Biodanza

La mística en el Movimiento Biodanza y la cultura Biocéntrica

Cuando hablamos de paradigma biocéntrico, estamos poniendo la Vida al centro y la Vida conlleva, entre muchas otras cosas, misterio. Para mí el misterio de la Vida está asociado a la vivencia mística, espiritual, esotérica, que me llevó a estudiar filosofía, psicología transpersonal y antropología desde una perspectiva autodidacta, ya que mi formación oficial es Informática y Administración.

Cuando inicié la formación de Biodanza, tuve que familiarizarme con un lenguaje nuevo para mí, el de la Biología, que no deja de ser una manera más de explicar qué es la Vida, una porción más del gran puzzle cósmico del conocimiento, si podemos decirlo así.

Después de titularme como facilitadora de Biodanza, seguí mi formación en Milán, Italia, con la neurociencia aplicada a la Biodanza y de allí a la Educación Biocéntrica y algunas extensiones de Biodanza como Biodanza Acuática, Identidad y Cuatro Elementos, l Tarot de Biodanza, El Árbol de los Deseos y actualmente Biodanza y I Ching. Todo lo que he ido estudiando en relación con la propuesta biocéntrica, me lleva invariablemente a la mística, o sea, a la fuente de las enseñanzas casi siempre herméticas que bien se daban por inspiración divina a sabios y ascetas, o bien por experiencia vivencial. Estoy hablando de la mística que yo conozco sin ser una gran experta: la filosofía advaita-vedanta, el Tao, la Kabbalah, la cosmología maya e inca y el Cristianismo original.  Y digo cristianismo original porque desgraciadamente, el cristianismo que nos llega a nuestros tiempos difiere bastante,  por no decir que poco recuerda al mensaje original de Jesús el Nazareno, pues el Nuevo Testamento ha sido manipulado e interpretado a conveniencia del poder dominante para satisfacer intereses personales que nada tienen a ver con el Bien Común y la Buena Nueva crística.

Si revisamos la bibliografía que sustenta el paradigma biocéntrico, muchos son los autores que beben de la fuente de la Kabbalah, de la escuela filosófica hindú clásica y, minoritariamente, del Tao. Siempre me causó una grata impresión ver reflejado de forma particular, lo que en realidad es Uno, dicho y contado de diversas maneras y formas. Incluso la cuántica cada vez se acerca más a la Unidad Divina y Sagrada, con nombres diversos que apuntan a la divinidad.

Eso es lo que me cautivó de Biodanza: su mensaje. Si bien el lenguaje de Biodanza me era ajeno, podía reconocer su propuesta como lo que para mí es “El Cielo en la Tierra”, aunque desde la experiencia puramente física, biológica, corporal, intuitiva y esencialmente salvaje[1]. Esa era la gran novedad: la corporeidad vivida. Cézar Wagner en el vol. I de la Teoría de la Biodanza nos lo cuenta así:

[1] Salvaje, era una palabra que Rolando usaba mucho. Curiosamente salvaje proviene del catalán occitano salvatge y no del francés como se dice. A su vez, estas formas derivan del latín vulgar salvaticus que hace referencia a bosque.

Biodanza se expandió por todo Brasil por contener en su esencia: la belleza, el placer de la vida y la autenticidad de expresarla como corporeidad vivida. El camino no fue fácil, se encontraron con reacciones diversas, desde la plena aceptación hasta el rechazo total y persecución por el Consejo Federal de Psicología de Brasil. Aún así, superó todos los obstáculos y se configuró como disciplina de desarrollo humano


En la Teoría de Biodanza, volumen I y II, encontramos textos muy valiosos en relación a la mística que desaparece en el material teórico de la formación de docentes de Biodanza. El motivo es obvio: el interés de Rolando y todo el equipo de colaboradoras y colaboradores era posicionar la Biodanza como un sistema de desarrollo humano nuevo y revolucionario en la época y desmarcarlo de cualquier indicio esotérico o espiritual que pudiera cuestionar o desacreditar el sistema en sí mismo. En este sentido, cabe reconocer el papel del cientifismo o la tendencia, por decirlo de alguna manera, del afán de acaparar la totalidad de la realidad desde una perspectiva científica exclusivamente, que no deja de ser limitada y estrecha. No estoy diciendo que se equivoque, sólo aludo al papel totalitario que ejercía en la década de los 70-80 y que aún persistente quizás con menos fuerza pero todavía con un gran carácter de exclusividad.

Para abordar la mística en el movimiento Biodanza y la cultura Biocéntrica, primero definiremos la palabra mística y seguiremos con los antecedentes históricos del Movimiento Biodanza, que posteriormente, con la incorporación de la Educación Biocéntrica, pasa a ser la Cultura Biocéntrica, donde la mística es nombrada por su nombre.

ETIMOLOGIA

La palabra mística proviene del griego mystikós, relativo a los misterios. Tanto en Grecia como en Roma los misterios se asociaban a un tipo de práctica espiritual y culto religioso hermético, que guardaba los secretos o que los iniciados “sólo pueden murmurar porque no se saben bien la letra de los cánticos y las recitaciones”, según notas del diccionario de la Real Academia Española. ¿Porqué tanto secreto? Porque en Grecia y Roma había dos tipos de cultos religiosos: uno público y otro privado. El culto público estaba dedicado a los dioses tradicionales para reverenciarlos y pedirles favorecer o agradecer los favores recibidos a cambio de ofrendas y sacrificios que se hacían al aire libre con una actitud respetuosa a las deidades protectoras que permanecían en el interior de los templos junto a las ofrendas. El culto privado o también llamado los cultos mistéricos, de donde viene la mística, sólo podían acceder aquellas personas que deseaban la “salvación” que provenía del más allá (entendiendo “más allá” como la revelación del alma).

Las características de los cultos mistéricos son:

  1. Hay verdades de fe que se deben aprender y sólo son para aquellas personas que se consideran en fase de iniciación. Una vez aprendidas, son bautizados (ritual de reconocimiento de grado alcanzado) y se convierten en iniciados, o sea, mantienen el secreto, la boca cerrada. Cuando son bautizados pueden practicar las enseñanzas y los rituales. Suelen haber grados de iniciación que proporcionan mayor sabiduría al servicio de la comunidad.
  2. El culto y el ritual se practican en el interior del templo cerrado donde solo acceden los iniciados y no pueden contar lo que allí acontece.
  3. Las enseñanzas giran en torno a una divinidad femenina y una masculina que suele ser su hijo, acólito o esposo). La divinidad masculina sufre la prueba de la muerte y la resurrección como la dádiva divina que se consigue si se ha cumplido estrictamente todo el proceso de maestría.

Los principales cultos mistéricos en el mundo griego son los misterios órficos de Orfeo, de Dionisio y los misterios eleusinos (Deméter y Perséfone).

En el mundo romano los cultos mistéricos proceden de Oriente (Mitra y el culto al Sol Invicto- Persia), Asia Menor (Atis y Cibeles) y Egipto (Isis y Osiris).Ishtar/Inanna en Babilonia. Solsticio de invierno en Mesoamérica (culto a la feminidad)

Todos los cultos se erradican con la llegada al poder del cristianismo en el IV d.C. aunque sostiene bastantes ritos y rasgos formales que adapta al cristianismo para borrar la huella popular.

En un principio puede parecer que el misterio o la mística, no tiene nada que ver con el movimiento Biodanza y la cultura biocéntrica, pero si prestamos atención a los textos originarios de la Teoría de Biodanza, comprobamos cómo la mística forma parte de la epistemología y ontología de Biodanza. No en vano en las danzas de los tres aspectos de la divinidad (Vishnu,  Brahma y Shiva), de los animales, los elementos, y las danzas yin-yang, así como las extensiones como Biodanza I CHing, El camino del héroe- Proyecto argonauta, Proyecto Minotauro, el Tarot de Biodanza, Neochamanismo, Identidad de los cuatro elementos, encontramos la psicología de los arquetipos, el rescate de mitos, leyendas, ceremonias ancestrales y diversas técnicas que facilitan estados de éxtasis y de expansión de conciencia. No es casual que estas extensiones referenciadas en enseñanzas ancestrales místicas que explican con detalles cómo es la vida, formen parte de la formación de Biodanza, más allá de la básica de facilitación.

ANTECEDENTES HISTORICOS

Rolando Toro llegó a Brasil, concretamente a Sao Paulo, Brasilia, Belo Horizonte y Rio de Janeiro en 1975, desde Buenos Aires, Argentina. Había sido invitado por profesionales, mayoritariamente psicólogos que “reconocieron en su trabajo algo nuevo y revolucionario en el contexto de los abordajes existentes sobre desarrollo humano en esa época”.

Originalmente Rolando nombró al sistema naciente como Psicodanza y en 1979, pasó a llamarse Biodanza, fruto de reflexiones y discusiones realizadas en el año 1978 por Rolando Toro, Cecilia Luzzi y varios profesionales que completaban el equipo de colaboradores. Cézar Wagner cuenta que la década de los 80 fue significativamente difícil, con grandes obstáculos que fueron superando paso a paso, expandiendo la Biodanza de forma integrada por toda Abya Yala y en Europa en Italia y Suiza (estamos hablando de 1991) -en la actualidad Biodanza se encuentra por todo el mundo-. Fue así como fueron construyendo una sociedad biocéntrica que llamaron Movimiento Biodanza.  Teoría de Biodanza, Tomo I.

La revolución del sistema Biodanza la encontramos en la definición de Biodanza que hace Cézar Wagner en el año 1991, que dice:  “Biodanza es una disciplina de desarrollo humano, que ofrece al ser humano la posibilidad de vivenciar y orientarse por principios que emergen de la propia vida. No se propone como filosofía de vida, pero sí como manifestación de un fabuloso sistema viviente (el Universo) en cada ser humano, a partir de su vida instintiva. Esto significa que toda vivencia tiene cualidades inmanentes[1] y trascendentes, alternando entre ellas la predominancia”.


[1] Inmanente: Inherente a algún ser o unido de un modo inseparable a su esencia, aunque racionalmente pueda distinguirse de ella. RAE.

