Educación Biocéntrica

De sueños, creencias y pactos de Amor

Usos de la pedagogía biocéntrica más allá de las aulas

Hoy he tenido un sueño que he decidido escribirlo porque cuando lo hago, tengo la posibilidad de desgranar la paja y quedarme con la semilla que contiene la esencia de aquello que no consigo ver o prestar la suficiente atención. Lo comparto contigo porque siento que los tesoros son para compartir, como hacemos en las rondas de intimidad verbal en nuestras sesiones de Biodanza, en nuestros Círculos de Cultura, en las comunidades de los pueblos originarios donde mantienen el círculo vivo y presente para crecer juntas, unidas, en profunda hermandad. Este es el sentido de mi compartir.

Al escribir mi sueño percibí que había cinco Palabras generadoras. Las coloqué en tres grupos para trabajar con ellas y recrear el conocer del mensaje oculto. Lo hice como hacemos en Educación Biocéntrica, porque creo que la metodología biocéntrica tiene una dimensión mucho más amplia que la de las aulas; de hecho la Vida en todas sus manifestaciones y lugares es la Aula donde podemos generar intencionadamente el ambiente de aprendizaje-desarrollo para crear y recrear el conocimiento del vivir y convivir, más allá de los roles con los que muchas veces solemos escondernos.

La educación biocéntrica es una herramienta genuina, altamente útil y viva para recrear el conocer. Te recomiendo que la uses tambíen en tu intimidad, para autoindagar en tí y seguir trabajando en la excelencia. No lo hagas por ti ni por mi ni por nadie en concreto; hazlo por todas, por las generaciones venideras, por nuestras ancestras, por la Vida.

Recuerda: Todas Somos Una y es en el Cero (0) donde nos encontramos.

Nota: las palabras generadoras surgen como un hilo del que tirar para crear la madeja que tejerá la prenda que escojas tejer. Esta es mi definición poética de hoy. Te dejo con el sueño y lo que sigue. Gracias por leerlo.

El sueño revelador

Regreso a casa después de un fin de semana de viaje. Al entrar percibo que alguien ha estado allí. Un fuerte temor se apodera de mí. Voy a buscar a alguien (no se muestra quién es) para que me acompañe. No quiero entrar sola.

Entramos juntas. Vamos despacio y en silencio mientras recorremos las estancias. No hay nada fuera de lugar, todo está en orden; aún así insisto en que alguien ha estado o está allí.

De repente hay una silla justo delante de la puerta de la habitación que no uso desde que estoy sola en casa. La silla está impidiendo el paso a la habitación y yo no la puse allí. Todo lo demás está en su lugar, así que pienso que no han entrado a robar; sospecho que pueden ser «okupas». Entro a la habitación con sigilo y encuentro a alguien durmiendo profundamente en la cama. El miedo me hace chillarle pero no se mueve. Cojo una silla y la golpeo contra la cama con fuerza para que la persona se asuste y se vaya pero no lo consigo, está profundamente dormida. Pienso que debe estar drogada porque no se despertierta. Después de varios gritos y golpes con la silla contra la cama, veo que es un hombre magrebí, muy delgado, casi desnutrido, que no entiende mi idioma, mal cuidado, parece profundamente cansado.

Valoro la situación. La comento con la persona que me acompaña y le digo al señor que no se puede quedar allí, que tengo miedo, que no sé quien es, que no lo conozco. Pienso para mí que se aprovechará de la situación y después no podré sacarlo de mi casa. El hombre no dice nada, se queda quieto mirándome en silencio. Al mirarlo detenidamente decido que se puede quedar sólo si asume que es un lugar de paso y que va a encontrar trabajo para hacer su vida; lo puedo alimentar mientras se recupera y encuentra trabajo pero lo echaré de casa si es un parásito. El hombre asiente.

Me marcho de nuevo varios días de viaje. No estoy nada segura de lo que he decidido; creo que abusará de mi confianza como otras veces me ha pasado en otras circunstancias.

Regreso de nuevo a casa por la noche. Me dirijo a la habitación donde se encuentra el señor. Me pregunto qué me voy a encontrar. El resto de la casa está en perfecto estado así que entiendo que el hombre es verdaderamente un refugiado. Cuando entro a la habitación veo más personas en la cama y en el suelo. No puedo percibir cuántas, porque están tapadas con las mantas. Mi mente se dispara y pienso que ya sabía que me engañaría. Destapo las mantas y me encuentro con cinco niños-niñas pequeños de diferentes edades, una de ellos está mamando aunque no hay ningún adulto con ellos; están solos. Entiendo que son los hijos-hijas del refugiado; los ha dejado para que los cuide mientras él va a encontrar trabajo. Sólo están ellos y no hay rastro del señor.

Analizo la situación rápidamente y empiezo a organizarlo todo mentalmente para que estén bien atendidos: ducha y ropa limpia, acondicionar la habitación para que estén cómodos, …. la comida y el dinero para atenderlos no me preocupan en absoluto porque hay para todos.

Me despierto.

Primeras palabras generadoras:

  • se aprovechará
  • abusará de mi confianza

Reconocí estas palabras-frases como creencias que de alguna manera siguen activas en mi interior. La verdad es que me sorprendió la claridad con la que se mostraron ante mí. Pude leer mi interior diciéndome que tengo una tara, una anomalía, un fallo que me impide distinguir con claridad las personas que me hacen bien de las que no y por ese creo que «se aprovecharán de mí, que abusarán de mi confianza» como me ha pasado en alguna ocasión. Me pregunto por qué sigue activa esa creencia y reconozco la causa. Fué en la infancia, justo cuando se imprimen la mayoría de las vivencias-impacto que irán configurando la forma en que nos relacionamos con nosotras mismas, con las otras personas y con la vida.

Casi veinte años transitando, transmutando y transformando las consecuencias del abuso sexual que recibí de mi padre cuando era niña y la negación y el silencio de mi madre, y aún continúa activa la creencia del abuso. La verdad es que me reí sin más. Puedo decirlo así porque no hay drama: todo se desvaneció con el tiempo y el cuido continuo y prolongado que ha sido la causa de mi maestría; porque entre sufrir y trascender reconocí que todo cuanto ocurre en nuestras vidas es fruto de los Pactos de Amor gestados en el espacio/tiempo donde, libres de ego, diseñamos los acontecimientos clave que pueden desarrollar los potenciales internos para llevar a cabo el propósito existencial.

