Descanso en el sentir. Una manera profunda de Danzar la Vida
“Descanso en el sentir” es un encuentro de Biodanza profundización para honrar la Biodanza en mi vida y en la Vida, celebrando juntas y juntos dos acontecimientos bien significativos:
El 19 de abril de 1925 nacía Rolando Toro Araneda, el padre de la Biodanza. En su memoria, el 19 de abril se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Biodanza.
El mismo día 19 de abril del año 2008, me titulé como profesora de Biodanza SRT, junto con otras queridas compañeras de formación, así que este año hace 15 años.
Aunque ambas fechas tienen dimensiones muy distintas, las une la vivencia comunitaria que me recuerda las palabras de Toro: “Biodanza es un sistema de mudanza social cuya base en la comunidad”. Teoría de Biodanza, tomo I, Editora ALEB.
Si bien la transformación se da en lo individual, es en lo colectivo, en la comunidad humana donde incidimos, fortaleciéndonos en la verdadera vivencia integradora del Amor y el bienamar.
Mi deseo es celebrar contigo, biodanzante de más de dos años de experiencia en grupo regular de Biodanza, y contigo facilitadora y facilitador de Biodanza, porque cuando nuestra corporeidad viviente danza junta desde ese lugar experiencial, puedo-podemos sumergirme-nos en la profundidad del sentir, sentirme-sentirnos y descansar allí donde corazón y oído (no es casual que compartan el mismo verbo) se reúnen en sincronía con la Vida que Soy-Somos.
Si te vibra dentro, te invito a estar presente en esta celebración comunitaria. Para ello deberás formalizar la inscripción en el enlace https://forms.gle/uSk4DCG5EVmQ3H1k7
Domingo 16 de abril de 17,30 a 20,30h en l’Hivernacle Nature Sanctuary, BCN.
Aportación económica: 25€
Recuerda inscribirte con antelación ya que las plazas son limitadas.
Lo primero que nos encontramos en el punto 3 del capítulo 1 de la teoría de Biodanza, que lleva como título La Conexión a la Vida, es una reflexión de Rolando Toro en la que afirma que “la conexión a la vida es una función primordial de todo lo viviente que propicia la existencia misma de la vida”. ¿De dónde viene esta afirmación?
En el punto anterior de la teoría, Rolando Toro desarrollaba el concepto de autodivinización del Ser humano como la pulsión natural del ser en la búsqueda de reconocerse como el ser divino que es por el solo hecho de existir. Este proceso de integración humana estaba referenciado en varios autores del campo de la biología, la teología y de la propia mitología griega. (véase los dos artículos anteriores de la Teoría de Biodanza). En este punto titulado Conexión a la Vida, Rolando añade una función primordial para que la vida se manifieste a sí misma: la “pulsión instintiva guiada por tropismos[1] y afinidades”, de manera que es la interrelación con el entorno y lo existente que permite la manifestación de la vida, porque la separación no existe, es una ilusión. La Vida es unidad y se manifiesta a sí misma en infinidad de formas.
En este sentido, el ser humano ha ido perdiendo la conexión a la vida como consecuencia de un estilo de vida que tiende cada vez más a mantener el contacto con cosas y un entorno de no-vida (ciudades, casas y edificios con material sintético, etc.) que propician la desconexión de sí mismo con aquello que es y siempre ha sido. El contacto con el asfalto, el creciente uso de la tecnología desenfrenada que nos desconecta del medio ambiente y una cultura de individualización y apariencia, hacen que en el ser humano predomine, cada con más intensidad, una relación tóxica con el mundo. Tanto es así que Rolando afirma que “podemos decirque la enfermedad es la incapacidad de establecer los bio-feed-backs con todo aquello que está vivió en el ambiente”, ya que el intelecto humano va desarrollando con el tiempo y la desconexión, “una monstruosa capacidad de combinarse con las cosas muertas en un proceso de sofisticación necrofilia[2], estableciendo la vacía y muerta relación mecánica de la que habla Jaspers”. Y surge la pregunta ¿quién es Jaspers?
Jasper con su esposa Gertrud Mayer (1958)Karl Jaspers (1883-1969)
Karl Jaspers (1883-1969), psiquiatra y filósofo alemán y suizo. Tenía una salud delicada desde pequeño y esto le ocasionó graves problemas de adulto. Primero estudió derecho durante un año y se pasó a medicina titulándose como médico en 1908. Al año siguiente Jaspers fue asistente de investigación en la clínica psiquiátrica de la Universidad de Heildelberg, Alemania, hasta 1915. Jaspers se interesó en las patologías psiquiátricas y solicitó investigar como voluntario para investigar con pacientes en los que estaba particularmente interesado.
Hemos de tener en cuenta que en esa época las enfermedades mentales carecían de conocimiento sistémico, con lo que cuando Jaspers empezó a interesarse por qué aspectos del organismo humano intervenían en las patologías mentales, lo que hizo fue acreditar las palabras del paciente, cosa inédita en esa época ya que lo que contaba el paciente era fruto de su delirio y no se le tenía en cuenta. Jaspers Creó el Método biográfico, en el que se pide al paciente que relate específicamente qué le ocurre, cuáles son sus sensaciones físicas y como percibe sus síntomas. A partir de la percepción corporal, el paciente tiene la posibilidad de reconectarse a la Vida y de trascender la pulsación de muerte que le lleva la experiencia de una situación límite que no ha podido gestionar. Con sus investigaciones, Jaspers ayudó a establecer la psicopatología como una ciencia que describe los síntomas de la enfermedad con precisión, facilitando así el reconocimiento de aquello que afecta a la persona, o sea, hacer un diagnóstico apropiado.
Para Jaspers existían dos tipos de delirios: el primario (sin razón aparente) y el secundario (como explicación a experiencias impactantes y no comprensibles). Las situaciones límites vividas por un individuo, le llevan a un recorrido existencial de sufrimiento y muerte, que tienden a buscar su salvación a partir de la apertura a un nuevo horizonte de realización existencial. Para Jasper el hombre vive permanentemente en una situación; puede cambiar de situación, pero no puede dejar de estar en situación. Jaspers afirma que hemos sido arrancados de nuestro contexto natural, originario, y que vivimos –o sobrevivimos– en un nuevo contorno en el que la técnica hace que «todo dependa de la función del aparato artificial. Si el aparato falla, la vida confortable se convierte en la suma penuria, nunca conocida antes. El hombre queda entonces más abandonado que en la existencia natural del campesino». Hemos llegado a un punto en el que no podemos sustraernos de esa técnica que nosotros mismos hemos creado por lo que la clave se halla en asumir la propia libertad, que permite al ser humano percibir el sentido de lo ocurrido y ser la unidad indivisible de sujeto y Vida. Las conclusiones de sus estudios se publicaron en un libro llamada “Psicopatología general”[3], que hoy día sigue siendo un clásico en la psiquiatría.
Ser hombre es ser libre. El sentido de la historia es que nos convirtamos realmente en hombres.
Karl Theodor Jaspers
Recuperar la conexión a la Vida es, para Rolando Toro, la clave para vivir una existencia de pleno sentido, pero eso requiere de entrenamiento (justamente Rolando usa esta palabra) a tres niveles:
Conexión consigo mismo (unidad primordial). Abrazarse a sí mismo, percibir el pulso del corazón como la llamada a la Vida, percibirse vivo y viva puede generar un “estado de Íntasis o felicidad suprema durante la cual se intensifica la consciencia de estar vivo y de ser único”.
Conexión con el semejante (la Especie). A partir de la mirada, del gesto afectivo, del encuentro humano, la dualidad se convierte en unicidad y los aparentes opuestos llegan al estado de armonía. “Una comunión plena de sentido”– dice Rolando.