Esta dimensión universal de Biodanza no puede sostenerse sólo con aspectos fisiológicos, mitológicos, psicológicos y filosóficos, como encontramos en los cuadernos de formación de docentes de Biodanza, siendo que la mística estaba presente en los cuadernos originarios de la Teoría de Biodanza como en seguida vamos a ver.

En la introducción a los textos de la Teoría de Biodanza, vol. I, Cézar Wagner escribe, de acuerdo con los escritos de Toro de 1978:

El movimiento primordial es el generador primero de nuestra esencia libertaria, semilla original que pulsa e impulsa al ser a la vida, que tiende a florecer en dimensiones cada vez más plenas de un ser cosmogónico y creador de sí mismo.

Aceptamos profundamente la existencia de una esencia humana libertaria, en algo interior que impulsa al ser a la realización, cuyo origen no reside en la conciencia sino en nuestra raíz animal y salvaje.

Encontramos allí las potencialidades humanas, muchas veces bloqueadas, reprimidas, negadas y siempre presentes. (…) Para alcanzarlas es preciso “el retorno a los orígenes de la propia reflexión y descubrir su suelo (su terreno) anterior a la actividad reflexiva y responsable por ella”.

Necesitamos regresar al existir en un mundo sensible y original, que no acepta la ruptura entre el ser y el no-ser. (…)

El individuo trae en si un potencial de vida capaz de proyectarlo en múltiples posibilidades de realización y singularidad. Somos semillas del Cosmos, palpitando, vibrando, ligadas por hilos de Naturaleza entre sí y al Infinito, que a su vez nos llama. (…). Cada ser vivo es una semilla que vibra conducida por una experiencia de billones de años. No hay en la cultura humana algo más sabio y precioso. (…) No es una tarea fácil. Es un sueño de aquellos que escuchan el corazón de la Naturaleza y sienten la profunda realidad de la vida aconteciendo.”.

El texto es más largo y de una belleza extraordinaria. Si tienes ocasión, te invito a que lo leas completo. Mi intención es que tomes atención en la profundidad de las palabras, que nos llevan a la mística vivenciada, a la espiritualidad vivida, entendiendo espiritualidad como el “hacerse cargo de la realidad”.

Después del texto introductorio de Cézar Wagner sobre la Biodanza, encontramos la definición oficial de Biodanza como “un sistema de integración afectiva, renovación orgánica y reaprendizaje de las funciones originarias de vida”.

Dada la riqueza de la definición que nos llevaría varias páginas en desarrollar, hoy nos quedaremos sólo en la primera parte de la definición oficial: Sistema de integración afectiva. Rolando explica el significado diciendo que “el núcleo integrador es la afectividad, que influye sobre los centros reguladores límbico-hipotalámicos. La propuesta es transformar al hombre disociado en un holón[1]” (el todo y la parte al mismo tiempo, unidad organizacional básica en sistema biológicos y sociales).


Que Rolando nombre el holón, nos indica que conoce los sistemas de transmutación de energía pues en realidad, nada existe que no sea un holón: desde una idea, un impulso, un pensamiento…  El holón no es el todo ni las partes sino la integración de ambas realidades en una única Realidad mayor e indivisible. Como dice Ken Wilber en su obra El Ojo del Espíritu[1], “el estudio de los holones, consiste en el estudio de las verdades anidadas”.

Después de recorrer varios capítulos, que iremos compartiendo y comentando a lo largo de las semanas, donde Rolando Toro escribe sobre el significado amplio de Danza de la Vida, Una nueva visión de los problemas sociales y humanos, Estilos de vivir y estilos de enfermar, Para una inversión de la Estrategia epistemológica, en la Parte II de la Teoría de Biodanza, capítulo V, encontramos Modelos de Transmutación de Energía, primer capítulo sobre el Modelo Teórico de Biodanza.

En este capítulo, Toro se extiende ampliamente sobre los antecedentes de los modelos de transmutación de energía que ha habido a lo largo de la historia de la humanidad, y que tienen como fobjetivo explicar el funcionamiento de los organismos y del propio universo.

Hace referencia amplia a los modelos de transmutación de energía bajo la perspectiva del Chamanismo, del Yoga con la explicación detallada de los chakras, del modelo Cabalístico con detalles del árbol de la vida y las diez sefirot con sus nombres en hebreo, de la mística cristiana, de la Bioenergética y ciertas técnicas orientales, como Don-In, Tui-na, la Acupuntura y la Digitopuntura. También habla sobre los diferentes cuerpos energéticos: mental, astral y etérico según la Teosofía, el modelo del flujo de energías del Tai Chi,  y sólo de manera referenciada también nombra otras teorías religiosas y bioenergéticas, psicológicas y biológicas. En el modelo biológico, nombra el modelo biocéntrico propuesto por Rolando Toro con la siguiente explicación: el universo sería un sistema biológico unitario en el que lo orgánico y lo psíquico son aspectos de una sola realidad”. Sigue nombrando el modelo somático, la transmutación de la energía por movimientos de fluidez basado en los ocho trigramas principales del I Ching i su base filosófica Tao Te King,  hace referencia al Tai Chi CH’wan y los ciento ocho movimientos “que fluyen como una danza”-  dice Rolando, sigue describiendo tres modelos más de transmutación de energía por contacto basados en el Tai Chi, y finalmente dice:

el estudio realizado sobre la evolución histórica de los modelos de energía, permite al estudiante de Biodanza, no sólo una visión panorámica de los esfuerzos humanos por comprender estos procesos, sino sobretodo una toma de consciencia acerca de los procedimientos mas adecuados al ejercicio de las técnicas de integración y crecimiento.”.

Utilizando los múltiples recursos de integración, tales como la fluidez y el contacto, el encuentro, la caricia, el trance, el desafío existencial, al Biodanza induce efectos acelerados de transmutación, concentración y expansión de la energía del ser humano. (…)

Es a partir de esta reflexión, que Rolando continúa diciendo que: el concepto de energía utilizado en Biodanza corresponde al de la Biología contemporánea. (…) Partiendo del concepto de programación genética, las distintas formas o canales de energía aparecen, ya desde el inicio, altamente diferenciadas en la estructura instintiva. – Lo que lleva a afirmar que “según nuestra hipótesis la energía vital sería canalizada en cinco líneas de manifestación: vitalidad, sexualidad, creatividad, afectividad y trascendencia.

(…) En resumen, este modelo pretende demostrar que los sistemas biológicos y semánticos pertenecen a un solo sistema mayor, que es el organismo humano en integración con su ambiente.

A partir de aquí se presenta el modelo teórico y se profundiza en él. Con el tiempo, Rolando siguió investigando y desarrolló el Inconsciente Numinoso; con él terminó el Modelo Teórico de Biodanza.

Mi aportación al respecto de la espiritualidad evidente en el sistema Biodanza, no nombrada en los cuadernos de formación aunque obvia si se lee entre líneas, es referenciar la Mística como parte fundamental del Movimiento Biodanza y la cultura Biocéntrica. La Ciencia Sagrada detallada en las enseñanzas védicas, en el Tao, la cosmovisión de los pueblos originarios, y en el  Cristianismo original, difundido especialmente por Maria Magdalena en el sur de Francia y después por Europa y el resto del mundo, rescatando el Sagrado Femenino que junto al Sagrado Masculino, se funda en una corporeidad vivida en pos de la construcción “Aquí en la Tierra como es el Cielo” de un mundo de Paz y Amor, como corresponde a la evolución planetaria y cósmica de la Vida.


[1] Ken Wilber. El ojo del espíritu. Editorial Kairós, 1998.

[1] Arthur Koestler (1905-1983), originario de Hungría, acuño el término holón en 1967 en su libro El fantasma de la máquina.

[1] Salvaje: la palabra salvaje no viene del francés sauvage, como normalmente se relaciona, sino del catalán occitano con fusión con el latín vulgar salvaticus documentado en el siglo IV d.C. que hace referencia a bosque, o sea, es un adjetivo que referencia al bosque, la selva, la floresta.

La Mísitica en el Movimiento Biodanza y la Cultura Biodanza – 23 mayo 2022
Biodanza

El concepto de Identidad en Biodanza

En los apuntes de la Teoría de Biodanza, volumen II editado por Associaçao Latino-Americana de Biodança (ALAB) encontramos esta frase de Rolando Toro: “La revisión del concepto de Identidad representa, a mi modo de ver, la tarea fundamental de la Filosofía Contemporánea”. ¿qué motivos llevaron a Toro a afirmar tal necesidad?

Para Rolando Toro la definición de identidad sólo puede entenderse desde el “ser en el mundo de Heidegger”, y las aportaciones de Maurice Merleau-Ponty y Jean Piaget, aunque también reconoce las aportaciones de otros autores como Leibniz, Kant, Schelling, Hegel, Buber, entre otros. Estimulado por sus investigaciones en otras áreas como la Sociología, la Antropología, la Mística y la Medicina, Rolando decide iniciar, según sus palabras, “una meditación sobre el concepto de Identidad, con todos los riesgos que implica esta aventura intelectual”, que le llevaran a postular una definición provisional (como dice él mismo), sobre el concepto de Identidad, que será la base estructural del proceso de integración de Biodanza.

Antes de entrar en la definición de Identidad que propone Rolando, vamos a conocer brevemente a estos tres autores significativos para el concepto psicológico de identidad.

Martin Heidegger

Martin Heidegger (1889-1976), nace en Alemania. Tenía una salud delicada, así que, en su primer intento de ingresar con veinte años en el seminario de los jesuitas, tuvo que abandonarlo por causa de su precaria salud. Años más tarde cursó estudios de teología católica que abandonó para entrar en Universidad de Friburgo para estudiar Filosofía con el profesor Edmund Husserl (fundador de la fenomenología trascendental basada en la contemplación de la esencia de las cosas) con quien se inició en la fenomenología que luego él aplicaría en sus investigaciones.