El sueño de hoy me ha mostrado que, a pesar de todo el tiempo transcurrido y lo mucho aprendido, la impronta del abuso continúa latente en forma de creencia sostenida por sí sola sin ser percibida por mí. Seguirá activa repitiendo fractalmente situaciones hasta que de forma consciente desactive el mensaje soy incompleta. Esa es la trampa, ese es el juego de la Serpiente que hipnotiza con el sueño del deseo mientras te va estrangulando con el veneno del falso cuido que genera el principio de la separación.

Cuando percibo el engaño sujeto a la creencia y lo hago sin juicio, como el -¡Aja, te atrapé!- del juego infantil, estoy inciando el reset del programa asociado. Sin juicio sólo existe el Presente [Yo Soy] y casi simultáneamente el gerundio [Yo siendo] en espiral evolutiva y eterna.

La creencia en algo que ya no existe perpetúa el sufri-miento. No quiero decir que el abuso no exista; donde apunto es a que la mente lo usa como recurso para persistir en el engaño y mantenernos atrapadas en la expresión empobrecida de Ser en el mundo. ¿Para qué? puedo decir. Para probar mi coraje.

La dinamización es un proceso de biodinámica de Rudolf Steiner.

Es como el agua turbia que para ver con claridad a través de ella, podemos hacer dos cosas: dejarla en reposo hasta que la suciedad (creencias, mentiras, juicios,…) se aposente y el agua recupere la apariencia transparente; o dinamizar el agua para que la suciedad se disuelva. Ambos métodos consiguen el propósito de recuperar la transparencia del agua, la diferencia es que el primero (el reposo) tiene resultados aparentes e inestables, mientras que la dinamización consigue la transparencia del agua de forma permanente mediante movimientos rotativos derecha/izquierda hasta generar el vórtice que devolverá al agua su estructura molecular hexagonal y todas sus propiedades.

SÍNTESIS de las primeras palabras/frases generadoras: la creencia de que soy incompleta se desvanece cuando puedo verla. Yo Soy aquello que la percibe; no-Soy la creencia.

Si has llegado hasta aquí y te resuena lo que digo, te invito a seguir adelante con la lectura pues aún hay dos grupos más de palabras generadoras con su síntesis y la síntesis final. Si el mensaje no te ha llegado, te aburre o no te interesa, puedes dejar de leer y seguir tu camino. Gracias de todos modos.

Segunda palabra generadora: ENGAÑARME

Miedo a ser engañada. ¿Cómo pueden engañarme? La duda se genera en la mente. En el interior no hay rivalidad, no hay pugna; la lucha surge cuando el ego se hace presente y protagonista, toma las riendas y me tienta con promesas y juegos de palabras que me deslumbran cuando no me aturden. La decisión es mía: Ser o No-Ser, esa es la cuestión, como dice Hamlet en la obra del mismo nombre escrita por William Shakespeare (1564-1616).

La opción de No-Ser es vivir la ilusión de Ser y mantenerla con la arrogancia, la insensatez, la vanidad, el orgullo, la falsa humildad, … que alimentan la necesidad de algo que está fuera, que está por venir, que nos colmará. Así es como alimentamos la Rueda de la Ensoñación, el Samsara. Optar por Ser es aquietar el ruido de la mente y escuchar el corazón que habla sin palabras a través de todo nuestro cuerpo, generando armónicos de certezas que generan la expresión genuina de la Armonía.

Esto que te cuento, esta dialéctica es para recordar que el Juego del conocimiento del Bien y el Mal, el del Árbol del Conocimiento, es historia. Mientras sigamos jugando en esta partida vamos a querer ganar y la Mente sabe que no hay nada que ganar; todo ES. Los bebés, las criaturas de corta edad lo saben; nosotras también pero lo hemos olvidamos.

SÍNTESIS segunda: La Vida no engaña, es la Mente. En el Ser no hay conflicto. Permanece atenta a la autoindagación.
Una pincelada de humor para reírse de una misma

Tercera y última palabra/frase generadora: HAY PARA TODOS.

Gaia nos muestra con su existencia que hay para todos, sin importar dónde ni a quien. Ella es Abundacia porque es Vida. Nosotras como seres vivientes, somos la especie con alta capacidad de adaptación al medio: el frío, el calor, el desierto, incluso hay una tribu humana llamada los bajau o los nómadas del mar que genéticamente están adaptados para sumergirse durante largos períodos de tiempo bajo el agua; podemos adaptarnos a vivir armónicamente en cualquier entorno, así que los límites no vienen de fuera sino de la mente.

Si realmente siento que soy Vida, no sólo parte de Ella sino la Vida misma manifiesta en mí como diversidad, me cabe desprogramar -dinamizar- la des-información y sus residuos de carencia y separación para ser aquello que soy en realidad, como el Agua transparente del ejemplo anterior.

Sólo es real lo que doy fé en mi interior. La pobreza, la desigualdad, la violencia, los refugiados muriendo en las pateras, las violaciones masivas,… todo existe como reflejo de nuestro interior aún identificado con memorias antiguas de separación. Cada quien ejecuta el papel que le corresponde según el Pacto de Amor individual y colectivo que ha asumido de buen grado, con la única finalidad de despertar la Conciencia del Ser y trascender el Imperio de la Mente-Ira.

SÍNTESIS tercera: Yo Soy la Vida. ContemplarLa y dejarme maravillar por cómo es, cómo hace, cómo se relaciona. Esto me hará recordar tantas veces como sea necesario, qué soy y cúal es mi función como humana.

Ahora es el momento de la síntesis creativa que tiene la función de integrar. Podemos hacerlo con alguna vivencia de Biodanza, con expresión artístico-afectiva o con los recursos que tengas a mano. Después terminaríamos con ritual de agradecimiento, cierre y celebración de la cosecha.

En Educación Biocéntrica se cuida todo el proceso de principio a fin: apertura, creación del conocer, integración de lo vivido, ritualización y celebración de la cosecha. Así completamos el círculo de aprendizaje-desarrollo, tal como hace la Vida, de principio a fin.

Si te interesa saber cómo he elaborado el proceso de integración, ritualización y celebración de la cosecha, te invito a seguir mi blog. En el post de la próxima semana encontrarás los detalles.

Aplicar la metodología biocéntrica en la autoindagación facilita el camino y nos ejercita como facilitadoras y educadoras, ampliando la mirada hacia las múltiples posibilidades de acompañar los procesos de aprendizaje-desarrollo, integración y celebración. Lo comparto contigo porque lo que aprendo no es sólo para mí; es para todas, para la tribu humana, para la comunidad biocéntrica, para el despertar colectivo.

Por último decirte que si lo compartido te ha servido de algo, te lo agradezco de corazón. Mi intención es servir, así que gracias. Si por el contrario te has sentido ofendida, incómoda, molesta o simplemente no te ha aportado nada, sólo déjalo ir y sigue tu camino. Quizás en otro momento nos podremos encontrar. Gracias.