Conexión con el Universo. “cuando las identidades forman una unidad mayor, surge un tercer estado: la conexión a la Vida en trinidad”. Rolando define el estado trino como la fusión en la totalidad, alcanzando el trance o éxtasis: que es la vivencia de ser vida palpitante en un universo pleno y sin límites”.
Los tres niveles de conexión a la Vida son los tres vínculos de expresión esenciales en el ser humano para percibirse vivo y por tanto, conectado a la Vida que en sí misma es Equilibrio y Armonía en Mayúsculas.
A mi entender, los tres puntos que hemos visto hasta ahora del capítulo I de la teoría de Biodanza, abordan desde aspectos antropológicos, biológicos, filosóficos y psicológicos, la naturaleza humana y divina que somos y el encuentro inevitable con esta realidad requiere de un proceso de integración que transforme nuestra percepción para reconocer el gozo de aquello que somos y hemos sido siempre: una unidad primordial en sí misma.
Amor y Servicio
[1] Tropismo: fenómeno biológico natural que indica el crecimiento de una planta como respuesta a un estímulo medioambiental.
[2] Necrofilia: patología sexual que consiste en el abuso o disfrute sexual del cuerpo de una persona muerta. NOTA: en este enlace encontrarás una noticia reciente (5 de enero 2022) donde un hombre desea casarse con una robot.
[3] En el enlace encuentras un fragmento del capítulo del libro mencionado.
Este post es la última parte del segundo punto del capítulo uno de la Teoría de Biodanza editada por ALAB, titulado Autocontrol evolutivo, en el que Rolando afirma que el individuo toma el control de su propia existencia en la dirección de la autodivinización de la vida humana, a partir de su propio patrón genético.
Biodanza se propone como un sistema de integración y desarrollo humano donde cada individuo, es respetado como el sujeto individual y colectivo que es, según el axioma[1] que dice que igual que la semilla de cualquier planta, árbol o arbusto, “la semilla humana es esencialmente buena, o sea, hay un impulso divino dentro de cada individuo” que lo organiza todo. Nadie le dice a un peral que ha de dar peras en lugar de manzanas; en sí mismo contiene toda la información necesaria para ser en el mundo aquello que ya es y siempre ha sido. De igual manera, el ser humano tiende a esa realización única y sagrada que le impulsa a un “estado de plenitud al que cada individuo se dirige, con intensa y magnética fuerza selectiva, hacia formas de acción que refuerzan su desarrollo, o sea, que lo integran a sí mismo, a la especie y al cosmos” por la propia evolución de la materia hacia lo que podemos llamar, una espiritualización progresiva y evolutiva, en el sentido del teólogo y paleontólogo francés Piere Theillard de Chardin. Veamos qué dice este autor.
UNSPECIFIED – MAY 24: Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955) french priest, theologian, scientist, (Photo by Apic/Getty Images)
Pier Theillard de Chardin, desde pequeño siente la inclinación por observar la vida y descubrir en ella un orden subyacente, una inteligencia cósmica a la que nada se le escapa y todo ordena. Esta afición por la observación de la naturaleza junto con su inclinación espiritual, lo llevan a la teología y a la paleontología, escribiendo varios libros reveladores para la época. Uno de los es “El poder espiritual de la materia” en el que Teilhard, a partir de sus observaciones sobre los pueblos, paisajes, vegetación, animales y fósiles, percibió que el dogma de la creación del ser humano y el pecado original postulados por la iglesia católica de la que él era cura jesuita, debían revisarse en un sentido más real, más universal y desde una visión cosmogónica, es decir, un universo evolutivo y convergente, donde Dios se revela como el éxtasis Absoluto. Al Papa Benedicto XV (en el año 1914) no le pareció nada bien esas nuevas teorías evolucionistas, por lo que destinaron a Theillard a Mongolia.
En China Teilhard forma parte del equipo que descubrió los restos del Homo Erectus Pekinense, lo que le lleva a abrir de nuevo las puertas de París presentando los descubrimientos. Ya en París ofrece charlas y conferencias sobre la evolución de las especies que siguen disgustando a la Iglesia y en 1923, lo vuelven destinar a China. Un mes después de su nueva llegada a China, recibe la orden de comparecer ante el Tribunal Superior de la Iglesia para firmar una declaración en la que repudiaba sus ideas sobre el pecado original.
En sus investigaciones Teilhard reconoce un momento significativo para el desarrollo de la conciencia humana y de la especie, en el hecho de fabricar herramientas y usar el fuego. Es entonces cuando comienza a usar en el esquema geológico, el término “Biosfera” como la capa terrestre de seres vivos, intuyendo un proceso evolutivo que desarrollará en 1940 en el libro titulado “El fenómeno del hombre” en el que sitúa el nacimiento del ser humano dentro de la evolución terrestre, como el punto unificador del proceso evolutivo que se desarrolla en cuatro secuencias: evolución galáctica, evolución terrenal, evolución de la vida, evolución de la conciencia). Así se establece lo que llaman un nuevo género literario evolucionista.
Teilhard de Chardin, como jesuita y geo-paleontólogo, siente la necesidad de un metacristianismo que contribuya a la evolución del Universo que pasa del caos primordial hasta el despertar de la consciencia humana sobre la Tierra, al que le sigue un estadio llamado Noogénesis que es la integración de todo el pensamiento humano en una única red inteligente que envuelve a la Tierra: la Noosfera. Todo este proceso está guiado por una fuerza intrínseca evolutiva que habita toda la materia y la orienta en dirección a un punto de convergencia llamado el Punto Omega, el punto de máxima unión del Universo, preexistente a toda evolución, o sea Dios, donde el ser humano se transforma en Ultrahumano o Consciencia Cósmica según el hinduismo.
Esquemas explicativos de la Noosfera en el macro y el micro universo
Este concepto de Noosfera como la transición evolutiva de un orden inconsciente instintivo a un orden superconsciente de telepatía es el resultado directo del aumento exponencial de la complejidad bioquímica y la consecuente liberación de “energía libre” o plasma, debido a la aceleración de la transmisión termoquímica-nuclear de los elementos. La evolución del llamado Cerebro Galáctico sigue un proceso estrictamente regulado e integrado en el desarrollo de la biosfera.
A pesar de que Piere Theillard de Chardin fue atacado por la ortodoxia religiosa e ignorado por la ortodoxia científica, sus obras teológicas y filosóficas fueron de una gran relevancia para la época ya que aportaron una forma totalmente nueva de entender y definir los vínculos de unos con otros basados en la permeabilidad del mundo físico, el mundo mental y la consciencia, así como con todo el universo que a todos nos permea.
¿Qué aporta este saber en la praxis de Biodanza?
A mi modo de entender, profundizar en el campo teórico del que se nutre la Biodanza como facilitadoras y facilitadores que somos, nos aporta intencionalidad y poética en las consignas, la posibilidad de crear las sesiones sin perder de vista el proceso intrínseco de autodivinización que propone Biodanza y potenciar en las personas participantes de nuestras aulas la conciencia intuitiva y cognitiva de formar parte del proceso de autocontrol evolutivo. Revisar y profundizar el cuerpo epistemológico que sustenta la Biodanza, propicia colocarla en el lugar que le corresponde: un sistema de desarrollo humano que incide en una transformación real del ser, más allá de los cambios conductuales.
Puede ocurrir que en el proceso de facilitar, percibamos que se nos acaban los recursos, que repetimos ejercicios-vivencias y que hemos perdido la perspectiva de temas generadores que sustenten las sesiones que presentamos. La teoría de Biodanza bebe de múltiples fuentes y esa diversidad puede inspirarnos a abordar las clases desde ángulos diversos, desde perspectivas que se nos habían pasado desapercibidas. Este es el sentido de profundizar en la teoría de Biodanza: enriquecernos para enriquecer nuestras aulas.
En el próximo artículo profundizaremos el punto 3 de la teoría de Biodanza, que lleva por título La Conexión con la Vida.