Aunque sus inclinaciones políticas le llevaron a apoyar a Hitler y afiliarse al Partido Nacionalsocialista, cosa que creó un vacío de reconocimiento público, después de terminada la Segunda Guerra Mundial, Heidegger regresó a la Universidad y siguió su carrera filosófica ya fuera de la militancia nazi.

Influenciado por los presocráticos y en especial por Nietzche, Heidegger se cuestiona ¿qué es ser? desde una perspectiva no metafísica, ya que considera que la esencia del ser se ha olvidado. Heidegger pretende renovar totalmente el pensamiento occidental de tal forma que recupere la esencia del ser sin atributos, o sea, el “ser en el mundo de los hombres como un habitar poético”, porque afirma que el lenguaje de la ciencia e incluso de la filosofía no alcanza a dimensionar al ser; solo puede hacerlo la poesía. Heidegger afirma que “mi esencia como ser humano siempre está en contacto con el mundo”. El ser humano se autopercibe como “soy yo mismo”, pero no soy una entidad aislada, “Soy-con-el-mundo”.

Para acercarse a la comprensión de qué es ser, Heidegger introduce un término inventado por él mismo –Dasein-, que define las infinitas posibilidades de reconstruirnos como humanos en el instante presente, proyectándonos más allá de nuestro envoltorio físico ya que la conciencia se expande y trasciende la banalidad del vivir. Incide en la toma de conciencia de nuestra temporalidad, apreciándonos como seres finitos cuyo destino final es la muerte. Afrontar la finitud, la percepción temporal del vivir, aporta pleno sentido ya el tiempo se revela como un acontecer sin distracciones para apropiarnos de un destino realmente auténtico, evitando la fenomenología, aquello que se desvanece, que fluctúa y es pasajero.

En este sentido Rolando Toro cita en sus notas el sagrado libro Bhagavad-Guita en referencia al Ser Absoluto que habita en cada individuo, llamado en las enseñanzas védicas como “El Invulnerable Morador Interior” entre otros nombres. Es decir, cada ser humano participa de una Identidad Mayor, Absoluta y Eterna.

Maurice Merleau-Ponty

El otro autor nombrado especialmente por Tor es Maurice Merleau-Ponty (1908-1961), nacido en Francia. Se le conoce por tender puentes entre visiones filosóficas distantes entre sí, lo que llevó a conocerse como la “tercera vía” ontológica o relacionada con el ser. Fue catedrático de Filosofía Teórica en Collège de la France. Como en Heidegger, la fenomenología fue una notable fuente de inspiración para Merleau-Ponty. 

Aunque era un profundo defensor de la tesis cartesiana, no concebía el cuerpo y el pensamiento como entes independientes, sino como fenómenos integrados en una esencia común. Merleau-Ponty defendía que el cuerpo es un sujeto sintiente (corporeidad), diferente del organismo fisiológico estudiado por la biología. La corporeidad vivida unifica la actividad física con el pensamiento de manera que se reconocen mutuamente en su habitar juntos. Así, la realidad no es más que ”la simple proyección del individuo en unas coordenadas de espacio y tiempo que no existen más allá de su propia experiencia”.

El concepto de corporeidad vivida (cuerpo existente entre el punto de unión de conciencia y mundo) propuesto por Merleau-Ponty no niega la dimensión física; la equipara a un escenario donde los seres conscientes expresan su libertad de existir aún sabiendo que tiempo y espacio son objetos que explican propiedades de lo que es, y se manifiestan para que puedan ser sentidos y experimentados. 

Como afirma la física cuántica, Merleau-Ponty postula que ninguna persona abierta al conocimiento de las cosas es sólo un espectador pasivo de la realidad, sino que existe una relación entre el ser y la otredad que construye el conocimiento subjetivo del vivir. “La relación entre todo hombre y la historia pasa necesariamente por el modo en que percibe los hechos que se despliegan durante su ciclo vital en una dialéctica viva entre los cuerpos pensantes como ecosistema para la memoria de la humanidad”.

Jean Willian Fritz Piaget

Y por último tenemos a Jean William Fritz Piaget (1896-1980) nacido en Suiza. Doctor en Biología e interesado en la naturaleza del conocimiento. Sus estudios sobre el desarrollo intelectual, cognitivo y genético de los infantes le llevaron a influenciar significativamente en la psicología evolutiva y la pedagogía moderna. Desarrolla la teoría de las cuatro etapas del desarrollo cognitivo, afirmando que los principios de la lógica inician su desarrollo antes que el lenguaje y se generan a través de las acciones sensoriales y motrices del bebé en interacción con el medio.

Piaget percibe el proceso de adquisición de conocimientos en todos los estadios como el resultado natural que existe en todo individuo de comprender el mundo que le rodea. Este proceso de desarrollo intelectual implica estructuras compuestas de esquema, adaptación y organización, que se subdividen entre ellas para reorganizarse constantemente según el flujo del conocer, generando así su propia conciencia de “ser en el mundo”.

Sus estudios aportaron una nueva perspectiva a la psicología centrada en esa época por el psicoanálisis de Sigmund Freud (el desarrollo sexual del infante y sus relaciones afectivas con sus padres), y el conductismo que postulaba que el infante es una pagina en blanco que se escribe por las normas de conducta y la red de condicionamientos externos.

A partir de los estudios de Piaget, Merleau-Ponty, Heidegger y de otros, Rolando elabora un esquema dinámico de la Identidad[1], que es la base estructural del proceso de integración humana que propone la Biodanza.

Una de las aportaciones magistrales que Rolando aporta al concepto de Identidad, la encontramos en este texto que sigue:
“Yo puedo identificarme, en un momento dado, con el Aleluya de Haendel. ¿qué significa esto? Simplemente que me dejo conducir por ese movimiento musical hasta el punto de disminuir de tal modo la distancia entre la música y la propia percepción de mí mismo, que la frontera exterior-interior queda abolida y entonces, ya no estoy escuchando el Aleluya, sino que “yo soy la música”. Se ha producido una transubstanciación ontológica, un acto de mediumnidad. Este fenómeno tiene que ser el paradigma de nuestra meditación respecto al fenómeno de la identidad”.

Entonces Rolando deja rienda suelta a su verbo inspirado y sigue diciendo: “La ontología imposible de Heidegger no encontró la brecha en la investigación de la identificación musical. Digo que el centro de atención para la investigación de una ontología tiene que hacerse a través del éxtasis musical, por ser la música la “via regia”, es decir, la forma en que la consciencia se transforma en vivencia y la vivencia retorna de nuevo a la conciencia. Y es también, el fenómeno de la identificación musical, el que nos hace accesible la comprensión de la unidad cuerpo-alma, del continuum psicosomático y, en fin, de la filiación visceral del lenguaje poético».

Para Rolando Toro la conciencia de la propia identidad “no es solamente un pensamiento, es una vivencia corporal” que sólo puede resolverse a través del trance musical, donde la Identidad propia se funde con la Identidad del Todo. ” El secreto de la renovación de la vida está en esta coherencia con el origen”.  – dice el creador de la Biodanza.

Las ideas fundamentales de su meditación sobre la Identidad se resumen en seis puntos:

  1. La Identidad de un individuo se llena de significación ontológica, sólo en presencia de otro.
  2. La Identidad es inmutable, y sin embargo, está en permanente transformación.
  3. La relación erótica refuerza la identidad, a la vez que la torna vulnerable, mediante el contacto.
  4. La identidad sólo es concebible en relación con la nada-todo (desdiferenciación).
  5. La via regia para comprender la identidad es el trance musical.
  6. Siendo el movimiento la expresión de nuestra identidad, el acceso a sus modificaciones sólo puede ser a través de la danza, en su condición de vehículo para el trance.

De estas seis ideas fundamentales, Rolando destaca tres aspectos esenciales de la Identidad que rigen la estructura del proceso de integración de Biodanza:

  1. El concepto de Identidad no puede ir separado del concepto de Regresión o Desdiferenciación.
  2. La Identidad es permeable a los agentes externos, en especial a la música.
  3. La expresión ontológica de nuestra identidad es el movimiento corporal. La danza, por tanto, es una acción ejercida directamente sobre la identidad. El amor y el placer refuerzan la identidad.

Todas las propuestas de movimiento-danza en Biodanza, siguen estos tres aspectos para potenciar el “ser en el mundo” integrado y conectado a la Vida.


[1] Lo encuentras en los textos de la Formación para docentes de Biodanza y en la pág. 273 de la Teoría de Biodanza, volumen II. Editado por ALAB.

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Grupo-música-movimiento-vivencia: estructura unitaria e integradora de Biodanza

Una de las bases fundamentales de la propuesta de Biodanza para que se dé el proceso de integración humana, es la estructura unitaria que forman música-movimiento-vivencia. Rolando Toro, el creador del sistema Biodanza, dice al respecto: “la eficacia de un ejercicio de Biodanza radica en la profunda integración entre la música, el movimiento y la vivencia. (…) cada una de las partes es inseparable de la función de la totalidad”. ¿Cuál es la fuente inspiradora que lleva a Rolando a tal afirmación? ¿De dónde se nutre?

En los textos escritos por Rolando, que forman parte de la formación de docente de Biodanza, encontramos innumerables citas a diferentes autores que forman parte de la base epistemológica y ontológica de Biodanza. En Semántica Musical, Rolando cita varias veces a Kurt Lewin, un investigador nacido en Prusia en 1890, considerado el padre de la psicología social y la psicología de las organizaciones, así como también uno de los principales impulsores de lo que sería la Gestalt. Sus aportes en la comprensión del comportamiento humano dieron un giro radical al paradigma psicológico que imperaba en la época de los treinta, donde el conductismo había surgido como contraposición al psicoanálisis para proporcionar una base demostrable y medible a la psicología.

Kurt Lewin (!980-1947). Reconocido como el fundador de la Psicología Social.

El foco del conductismo era medir la conducta humana a partir de la observación, priorizando lo objetivo de lo subjetivo. En sus observaciones descubren lo que llaman el condicionamiento operante, o sea, defienden que el ser humano es un sujeto pasivo que se comporta principalmente condicionado por el ambiente que le rodea. Esta es la base del conductismo tradicional que después se desarrollaría en otras ramas.