Con Amor y Servicio

Notas de navegación

Què pot fer que polítics ignorint i impedeixin el debat al Parlament

Hi ha una Barcelona que sembla que no existeixi per algunes polítiques que només han vist el mercantilisme de la ciutat, la possibilitat de lucre que ofereix Barcelona com una de les grans ciutats del món amb més atracció turística pel seu art i la seva cultura.

Avui he tingut el gust de passejar-me per alguns dels seus recons preuats, silenciosos, presents en la nostra història com a poble, com a identitat, com a cultura mediterrània, cosmopolita, entranyable, valenta i misteriosa. Aquesta és Catalunya, el pais que m’habita.

Què fa als polítics que seuen a les cadires del Parlament creient-se Senyors de la Terra, decidir ignorar i impedir el debat d’una Iniciativa de Legislatura Popular (ILP) d’educació signada per unes 95.000 persones que saben cóm volem que no sigui la nostra educació i tenim algunes de les bases per iniciar la construcció de l’Educació que volem al nostre país.

La resposta deu ser que estan contaminats per la malaltia del des-amor i s’han oblidat que tot te cura, fins la mal anomenada mort (part integrant de la dualidad del món que coneixem coma Terra). Cal fer les coses d’altres formes ón la inclusió sigui present amb la seva màxima expressió o al menys, amb la mateixa expressió que ho fa la exclusió però amb Pau, sense violència.

Deixo unes fotos d’alguns dels recons que avui he gaudit. fes clik

 

Notas de navegación

Construyendo comunidad

Hay una parte de mí en la que habita el caminante del cielo. Pertenece a la raza roja: el inicio. Con él aprendo el desafío sagrado de la Exploración y la Vigilancia.

Hace dos años, impulsada por Caminante del cielo, empecé los preparativos de un viaje que no sabía donde me llevaría, en qué puertos descansaría, cuántas ciudades recorrería, qué aldeas y paisajes observarían mis ojos, cómo se instalarían en mi piel y qué dejaría correr como el agua de río.

Los preparativos fueron intensos e inesperados, no tanto por lo que llevaría conmigo sino por lo mucho que había de dejar. Poco a poco fui escogiendo con cuidado y detalle cada elemento de mi equipaje, valorando su servicio, descartando lo superfluo. El resultado fue una bolsa de viaje ligera, cómoda, útil.

De los muchos imprevistos que surgieron en la preparación del viaje, el que más me sorprendió fue la aparición de Roca Blanca, el amigo fiel que me acompaña y guía. Yo no quería ninguna compañía pero él lo había resuelto antes. Roc es justo, valiente y libre. Decidió venir conmigo porque es fiel al corazón y no se somete a ninguna forma engañosa de poder a no ser que éste sea el poder del amor indiferenciado. Juntos aprendemos.

Roc con 14 mesos de edad

Cuando iniciamos el viaje, Roc tenia 6 meses. Era un cachorro grande y robusto, acostumbrado al entorno familiar, a la naturaleza, paseos prolongados por los bosques, descanso en la casa donde siempre suena música, ya sea por el reproductor o por los pájaros que habitan nuestro patio, por los maullidos seductores de gatos y gatas callejeros, o por los susurros de las dulces campanas que danzan al son del viento, aroma de pan recién hecho, incienso, noches de velas y alfombra, risas, gritos de niños que juegan a pelota y a mojarse con la manguera, caricias, besos…

Llegamos al primer asentamiento comunitario: una colonia post-industrial. Convivimos durante varios días, entre suciedad, pulgas, personas unidas por el deseo de habitar y rehabilitar un espacio donde ser, ruinas y un río contaminado por la avaricia productiva. Trabajamos duro y nos instruimos mucho. Roc aprendió que hay otras tribus humanas que viven y conviven de formas muy distintas y no hay qué temer. Se ejercitó en distinguir al humano del pseudo-humano, creando estrategias para defender su lugar entre perros y perras, humanos y humanas, experimentando con la autoridad y la obediencia en una tribu ajena a sus costumbres.

A mí me fascinó la capacidad humana de transformar el espacio. Somos capaces de modificar el entorno con gran velocidad, destreza y eficacia. Ésta característica nos permite adaptarnos a cualquier medio, desarrollando mecanismos, ingenios y estructuras que permiten el asentamiento deseado en condiciones óptimas, y así, volamos por los aires, buceamos por las aguas marinas, habitamos en las nieves perpetuas, en las selvas, las ciudades de asfalto, los bosques, los desiertos, las montañas y las llanuras.

Aprendí cuán difícil es la comunicación entre las personas y qué engañosa es la ilusión cuando vive en el imaginario. La in-comunicación no es una cuestión de lenguas sino de relaciones humanas. Existen muchos patrones, creencias y convicciones heredadas que condicionan la manera de relacionamos con el otro y la otra, conmigo y con el entorno. Somos inconscientes del peso heredado de una sociedad donde la sombra se oculta porque es “mala”. Cuando convivimos en comunidad, la presencia de la otra persona posibilita el encuentro con la propia luz y la propia sombra, pero nos cuesta identificar en nosotros y nosotras las distorsiones que ha creado el sistema en nuestro ser. Es más fácil culpabilizar al otro, al sistema, al de afuera. La división cuerpo/alma, mente/carne, ha generado profundos daños que requieren reparación inmediata. ¿Cómo? Reeducando la afectividad.

Hemos viajado por varias comunidades. A veces Roc no ha podido acompañarme pero aun así, al volver a casa, hemos seguido con el entrenamiento de fidelidad al co-razón.

El conjunto de comunidades que hemos conocido, convivido, habitado por un espacio de tiempo más o menos corto o largo, es afín al movimiento político, social, político y espiritual dedicado al cambio de paradigma existencial. Todas ellas tienen un eje central ideológico que las reúne en torno a centro personificado que impulsa el movimiento a una velocidad x. La huella que imprime el eje impulsor es asumida por ideal o convicción o ambas cosas a la vez  y en el transcurso de su dedicación para expandir el movimiento, genera la pulsación confianza-desconfianza que difícilmente podrá superar la continuidad si no es con la observancia del proceso afectivo, la inclusión de la escucha de sentimientos, la utilización de métodos de conectar con la vivencia espiritual y el espacio donde expresar la vivencia de ser miembro de la comunidad, con voz y presencia. No podemos seguir repitiendo patrones antropocéntricos. La liberación de la supremacía humana pasa por la vivencia biocéntrica.