Amor y Servicio
[1] Axioma: enunciado o proposición que es tan evidente que se considera que no requiere demostración alguna.
Estamos en el punto 2 del capítulo I de la Teoría de Biodanza de ALAB, donde Rolando Toro explica a través de 21 puntos qué es la Danza de la Vida.
Este segundo punto se titula: Autocontrol evolutivo. Me llama la atención la palabra autocontrol porque relaciono Biodanza con soltar el control del movimiento, dejarlo que ocurra, así que veamos qué quiere decir Rolando Toro.
En el primer párrafo Rolando afirma que Biodanza no provoca modificaciones conductuales relacionadas con determinados valores culturales anti-vida y al servicio de un sistema de castración y sometimiento de la humanidad. Biodanza es un sistema de integración individual y colectiva que desarrolla las potencialidades innatas en la dirección de la autodivinización de la vida humana en el sentido prometeico.
¿Quién es Prometeo?
Prometeo con el Fuego Astral
Para hablar de Prometeo necesitamos ir a los inicios de la Creación del Universo y la Vida en la Tierra según la mitología griega, que dice que al principio de la creación sólo existía el Caos de donde apareció Gea como Diosa Madre Tierra y Urano como Dios Cielo. De su unión nacieron los doce hijos: seis machos (Titanes) y seis hembras (Tatánides). Los titanes gobernaron la Tierra en la Edad de oro (anterior a los dioses olímpicos liderados por Zeus). Representaban conceptos esenciales de la Vida en el Universo antes que existiera el humano. De hecho, según la mitología griega, aquel que dio origen a la raza humana fue Protomeo, el hijo de Jápeto (uno de los Titanes de primera generación.
Urano tenía miedo de que sus hijos e hijas se revelaran contra su padre y le suplantaran el trono y el poder, con lo que confinó a todos sus hijos e hijas al Tártaro, las tierras más profundas del inframundo. Gea cansada de las excentricidades de Urano instigó a sus hijos e hijas a revelarse contra Urano y, sólo Crono (el hijo menor) fue el que derrocó y castró a Urano y liberó a sus hermanos y hermanas del Tártaro, proclamándose rey de los Titanes junto a su hermana y esposa Rea, instaurando así el orden cósmico de la llamada Edad de oro.
Después de ser liberados por Crono, los titanes y la titánides dieron origen a la segunda generación de titanes, donde nace Protomeo al que se le considera el padre de la raza humana y el benefactor de ellos. En esta segunda generación se encuentran Selene (diosa de la Luna), Helios (dios del sol), el centauro Quirón que tenía a su cargo la educación de dioses y semidioses, las ninfas y los oceánides, dioses y diosas de las aguas. Todos ellos eran inmortales, así que convivían.
En esta nueva etapa de la historia, los Titanes encomiendan a Protomeo y Epimeteo (otro titan) la tarea de distribuir las diversas cualidades entre los seres vivos creados con tierra y fuego en el interior de la tierra en proceso de emerger en el reino que se les tiene destinado a reinar, pero Epitemeo, al hacer la distribución, se equivoca y favorece a los animales en detrimento de los humanos, a lo que Prometeo, sensibilizado por la belleza singular humana, roba la Sabiduría del taller de Hefesto y Atenea junto con el Fuego astral para regalarla a los humanos, consiguiendo así infundir el aliento y la chispa divina en las almas de las nuevas criaturas. Así es como se manifiesta por primera vez la energía espiritual que anima a los hombres. Prometeo les enseñó el cómputo del tiempo, la ciencia de los números, el alfabeto, la domesticación y el uso del caballo y el buey para labrar la tierra y para transporte, les mostró el arte de la navegación, de la medicina y la industria de los metales. Los instruyó en la ciencia de los presagios y el desarrollo de la intuición. Prometeo representa el desarrollo del ser humano, tanto tecnológico como en su libertad de conquistar su condición divina. El coraje indómito que mostró frente a la divinidad castradora, soportando sufrimientos, fue un ejemplo para los humanos para sublevarse contra la tiranía y la superstición, y elevar su condición de animalidad a la condición divina real.
La historia continúa repitiéndose en un Crono asustado como su padre, temiendo que sus descendientes le robarán el trono y cada vez que Rea daba a luz a un bebé, Crono terminaba devorándolo. Rea consiguió salvar a los dos últimos hijos Zeus y Poseidón engañando a Zeus y llevando a sus hijos a lugares inhóspitos donde fueran criados -Zeus fue criado en una cueva de la isla de Creta- Una maga de la corte, le dio una pócima a Zeus para que vomitara a todos los hijos e hijas y cuando estuvieron salvadas, Zeus los instigó a derrocar a su padre Crono.
A partir de ese momento se estableció una batalla entre titanes y titánides liderados por Crono y, los dioses liderados por Zeus que se ocultaban en el Monte Olimpo. Después de diez años, la batalla fue ganada por Zeus y los dioses del Olimpo y los titanes fueron expulsados al Tártaro o esclavizados. Prometeo fue castigado por su desobediencia persistente y también por amor a los hombres, lo cual hizo creer a Zeus que Prometeo les revelaría el gran secreto de los dioses: la PALABRA. Así que fue que lo encadenó en un acantilado donde cada día un águila le comía el hígado, que por la noche volvía a reproducirse para ser comido de nuevo, una y otra vez por el águila. A pesar del sufrimiento atroz de Prometeo, éste nunca desfalleció y no reveló el secreto siendo fiel a la rectitud y a la visión de futuro que le alertó del destino que le esperaba a Zeus. Pasados unos años, Hércules mató al águila liberándolo de su sufrimiento. Con la derrota de los titanes y la batalla ganada por Zeus, se inicia una nueva historia de la mitología griega en la que Zeus se erige Dios de los Cielos, Hades del Inframundo y Poseidón de los mares.
Regresando a Toro y la Biodanza, el autocontrol hace referencia a que nadie te dirija ni te controle, que sea tu Ser en el mundo como humano y divino, con sus potenciales y dones al servicio de la Vida, que te autocontrole porque ese control no caduca, es evolutivo como la Vida misma, como ejemplifica el coraje y la voluntad de Prometeo.
Más adelante, en unos párrafos posteriores del segundo punto del capítulo 1 de la Teoría de Biodanza, Rolando Toro sigue haciendo referencia a la integración y en esta ocasión nos habla de “integración interespecie” en el sentido del biólogo Von Uexkull.
Veamos pues quién es el biólogo citado por Rolando Toro.
Jacob Von Uescull, biólogo alemán, padre de la Etología
Jacob Von Uexcull (1864-1944) biólogo alemán precursor de la Etología. Para Uexküll la idea de que los organismos son simplemente máquinas altamente complejas y pueden explicarse en términos mecanicistas, queda totalmente rechazada ya que en su investigación llega a afirmar que cada ser vivo es un sujeto y un agente y que cada uno habita su propio mundo fenoménico único, “mundos de experiencia subjetiva”, que se produce a través de sus propios procesos corporales y sus acciones en su entorno. Este pensar, junto con otros autores, abrió un amplio campo en la investigación no sólo de los animales sino también del ser humano ya que según Uexküll el mundo que experimentamos y estudiamos no nos brinda un acceso privilegiado a una verdad objetiva sobre un mundo independiente de la mente; cada individuo humano experimenta un mundo fenoménico privado propio y nunca se puede acceder a la experiencia subjetiva de nadie más.
La percepción de que el mundo es perfecto en su extraordinaria diversidad parte de la certeza que hay un orden implicado en toda la creación, un orden que en su expresión singular no está en lucha ni en guerra con nada ni nadie, sino que es justamente esa singularidad la que produce la armonía entre individuos, especies, mundos, universo, cosmos.