Para Lewin, que venia de estar en contacto con el marxismo y el movimiento feminista, la psicología debería ser una ayuda para transformar la sociedad en una más igualitaria y justa. Sus investigaciones se enfocan en los fenómenos sociales con el interés de identificar y entender cuáles son los factores que influyen en el comportamiento humano.

En sus investigaciones, Lewin se inspira en las teorías de la física cuántica, especialmente en la teoría del campo, que dice: el campo es una zona del espacio en donde existen propiedades representadas por magnitudes físicas (temperatura, fuerza, etc.). Este campo unificado, donde todo ocurre y es de manera interrelacionada y nada existe por separado, todo está vinculado entre sí, Lewin lo lleva a la psicología y lo renombra como Espacio Vital.  Sus observaciones las centra en los grupos humanos y de ahí formula que la conducta humana se da por la interacción en un campo unificado dinámico o espacio vital en el que sólo existe el presente, y donde las dinámicas que surgen en esa interacción hacen que el sujeto pueda percibirse a sí mismo.

El enfoque de la teoría de campo de Kurt Lewin hace que el estudio del comportamiento humano se aborde desde una perspectiva de totalidad, donde el sujeto y su entorno no están aislados. Lewin dice: “Si no hay cambios en el campo, no hay cambios en la conducta. Todas las partes están dinámicamente conectadas de tal modo que la modificación de una parte de ellas produce un cambio en todas las demás”.

La aportación de Lewis da pleno sentido a Rolando en su afán por encontrar la manera de rescatar al humano de sus “gestos despedazados” y redescubrirse como ser libre y pleno en sí mismo.  La música, el movimiento y la vivencia, como estructura unitaria, constituyen en sí mismo un conjunto organizado y organizador e inseparable de la función de totalidad.  Para Toro la influencia recíproca que existe en música-movimiento-vivencia, se evidencia cuando se realiza un mismo ejercicio con músicas diferentes, dando como resultado vivencias totalmente distintas.

Los ejercicios de Biodanza -dice Rolando Toro- tendrán en cada persona una resonancia y un grado de intensidad diferentes. No obstante, el patrón inductor apuntará siempre a una de las Cinco Líneas de Vivencia. De ese modo, una música, unida a una determinada propuesta de movimiento, producirá en cada miembro del grupo, vivencias afines, aunque de distinta intensidad y matiz, de acuerdo con los grados de represión y sensibilidad”. Cuando Rolando dice vivencias afines, está hablando de patrones inductores integrativos que se dan en la selección de las músicas, los ejercicios asociados a las músicas y la semántica de la consigna, que “es el producto de un cuidadoso y paciente trabajo de selección e investigación que ha demorado más de veinte años”, dice Toro en la década de los ochenta. Aún así la estructura sutil del grupo es única por lo que los patrones de vivencia deben tener una “extraordinaria carga intencional para conservar, a pesar de los posibles factores perturbadores, su eficacia esencial” afirma Rolando.

A mi entender, el grupo forma parte de la estructura unitaria integradora propuesta por Biodanza ya que sin grupo no existe la Biodanza; no hay Biodanza individual.


Es común observar en los facilitadores y facilitadoras noveles, el ansia de incorporar músicas afines al entorno del profesional mas está totalmente desaconsejado, al menos hasta que la persona que facilita se haya familiarizado totalmente con las músicas “oficiales” y haya adquirido experiencia y criterio suficientes para poder incorporar, con total certeza, músicas de su cosecha que sigan los principales criterios para la selección de música-movimiento-vivencia que son:

  • Potencial de integración afectivo-motora
  • Potencial armonizador de la totalidad.
  • Potencial deflagrador de la comunicación humana.
  • Potencial psicomotor arquetípico.
  • Potencial creativo
  • Potencial de desarrollar la sensibilidad frente a la Vida.

Con todas estas consideraciones presentes, el creador del sistema Biodanza, escribe: “comprendemos la delicada responsabilidad técnica que tiene el profesor de Biodanza y la sensibilidad y asertividad que requiere para lograr resultados efectivos”.


Grupo-música-movimiento-vivencia: la estructura unitaria e integradora del sistema Biodanza

Amor y Servicio.

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La afectividad: la inteligencia biocósmica

Definir Afectividad es complejo; hay muchos autores con diferentes opiniones y maneras variada de definir la afectividad. Yo voy a remitirme a Rolando Toro, el creador del sistema Biodanza.

Una de las fuentes que Rolando Toro cita para definir la afectividad es José Ortega y Gasset, filósofo español nacido en Madrid a finales del siglo XIX y exponente principal de la teoría del perspectivismo, la razón vital e histórica.

José Ortega y Gasset. Nace en Mayo 1833 y muere en octubre de 1955. Dos de sus libros más conocido son «La rebelión de las masas» y «Estudios sobre el amor».

El perspectivismo es una teoría filosófica que propone que el ser humano se aproxima al conocimiento del mundo y de la vida desde la interpretación y la perspectiva individual, circunscrita a su propia experiencia y reflexión.  Este planteamiento fue desarrollado por el filósofo alemán Gottgried Leibniz sobre tres ejes principales:

  • el primero sostiene las ideas de la razón metafísica que nos llevan a verdades más allá de la comprobación científica.
  • el segundo eje se enfoca en que la perspectiva humana es limitada y finita ya que parte de las capacidades perceptivas y de raciocinio, determinadas en su mayoría por el lugar, el tiempo y el espacio que ocupamos en el mundo.
  • El conocimiento de la vida depende de las creencias, la cultura y la interpretación valorativa de cada ser humano.

Posteriormente Nietzsche plantea que los hechos no existen como tal, así como tampoco existe la real naturaleza de los objetos; solo podemos hablar de la mirada del observador sujeta a su interpretación humana, de lo que se deduce que el acercamiento al conocimiento es subjetivo. Esta perspectiva recuerda a la cuántica.

José Ortega i Gasset da un giro importante al perspectivismo afirmando que la verdad puede existir si se incorporan todas las posibles aportaciones individuales desde su particular realidad, ya que cada experiencia vivida, meditada y analizada desde el individuo, es única, inédita y personal y construye el conocimiento real de la vida.  De ahí la frase del filósofo madrileño “yo soy yo y mis circunstancias”.  

El perspectivismo no acepta la perspectiva global, ni la verdad absoluta, ni la ética categórica, ni la epistemología definitiva. La verdad, entendida como la comprensión del conocer, se crea en la conjunción de la diversidad individual*.

Desde la mirada del perspectivismo, Ortega y Gasset defiende que la afectividad abarca cualquiera de las pasiones del ánimo, en especial el amor, el odio, el cariño, la rabia, y otras. Rolando Toro, a partir de la definición del filósofo español, va más allá y afirma que la afectividad es “un estado de afinidad profunda hacia otros seres capaz de originar sentimientos diversos”.  


Etimología de la palabra afecto

Si nos vamos a la etimología de la palabra afecto, encontramos que proviene del latín y significa el resultado de algo o alguien que actúa junto a uno y que afecta a su estado físico y psíquico, provocando sentimientos diversos. Por otro lado, tenemos que “efecto” es el resultado de completar algo. Un ejemplo sería: si yo choco entre sí dos artilugios metálicos, el efecto es una vibración sonora, que nos afecta de una forma u otra dependiendo de nuestra sensibilidad al ruido, de nuestro estado de ánimo, de lo desprevenidos que estemos, etc.

Para entender la afectación, necesitamos distinguir emoción de sentimiento. Aquí seguimos remitiéndonos a Rolando Toro. Para el creador de la Biodanza, las emociones son estados pasajeros y momentáneos que ocurren en el instante presente y responden a circunstancias especiales que impulsan al movimiento- de ahí el inglés emotion. Aquí entendemos movimiento tanto interno como externo, es decir, una respuesta de huida como correr por un susto, o de llanto que no deja de ser un movimiento interno. En cambio, la afectividad es más compleja: se extiende en el tiempo, lo que implica recuerdos y memoria, participa la conciencia y la representación simbólica.  La durabilidad en el tiempo puede ser dada por repetición del estímulo que provoca una emoción que desencadena en sentimiento, o por el propio proceso consciente y simbólico. Es verdad que existen patrones básicos de respuestas emocionales, como la alegría, la tristeza y el miedo, que se dan en combinación con sentimientos variados, alcanzando un campo emocionalidad compleja, como puede ser el caso que Rolando cita: “el arte puede evocar emociones sumamente complejas, sutiles y de gran intensidad”. Aun así, la distinción entre emoción y afectividad es sustancial, como ya hemos dicho.

Para Toro la afectividad es una expresión de la identidad (según él existen cinco líneas de expresión de la identidad a las que llama líneas de vivencia, que son: vitalidad, sexualidad, creatividad, afectividad y trascendencia, citadas por orden ascendente de represión). La expresión privilegiada de la Afectividad es el Amor. Esta es la base teórica de la concepción de la Afectividad en Biodanza. Y surge la pregunta ¿porqué el Amor? Porque al observar la Vida, estudiarla, meditarla y vivenciarla, reconocemos que hay una estructura originaria, un orden cósmico mayor basado en la armonía, el equilibrio, la evolución y la integración compleja y autónoma de todo cuanto existe, tanto en lo micro como en lo macro, que se repite fractalmente, generando lo que conocemos como Vida. A ese orden cósmico infinitamente renovado y eternamente gozoso, como dices las enseñanzas védicas, podemos definirlo como Amor, la expresión de la divinidad, tal y como lo cuentan las antiguas tradiciones sagradas, y en los últimos tiempos, también la ciencia en sus estudios cuánticos y metafísicos empieza a reconocer la Unidad de la creación, aunque lo definan con otros nombres.

La afectividad determina la evolución completa del ser humano, desde la etapa intrauterina hasta la madurez. La inteligencia tiene su base estructural en la afectividad, pues todo proceso de adaptación inteligente al medio ambiente y la construcción del mundo se organiza en torno a las experiencias primales de la relación afectiva.”- afirma Rolando Toro. Es por eso por lo que podemos hablar de inteligencia afectiva.