No nos han enseñado a ser libres, y mucho menos a defender nuestra libertad sin luchas, ni agresiones, sin imponer ni exigir. Se hace necesaria la reeducación afectiva. Son muchos y muchas los que han salido a las calles para reivindicar la vida digna, justa y solidaria, al servicio del pueblo y en beneficio del pueblo. Las asambleas siguen en los barrios, en los centros ocupados, en las calles. El activismo une las masas que pierden sus viviendas, sus empleos y sus recursos, se genera hermandad pero se olvida algo muy importante, vital para la continuidad: sacralizar la vida.

Las comunidades que hemos visitado en el ámbito rural, tienen un vínculo afectivo más sólido. El contacto con la tierra y sus ciclos de vida facilita relaciones colaborativas más estéticas, resolutivas y empáticas. El desafío de estas comunidades rurales, en las que sus jóvenes defienden el derecho de la autogestión, el beneficio revertido en la comunidad, la igualdad de derechos y deberes, la corresponsabilidad comunitaria, la ecología profunda, la permacultura, la inclusión, la cultura de la paz, la ciudadanía,… se centra en cómo hacer trascender lo que Freire llama “la adherencia del oprimido al opresor” de campesinos y campesinas que trabajando sus tierras de por vida, se siguen sometiendo al poder de un amo que discrimina, explota y excluye, argumentando que así es como ha sido siempre.

Antecedentes históricos. Nuestras sociedades actuales descienden de comunidades tribales donde la tribu es símbolo de sobrevivencia. Tenemos impreso en nuestros registros acásicos la vivencia tribal que refuerza el sentimiento de pertenencia, de solidaridad, de comunión, fraternidad y hermandad. El ciclo de la evolución nos ha llevado al aprendizaje de entrar en el imaginario, ese mundo placentero disfrazado de múltiples posibilidades donde no hay que hacer más que dejar que las cosas sucedan. No requiere dedicación, constancia, perseverancia, disciplina,… todo surge por el deseo de que así sea. Sus normas se extraen de las leyes divinas o universales, pero hay un elemento infiltrado: el deseo de ganar y ahí el juego ya no es jugar, es sufrir, crujir de dientes le llaman algunos. El aprendizaje se realizará igual, lo que cambia es el camino que escogemos: el sendero del dolor o el del goce.

Se hace necesario el retorno a lo originario. El espacio-tiempo del viaje circular ha llegado a su término, el momento perfecto no se detiene y nos impulsa a la reeducación afectiva, a la vivencia biocéntrica donde la vida es la que organiza el universo y no el universo el que organiza la vida.

Las comunidades que surgen fundamentadas en el deseo de un mundo mejor y en un movimiento pro-vida, están necesitando herramientas metodológicas que potencien el recuerdo de qué somos, qué hemos venido a hacer aquí en la tierra, y hacerlo. Esto no pasa por un trabajo exclusivamente cognitivo, o espiritual, o corporal; necesitamos la integración cuerpo-alma, mente-carne. El registro de toda la información necesaria para vivir el cambio en plenitud de consciencia, se encuentra materializado en la piel, los órganos y las vísceras. Es nuestro cuerpo el que tiene la llave de la conexión que posibilita la reunión, la comprensión de la unicidad, el sentido de la solidaridad exponenciado a lo cósmico. Nuestro organismo está dotado de toda la información necesaria para progresar en un sentido autopoiésico, y es así encontramos que el principal atractor de la evolución a partir de los estados originarios de materia/energía es la vida, y el alimento que la impulsa el amor. Cada acto vinculado a la vida es un acto de amor que nuestro ser reconoce y vibra, haciendo resonar ondas que alteran el orden cósmico, creando universos donde microcosmos y macrocosmos permanecen unidos en una escala eterna de autogeneración y aprendizaje.

La síntesis universal es la continuidad. De ahí que la experiencia educativa del ser requiera diferentes campos de sabiduría: arte, filosofía, ciencia, mística, mitología y espiritualidad. Estos campos son la base de la educación biocéntrica.

La educación biocéntrica. Yo soy educadora biocéntrica. Mi trabajo consiste en crear espacios de integración humana, potenciando los potenciales humanos, propiciando su expresión, reflexión, integración y síntesis para crear y recrear la comprensión del conocimiento de la vida, la valorización del saber en común, como dice Kapra, y acciones que celebren la vida, la eleven a niveles de sacralidad, y impulsen su evolución.

Todos los talleres que ofrezco están basados en mi propia experiencia de vida, en el aprendizaje de vivenciarme como ser en construcción y en la aplicación de la metodología de la educación biocéntrica. Así, cuando me expresaron las dificultades de comunicación y relación humanas entre algunas de las diferentes comunidades que componen el movimiento social y político de Sabadell (Barcelona), les propuse CONSTRUYENDO COMUNIDAD como el espacio/tiempo donde reflexionar vivencialmente qué queremos construir, cómo vamos ha hacerlo, qué estoy dispuesta y dispuesto a aportar y cuál es su valor.

Un taller no es suficiente para generar las herramientas que acompañan el proceso de construcción, por eso este monográfico es el inicio de una trayectoria que podemos llamar Laboratorio de aprendizaje, donde ejercitaremos la maestría de cada una y uno hasta que las alas de la autogestión estén suficiente fortalecidas para emprender el vuelo ansiado.

Para más información clicka Laboratorio de aprendizaje.

Notas de navegación

Construyendo el amor

El otro día escuché un diálogo en el que una frase me llamó la atención. Decía: “hay muchas maneras de amar y todas son válidas, el problema surge cuando la queremos imponer» (1). Pensando sobre la frase me surgió la pregunta ¿hay muchas maneras de amar?. Creo que lo que llamamos “maneras de amar”, son la construcción de la vivencia de amar.

¿Qué es el amor? Podemos reflexionar sobre el amor horas enteras, días y vidas, teorizar, discernir, conjeturar y combinar sobre su etimología*, más sigue siendo un enigma que revierte en una vivencia personal, infinita en posibilidades. ¿Donde está el margen de la creatividad? ¿Donde el límite de lo vivido y por vivir?

Construcciones de amor en arcilla humana

El amor es una construcción artesana que requiere de repeticiones constantes, de pruebas y ensayos hasta llegar a una sensación interna que extralimita fronteras y se expande hasta el mismo universo íntimo donde anida toda verdad.

Amar es como habitar lugares y espacios internos que reflejan extensiones y parajes multidimensionales que convergen y se sumergen. Exploramos las huellas que otros han dejado y probamos en nosotros, rehacemos figuras que otros ya experimentaron, inventamos, recreamos pero nunca es suficiente. Amar no es algo que se enseña en teoría, en concepto, en creencia. Amar es una vivencia íntima y reconocible sólo por el que la experimenta.