Para expresar el fruto de su investigación (mundos dentro de más mundos entre animales y humanos), se basó en una metáfora musical, desarrollando una visión de la naturaleza como un gran todo significativo que consiste en melodías, armonías y contrapuntos entre las morfologías y comportamientos de depredadores y presas, si podemos decirlo así. Te dejo un enlace donde podrás acceder al cuatro capítulos de unos de los libros más significativos de Jacob Von Uexcull, Andanzas por los mundos circundantes de los animales y los hombres.
Quizás estos pensamientos hoy pueden parecer caducados, más hemos de tener en cuenta que son la base de nuevas visiones que hoy son base de otras nuevas experiencias que amplían y apoyan el paradigma biocéntrico.
Rolando Toro se inspiró en muchos autores e investigadores que apoyaban científicamente la realización de su hermoso y utópico sueño. Él los va nombrando uno a uno en la medida que desarrolla el campo teórico y práctico de la Biodanza. Como facilitadoras y facilitadores de espacios biocéntricos, nos cabe reconocer el proceso de creación de las bases epistemológicas y ontológicas de la Biodanza, no sólo para saber sino para honrar el proceso de gestación y evolución.
Autocontrol evolutivo es para Rolando Toro, autodivinización de la vida humana, de la Vida como fenómeno único y cósmico.
Seguimos en el punto 1 del capítulo 1 del volumen I de la Teoría de Biodanza de los cuadernos de ALAB, 1991, titulada: La Danza de la Vida.
En la primera parte de este punto número 1 Rolando ubica la nostalgia de amor que sufre el ser humano y la necesidad urgente de reconciliarnos con la Vida, lo que le lleva al movimiento primordial, los movimientos que nos conectan con la Vida, con el otro y con nosotros mismos. Afirma que el primer conocimiento que tenemos del mundo es a través de esos movimientos primordiales que surgen de la profundidad de la propia biología, donde todo es ritmo y danza (el latido corazón, la pulsación de la respiración, el encuentro humano, el sentimiento de pertenencia a la especie) con lo que la danza es la expresión íntima de la Vida, de ahí el nombre “La Danza de la Vida” en el sentido, nos dice Rolando, de Roger Garaudy. Veamos quién es Garaudy.
Lo primero que me llama la atención es que hay poca información sobre Garaudy, y casi ninguna foto de su rostro. En Wikipedia dice que tenía muy mala fama por su ideología antisemita, por la fue juzgado y condenado, aunque no se llegó a cumplir la condena. Empiezo a entender por qué de tan poca información en la red. Continúo investigando y encuentro una página web de familiares del propio Garaudy, fallecido en 2012 con 99 años. Leo su biografía y tiene una extensísima obra publicada, un recorrido muy prolífico entre el partido comunista francés, llegando a ser asesor educativo del programa político de Fidel Castro, con más de cincuenta libros escritos sobre espiritualidad y las tres grandes religiones, sobre educación, política, arte, ensayos para estudiantes sobre religiones comparadas, un libro sobre la poesía vivida de Don Quijote, estudios sobre Historia, y una extensa obra basada en lo que se la conoce como el “diálogo de civilizaciones” muy reconocido sobre todo en las culturas no occidentales. Finalmente, una reseña cuestionando si Garaudy era antisemita.
En la década de los 80, Garaudy inicia investigaciones sobre la política israelí. En esa época ya se le empieza a tratar de antisemita, pero es en 1996, cuando el autor escribe un libro titulado Los mitos fundacionales de la política israelí en el que cuestiona el sionismo como una manera de justificar la expulsión de los palestinos de “la tierra prometida” designada por Dios según el Antiguo Testamento. En su estudio, Garaudy analiza el Holocausto y reconociendo el genocidio, pone en duda la cifra de seis millones de judíos exterminados en los campos de concentración. El autor afirma que en su exhaustiva investigación encontró grandes fosas de muertos judíos probablemente de tifus i malnutrición, pero ningún rastro de la existencia de las cámaras de gas. Afirma también haber encontrado testimonios que aseguran que a los prisioneros nazis se les torturaba para que confesaran la atrocidad que todos conocemos. La publicación del libro provocó que lo condenaran a prisión por crímenes contra la humanidad al difamar racismo antisemita e incitar al odio racial. No se llegó a cumplir, pero desde entonces, sus múltiples obras tan valoradas en la década de los 60 y 80, se prohíben en todas las librerías occidentales y Garaudy se ve obligado a retirarse de la vida mediática. Su forzada exclusión, hace que en 2004 escriba su último libro titulado El terrorismo occidental como su testamento espiritual. Sólo se encuentra en librerías musulmanas.
Buscando por la red, he encontrado algunas páginas escaneadas del libro Danzar su vida, publicado en francés el año 1973 y traducido al español en 2003 en las que el filósofo francés hace una conexión entre la danza y la totalidad de la experiencia humana, la danza como “una forma de existir”. Transcribo unas frases del citado libro: «Danzar significa, ante todo, establecer un vínculo activo entre el hombre y la naturaleza. Es el primer conocimiento sintético y estético del mundo; inmediatamente anterior al concepto y la palabra.» ¿Te suenan estas palabras?
Aquí tenemos una de las principales fuentes de inspiración de la que Rolando Toro bebió para dar forma a su sueño. Sintió la verdad de las palabras de Garaudy y buscó la manera de hacerlas realidad: “desde este punto de vista (haciendo alusión a la Danza de la vida inspirada por Roger Garaudy) pensé que era indispensable reencontrar la fuerza positiva que hace crecer y desarrollarse a los organismos. Esto es, los movimientos que permiten la evolución. Desde este misterioso aspecto, la Biodanza sería adaptarse al movimiento cósmico, reciclar la Armonía Generadora”. ¿Cómo? En su bienamada locura creativa dice: “Creemos en una danza orgánica que responda a los patrones de movimiento que originan vida. Hemos buscado esa coherencia y la hemos encontrado: movimientos capaces de incorporar entropía negativa, patrones generadores, armonía musical entre los seres vivos, resonancia profunda con el micro y el macrocosmos”. Y termina el párrafo diciendo: “Solamente si nuestros movimientos restauran su sentido vinculante, lograremos renacer del caos obsceno de nuestra época”.
Llegado este punto, recuerdo a Maite Bernadette en la formación de los Cuatro elementos, contándonos su experiencia con Rolando Toro en esos laboratorios de experimentación improvisados en el comedor de alguna casa, en el salón de algún conocido, donde Rolando proponía consignas de movimiento y las personas que estaban allá, se entregaban a la experiencia con plena confianza de que lo que allí estaba ocurriendo podía ser el acceso a una nueva manera de vivir. Maite nos contaba que después de cada vivencia, cuidando con ternura a los participantes y a todo lo acontecido, se valoraba si la experiencia era positiva, si servía para vincularnos a la Vida, para rescatarnos de la somnolencia y resurgir como los seres divinos y sagrados que somos. Y así por delante se fue creando un catálogo de ejercicios y una propuesta de acción transformadora real.
En ese laboratorio, Rolando y sus colaboradores no sólo fueron descubriendo esos movimientos-danza vinculantes a la Vida, sino algo fundamental el hilo conductor de toda transformación, “La ternura: cualidad de una presencia que concede presencia”. En las propuestas de danzas con músicas escogidas por él mismo, Rolando percibió que “la gente necesita para vivir es un sentimiento de intimidad, de trascendencia, de vinculación gozosa y de estimulante dicha” y que para alcanzar los objetivos que Rolando visualizaba, sólo podía ser a través de “vivencias armonizadoras en acción” y no de ideologías o elaboraciones mentales.
A partir de todo lo que iba aconteciendo en esos laboratorios de vinculación humana armónica, llevaron a Rolando a afirmar que Biodanza no es tan sólo una reformulación de valores, sino una verdadera transculturación[1], un reaprendizaje a nivel afectivo y una modificación límbico-hipotalámica”.