Hay una armonía integradora en todo lo viviente que evidencia la colaboración, la solidaridad, la afinidad … existente en todo lo viviente. Las células, los órganos, los sistemas, los planetas, las galaxias, … todo vive y convive entrelazado, tejido, si podemos decirlo así, en una Unidad Mayor que nos hermana. De ahí que la génesis biológica de la Afectividad como expresión de la identidad, está relacionada con el instinto de manada (solidaridad intraespecie, impulsos gregarios, tendencias altruistas y rituales de vínculo). Aun así, el ser humano, en su expresión en el mundo, no sigue el mismo patrón cósmico ya que puede organizarse para destruir a su propia especie y a su entorno. ¿Qué le ocurre al ser humano? ¿por qué va en contra de su Naturaleza primordial, la que gobierna y sostiene el universo?

En la base teórica de Biodanza, la expresión de la afectividad en el ser humano está determinada por factores genéticos, fisiológicos, culturales y ambientales. Si bien parece que hay factores que pueden ser irreversibles, la ciencia está afirmando ya, como ya nos dicen los textos sagrados desde hace milenios, que las capacidades humanas aún están por reconocerse y los estados de expansión de la conciencia, pueden llevarnos a entendimientos mayores de nuestra naturaleza humana que posibiliten relacionarnos con la vida (con uno mismo, el otro y el entorno abarcando el Universo) trascendiendo lo que conocemos como salud a niveles impensables.

Capacidad de aprendizaje, memoria y percepción están fuertemente condicionadas por la afectividad. Las motivaciones existenciales, que en el fondo diseñan nuestra trayectoria por la vida, son de naturaleza afectiva. (…) El aprendizaje del lenguaje, la poesía, el arte, todo en general, posee una génesis afectiva.

Rolando Toro

Partiendo de estos principios, en Biodanza se propician vivencias integradoras que posibilitan el encuentro progresivo con nuestra naturaleza esencial, rescatando así nuestra expresión genuina. El aprendizaje es progresivo, autorregulado por el propio participante, acompañado por la persona que facilita el proceso, y contenido por el grupo que, gracias a la música y las propuestas, desarrolla su inteligencia afectiva individual y colectiva propiciando un proceso de integración amable, alegre, sagrado y celebrante. Cuando nos sentimos amados, respetados, honrados, la historia de vida, con sus memorias, regresa a su estado natural luminoso. Esa Luz que en definitiva somos, emerge de la oscuridad en la que ha vivido, pues nunca ha dejado de brillar, y lo hace en manada, por eso Biodanza es grupo. No existe la Biodanza individual. La práctica continuada de Biodanza, preferiblemente semanal, por una cuestión de efecto cíclico en nuestra biología, potencia la salud integral facilitando el reencuentro con nuestro ser genuino, y por tanto con una dimensionalidad de lo que verdaderamente somos que da mucho para experimentar.

Rolando Toro afirmaba que “el estudio de la estructura afectiva constituye la más urgente y necesaria investigación en nuestra sociedad, cuya patología afectiva es ostensiva. (…) Desenvolver la afectividad mediante Biodanza, es incidir con la música y la danza en la raíz nutricia de la vida».

Practicar regularmente Biodanza es una manera alegre y muy satisfactoria de mantenernos como seres despiertos, capaces de elegir cómo queremos vivir, a pesar de las circunstancias externas. ¿qué eliges tú?


* Rodríguez, Daniel. Perspectivismo: origen, característica y obras destacadas. Lifeder, marzo 2019.

Biodanza

Cerramos el ciclo de las Mujeres Jardín

Hacía días que sentía que el ciclo con las Mujeres Jardín estaba completándose y era el momento de la despedida. No es fácil enfrentar este sentir cuando llevamos cuatro años juntas, viviendo un universo entero de emociones, anécdotas, despedidas a compañeras que partieron para reunirse con las estrellas, mañanas de frío invierno y calor de verano en una de las plazas del pueblo resistiendo la separación impuesta por la situación mundial, alegrías, llantos, confidencias, miradas, abrazos de hermanas, caricias de cuido y tanto más que ya pertenece a nuestra piel, a nuestra alma, a nuestra historia de vida para siempre.

Ellas, mis Mujeres Jardín, las mujeres sabias del Clan de las Abuelas, llegaron a mi vida cuando mi corazón necesita mares de amor. Había estado trabajando casi dos años con trabajadoras sexuales, prostitutas, putas como se llaman ellas a sí mismas, y me había quedado seca de afecto, o así me lo pareció a mí. Demasiada dureza para mi corazón. Necesitaba danzar con otras mujeres y hombres desde otro lugar más amable con la vida, más lento, más apacible, y después de un tiempo de reposo, sentí la llamada del Clan de las abuelas y los abuelos. Busqué la manera de hacer Biodanza con ellas y ellos y en Cruz Roja de mi pueblo, Castellar del Vallés, nos abrieron las puertas con gusto.

Ya sabes que en todos los grupos de desarrollo personal, de autoconocimiento o entornos vinculados en éste ámbito, la afluencia de mujeres es mucho mayor que la participación de hombres. Ocurre mucho más cuando las edades del grupo corresponden a mayores de 70a; no sólo por cultura sino también por índice de mortalidad. Estadísticamente los hombres mueren antes que las mujeres, así que el grupo de iniciación a al Biodanza para personas mayores de 65a, se convirtió en un grupo de mujeres que con el tiempo bautizamos como Mujeres Jardín. ¿por qué? porque son verdaderas flores que año a año expanden su perfume generosamente.

No te voy a contar anécdotas y vivencias de nuestro recorrido juntas durante estos cuatro años maravillosos porque aquí en la web, con la etiqueta «Mujeres Jardín» vas a encontrar mucho material. Mi interés hoy es compartirte lo que han significado para mí y la huella que ha dejado en mi vida.

Las ancianas y ancianos de la tribu humana siempre me han fascinado. Me acuerdo de mis abuelos, especialmente de mi abuelo materno con el que convivíamos hasta que murió. Recuerdo sus canciones, sus anécdotas de la guerra, el hambre que habían pasado, sus juegos infantiles, la muerte de dos de sus hijos, su habilidad para arreglar «provisionalmente» todo lo que se estropeaba en casa, su sabiduría adquirida con la experiencia de toda una vida buscando siempre la libertad y la felicidad, su inmenso amor por mi abuela Catalina que murió cuando yo tenía cuatro años, la oración que nos enseñó a mi hermana y a mí cuando mi papá estaba muriéndose poco a poco,…

Recuerdo que cada día en la mañana, venían a visitarlo a la tienda de mi mamá, un viejo amigo y su hermano menor. Se sentaban en una esquina de la boutique y pasaban el rato. Yo los escuchaba hablar en la distancia. A veces estaban callados mucho rato, sin decir nada; solo estaban allí y era natural. Otras veces discutían por desacuerdos que nunca llegaban a ninguna parte más que al momento presente. El afecto era lo más importante, el afecto verdadero.

Después, con el tiempo y el hacerme mayor, he tenido la suerte de trabajar durante algunos años con ancianas y ancianos en residencias asistidas, en hogares tutelados y en sus propios domicilios. He aprendido de ellos y ellas muchas lecciones que conservo en mi interior como tesoros. A veces no era fácil lidiar con su amargura, con su resentimiento, con sus demencias,… aún así, cuando consigues entrar en su código y te paseas por su ritmo desacelerado escuchando sus sentires, sus anécdotas, sus pausas y silencios, sus miradas que a veces se congelan en el tiempo que fue y les dejó nostalgia,… todo toma un sentido más tierno, más lúcido, todo se relativiza, porque pertenecer al Clan de los Abuelos y las Abuelas sabias de la tribu humana, es un derecho que sólo se adquiere por merecimiento. No todas y todos lo consiguen.

Yo he tenido la gran suerte de encontrarme con auténticas Mujeres Jardín que han colmado mis días de ilusión por nuestros encuentros, por compartir saberes y sentir su corazón florecer, por acompañarnos mutuamente y hacerme sentir que yo también he sido un miembro de su clan. Con la práctica de la Biodanza y la Educación Biocéntrica, han descubierto dones y talentos que permanecían a la espera de ser reconocidos; y sí lo hemos conseguido: han surgido poetas y escritoras, han recuperado sus cantos y juegos infantiles, hemos cantado y bailado como se hacía antes o como se hace cuando eres niña y todo es perfecto tal como es aunque no lo parezca, hemos paseado del bracito y se han disfrazado, bailado, pintado, recitado,… Hemos hecho fiestas y compartido recetas sabrosas hechas con amor,…

No hay palabras suficientes para contarte todo lo que ha significado para mi vida encontrarme con ellas. Solo puedo decir gracias. Me siento en Gracia por haber compartido con vosotras cuatro años de profunda amistad. Ahora la vida nos lleva a despedirnos, como cuando danzamos en Biodanza y luego de un rato toca la despedida para encontrarnos con otras; pues lo mismo. Ahora es momento de despedida.

El último día, justo el martes 1 de marzo, nos encontramos por última vez en nuestro Círculo de Saberes. Disfrutamos del mural que habían hecho en mis tres semanas de ausencia. Aquí más abajo te dejo las fotos. Compartimos los sentires y nuestra Dama de Noche nos invito a chocolate deshecho en una cafetería próxima.

Este mural fue hecho con la intención de dejar un mensaje a los adolescentes y jóvenes de estos tiempos: «No os desanimeis. El mundo está cambiando y necesita de vosotros y vosotras. Sois como gusanos que se transforman en lindas mariposas». Pintaron mandalas, escogieron fotos hermosas, escribieron sus sentires y crearon este mural, nuestro último recuerdo.

El vínculo está hecho para siempre. Nada podrá borrarlo jamás. Estamos unidas por la piel y el corazón. Nos amamos.

Amor y servicio.

Biodanza

El nido afectivo de las Mujeres

Hace pocos días iniciamos el cuarto año de Biodanza +65a, con mis amadas Mujeres Jardín. A penas hemos estado un mes sin encontrarnos, aprovechando las vacaciones estivales, y la alegría del reencuentro se hacía evidente.