Tiene un aire de sonrisa discreta, de melena danzando al viento, de aroma dentro. Un espacio amplio donde ser e intuir la vida entre poros y moléculas, conjuntos y sistemas organizados por una resonancia común que es libre y abierta, neutra. Y pasamos los años, desde la infancia, construyendo el amor que por ser vivo, está en movimiento y anda de aquí para allá encontrando lugares de asiento donde florecer, crecer y seguir su sendero.

Construir el amor no es fácil en este mundo Tierra donde la noche oscura se ha instalado en los corazones y éstos han olvidado que existe el día que todo colorea. La noche se cierne azul y los humanos, curiosos, aprovechamos para explorar la sensación del miedo y nos perdemos en sus visiones interpretando sueños de laberintos en destrucción. ¡Cuanto dolor ocasiona la construcción del amor!!!!

Aprendices de la luz, miramos el suelo raso y sus alrededores, teñido de sombras que reclaman silencio y atención. Acostumbrados a los ruidos, el sonido de la noche se nos vuelve tenebroso y empieza la danza de la muerte, entregados a un final que no existe porque todo se transforma, como la mariposa en su ciclo de evolución.

Amor/desamor/amor y así en una onda mágica que ejercita la fluidez del sentir, flexibilizando las articulaciones de la existencia. Construir como arte-sanos, tejiendo nuestra verdad que es la de todos. Caminos y senderos que recorrer para volver al centro donde todo permanece, todo es.

Cuánto tormento en esta selva de desamor que mantiene el rostro pegado al suelo sin poder ver el alba surgiendo; siempre, cada nuevo día, en un nuevo amanecer.

Amanecer. fotografía de Jan

¡Cuanto daría para liberar a los que luchan por sobrevivir en este sin vivir!!! Y sin embargo nada puedo hacer más que permanecer en el camino del eterno retorno donde todo sigue, ciclo, evolución y vida.

El amor empieza en una/uno misma/mismo. La oscuridad nos invita a dejar de palpar a ciegas para permanecer en escucha y sentir desde dentro espacios azules cargados de sencillos y humildes tesoros de bienestar.¡Ámate! por la diosa y el dios que hay en ti.  Sé el ser que has venido a ser, con tus potenciales despiertos y entonados para seguir construyendo el amor.

No olvides de mirar el cielo. Recuerda de donde vienes.


Notas de navegación

Apunts d’educació

Com ja sabeu, tinc un fill de 13 anys que va a l’institut del poble. Està cursant 2n curs de secundària.
      L’Eloi és brillant, àgil, despert i lògic, ràpid en respostes i qüestionaments, rebel de mena amb tot allò que li sembla injust inclosa l’autoritat, alegre i dinàmic, curiós, tenaç, li agraden els reptes, te un alt esperit de superació i convicció, contradictori, …., i una cosa que per a mi és molt important: està en construcció i experimentació. 
      Es clar que la re-construcció és un procés de transformació constant al llarg de tota la vida, fins i tot en el que anomenem mort, però en el cas de l’adolescència, és una etapa de transformació trepidant on l’ésser bio-psique-espiritual que composa el “jo” neda entre marees d’hormones i sensacions que van configurant la integració afectiu-motora, l’expressió de la identitat en la vida i els potencials que es manifestaran progressivament al llarg de les diferents etapes.  Cada peça de l’engranatge del “jo” es va ajustant per esdevindre el ser que cadascu és. L’inconvenient sorgeix quan ens trobem debant de les estratègies que ha anat teixint el sistema economic-politic-social actual per inculcar-nos valors, formes i normes que mantinguin la vida al servei de l’home, tenint aquest el dret sobre ella, creient-se amb el dret de fer i desfer al seu gust i interés. D’aquí el nom de societat antropocèntrica.
      Per mantenir aquest estat del “benestar”, s’han establert mecanismes de control en la pròpia matriu de la societat. Així doncs l’educació, base de l’economia, es fonamenta en uns representants del saver anomenats professors, catedràtics, mestres que han estat ensinistrats en institucions del propi sistema on aprenen les bases teóriques i pràctiques que garantitzen la supervivència del sistema tal i com el coneixem. Alguns desperten, cada cop som més.
      Per tal de fonamentar una única i correcta manera de fer, el sistema capitalista ha recreat la concepció de l’ésser humà com un ésser ignorant, sense continguts, de ment buida i per tant manipulable, al que se l’ha d’inculcar valors i conceptes que el comptabilitzin com a persona normalitzada. Així, l’educació esdevé unidireccional on el que sap te l’autoritat, reconeguda pel sistema amb titulació que així l’identifica i el capacita per ensenyar què és i què no és correcte.
      Dit així pot semblar una barbàrie, però no és lluny de la realitat que quotidianament vivim. El gran avantatge és que per molt que a la vida se la volgui tenir al marge o manipular-la a conveniència, ella segueix pulsant sense distinguir bé i mal i continua amb els seus cicles evolutius. Com que l’home s’entesta en un sistema antropocèntric i no biococèntric o sigui, en funció de la vida i per tant en constant moviment, el sistema i l’ordre establert en conjunt entra en col.lapse i comença a fallar. Així a gran escala Gaia ho manifesta amb sismes, sunamis, terretrèmols; a escala més propera i com a exemple, les aules dels instituts, d’universitats i escoles, s’omplen  de nens i nenes “inadaptades”, molts d’ells diagnosticats d’hiperactivitat i sindromes de nova creació que justifiquen el consum de medicaments que normalitzen el comportament de les nenes i els nens a molt primerenca edat, iniciant el tractament de regularització en 7 anys en molt cassos i sota el consentiment de pares i mares amb la consicència adormida i anestesiada per l’ilusionari.
      Vida és moviment, transformació constant. Si aquesta llei es vol aturar, el sistema es col.lapsa i s’inicia el procés de destrucció per tal que esdevingui la pròpia evolució del sistema. Això no afecta nomès a l’individu, o a la societat, o al planeta o la galaxia, afecta a tot el sistema vivent. No estem sols, tot es una infinita xarxa de connexions i sinapsis que ens mantenen comunicats a molts nivells i dimensions.
      El cicle de transformació pot ser violent, pacífic i progressiu (el grau de tot plegat és nomès un instrument per mesurar). Cóm vivim aquesta transformació depen de l’elecció personal i col.lectiva. Lluitar en contra d’aquesta transformació és mantenir la fal.làcia del col.lapte permanent, i això és impossible.
      Com a ésser humà conscient d’aquesta realitat, jo decideixo participar activament. Com? Mantenint criteris d’igualtat i neutralitat en la meva vida quotidiana, participant d’allò que em ressona dintre, escoltant i dialogant, equivocant-me (com no!!!) per què jo tambè estic en construcció i sé que l’opinió de totes i tots, sigui la que sigui, és important per recrear el món que volem des de la reflexió, el diàleg, la inclusió, el sentit crític, la vivència comunitària i el desig de co-creació. És clar que aquesta elecció és més lenta, més laboriosa, més llarga però alhora més sòlida. Seria més ràpid resoldre els conflictes imposant l’autoritat en les seves múltiples formes, però no és el que vull amb la meva vida i per tant en la vida.
      Així, quan avui he tingut la reunió amb el tutor del meu fill per parlar del comportament de l’Eloi envers als professors, he defensat partir d’un criteri igualitari que ens mesuri a tots per igual i ens permeti reflexionar en cóm eduquem, quin exemple estem oferint i sota quins valors acusem a altres sense mirar-nos a nosaltres mateixos. Haguès estat molt satisfactori poder parlar des d’un criteri consensuat per ambdues parts on construir accions conjuntes que fossin beneficioses per a classe sancera, però no ha pogut ser. Malgrat els meus intents repetits en mantenir un criteri igualitari, el tutor ha preferit adherir-se al sistema col.lapsat i mostrar-se abduit per el parany del be i el mal.
      Quan a l’aula, casa, feina, un membre manifesta un problema, aquest passa a ser de la comunitat i és ella la que troba formes, maneres i accions que pulsen cap a la resolució. La resolució és de tots i totes els membres de la comunitat, això els cohesiona, incentiva el sentiment de solidaritat, d’acompanyament i empoderament de cada individuu sent particep de la construcció.
      Cal poder abordar els conflictes de forma equànime, aprofitant els espais per revisar-nos a nosaltres mateixes com a educadors i educadores i posar-nos en el verdader sentit de l’educació. Les aules han d’esdevindre espais d’aprenentatge col·lectiu, participatiu i autogestionat on tots son igualment importants. Quin és el missatge que estem donant a les nostres filles i educants, quina és la nostra actitud davant dels conflictes que es generen a les aules i a casa, què ens està dient certs comportaments dels altres i què estem disposats a canviar i què no.
      Ens omplim la boca de discursos preciosos d’acord amb el pensament evolutiu però quan entrem en acció, els automatismes pesen i s’escampen com un virus, infectant l’entorn.
      No podem seguir mantenint situacions de poder que devaluen al ser i el mantenen en la concepció d’un éser buit, ignorat, carent. Som vida, som humans amb molta informació genètica que dorm esperant espais d’expressió dels nostres potencials. Som dipositaris d’una saviduria milenària que existeix en nosaltres i pulsa per acompanyar-nos activament en el procès de vida. Les edats son referents temporaris del món material. L’èsser és molt més que matèria.
     És moment de radicalització de vivències. La vida és per viure-la amb plenitud. No deixis que et facin creure el contrari.
Educación Biocéntrica