Aquí termina el punto 1, del capítulo 1, del volumen 1 de la Teoría de Biodanza sistematizada por ALAB (1991).
Para poder hacer la entrega de cada lunes en mi canal de Youtube, me inspiro en los dos volúmenes de la Teoría de Biodanza, editorial ALAB. Son textos originarios de Rolando Toro escritos en los inicios de la Biodanza (1980) para que facilitadores y facilitadoras pudieran profundizar en la teoría del modelo biocéntrico, que fueron revisados y sistematizados en 1991 privilegiando el contenido esencial e indispensable de la construcción del modelo teórico. Son un verdadero tesoro.
Años después de esta primera sistematización, se crearon los cuadernos de texto para la formación oficial de Facilitación de Biodanza que, a mi entender no tienen, ni mucho menos, la riqueza de los dos volúmenes de ALAB donde se puede percibir no sólo la capacidad visionaria de Rolando Toro, sino el coraje de “bajar a la Tierra lo que está en el Cielo”, o sea de persistir en la realización de su sueño. Eso es lo que realmente hace de Rolando Toro un genio: mantener el encanto inocente junto con la persistencia, el estudio constante y la experimentación, es realmente ser un Mago, o la encarnación del Loco del Tarot de Biodanza, inspiración y creación de Silvia Eick.
Me parece importante resaltar el entusiasmo de Rolando Toro en la divulgación de su obra, como una de las fuentes de inspiración para facilitadoras de espacios biocéntricos, cuando pasemos por momentos que nos enfrentan quizás con sentimientos de frustración porque se han apuntado a una de nuestras actividades seis personas (por decir algo) y aparecen dos, o cuando contamos con un ingreso de dinero proveniente de un curso que ofrecemos y el resultado económico es deficiente… y tantas otras ocasiones en las que vamos a lidiar con sentimientos encontrados que van a poner a prueba nuestra vocación, nuestra misión como facilitadoras. Hay muchos seres en los que inspirarnos; uno de ellos es Rolando Toro, por su tesón y empeño en realizar ese maravilloso sueño que abarca los corazones de todas las personas que amamos la Vida.
Dicho esto, compartiros que estoy repasando la teoría de Biodanza y así como hasta ahora estaba ofreciendo temas que me latían en ese momento, he decidido sistematizar un poco las entregas de forma que sigan el recorrido mismo de los cuadernos de la ALAB. Siento que esto quizás también pueda serviros de inspiración para esa parte primera de la rueda verbal del grupo regular de Biodanza, en la que ofrecemos unos 15’ aproximados de teoría con la finalidad de contextualizar la Biodanza y dar a conocer su profundidad a las personas participantes de nuestros grupos.
En el capítulo Uno de la Teoría de Biodanza, Rolando Toro explica detalladamente en veintiún puntos, qué es la Danza de la Vida. Inicia el texto con un párrafo muy conocido por la comunidad biocéntrica que dice así:
“La base conceptual de Biodanza proviene de una meditación sobre la Vida, o tal vez de la desesperación, del deseo de renacer de nuestros gestos despedazados, de nuestra vacía y estéril estructura de represión. Podríamos decirlo con certeza: de nostalgia de amor”.
Y luego continua enfatizando la importancia de asumir una nueva sensibilidad frente a la existencia que nos “reconcilie con la Vida”, dice concretamente. La palabra reconciliar viene del latín y se vincula al sustantivo concilium (reunión, unión de paz) y re (prefijo que indica volver a), o sea: volver a reunirnos con la Vida. ¿Cómo? sería la pregunta. La respuesta de Rolando es, mediante una metodología que promueve “una sutil participación en el proceso evolutivo”. ¿Sutil? ¿Qué quiere decir: sutil participación? Rolando Toro usaba las palabras con precisión y con absoluta claridad de lo que quería transmitir, así que no es casual que usara la palabra sutil en este contexto. Vamos a profundizar en ello: sutil es un adjetivo que hace referencia a aquello que es delicado, tenue, fino. En la antigüedad se usaba para definir lo que es más leve que la tela. De forma figurada alude al ingenio y agudeza de una persona en percibir los pequeños detalles.
Seguimos leyendo y en los párrafos siguientes del texto de la teoría encontramos indicios de la respuesta a nuestra pregunta. Rolando nos habla de “rescatar el secreto perdido de nosotros mismos: el movimiento primordial, los gestos humanos naturales, los movimientos de conexión. Un secreto es algo sutil, casi imperceptible, sólo percibido por aquellas almas acostumbradas a ver los pequeños detalles. Rolando era una de esas almas y, en su observar encuentra la conexión más sutil con la Vida, la más obvia a la vez que por ser tan evidente es en sí misma imperceptible: el movimiento puesto que sin movimiento no hay vida. A ese movimiento Rolando lo llama danza porque a través de las sensaciones corporales que el individuo siente en sí mismo, tenemos el primer conocimiento del mundo. Entonces, “la danza es, por tanto, un modo-de-ser-en-el-mundo, dice Rolando, la expresión de la unidad orgánica del ser con el Universo.
Esta unidad cenestesia integrativa expresada como danza-movimiento-vivencia, es muy antigua, sigue diciendo Toro, y hace referencia a las danzas órficas, las ceremonias tántricas o las danzas giratorias del Sufismo.
Las Danzas órficas provienen del mito de Orfeo y Eurídice, esposos que emprenden un viaje iniciático al inframundo y regresan de él purificados. La tradición órfica reivindicaba la revelación no como algo razonado o filosófico sino como una vivencia trascendente, como un viaje experiencial cuya finalidad es alcanzar el conocimiento de la Vida, del Ser mediante la revelación vivenciada del descenso al Hades como proceso de purificación y el ascenso como el renacer en un ser puro. Para conseguir esos estados de trascendencia, danzaban y cantaban himnos llamados órficos en oscuras grutas donde conseguían alcanzar estados de conciencia alterada, trances místicos purificadores. La tradición órfica se constituyó como religión con su teogonía, cosmogonía y textos canónicos, que en su mayoría se perdieron, aunque quedó un papiro que se encontró en 1962, el papiro de Derveni.
Las ceremonias tántricas con los rituales sagrados donde la energía sexual del principio femenino y el principio masculino, creadores del universo, danzan eternamente en una danza de unión donde se produce la alquimia de la materia, representada en los cuerpos de hombre y mujer, y su transformación en amor absoluto trascendiendo el ego. Dos se hacen uno para disolverse en el éxtasis del no-yo, un estado llamado de orgasmo cósmico de plena presencia.
La danza giratoria sufí o Sema, es una ceremonia mística impulsada por los ascetas sufí (Jalai al-Din-Muhammad Rumi, en el siglo XIII con raíces en la cultura persa, anteriores al cristianismo. Son un viaje místico mediante el movimiento rotatorio que evoca el movimiento constante de la Vida, al que se entregan para alcanzar el éxtasis meditativo.
Como síntesis de hoy, te dejo con esta frase de Rolando: “Una sesión de Biodanza es una invitación a participar de esa Danza Cósmica” y, aunque danzar en estos tiempos de desencuentros pueda parecer una locura, ésta es la verdadera propuesta de Biodanza. Así es como cambiamos nosotros y cambiamos el mundo desde la propuesta biocéntrica.
El próximo lunes 8 de agosto, iniciamos un ciclo de cuatro encuentros para facilitadoras y facilitadores de Biodanza titulados, para aquellas personas que están en su último año de formación y para todas las que deseen seguir profundizando en la teoría y la praxis de Biodanza.
Cuando me decidí a hacer los videos de YouTube para compartir mi experiencia como facilitadora de Biodanza y educadora biocéntrica, no pensaba que iba a tener la repercusión que está teniendo. El motivo que me llevó a hacerlo fue sencillamente compartir mi experiencia por si le servía a alguna persona en su propio proceso de ser facilitadora biocéntrica. La respuesta que he recibido ha sido sorpresiva: mensajes alentándome a seguir compartiendo, muchas consultas, dudas, y mucha gratitud.
