Convivir. Esta palabra me causa vacío, ausencia de presencia, mentiras escondidas en rincones inusuales para hacerse presentes de repente, descaradas y opulentas, jactándose de mirada inocente. ¡Cuánto puede sentir una sola palabra!!!
Nuestro universo humano repleto de palabras, sonidos expresados con voz que llena espacios sin saber bien qué ocurre con ellos. Y hablamos y decimos sin conciencia sonora, sin tomar cuenta que todo cuanto existe vibra y por tanto, es movimiento, se acerca, nos rodea, cohabita con nosotras, influyendo relaciones y respuestas.
Nuestra mentes, educadas en la apariencia, acallan instintos que pulsan por verdadero y, en lugar de escuchar viento, cosas, cielo, universo entero e interno, hablamos y convertimos palabras en palabrería, desconectadas del sentir, de piel, mirada y placer.
Convivir. ¿cuántas veces he deseado que “vivir con” fuera distinto, divertido, alegre, erotizante, placentero, cálido, suave, fresco, nutritivo, aireado, predominantemente acuoso? Permanecía ignorante e ignorada hasta que un buen día, la palabra “habitar” me encontró. Estaba allí, presente, con sonrisa amplia, mirada sincera, corazón valiente. Miraba de frente, altanera como geranio y jazmín en patio andaluz.
El tiempo se paró un instante. Aire y tierra prestaron atención y agua se detuvo. Fuego estaba calmo, crepitando sus brasas cálidas. Yo, presente. Casi alegre. Y así, despacito, iniciamos juego de amor, donde habitar mostraba estar y después, de a poquito con el calor del hogar, fue quitándose ropa hasta “ser”. Habitar ahora es palabra amiga, sueño real de vida, juego y caricia.
Y sucedieron ciclos de transformación. Uno tras otro circularon ajenos al tiempo, mostrándome belleza del verbo ser. Conjugamos juntos variadas formas de habitar. La primera fue “yo habito”. ¡Qué descubrimiento! Habitar me, habitar en mi, experimentar mi hábitat, recorrer hasta reconocer mi “ser en la vida” y cantar al viento “yo soy”.
Andando entre praderas de ser, me topé con “tu habitas”. ¿Son distintos? ¿tu es la otra? ¿qué es “tu”?. “yo/tu” son lo mismo, sólo que en frente, pensé primero. Después fui descubriendo que “tu” cambiaba posición con mucha rapidez, tanta que a veces desconcertaba, pero si “yo” seguía en centro, mantenía unidad más allá de aparente ilusión o imaginario, como llaman algunos. Así, yo/tu (1) son parte del “ser” . Son diferenciados en la unidad y mantienen su identidad mientras conviven, reforzándose mutuamente.

“Vivir en la alegría de “ser con otro” significa “convivir”, adquirir la capacidad de vínculo afectivo”, dice Rolando Toro.
Ahora es tiempo de “nosotros habitamos” y es cuando la constante se perpetua y se expande fractalmente hacia el universo cada vez más conocido. Permanece la unidad, el uno. Más allá de fantasía y Lucifer se descubre la luz de la unidad que coexiste en toda creación. Y me expando con la otra, y continuo expandiéndome con las otras criaturas vivientes, sin fin. ¿Hasta donde? Hasta la eterna Unidad.
¡Cuánto hay en una palabra!!!! Cuánto vivido y por vivir, cuanto aprendido y por aprender, descubierto y por redescubrir. Todo escrito en cada piedra, arena y viento, sonando en la eterna canción de la Vida. Hay mucho por contarnos, por compartir, porque juntas formamos el conocimiento de la vida. Lo que yo vivo, tu vives, es lo que conforma la realidad cuando le ponemos nuestras palabras y éstas toman vida y sentido, tejiendo red extensa de conocimiento de ser.
Esta es una verdad que aprendí de maestras que me mostraron la importancia de la escucha y la construcción dialogante. Compartir saberes. Las palabras son creaciones de vida. Nosotras, criaturas humanas, tenemos el don de crear con la vibración de la palabra. Redescubrir esta gracia es reencontrar goces, alegrías y caminos por andar juntas, co-crear, recrear, multiplicar, crecer, expandir y conjugar verbos de arte y creación. Ven a compartir tus palabras conmigo, con nosotras, con otras. ¿Qué es cohabitar? ¿Qué te evoca? Cuéntame donde te transporta y amplifiquemos el conocimiento juntas.
Hombres, mujeres, transexuales, hobbits, elfos, duendes, hadas, enanos, ogros, y otras criaturas en sonidos de paz, estáis invitados a participar de “Cohabitar. Taller d’Educació Biocèntrica”, el domingo 7 de abril 2013, de 17 a 20h. Espai Berkana – carrer Vidriol, 7 Barcelona.
Amor y Servicio
1) Martin Buber, filósofo 1878-1965). «Yo y yu», editado en 1923.