Re-aprender

Continuando la senda del analfabetismo emocional, donde cito al lúcido Edgar Morin en “() aprender, desaprender y reaprender”, me paro delante de “reaprender” e intento poner palabras a mi último reaprendizaje. Es tan nuevo que puedo oler su perfume, su bálsamo de azafrán, algun que otro blanco limpio iluminado, fragmentos de texturas que se entrelazan en la visión,… y poco a poco surgen las palabras deseadas. No es un proceso mental; es un encuentro de emocionalidad que se manifiesta en el papel llenando las hojas hasta que finalmente averiguo mi reaprender. El de hoy, el de ahora. En este instante. Clara y transparente resuena: continente.
Casi de inmediato entrelazo la palabra amiga con el afecto y emerge “continente afectivo”, aquel que Rolando Toro[1] abraza con el cuerpo y resignifica con la mirada, el gesto armónico, el regazo, la escucha y el ser-estar. Aquel que inducido por la música escogida, transporta a qué se yo el lugar o el tiempo, viviendo la experiencia profunda de sentirte viva en el instante preciso donde vida y muerten danzan juntas sin miedo. Y de repente recuerdo el verbo de mi amiga Rosa, la que vive en Palacios de afectos y bosques de frondosos árboles, diciendome con una hermosa sonrisa en su rostro: “Felicidades!! (…) aprendiendo a contener. ¡Esto es la familia!”,. Y siento satisfacción de construir un hogar donde sí hay continente.
Continente afectivo que todos nos merecemos, continente de contención cuando la invasión aparece, continente de contenido cuando hay material para aprender, continente de conglomerado de tierra que libre de fronteras compone una unidad física, continente del latin continere que significa “mantener juntos”. Y finalmente pero no como fin si no como continuidad, Continente como forma especial del pronombre “ti” cuando va precedido de la preposición “con” y se convierte en un pronombre personal lindo, extenso, amplio, adrupto y maravilloso llamado contigo.
Reaprender sumando continentes que derivan en aguas de afectividad que tan a menudo olvidamos, a veces hasta perder nuestra condición de humanidad, para volver a una lucha que sólo existe en nuestra mente fruto de creencias obsoletas que todavía laten como un recuerdo de lo que fue para que aprendamos lo que es. Ahora y siempre.
Volver para aprender, desaprender y continuar la espiral de maestría que nos convierte en eternos aprendices del aprender.

[1] Rolanto Toro Araneda (1924-2010), creador del Sistema Biodanza basado en el Principio Biocéntrico.
Educación Biocéntrica

Analfabetismo emocional

“Los analfabetos del siglo XXI no serán los que no sepan leer ni escribir, sino los que no puedan aprender, desaprender y reaprender”. Edgar Morin [1].