Algunos de los mensajes que recibí me motivaron profundamente a hacer realidad un sueño que había dejado guardado en un lugar de mi corazón donde las barrera de mis propias limitaciones y creencias lo tenían a buen recaudo. Y sí, me decidí a abrir el cofre y releer mi sueño de crear un espacio biocéntrico donde acompañarnos en el arte de facilitar espacios biocéntricos reales, compartir saberes, experiencias, cosas que nos funcionan y otras que no, profundizar en la teoría tan rica de Biodanza, en su praxis, en las nuevas investigaciones de campos diversos donde la Vida cada vez más está en el centro y no hay quien lo pare ya.
Así que los lunes de agosto (8, 15, 22 y 29) de 20 a 21,30h -hora de la Península Ibérica- vamos a encontrarnos virtualmente con todas aquellas y aquellos que sintáis que esta propuesta puede ser para tí.
Te dejo el video que he diseñado para la publicación del evento, donde encontrarás la información del programa y precio de los cuatro encuentros de agosto y otro vídeo donde te explico brevemente el propósito de éstos encuentros.
Si crees que este mensaje es para tí, escríbeme a mi correo electrónico tenderoteresa@gmail.com y te informo con más detalle.
¿Qué es un código? Según la Real Academia Española (RAE) código es un libro que contiene el conjunto de normas y leyes que regulan unitariamente una materia determinada. En semántica lingüística es una serie de símbolos que por separado tienen una representación restringida, pero al combinarlos entre sí adquieren un significado mayor.
Rolando Toro escribió el Código de Biodanza con quince puntos que en su conjunto dan sentido y coherencia a la Biodanza como un sistema de integración y desarrollo humano, no interpretativo, basado en la danza y situaciones de comunicación en grupo, según sus propias palabras. Hoy vamos a desarrollar el punto número nueve del código de Biodanza: la Progresividad. Dice así:
“Biodanza es un sistema evolucionario y no revolucionario. Está sujeto a una progresividad orgánica. Nadie puede violentar su maduración, sólo puede inducirla con delicadeza. Los relacionamientos y contactos no son impuestos desde fuera. Encuentro y aproximación se realizan mediante adecuada retroalimentación de la información (Feed Back). Cada repetición de los ejercicios es una vuelta dentro de la espiral evolutiva. De este modo, el progreso de la transtasis es sutil.
El hombre es el único animal que puede intervenir en el proceso de evolución de la energía cósmica y crear entropía negativa. No basta evolucionar a nivel individual. Es necesario ser un agente de evolución.”
En la primera frase Rolando nos dice que Biodanza no es revolucionaria sino un sistema evolutivo. ¿Porqué Biodanza no la considera revolucionaria siendo en sí misma una propuesta de cambio radical en el abordaje de la Vida y el vivir? La respuesta la encontramos en la etimología de la palabra, que si bien nos habla de la acción y el efecto de provocar un cambio profundo de una estructura [la que sustenta el paradigma antropocéntrico], la palabra revolución está asociada a sentimientos de indignación que provocan alzamiento, rebelión, sublevación, luchas, violencia y batallas polarizadas. Biodanza no tiene nada que ver con luchas ni batallas, ni tan sólo con indignación; es el sentido crítico basado en una profunda meditación sobre la vida, lo que lleva a Rolando a afirmar que es un sistema evolucionario.
Por otra parte, en el mismo párrafo Rolando dice que nadie puede violentar la maduración del ser humano, sólo inducirla con delicadeza”. Por una parte tenemos, el proceso de maduración del ser humano comparado con una semilla que crece hasta convertirse en árbol que dará frutos que serán nuevas semillas y así, seguir el ciclo evolutivo vital. Este proceso de maduración para que sea integrador pasa un acompañamiento con delicadeza, o sea un sentimiento cualitativamente agradable, cuyas propiedades o cualidades son la amabilidad, el cuido amoroso, la atención, el conocimiento, la intuición… y la presencia plena. La Afectividad es responsable del orden y el equilibrio de la estructura del ser. Sea cual sea la historia de vida de la persona que entra en un aula de Biodanza, sólo por el hecho de ser persona, de existir, merece ser honrarla como la Vida que es, que somos.
Más adelante en el texto, Rolando afirma que cada repetición de los ejercicios es una vuelta dentro de la espiral evolutiva. ¿Porqué Rolando habla de espiral evolutiva? La espiral es la representación gráfica del movimiento, o sea de la creación y evolución de la Vida. La línea recta es solo un fragmento limitado de la curvatura del movimiento. En el modelo teórico de Biodanza, Toro especifica que Identidad y Regresión son pulsantes y giran en forma espiral sobre un eje vertical que parte del núcleo de información genética (potencialidades) y se eleva en un proceso de crecimiento integrativo que produce entropía negativa.
Doble espiral evolutivaHuracánNautilus
De hecho, la espiral es una representación muy simbólica en todas las culturas originarias de la Tierra. Ya que Rolando era instructor de artes marciales y por tanto familiarizado con el Tao, voy a referenciar la espiral evolutiva con el símbolo del yin y el yang que deriva del I Ching o Libro de las Mutaciones, aproximadamente entre 5000-6000 años de antigüedad.
Figura 1. A partir del solsticio de verano e invierno, se midieron las sombras que proyectaba el sol, creando la figura que vemos
Yin representa la luna o la energía magnética, yang representa el sol o la energía eléctrica. Las ondas electromagnéticas se entrelazan en movimiento rotatorio de torsión perpendicular tal como muestra el dibujo (figura 2) y juntas en la misma dirección de manera que el polo positivo o yang al llegar al polo negativo, se transforma en negativo. Así la línea curva continua que divide el símbolo del yin y el yang, en su movimiento en espiral, representa la onda electromagnética (figura 3).
Figura 2Figura 3Movimiento de la onda electromagnética que representa el símbolo Yin-Yang
También encontramos la representación de la espiral áurea como el movimiento de la génesis orgánica que se encuentra en las estructuras de las galaxias, de las flores, de los nidos de los pájaros, de nuestro ADN y de toda la creación. El progreso evolutivo se da por el grado de integración del sistema que culmina en saltos evolutivos o transtasis, que en Biodanza se dan de forma progresiva y armónica, como una flor al abrirse, por ejemplo.
Al final del texto, Rolando dice: El hombre es el único animal que puede intervenir en el proceso de evolución de la energía cósmica y crear entropía negativa. No basta evolucionar a nivel individual. Es necesario ser un agente de evolución.
Somos Vida, por tanto, somos energía cósmica individualizada en una forma humana que a su vez es componente de la totalidad. En el ciclo evolutivo de la vida en la Tierra, el ser humano está dotado de libre albedrío que nos capacita para intervenir en el medio con nuestra intención, voluntad y acción, modificando el entorno o campo energético. El uso que hagamos de nuestra libertad de hacer va a determinar el orden o el caos en el medio. Cuando Rolando nombra la capacidad que tenemos de crear entropía negativa, esta aludiendo a un concepto de la termodinámica, donde entropía es el grado de equilibro de un sistema o, dicho de otra manera, la tendencia al caos y al desorden. Cuando es entropía positiva tiende a mayor desorden; cuando es entropía negativa o neguentropía tiende a mantener los niveles entrópicos bajos, o sea, al orden. Tomar consciencia de nuestras capacidades, según Rolando Toro, no nos transforma ya que solo adquirimos el conocimiento. La transformación real se da en la vivencia. En lo vivido es cuando se puede dar la transtasis o salto en el proceso de evolución, que en Biodanza se va dando de forma sutil, afectiva e integradora, acompañando el proceso de maduración del ser individual y colectivo hasta ser “agente de evolución”.
