectivo con nuestro bebé, y en su desarrollo emocional y físico.

Vivimos en una sociedad predominantemente mental, racional, analítica, tecnológica y con poco espacio para sentir y expresar nuestras emociones. Hemos conseguido grandes avances en muchos sentidos pero el coste ha sido muy elevado: vivir separados en nuestro interior, como si cuerpo y alma fueran distintos. La paternidad y la maternidad conscientes nos piden una mirada interior que restablezca la unión de cuerpo y alma para vivir en armonía con nosotros mismos, con los otros y con la vida. La unión de cuerpo y alma  potencia una identidad integrada que repercute en todo nuestro organismo físico, emocional y trascendente, y por supuesto, en la salut integral de nuestro bebé. Las vivencias de los primeros años de vida de nuestro hijo/a, marcaran su manera de relacionarse con el mundo y consigo mismo; de nosotros, padres y madres, depende que nuestros hijos e hijas sean personas integradas, preparadas para asumir los retos de la vida y vencer las dificultades con sabiduría. Esa sabiduría no se encuentra fuera de nosotros mismos; está sólo en nuestro interior.

El camino de retorno a nuestro Yo interno, tiene muchas veredas. El sistema Biodanza Rolando Toro, sustentado por el principio biocéntrico, propone que ese camino de autoconocimiento sea desde la perspectiva biológica, aprendiendo a escuchar nuestro cuerpo y a entender el mensaje que emerge de él.

El lenguaje corporal es primigenio y esencial: no conoce controversias, dudas ni el bien y el mal; su prioridad es vivir en las mejores condiciones posibles y para que así sea, todo nuestro organismo actúa en total colaboración entre todas sus partes para conseguir siempre el mejor resultado posible. Hay una sabiduría intrínseca en nuestras células, en todas y cada una de ellas, para vivir y sobrevivir en óptimas condiciones. Nuestro cuerpo posee la clave de la felicidad, la salud, la alegría, la satisfacción, pero debemos reaprender a escucharlo, a reconocer sus mensajes y acallar nuestra mente sobre-excitada que nos impide un flujo de comunicación fluida con él.

Nuestro bebé recién nacido sólo sabe expresarse al mundo a través de su cuerpo. Él/ella son la expresión viva del lenguaje corporal. Si como padres y madres podemos conectar con ese lenguaje primigenio e incorporarlo a nuestro cotidiano, entender a nuestra criatura, acompañarla en su desarrollo como ser vivo, puede resultar una experiencia muy enriquecedora para todo el conjunto familiar.

La práctica de la Biodanza proporciona ese espacio cuidado de experimentación donde redescubrir el cuerpo y su lenguaje como fuente de la sabiduría del Buen Vivir. Hacemos ejercicios con nuestros bebes y con el grupo que potencian el vínculo afectivo desde el corazón, el gesto, la mirada, el movimiento danzante, el abrazo, y todo ello acompañado de músicas escogidas que intensifican la vivencia amorosa dejando impresión en la piel. Practicar Biodanza con nuestros hijos e hijas, fortalece el alma desde el cuerpo, y poco a poco, crecemos juntos como seres integrados preparados para vivir y convivir en un mundo cambiante.

Si deseas más información sobre las actividades de Biodanza, puedes contactar conmigo a través del correo electrónico tenderoteresa@gmail.com, o por teléfono al 649 085 439.

Agradecida que hayas leído hasta aquí. Un abrazo.

 

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