Y ¿qué es desaprender? Busco en Google y encuentro varias referencias; dos de ellas me llaman la atención. Una define desaprender como  “Proceso por medio del cual se trata de olvidar o descartar conocimiento acumulado aprendido con anteriorirdad“. Añadiendo “Todos tenemos algo que desaprender, entre esas cosas podemos mencionar hábitos, dependencias y prejuicios[2]. Y ahi me quedo meditando sobre el signado que propone el autor y me surge una palabra: “borrar”. Podría parecerse a “olvidar o descartar” como indica el texto en questión pero a mi me sugiere la secuencia de limpiar, dejar la hoja en blanco preparada para una nueva edición donde reescribir de nuevo, con palabras nuevas, dibujos nuevos, otros colores, rasgos y trazos que surgen del olvido sin palabras, sin memoria. Como empezar desde el mismo principio eterno de “una vez más” pero habiendo descartado lo aprendido.
Más, sin la compañera continuidad, el siguiente paso (reaprender) no tiene sentido.
¿para qué una hoja en blanco sino es para escribirla, rallarla, dibujarla? Qué sentido tienen las experiencias si no es el de aprender a reaprender el sendero que nos lleva a insólitos paisajes que se presentan sin avisar, sin tiempo. Andar hasta terminar la historia jamás contada, la mia, la que escribo dia a dia, la que borro para iniciar el dia hoy sin anclarme en el ayer pero referenciándome en él para intentar no repetir la historia mil veces contada. … Y vuelvo a desaprender para seguir reaprendiendo una vez más. Esta vez con mayor sabiduria que la próxima por venir.
Otra referencia me llama la atención  y le sigo la pista. Dice así:: “Aprender a desaprender es tarea nuestra, en nuestros recónditos silencios. Enseñar a desaprender es la misión de quien oficia en el rito ancestral de copular con los muertos… Las voces antiguas hablan un lenguaje remotamente familiar. Los giros, las costumbre, desafían los esfuerzos reiterados por horadas la sima de las significaciones. Desde el susurro inmemorial aprender a calcar los sentimientos, las acciones[3]”. Y me quedo con ganas de leer más pero me paro a sentir el sonido de las palabras. Y llega el silencio de lo desaprendido danzando entre las cenizas de la muerte que transforma y renace blanca como la noche, azul como como la luna y surge el reaprender como bálsamo de una vida que no cesa de vivir.
Reaprender a trazar sonidos sin sentido, notas que entonan palabras lejanas que rememoran el canto de lejanas sirenas encantando la mar, atrayendo nuevos piratas despistados que confiados, se entregan a la danza del amor muriendo un poco más cada dia. ¿Para qué? Para volver a aprender de nuevo que la vida es una costante constelacion de saberes que repiten su historia una y otra vez entre redes de afectos.
Aprender, desaprender y reaprender para volver a aprender y seguir desaprendiendo para reaprender y aprender …en un círculo infinito donde todo se anexa y amplia para volver a un eterno retorno del partir. Quizás más sencillos, completos y conscientes de nuestra complejidad.

[1] Edgar Morin. La via: para el futuro de la humanidad. Editorial Paidós, Junio 2011
[2] Adrian Cottin. Desaprender Primero. Portal Educar.org/Diciembre 2004.
[3] Ubaldiana Díaz Romero. Rev Iberoamerica de Educación. Num 38/4 Abril 2006.
Notas de navegación

El retorno a la consciencia

    En la región costera del sur de Perú y el norte de Chile, hacia el año 200 a.C. surgió el pueblo Nasca de una cultura denominada Paracas. Cultivaban algodón, judías, tubérculos, una fruta llamada lúcuma y maíz de mazorca pequeña. Inventaron una nueva técnica de alfarería que consistía en mezclar doce pigmentos minerales diversos con una fina capa de arcilla para pintar su cerámica antes de hornearla. Gracias a algunos de los restos encontrados, se deduce que los nasca eran un pueblo pacífico, ligado a la música, a la danza y a las peregrinaciones.

    El asentamiento de la cultura Nasca era perfecto por la abundancia de agua proveniente de los diez ríos que bajan de los Andes, pero el riesgo ambiental en esa zona es muy elevado por el desplazamiento del anticiclón boliviano ya que cuando se desplaza hacia el norte, aumentan las lluvias, si se desplaza hacia el sur las precipitaciones disminuyen hasta secar los ríos, lo que hacía que el pueblo nasca se desplazara desde la costa del Pacífico hasta altitudes de 4.500 metros al oeste siguiendo las precipitaciones a través de los valles de los ríos. A pesar de ello su cultura permaneció durante ocho siglos.
    En los valles extremamente áridos del sur, el pueblo nasca creó un ingenioso sistema de pozos horizontales que aprovechaban el desnivel de la capa freática en su descenso desde las altitudes andinas, lo que permitía sacar el agua subterránea a la superficie en lugar de desplazarse siguiendo las precipitaciones. Esos sistemas de regadio se utilizan todavía hoy y son conocidos como puquios.
    Se ha descubierto que la creación de los geoglifos[1] se ha dado desde hace 2.400 años, antes de la aparición de los Nasca, con lo que parece una tradición cultural heredada de los Paracas y en diversos períodos de la historia. Tambien se ha desmitifacado que los geoglifos sólo se puedan ver desde el aire ya que las primeras imagnes antropomórficas dibujadas en las laderas, se pueden ver desde la pampa, y los dibujos que se crearon en el suelo de la pampa pueden ser observado desde los valles y otros sitios con geoglifos.
    Todas las figuras fueron construidas en grupos sociales y están asociadas a rituales y ceremonias de invocación a las deidades de la montaña para la obtención de agua a cambio de numerosos sacrificios humanos, decapitaciones y “cabezas trofeo” que se han encontrado, así como objetos provenientes de lugares lejanos que se ofrecian a los dioses-montaña.
    Stephen S Hall, comenta su experiencia caminando por las lineas de Nasca diciendo “Los geoglifos eran sin duda para el pueblo nasca un recordatorio cinético y ritual de que su destino estaba ligado a su entorno: a su belleza natural, a su efímera abundancia y a su amenazadora austeridad.
En cada línea y cada curva que arañaron en el suelo del desierto se puede leer su respeto por la naturaleza, tanto en tiempos de abundancia como en épocas de desesperada escasez. Cuando pones los pies en ese espacio sagrado, incluso durante un breve y aleccionador momento, es algo que se siente.”
    Dos milenios más tarde, la dimensión humana sigue siendo profundamente cósmica, tal y como los Nasca intuian y expresaban en sus rituales y celebraciones, relacionando el micro-cosmos con el macro-cosmos, como Hermes Trismegistro apuntó en su famosa frase “Tal como arriba es abajo”, y como Pitágoras también lo hizo cuando afirmó que “Las vibraciones y resonancias de los cuerpos entre si, estudiadas desde la ciencia exactapueden demostrar la relación armónica que existe entre todos los elementos vivos, sean éstos minerales, vegetales, animales, planetas y constelaciones”.
    Hoy conocemos la composición de los elementos vivos y sabemos que nuestra estructura biológica es capaz de sentir e influir en la fisiogénesis de nuestra existencia en profunda interelación con el medio. Somos reflejos microcósmicos de la infinitud y podemos intuir que la vida no surge de la materia, ésta se ordena en relación a las posibles estructuras de vida.
Por eso, danza, crea, expresa, ama y vive hoy y siempre sacralizando la vida. Somos muchos con la misma conciencia despierta, sin distinciones de colores, nombres, banderas o cualquiera sea la señal externa. La propuesta “Ama al proximo como a ti mismo”, ya no es patrimonio de creyentes. La divinidad está en vivenciarnos como seres vivos, profundamente vivos.
Texto inspirado en el reportaje de National Geographic Espiritus en la arena

[1]Líneas y figuras construídas en las laderas de los cerros o en planicies, usando la técnica de adición de piedras con tonalidades oscuras de orígen volcánicos o por oxidación a manera de mosaico, para constrastar sobre un fondo más claro característico de desiertos. Se encuentran en Brasil, Chile, Japon, México, Perú, Australia.
Cursos

El círculo de cultura

Educación biocéntrica. Construimos dialogando.