El grupo está unido; percibo sus abrazos entrañables con ganas de contacto y afectos compartidos; hay risas, muchas risas, miradas cómplices, cercanía. En nuestro relato de intimidad verbal inicial, recorremos la memoria de lo que este último año ha significado para nosotras: despedimos a nuestro hermoso jazmín (Carmen) en una ceremonia íntima, llena de flores y poesía; nuestros encuentros interrumpidos en la plaza; las sesiones de creación de ¡ los microrelatos para el concurso literario; asistir a la gala de los premios del concurso de microrelatos; una foto en la revista del pueblo junto con todos los participantes al concurso; la reapertura de la sala que nos acoge, … Juntas tejemos la memoria del curso anterior y así honramos todo lo ocurrido.

Los cuerpos están más rígidos que la última vez; las vacaciones se notan en su movimiento, sus andares. Vamos a ir progresivamente, con mucho cuidado, durante estas primeras sesiones hasta que recuperen la soltura corporal. Este año, vamos a seguir incorporando las vivencias en el suelo. El año pasado empezamos a usar las colchonetas que nos han facilitado a modo de suelo, pero no pudimos hacer a penas uso por la situación sanitaria. Este año si; es importante incorporar el ir descalzas, el estirarse en el suelo, levantarse, acostarse, acurrucarse, … poco a poco. Algunas tienen miedo, sus dolores, sus rodillas, sus caderas, pero hay buena disponibilidad, así que vamos a ir encaminando las sesiones al encuentro de la fusión corporal con la tierra y superar barreras mentales que limitan su movimiento.


Hemos hecho, las dos primeras sesiones sin suelo, y viendo la buena aoogida, a la tercera ya lo hemos incorporado. Las propuestas en el suelo con personas mayores, requieren de una buena integración motor-afectiva, y sobretodo, crear la confianza suficiente para que se decidan ir al suelo. Nosotras hemos estado casi tres años para conseguirlo. Hay que tener suficientes cojines y mantas (en el invierno) para que todo sea realmente cómodo. Iniciamos con ejercicios muy suaves, como mandalas, respiración abdominal, minuto de eternidad en el suelo, … Se fueron acostumbrando a sentarse en el suelo, a estirarse y levantarse que es lo que más les cuesta. Todo debe darse con mucha progresividad porque a parte de la limitación física, el miedo juega un papel muy importante en su percepción de limitación. Nosotras conseguimos, después de tres años, hacer el nido afectivo.

A pesar de toda la confianza que se tienen, la propuesta del nido se inició con distancias corporal. Fue la poética de la consigna que las fue acercando poco a poco hasta que se dió la vivencia. Tal fue su belleza que no tengo palabras para describirlo. Las grabé en vídeo para que se percibieran. Al terminar la sesión, todas estaban maravilladas con la sensación que habían vivenciado en el nido: el amor, la compañía,… no tenían palabras. Antes que nos despidiéramos, les enseñé la grabación y se encantaron. Tengo ganas de escucharlas en la próxima sesión, para saber qué sensaciones vivieron.

Te dejo el vídeo para que tu misma puedas percibir la Belleza del gesto, de los rostros, de sus cuerpos. No hay mucho más que decir.

sesión de Biodanza con las Mujeres Jardín. 28 de septiembre 2021

Las Mujeres Jardín son las ancianas de la tribu humana. A alguna de ellas no le gusta la palabra anciana porque dice que la hace sentir inservible, vieja (en el sentido peyorativo), «como un mueble viejo arrinconado en una esquina» dice nuestra Violeta, pero después, hablando entre ellas, escuchándolas, todo se va reeditando en su sentir y se impregna de sentido. Tengo la certeza que ser anciana en la tribu humana es una bendición que nos cabe honrar.

La historia de vida de las Mujeres Jardín de todas las comunidades humanas, tiene mucho que enseñarnos, sobretodo en estos tiempos compulsivos donde ser humano, ha perdido el sentido y se ha convertido en otra cosa, en cualquier otra cosa que no es lo que en Verdad Somos. Sus saberes, al tener un espacio donde ser escuchadas y escucharse, no solo con las palabras sino también y sobretodo con sus corporeidades vividas, emanan sapiencia que como el perfume de la flor del azahar, se expande suavemente penetrando las almas.

Las ancianas y ancianos junto con los niños y las niñas, tienen la capacidad de cambiar el mundo con su saber; las más pequeñas por vírgenes y las más mayores por experiencia. Curiosamente, tanto a unas por mayores como a otras por pequeñas, se las suele tratar como si no supieran y eso, querida comunidad, es del todo erróneo. La sabiduría se cultiva pero, igual que una semilla, en ella está todo lo necesario para Ser; sólo precisa del entorno adecuado para que Sea lo que Es. ¿No sé si me explico?.

Nos cabe crear espacios de amor donde nos sintamos amadas por lo que somos, nada más y nada menos: Lo que Somos. Cerca de mi casa, hay una guardería. Como cada mes de septiembre, al iniciar el curso se inician los llantos de los peques de la casa cuando son entregados en las amorosas manos de las educadoras. Veo escenas que me lastiman por dentro, porque me hacen sentir cuan lejos estamos aún del BienAmar. Mamas y papas haciéndose los fuertes cuando despiden a sus bebés; un papa explicándole con dulzura a su hijito de a penas dos años que debía portarse bien en la escuelita y no llorar porque él tenía que ir a trabajar; mientras, el niño escuchándolo atentamente e intentando calmar su propio llanto. Me pregunto cuándo tendremos coraje para dejar de ser esclavos y asumir nuestra libertad.

Mis palabras son para aquellas que tienen oídos, y al sentir, se escuchan.

Amor y Servicio.

Biodanza

La palabra sentida de las Mujeres Jardín

Me maravilla ver sus rostros cuando entran en la sala. Las veo y las siento sólo mirándolas. Ellas preparan las sillas para nuestra rueda sagrada mientras, yo acomodo el equipo para que todo suene bien. Llegan puntuales. Vienen con el corazón lleno de bienaventuranza, colmadas del bien común compartido que se expresa en sus palabras, silencios, miradas y en el tacto. ¡Cuánto bien nos hace el contacto!.

Hacía días que no escribían las Mujeres Jardín. Son tiempos de movimientos internos y externos; tiempos para observar y dejar que el silencio nos guíe. Hay mucho barullo en el mundo y en el Jardín de las Mujeres poetas, nos recogemos para que el aroma del Jazmín en flor, vuelva a penetrar el alma y la Rosa recupere su perfume; el Clavel andaba apurado: sentía su cabeza hueca pero ahora parece que ya pasó y de nuevo se ríe y está alegre; nuestra Margarita – una nueva flor del jardín- luce satisfecha y la Dama de Noche sonríe mientras danza y esparce su aroma. La violeta sigue en flor después de un descompuesto y la Flor del Higo Pico va y viene a ritmo tropical. La Azucena anda pa dentro: demasiado sol la quema y nos ha pedido un poco de sombra fresquita para descansar de tanto calor. Así que vamos despacito, con calma, danzando el final de una primavera y el nacimiento de un nuevo verano.

Volver a flexibilizar sus corporeidades está siendo toda una experiencia. Un año y medio sin biodanzar es mucho tiempo para el alma y mucho más para sus añejos tallos, porque el alma se ha nutrido de la constancia de nuestros encuentros, que aunque no danzábamos en la sala, lo hacían nuestras palabras en la plaza, pero el cuerpo, sus hermosos y lozanos tallos se han resentido de la fría noche pandémica y hay que ir poquito a poco para que se acostumbren a las notas del agua bendita que nos riega.

La semana pasada ocupamos el espacio de nuestra rueda verbal con algún tema que no recuerdo y no tuvimos tiempo para la lectura de sus escritos, así que esta semana, lo primero que hicimos fue escuchar a nuestras poetas y escritoras. Son tan hermosos sus escritos, tan delicados, tan sinceros que te los transcribo aquí debajo, con su permiso, para que veas que no te miento ni exagero. Aquí lo tienes:

Autora: Azucena. Escrito el 7 junio 2021

Hola, Hola a todas. Os cuento como me fue la semana pasada en Biodanza.

Me sentí tan relajada y tan bien… La clase estuvo muy acertada, para mí por lo menos; esos ejercicios que me llevan a otro lugar, que me hacen sentir en el Jardín de las Flores que tenemos en Biodanza, como una yedra que trepa por las paredes buscando la sombra de mis compañeras; cuando abro los ojos y las veo, me da alegría y me doy cuenta que ellas también lo sienten así.

El otro día una señora me preguntó qué hacíamos en Biodanza, si bailábamos. No supe explicarle; sólo le dije: – Hay que vivirlo para sentirlo. Eres otra. – Aquí levantó la miradas y nos miró a todas sonriendo satisfecha. Luego siguió leyendo- . Mucho amor para este lindo grupo.

Autora: Margarita. Escrito el 7 junio 2021

Queridas compañeras y mujeres de Biodanza. Estoy muy contenta de poder compartir con vosotras estas dos horas en compañía de nuestra maestra Teresa que nos dice las cosas con tanto cariño que me llegan al alma. Así que cuando termina la clase, estoy relajada y feliz.

Autora: Dama de Noche. Escrito del 24 de mayo 2021.

Saludos compañeras,

Ya tenemos las puertas abiertas en el espacio que tanto hemos echado en falta. El pasado martes, fue una gozada danzar de nuevo juntas. No recuerdo los temas, fueron varios: el círculo, la rueda, el silencio, las risas, el juego de palmas, … La propuesta fue hermosa, escuchando la cajita de música que nos guiaba. Fue precioso.

Al salir de la sesión, no escuché ni una queja (me duele eso o aquello). Gracias.

Hay Mujeres Jardín en todas las comunidades pero la tribu humana se ha olvidado de que vive en un jardín y que hay que regarlo con el agua del Amor y la escucha. Las personas han aprendido a decir muchas cosas, a dar su opinión, a quejarse, a opinar,… pero han olvidado el arte de escuchar. ¡Hay tanto para escuchar de las Mujeres Jardín del mundo entero!.