Yo y nosotros somos Uno. Es en el Uno donde somos humanos auténticos.
El tema que hoy nos ocupa fue propuesto por nuestra seguidora en el canal de YouTube Marcela Carlino. Gracias Marcela por tu sugerencia inspiradora.
Para hablar de la expresión poética de la voz y la palabra desde una perspectiva biocéntrica, vamos a referenciarnos en la propia Vida. Concretamente en el inicio de la creación.
En las tradiciones antiguas, los sabios de todo el planeta relatan cómo fue la creación de la Vida. Si bien cada cultura usa su propia expresión poética para describirla con detalle, todas ellas coinciden en un vacío creador llamado de muchas maneras, entre ellas Amor que, para experimentarse y gozarse, se proyectó hacia fuera. Esa fuerza proyectiva se la conoce como energía electromagnética la cual contiene y distribuye toda la información necesaria para que se manifieste en múltiples dimensiones.
La energía electromagnética viaja por el plasma (el líquido amniótico y medio salino conductor) en forma de ondas de luz (ondas de radiación) y sonido (ondas acústicas), similares a las que se forman al lanzar una piedra a un estanque. Las ondas de radiación o luz, al ser la consecuencia de la aceleración de las partículas cargadas, pueden viajar en el vacío y siempre en línea recta. Las ondas sonoras necesitan un medio material para transmitirse ya que son ondas mecánicas y se propagan por oscilación (gravedad y distribución) de la presión, o sea, producen una vibración que es lo que conocemos como sonido.
El sonido primigenio, conocido como Aum, Amén, y otros nombres, es la vibración original de donde proviene toda la creación. En la tradición veda significa la Unidad de lo Supremo; sus letras A-U-M dicen que son la única sílaba eterna que contiene en sí misma pasado, presente y futuro, así que es el principio y el fin, el todo y las partes. En la India es el primer sonido que se les enseña en la infancia pues es el símbolo del despertar de la Voluntad Creadora sin actividad. En la tradición judeocristiana, la Biblia empieza con la frase “Al principio fue el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios. Éste estaba en el principio con Dios. Todas las cosas por medio de él fueron hechas y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho”. El símbolo del Tao es en sí mismo la representación de la energía creadora ying-yang en constante movimiento, siendo yang el polo positivo o eléctrico, y yin el polo negativo o magnético.
El Verbo, la vibración sonora, es Sabiduría y Acción Creadora. Tal es así que a mediados del siglo XX el mundo occidental ratificó la capacidad creadora del Sonido constatando que, formas que parecen sólidas, en realidad son su propia vibración. El suizo Hans Jenny fue el precursor de la disciplina llamada cimática, que estudia el origen de las vibraciones y cómo afectan a la materia. Podemos “ver” el sonido porque crea patrones geométricos precisos. En este vídeo que viene a continuación puedes apreciarlo.
El sonido es el lenguaje del universo que habitamos. Es nuestro lenguaje. Nosotros humanos, somos seres sonoros. Nuestra naturaleza biológica es de hecho, un instrumento acústico.
Cuando el aire que viene de los pulmones asciende por la laringe ( entre otras funciones es el órgano de fonación, que genera fonemas, formas) y pasa por los pliegues o cuerdas vocales cerradas, genera una energía vibratoria que crea una frecuencia (numero de repeticiones o ciclos por unidad de longitud) que se convierte en onda sonora y se hace audible gracias al desplazamiento de las moléculas de aire que espiramos. De energía vibracional se convierte en acústica y es entonces cuando podemos oír la Voz.
La etimología de voz, viene del latín voce (aire que se expresa como vibración). En su raíz indoeuropea hace referencia a vibración poética, épica. La raíz de voz también se asocia al verbo vocare (llamar, nombrar), del que surgen las palabras, vocablo, vocativo, vocabulario, vocación, … La voz se atribuye al habla del ser humano. Con ella expresamos pensamientos, nos comunicamos.
La voz no puede ser tocada, ni es visible aún siendo una acción en sí misma. Es en este sentido que se dice que la voz humana es el órgano del alma que la revela al mundo a través del sonido. La voz genera y transmite emociones, da forma a pensamientos, nombra las cosas y al nombrarlas las hace reales. Por eso necesitamos ser conscientes de lo que dice nuestra voz, de lo que está transmitiendo, con su tonalidad (agudo-grave), timbre (cerrado-abierto), intensidad (alto-bajo) y duración (lento-rápido).
En Biodanza, “la consigna tiene el objetivo de motivar el movimiento y la vivencia”, dice Rolando Toro – “la calidad de las vivencias depende en gran parte de las consignas”.
Sabemos que la vivencia integradora que propone Biodanza, tiene la capacidad de reeditar la información genética y «despertar» potenciales genéticos. Para que eso se dé es necesario que la frecuencia con la que se emite la voz de la consigna llegue al corazón, pues es allí donde los armónicos tienen la capacidad de resonar y expandir por todo el organismo la nueva información.
Sólo podemos conectar con los armónicos del corazón con el corazón mismo, o sea, la palabra ha de salir del corazón. No importa si estás explicando el nombre del ejercicio y el modo de realizarlo, o el efecto del ejercicio en el organismo; lo que sí importa es que aquello que salga de ti sea auténtico. Ahora bien, para inducir a la vivencia con tu voz, precisamos la amable compañía de la poética, porque el lenguaje poético es genuino del alma, del ser, es el que tiene la capacidad de crear resonancias armónicas que despierten los potenciales genéticos que nos hacen trascender cualquier estado limitante que nos mantiene sujetos, parados, dormidos, eclipsados en nuestro desarrollo y experiencia terrenal.
Martin Heodegger (1889-1976), uno de los pensadores que componen el campo teórico de la Biodanza, dice la respecto “todo lenguaje poético, tanto en el sentido amplio como en el más estricto poético, es en el fondo un pensar. La esencia poética del pensar guarda el reino de la verdad del ser (…); El lenguaje es la casa del ser; en su morada habita el ser humano” “Ser en el mundo”.
La poética en la consigna de Biodanza se da en la medida que tu alma se expresa libremente mediante tu voz. Suele tomar tiempo y práctica constante porque siempre es nueva la experiencia. Cuando consigues conectar con tu misión como facilitadora y facilitador, y dejas que sea Ella la que hable a través de ti, tu Ser en el mundo resuena en el campo unificado y se acoplan las resonancias armónicas que sintonizan con la propuesta, ampliando así el campo electromagnético individual y colectivo. Así, desde el Amor que somos expresado como individualidad, vamos apoyando la evolución de esta maravillosa Gaia y por ende, el universo ya que no hay nada desconectado. Amor y Servicio.
Voy a intentar explicarte porqué la estandarización del ser humano, el intento de encasillar la singularidad única e irrepetible que somos en un estereotipo de ser humano robotizado, dependiente de un estado y sistema que lo deja vivir a penas como un esclavo, sólo puede tener un éxito perecedero y siempre caduco en sí mismo. Te lo voy a explicar desde la base del eje vertical del Modelo Teórico de Biodanza, donde se encuentra la reseña a Potencial Genético (PG).
Rolando Toro, como introducción al Modelo Téorico de Biodanza, explica que un modelo teórico debe posibilitar “un intenso proceso de remodelación conceptual, cuestionando sus factores, permutando la estructura icónica[1] y semántica[2], para ajustarlo a las exigencias de la realidad. (…) es un instrumento para operar sobre la realidad, por tanto, debe mantener una firme coherencia con ella”.
En la base del eje vertical del Modelo Teórico de Biodanza, encontramos el concepto “Potencial Genético”, pero ¿qué es el Potencial genético? ¿Qué relación tiene con la expresión de la identidad? Según la teoría de Rolando Toro.