Rolando Toro habla de la Educación en los siguientes términos: «Pienso que el factor permanente que integra y da estructura a la inteligencia como función global, es la afectividad. (…) La inteligencia afectiva no es un tipo especial de inteligencia. Todas las formas diferenciadas de inteligencia motora, espacial, mecánica, semántica, social, etc. tienen una fuente común: la afectividad» (Toro, Módulo de Formación de Educación Biocéntrica). 

En la propuesta educativa biocéntrica, el enfoque principal no es desarrollar la inteligencia, sino vincularla al organismo como un todo. «El cuerpo, el deseo y el placer en relación amorosa con el otro integrado en la totalidad», dice Ruth Cavalcante. A mi me gusta la frase que dice «Educar educandonos». Cuando éste acto epifánico se lleva acabo, el momento presente se convierte en pura expresión artística donde confluyen la creación de todos los participantes convergiendo en un punto común, la palabra generadora.

La palabra generadora del Círculo de Cultura, es una herramienta de Educación Biocéntrica donde aprovechamos el saber de experiencia de cada uno de los participantes alumnos, así como la riqueza que la madre naturaleza nos ofrece. Para ello se utilizan diferentes recursos didácticos asociados a la expresión artística como la pintura, la música, dramatizaciones, colage, arcilla, poesia, exposición de grupos, reaprovechamiento de los materiales, y otro. Crear espacios donde poder ser sin juicio, es una oportunidad de aprendizaje vivencial, donde la afectividad nos vincula al otro, a mí mismo y a la colectividad. 

CIRCULO DE CULTURA, sábado 10 de abril 2010 de 17h a 20h.
Can Do Major – Castellar del Vallés 
+ info Teresa Vázquez sheroqua@hotmail.com

Educación Biocéntrica

Inteligencia emocional versus inteligencia afectiva

La génesis del amor

Muchos son los filósofos, científicos, místicos,… que contribuyen con su pensamiento y obra a la comprensión y realización del nuevo paradigma, que surge como un canto recuperado de la humanidad y sus viejas tradiciones ancestrales, que reinventan la conexión con lo primordial y resignifican los instintos para que nos guíen (ahora sí) junto con la conciencia despierta, hacia la construcción dialógica, solidaria, ecológica, social, y profundamente transcultural, transdisciplinaria e integrada, de la comprensión de la vida.

Al planteamiento cartesiano «Je pense, doncs je suis», traducido seria «Pienso, entonces soy», hoy podemos complementar diciendo: «Siento, entonces soy vida». La conexión con la vida converge hacia una comprensión que, según Edgar Morin «nos instruye a asumir la misión antropológica del mileno: 

  • trabajar para la humanización de la humanidad;
  • efectuar un doble pilotaje del planeta: obedecer a la vida, guiar la vida;
  • alcanzar la unidad planetaria en la diversidad;
  • respetar al otro, al mismo tiempo, la diferencia y la identidad cuanto a sí mismo;
  • desarrollar la ética de la solidaridad;
  • desarrollar la ética de la comprensión;
  • enseñar la ética el genero humano». (Morin 2000)

Pienso que una de las claves indispensables para la construcción comunitaria de este «nuevo paradigma» es redimensionar el papel de la Educación. Para mi, la maestría de Paulo Freire en su propuesta Pedagógica Evolucionaria Dialógica, marca la transición de la etapa experimental que sólo permitía ver una cara u otra de la realidad. Ahora sabemos que la realidad es un sistema complejo de actuaciones interconectadas entre sí que se organizan y estructuran de tal forma que siempre están en movimiento por la propia evolución del conjunto.

La Biología Molecular, la nueva Física, la Teoría General de Sistemas, la Informática, la Psicologia Transpersonal, la Ecología Profunda, en interacción todas ellas, han contribuido para la comprensión de la importancia de las relaciones micro-macrocósmica en la construcción del ser y su entorno. La realidad se redimensiona en un proceso complejo de creación y autocreación (autopoiesis) que integra  la conciencia como elemento organizador y estructural en un constante flujo de acción y evolución.

Ahora el reto para mí, se encuentra en la resignificación de la Educación. Los enfoques educativos que potencian la comprensión cognitiva y efectiva ligada a las emociones, tal y como propone Goleman, son tratados por Toro desde una perspectiva biocéntrica donde el aprendizaje se enraíza en los instintos y culmina en el vínculo como impulsor de las estructuras cognitivas. «La biología celular revela también la existencia de verdaderas comunidades celulares que integran acciones bioquímicas de cooperación celular. Cuando los organismos vivos lo requieren, las células son capaces de alterar su comportamiento bioquímico en beneficio de la comunidad celular. Principios de afinidad y rechazo se integran en beneficio de la unidad biológica» (Toro 2002, Afectividad).

La dimensión social en el proceso de organización y estructuración de la existencia del hombre propuesta por Henri Wallon, es complementada por el estudio de Antonio Damasio sobre la neurobiologia de la emoción y los sentimientos que apuntan hacia la percepción del ser humano como la integración de todas las formas de inteligencia, convergiendo en un punto de partida, que Toro llama Inteligencia Afectiva o principio psicogenésico de la afectividad.

Son muchos los pensadores que aportan sus hipótesis sobre la comprensión del desarrollo intelectual del ser humano afirmando que todo conocimiento es construido socialmente, teniendo como base las relaciones humanas. La propuesta del pensamiento biocéntrico es cultivar las energías organizadoras y conservadoras de la vida, y nuestra labor como educadores es reeducar afectivamente a través del vínculo.

Cesar Wagner afirma que la Educación Biocéntrica es una propuesta pedagógica donde el principal instrumento de aprendizaje es la persona, incorporando dimensiones éticas y dialógicas ya que considera al educando como un ser entero «que piensa, que habla, siente y reacciona en comunicación con los otros, no apenas en una relación interpersonal y sí en inter-conectividad, o sea, relaciones conectivas en una forma de regulación y autoregularización.» (Cavalcante, 2004).