Ellas, las de este jardín hermoso que cuidamos desde hace cuatro años, saben que lo que escriben y compartimos con todas vosotras aquí en las redes, llega a todo el mundo: Chile, Argentina, Uruguay, España, Colombia, Estados Unidos, Venezuela, Italia, México, Francia, Portugal, Perú, Suecia, Reino Unido, Venezuela, Rusia, Irlanda, Ecuador y Brasil. Creo que no me he dejado ningún país. Para ellas es una bendición ser inspiración para tantas personas que ni conocen pero que con certeza nos une el amor a la vida, a la sacralidad de la Vida que Rolando Toro y sus colaboradoras y colaboradores, tejieron en este sistema maravilloso llamado Biodanza.

Biodanza es música, grupo, consigna y vivencia en su más sublime expresión. Se expande en ondas de vibraciones-Amor que nos habitan dentro y fuera, mientras danzamos unas con otras, en las otras y en la totalidad, en movimiento constante, eterno, siempre renovado, renacido, autoreferenciado en la Vida que somos.

Ellas danzan y lo cuentan con sus hermosas palabras que brotan de la tierra cultivada de sus vidas y experiencias. Ellas danzan y cuentan lo que brilla en su corazón aún estando en silencio.

Te invito a que dejes un comentario para ellas. Una frase, una palabra, un sonido, un afecto. Todas somos Una.

Amor y Servicio.

Biodanza

La Trascendencia y la Sexualidad: dos de las cinco líneas de vivencia de Biodanza

Reflexiones de una facilitadora de Biodanza

Las líneas de vivencia en Biodanza son los cinco caminos de expresión de la identidad: vitalidad, sexualidad, creatividad, afectividad y trascendencia. Este es el orden y no es por casualidad que sea así.

Cuando Rolando Toro y sus colaboradoras y colaboradores empezaron a sistematizar y desarrollar el modelo teórico de Biodanza, las líneas de vivencia se ordenaron de menor a mayor según el grado de represión en que se manifiestan. El orden inicial propuesto por Rolando fue: primero vitalidad, después afectividad, creatividad, sexualidad y por último trascendencia. Cézar Wagner propuso el cambio de Sexualidad (situada en cuarta posición en orden ascendente según Rolando Toro) con Afectividad (en segunda posición) pues la represión más alta anterior a la trascendencia, no es la manifestación del placer y la sexualidad; es la expresión de la afectividad. Después lo comento con más profundidad.

Nunca había oído que el orden de las líneas de vivencia dependiera del grado de represión. Fue hace sólo unos meses, en una formación continuada de Educación Biocéntrica con Ruth Cavalcante que ella misma lo explicó. Esta anécdota, si podemos decirlo así, como tantas otras, que vienen de personas que formaban parte del círculo afectivo de Rolando, que convivían con Rolando en su cotidiano y construían con él el Modelo Teórico de Biodanza y su sistematización, tienen para mí un gran valor porque dan testimonio del proceso de creación comunitaria del Sistema Biodanza. Si bien Rolando Toro es el padre que sembró la semilla del sistema, el que fecundó la tierra en la que se sustenta el sistema Biodanza, fue el diálogo con otros colaboradores y colaboradoras que dio paso a la construcción y sistematización de la Biodanza, alimentada por los saberes compartidos. Así es como los seres humanos construimos lo que perdura; es este camino de construcción comunitaria el que nos cabe recordar (volver a pasar por el corazón) y practicar una y otra vez, tantas veces como sea necesario, hasta reconocer y honrar nuestra naturaleza trascendente; y con trascendente me refiero a la que danza y es la danza, la que percibe la música y es la Música. Esta es la gran paradoja.

Otro dato que me encantó escuchar en relación a las cinco líneas de vivencia, fue que con el tiempo y la sistematización, el orden de la cinco líneas de vivencia de Biodanza, pudo compartir saberes con los chakras, gracias a la “osadía» de Silvia Eick que le propuso a Rolando este maravilloso trabajo con las energías que componen el cuerpo humano. Ante la propuesta, Rolando se negó rotundamente, nos cuenta Silvia; fue un tiempo después que Rolando, bajo la insistencia de Silvia, percibió que la propuesta era totalmente coherente con el sistema Biodanza y consintió que se llevara a cabo, autorizándola a desarrollar el trabajo. Esta es otra de las anécdotas curiosas de la creación del sistema Biodanza, que a mí particularmente me encanta escuchar.

La manifestación del placer, el erotismo, la atracción sexual, si bien es verdad se manifiesta con una cierta represión, podemos decir que como línea de vivencia, se considera en segunda posición detrás de la vitalidad, porque no es tanto la represión de la expresión de la sexualidad del individuo, sino la confusión en su expresión, la disociación con el ser y con la trascendencia. ¿Porqué digo esto? porque la trascendencia es la que nos posibilita trascendernos a nosotras mismas, ir más allá de nuestras creencias limitantes, esclavizantes e instaladas en nuestra memoria celular como verdades, condicionando nuestra manera de relacionarnos conmigo misma, con la otra y con el cosmos. Sin la trascendencia, vivimos en circuitos cerrados donde nos retroalimentamos de lo conocido, aunque sea tóxico y mortal. Con la trascendencia, experimentamos la espiral evolutiva de implosión/explosión, íntasis/éxtasis que es la dínamo de la Vida.

Arquetípicamente hablando, la humanidad carga a sus espaldas con el “pecado original”, el “error original, causante de sufrimiento”, donde Adán y Eva simbolizados como la raza humana perfecta, inmaculados o sea sin mácula, vírgenes de deseos, inocentes y libres de culpa, viviendo en el paraíso donde todo estaba a su alcance excepto el Árbol del Bien y del Mal o la representación simbólica de la dualidad versus la unidad. En esa placidez existencial, fueron tentados por la Serpiente o «la que no parpadea» pues no tiene párpados, y haciendo uso del Engaño, la Ilusión, les ofreció conocer la dualidad como una experiencia maravillosamente excitante y placentera, obviando las consecuencias, y cedieron al «marketing» astutamente elaborado de la Serpiente, saltándose la advertencia de Dios. Para mí, una de las muchas claves de esta historia es cómo es contada, porque no es lo mismo contarla como si Dios, la Divinidad, lo Divino, o como quieras llamarlo, prohibe hacer algo por su abuso de autoridad, que si Dios advierte de las consecuencias de tomar el fruto de la dualidad, tal y como hace una madre y un padre amoroso cuando advierte a su hija o hijo de un peligro. Desde dónde contamos las cosas, las historias, desde dónde las escuchamos, determina el tipo de vínculo que genere una respuesta ante de los acontecimientos de la vida.

Según la sabia interpretación de Paramahansa Yogananda, que dedicó su vida a unir las enseñanzas sagradas de Occidente y Oriente, Dios advirtió a los que vivían en el Paraíso que si comían del fruto del Árbol de Bien y del Mal, también llamado Arbol de Conocimiento -conocer la mentida-, la Kundalini o energía vital quintaesenciada, se aletargaría en la base de la espina dorsal como consecuencia de olvidarse de su origen trascendente al identificarse con los órganos de los sentidos hasta el punto de creer que somos el cuerpo y no almas soñando tener un cuerpo. Con la identificación en el cuerpo mortal, vendría el sufrimiento por no sentirse saciados nunca hasta volver al origen, el ser integrado en su trascendente goce eterno y siempre renovado. Y así fue: la inocencia fue arrebatada con el engaño hipnótico de la que no parpadea y empezamos el camino tortuoso de regreso al hogar.

¿Porqué te cuento todo esto aquí, en este entorno de Biodanza? Porque la Trascendencia desde el principio biocéntrico que rige la Biodanza y la Educación Biocéntrica, es la expresión sublime de la sensibilidad, que “es la manera que tiene el universo de comunicarse” dice Cezar Wagner. Sanclair Lemos para designar lo mismo, usa la palabra sutilidad como la expresión del ser eternamente trascendente, gozosamente ronovado, el ser numinoso según Rolando Toro. Sutil como el viento en el rostro, sensible como la piel de un bebé recién nacido, numinoso como lo innombrable que nos habita y que podemos conocer cuando danzamos y nuestra danza es una meditación donde somos Música y Danza. No somos cuerpo, somos almas habitando en formas dinámicas o corporeidades.

Sexualidad y Trascendencia son vórtices cuánticos de evolución, donde podemos vivenciar el Cielo en la Tierra. Trascendencia y Afectividad, abren caminos a la expresión sutil del ser que regresa a la verdadera Fuente que yace en nuestro interior, eternamente viva, dispuesta a ser reconocida, honrada y bendecida. Creatividad trascendente que nos guía para recrear la vida desde dentro, como reflejos divinos, autoreferenciándonos para ocupar nuestro verdadero lugar en el mundo.

Biodanza tiene mucho que contarnos, mucho que compartir, mucho que dialogar, reflexionar, sumar, estudiar, porque se referencia en la Vida y Ella es Yo y Yo es Ser, y Ser es Unidad vivenciada.

Seguimos.

Amor y Servicio

Biodanza

Biodanza como la poética del encuentro

La poética del encuentro es una de las maneras que podemos definir qué es Biodanza. ¿Porqué? porque detrás de la amplia teoría que sustenta su base epistemológica y ontológica, la semilla de Biodanza está arraigada en el amor a la Vida. Rolando Toro, el padre de la Biodanza, así lo manifestó cuando en meditación profunda sobre la humanidad, percibió que detrás de todas sus acciones, correctas e incorrectas, se esconde el grito ahogado de la nostalgia de amor, de sentirnos vivas y bienamadas, no sólo por alguien en especial, sino por la Vida misma. Ante una visión así, Rolando aceptó el reto y transformó el mundo con su acción transformadora, generando junto con otras personas que compartían su visión, un sistema de integración humana donde el ser humano, pueda experimentarse como ser completo, con los potenciales y talentos necesarios para colmarse de satisfacción y ser en el mundo lo que es, sin tener que ser algo o alguien desconocido para sí mismo. Se inspiró en el psicodrama, nos cuenta Cecilia Luzzi, su compañera sentimental en aquellos inicios, y le añadió la biología, la música y la vivencia. De Psicodanza pasó a ser Biodanza porque no hay psique y danza, sólo hay Vida, por eso Bio.