La genética humana describe el estudio de la herencia biológica de los seres humanos, o sea, la transmisión de información que configura la singularidad de nuestro organismo. Este proceso de transferencia de información se da a nivel celular y en cada una de las células de nuestro cuerpo.
Una parte ínfima de ese proceso, exactamente el 1% según los expertos, es gracias a los genes o unidades mínimas de almacenamiento y transmisión de información que codifican un producto genético específico, es decir contiene la información que indica de dónde a dónde se tiene que leer los códigos para determinar la composición de moléculas proteicas encargadas de que el cuerpo funcione de una determinada manera.
Los genes son a su vez, fragmentos de ADN, tal y como vemos en la Figura 1, que a su vez se encuentran en los cromosomas o estructuras en forma de X formadas de ADN y proteínas que por su estructura altamente organizada (Figura 2) contienen la mayor parte de información genética de un ser vivo. Así, el ser humano tiene 23 pares (total 46) cromosomas, 22 de estos pares son idénticos tanto en hombres como en mujeres, excepto el par 23 que determina el sexo (XX femenino, XY masculino)
Figura 1
Figura 2.
Figura 1. Diagrama esquemático de un gen corto, dentro de la estructura en doble hélice del ADN que, al comprimirse, va formando un cromosoma (derecha). Se trata de un gen eucariota.
Figura 2. Vista general de los cromosomas y su aspecto cambiante dentro de las células: (a) células sin dividirse; (b) núcleos preparados para la división celular; (c) células en distintos estadios de división mitótica; (e) par de células hijas poco después de la división. Wilson, Edmund B. (1900) The cell in Development and Inheritance (2.o ed.), Category:New York: The Macmillan Company
Todos los genes (la especie humana tiene más de 25.000) en su conjunto forman el genoma o la información genética de la especie.
El ADN o ácido desoxirribonucleico, es una de las dos moléculas de ácidos nucleicos que se encuentra dentro de cada célula de nuestro cuerpo, y está compuesta por fosfatos, azucares y cuatro tipos de bases nitrogenadas que se describen con las letras A (adenina), T (timina), G (guanina) y C (citosina). El orden y la secuencia en la que se encuentran estas letras determina una serie de instrucciones biológicas contenidas en una hebra de las dos que componen el ADN, que ordenan al organismo para que se manifieste de una manera concreta.
Cada molécula de ADN compuesta por segmentos de genes o unidades de información está empaquetada de forma compacta y concreta, en forma de doble hélice, como si fuera una escalera de caracol formada por dos pasamanos que son grupos de fosfato y azúcar, y peldaños que son las bases nitrogenadas que contienen las letras que te he nombrado anteriormente. Las dos hebras están orientadas en direcciones opuestas de manera que una y otra se complementan por oposición siguiendo el patrón A-T y G-C ya que A-T son de mayor tamaño que G-C y se complementan por uniformidad.
La estructura única del ADN hace posible que la molécula se copie a sí misma durante la división celular o mitosis (Figura 3 y 4) de manera que la doble hélice se separa temporalmente en dos hebras individuales que sirven de plantilla para construir dos nuevas moléculas exactamente iguales de ADN de doble hebra.
Figura 3
Figura 4
En ese proceso de división celular o mitosis, los expertos denominan divisiones silenciosas aquellas que transmiten información sin mutaciones. Recuerda que Luz y Sonido son los componentes primigenios de la Vida y se sabe que la división es sin mutaciones porque se comparan las frecuencias de los alelos de la línea celular (los alelos son las formas alternativas de un mismo gen donde se pueden manifestar modificaciones concretas de la función hereditaria, ej.: grupo sanguíneo, color de ojos, …). La suma de las frecuencias de los alelos de las dos células derivadas tiene que ser similar o sus frecuencias están alteradas.
NOTA: Recuerda que nuestro cuerpo es energía vibracional electromagnética (luz, sonido, forma), así que la sonoridad forma parte de nuestra manifestación, aunque no la podamos escuchar con los oídos. Los antiguos sabios rishis de la India escucharon el sonido primordial de la Vida, como el Om. Cada ser emite con su singularidad, su propia «música» que compone la Música Cósmica o Música de las Esferas de Pitágoras.
El proceso en sí es complejo y mi interés no es dar una clase de biología sino centrarnos en comprender el Modelo Teórico de Biodanza, que señala el desarrollo humano a partir del potencial genético. Algunas de las reflexiones que Rolando expone en el Tomo II de la Teoría de Biodanza son:
Todo nuestro potencial está contenido en cada una de nuestras células. Algunos genes permiten o impiden la expresión de determinadas características.
Para la expresión de una característica o formación de determinada proteína, es necesaria la presencia de cofactores aportados por el propio organismo (ejemplo: sales, minerales, vitaminas, …) o por el medio. Sin esos cofactores, los genes no pueden expresarse. El ambiente pues es decisivo.
Las infinitas posibilidades dentro de la doble espiral del AND sugieren insospechadas capacidades humanas que se expresan reguladas por un “reloj biológico” que determina cuando y cómo desempaquetar la información genética necesaria para el desarrollo biológico del organismo, y también desinhibirse del despliegue de información dependiendo de los cofactores existentes en el ambiente.
La hipótesis de que en la estructura genética pulsa una exigencia evolutiva, justifica la esperanza de una psicoterapia y acciones educativas profilácticas.
A partir de estas reflexiones, Rolando propone que, mediante la estimulación de emociones específicas, que actúen como cofactores (sobretodo en la edad temprana), se puede activar la expresión genética, porqué “La variabilidad prácticamente infinita de combinaciones del código genético, no se debe sólo a las probabilidades matemáticas de combinación, sino al fenómeno singularísimo de que en la traducción del ARN del núcleo para le ARN mensajero que se organiza en el citoplasma, se producen zonas de silencio [¿te suena?], que permiten una nueva composición y la expresión de nuevas características de las proteínas”.
“Si nuestra hipótesis es verdadera, una selección de ejercicios y situaciones de grupo debe provocar la expresión de potenciales genéticos específicos que se encuentran reprimidos o latentes por los valores impuestos por la cultura”. Y termina diciendo: “El plan evolutivo -me aventuro a proponerlo- es preexistente [filogénesis: origen, formación y desarrollo evolutivo general de una especie biológica], inherente a la génesis de la Vida, y sólo necesita expresarse. Es algo así como un itinerario de optimización genética”.
Más de cuarenta años de Biodanza en el mundo, prueban que la hipótesis de Rolando no sólo es verdadera, sino que es efectiva y afectiva (cabe decir).
Estudiando la genética, pero también la biología, la química, la física, sólo por nombrar algunas de las ciencias de la Vida, percibimos que el principio que rige la Vida es el Amor entendido como la capacidad de evolucionar siempre hacia la perfección y la armonía. La solidaridad, la colaboración, la unidad y la singularidad, son elementos que se replican en una fractalidad imposible de pasar desapercibida en todos los planos existenciales.
Como síntesis afirmo que la Vida se manifiesta sí o sí en todo su esplendor dentro de los ciclos evolutivos cósmicos y universales. La ilusión de dominar la vida convirtiéndola al antojo de unos pocos que se autoproclaman gobernadores del mundo, es pura ilusión. Igual ocurre en el sentido individual: si quieres vivir como un insignificante mortal, hazlo, somos libres de escoger, pero recuerda que llegará el momento en que deberás asumir tu divinidad. Sólo es cuestión de tiempo, si podemos decirlo así, aunque no un tiempo de Cronos, sino el de la tríada que compone el factor tiempo (Cronos, Kairós y Aión). La Vida Es (en mayúsculas) Ahora y siempre.
Amor y Servicio
[1] Icónica: signos y símbolos gráficos que representan la apariencia visual de un objeto real, manteniendo una relación de semejanza.
[2] Semántica: estudia el significado (mental, convencional y abstracto) de las expresiones lingüísticas y su evolución en el tiempo.