Expresar todo lo que significa Biodanza, sería como contarte el ciclo del agua en todas su expresión transformadora circular y eterna; o como contarte como crece un árbol desde la semilla hasta que da frutos; o como se gesta un bebé en el vientre de la madre desde el primer encuentro de espermatozoide y óvulo, hasta el último aliento; y aún así no sería suficiente porque la Vida no puede explicarse dividiéndola, separándola, compartimentándola en trocitos; la Vida es constante, como una danza cósmica eterna, fractal, geométrica, física y metafísica, cuántica, sistémica, artística, mística, orgánica, evolutiva, y todo lo que te se pueda ocurrir de más. Nunca aislada, por eso Biodanza siempre es grupal, porque es la comunidad afectiva que podemos vernos, crecer y transformarnos. El movimiento en sí es Vida, aunque no puedas percibirlo con tus cinco sentidos limitados a las formas aparentes de las cosas mutables. La roca, la montaña, el mar, se mueve en su interior atómico y eso es vida, la danza de la vida. Esta es la percepción biocéntrica de Biodanza, basada en el principio biocéntrico que afirma que la Vida es la que organiza el universo y no al revés.

Mi propuesta es que te dejes llevar por la poética de tu interior. Si no sabes si existe en ti, si no la has potenciado, si te cuesta encontrarla y reconocerla, si tienes vergüenza, si consideras que no es suficiente, si estás bloqueada, acude a un lugar cercano donde puedas conocer la Biodanza Sistema Rolando Toro. Asegúrate que sea Sistema Rolando Toro, porque es garantía que la facilitadora ha hecho todo el proceso de autotransformación íntima que dura tres años mínimo para formarse como facilitadora y después un año más para presentar su tesis de titulación que ha de ser un tema inédito bajo la mirada biocéntrica, con tutores autorizados que la acompañan en todo el proceso hasta llegar al tribunal biocéntrico donde la presentará públicamente; que habrá pasado por varias supervisiones durante sus primeras sesiones impartidas, y que sigue en formación continua porque la Vida no se acaba y siempre hay qué aprender para seguir transformándonos hasta fusionarnos con la Vida, en la Vida.

Ves y date el permiso para probar. Desde la primera sesión podrás percibir el efecto benéfico que dura más allá de lo esperado porque incide en la biología. La transformación puede ser amorosa, sensible, alegre, divertida y profundamente vivida. Eso es Biodanza también, la Alegría de sentirse viva.

Amor y Servicio.

Biodanza

Reanudamos las sesiones de Biodanza con las Mujeres Jardín

Mujeres jardín es un proyecto biocéntrico de mujeres poetas y escritoras del grupo regular de Biodanza +65a en Castellar del Vallés, que se inició en septiembre de 2017 hasta hoy.

A mediados del mes de marzo del 2020, dejamos de danzar. La situación excepcional nos lo impedía. Desde entonces hasta hoy, 11 de mayo 2021, no hemos podido volver a practicar la Biodanza aunque no hemos dejado de encontrarnos. De marzo a finales de abril del 2020 estuvimos esperando como se desarrollaba la situación, pero había necesidad de encontrarnos: la tristeza se instalaba poco a poco y decidimos encontrarnos a mediados de mayo en una de las plazas del pueblo, a la sombra de grandes árboles de moras. Cada semana hasta julio nos fuimos encontrando, con descanso en agosto y de nuevo en septiembre; no era Biodanza porque ellas no se encontraban disponibles para exponerse en público, pero generamos un espacio biocéntrico de compartires, aplicando la Metodología Integrativa Biocéntrica (MIB), con temas generadores que surgían y Círculos de Cultura. Esos encuentros fueron esenciales para mantener el ánimo que se desvanecía ante la perspectiva de nuevos confinamientos y medidas más drásticas.

Y sí, seguimos adelante. Cuando el frío empezó a parecer, el local de Cruz Roja del pueblo volvió a abrir las puertas y nos encontramos allí, siguiendo las medidas sanitarias aconsejadas. Desde diciembre hasta marzo de este año, o sea 3 meses, volvieron los confinamientos y sin encuentros, la tristeza de las mujeres se iba instalando en las mismas entrañas, así que decidimos encontrarnos en otra plaza del pueblo, donde el sol nos podía calentar bien y así lo hicimos. Bien abrigadas y al sol.


Si quieres saber el recorrido que hemos hecho juntas desde septiembre de 2017 hay hoy, te recomiendo que visites los artículos anteriores donde podrás encontrar toda la historia. Hemos pasado momentos de todos los colores, con la muerte de algunas compañeras, el duelo, la despedida, la carencia de abrazos y contacto, la necesidad del afecto del grupo para sostener tanto aislamiento, el apoyo telefónico, … y siempre hemos encontrado la manera de seguir encontrándonos, creando espacios significativos donde acompañar los procesos de cada una y de todas.

Hace dos meses atrás, en el pueblo organizaron el 2º concurso de microrelatos y como ellas seguían escribiendo pensé: ¿Por qué no?. Les propuse participar de forma individual y colectiva y aceptaron. La experiencia ha sido muy enriquecedora para todas. Usamos la vivencias pedagógica de Educación Biocéntrica de Arte-identidad y hemos conseguido presentar tres micorelatos individuales, creados por tres de nuestras escritoras y poetas, compartidos y revisados por el grupo, con un proceso de aprendizaje-desarrollo muy emocionante y de una belleza extraordinaria (lo detallo en un artículo anterior que puedes encontrar aquí). También hemos presentado un microrelato colectivo que ha sido el fruto de sumergirnos progresivamente en soltar la imaginación, improvisar, reírnos mucho, sentir y expresar las limitaciones que aparecen, los miedos, … y conseguirlo juntas. Ha sido muy hermoso. Te iré informando de todo el proceso del concurso conforme vayan pasando los acontecimientos.

Y después de haber presentado los microrelatos, hoy finalmente hemos hecho la primera sesión de Biodanza después de algo más de un año. Faltaban algunas pero no podíamos esperar más. Había llegado el momento de reencontrarnos sin palabras, con la corporeidad vivida, la mirada que cuenta todo, con el gesto, la música y la ilusión de volver a danzar.

Hemos hecho una clase muy suave; llevan mucho tiempo sin danzar y aunque algunas hacen paseos, no es lo mismo que biodanzar. Hemos hablado poco, lo justo para compartir recuerdos que surgen llenos de emoción y sentido. Justo a la media hora de la Rueda de Intimidad Verbal, hemos recogido las sillas y se ha hecho el silencio.

Estaban en ronda con los ojos cerrados, sin las manos cogidas. Las he invitado a cerrar los ojos y permanecer atentas al momento presente: la respiración natural, los sonidos de la sala, del exterior, el canto de los pájaros, el viento en los árboles, el silencio. Después ha empezado la música. Los ejercicios se han desarrollando una a uno con progresividad. El año sin biodanzar se notaba en el cansancio prematuro. -Nos volveremos a acostumbrar-. Ni una palabra, solo miradas, risas espontáneas, caminares, juego, y presentación al centro de la rueda. La consigna: presentarse tal como estoy ahora, en este preciso instante.

Se me hace difícil explicarte lo que he sentido al verlas danzar. Estaban entregadas como no había visto antes. Sus cuerpos se movían con gracia, sonrientes, mirando al frente, satisfechas, erotizadas por la alegría de encontrarnos en un espacio protegido donde el Amor se manifiesta sin condición alguna. Sí, ¡cuánta belleza! Si algo puedo decir es que el Amor estaba presente en cada gesto que expresaban, en cada mirada, en el deseo de manifestarse justo en ese momento tal y como son. ¡Qué regalo más hermoso facilitar espacios donde las personas pueden brotar y expandir su perfume sin miedo, con placer!. Es una bendición para mí ser facilitadora. Verlas, contemplarlas en su Belleza me aporta pleno sentido a mi labor de facilitadora. Es un gozo eternamente renovado, como dice mi maestro Paramahansa Yogananda.

Rolando decía, -Dios no está en las iglesias ni los templos. Está dentro de cada uno, aquí dentro- y ponía las dos manos en su pecho, mirándonos de frente, recordándonos que eso sólo puede sentirse cuando es vivido y sólo puede expresarse viviéndolo. Yo veo la divinidad en ellas, en su movimiento, en su expresión, en su mirada, en su corazón tranquilamente abierto a las propuestas y al deseo de vivir y sentirse vivas.

Rolando Toro nos hablaba de la misión de la facilitadora de Biodanza. Te dejo el enlace de la misión de la facilitadora de Biodanza, que Rolando escribió dos días antes de partir hacia las estrellas de retorno al hogar. Lee con calma y percibirás la sacralidad de sus palabras y el hermoso legado que nos dejó para contribuir a que el mundo dance la vida, con Amor, desde el Amor, ahora y siempre.

La danza de Biodanza es la danza de la Vida, nada más y nada menos. En las sesiones de Biodanza, nos conectamos a lo esencial que nos habita y progresivamente va tomando su lugar hasta que puede brillar sin miedo. Ven a probarla. Busca y encuentra algún lugar cercano donde puedas sumergirte en este entramado maravilloso que transformará tu vida para bien. No tengo la más mínima duda de que eso es así.

Recuerda qué eres, pero no con la mente, sino con el corazón. Re-cordare (latín): volver a pasar por el corazón. Todo está en tu interior y el grupo de Biodanza, la música, los encuentros, te harán recordar desde la alegría de vivir.

Te dejo un vídeo del verano del 2018, con algunos de sus relatos de vivencia. En ese momento, participaba el único hombre que ha habido en el grupo.

Verano 2018 – Grupo de Biodanza para personas de +65a. Castellar del Valles, Barcelona, España

Amor y Servicio