Biodanza

¿Dónde está el amor que nos hace libres?- dijeron ellas encerradas en sus casas

«Aunque me tapen la boca, seguiré pensando en tu nombre: Libertad» – Espi Muñoz

Hace días que tengo los textos que las Mujeres Jardín han escrito durante estas tres últimas semanas de nuevo confinamiento. Tenían que ser sólo quince días de aislamiento por prevención, pero las autoridades han decidido que, por el bien de la comunidad, se prolonga el período de aislamiento, sin saber hasta cuándo. Me pregunto ¿qué entienden ellos por bien?.

«Tenía miedo de no encontrarnos de nuevo por el tiempo tan loco que tenemos, pero volvemos a estar juntas, con el mismo entusiasmo que habíamos dejado antes del confinamiento. ¡Este miedo que nos han inculcado nuestros mandatarios que no saben por dónde van, nos va a matar!. Tengo la cabeza vacía. A ver si en la próxima sesión me inspiro y me lleno de ideas para contaros. Nosotras vamos a seguir para adelante, con el mismo ahínco de siempre», escribía nuestro Clavel en la primera sesión de Biodanza, después de meses sin poder encontrarnos en nuestro amado espacio. A la semana siguiente escribir su texto, se dictamina una nueva orden de confinamiento. Quince días después, cuando la orden de confinamiento persiste, Clavel me dice mirándome a los ojos: «No he escrito nada; no sé qué decir. Todo es tan triste«.

Los escritos de las Mujeres Jardín, han estado en mi escritorio esperando pacientes a que encontrara mi voz. La había perdido entre sentimientos encontrados de desasosiego, rabia y queja. Así anduve in crescendo por siete días, hasta que la voluntad tomó las riendas del Amor que todo lo impregna, y aunque a veces aún me pierdo en la fina tela del engaño, regreso. Siempre regreso, pues en realidad nunca me he ido.

Estar sin palabras para expresar el sentir es como nadar con ropa en mar abierto: todo pesa demasiado; sólo salían sonidos que recordaban el rugir de los mares en tormenta o el de la leona enjaulada tras las rejas del circo humano. No había palabra alguna que pudiera enlazar sus sentires para compartir con el mundo, su canto, su grito silenciado y silencioso, su llanto y desaliento que se instala poco a poco, día a día, en su piel, en su memoria, y aún así siguen en pie. Las miro y las escucho y percibo su lento marchitarse, acostumbrándose a apagarse en silencio, obedientes a una autoridad insensata que nos trata como ganado de su corral.

Estamos faltas de amor, alegría y entendimiento para confiar unos con los otros sin hacernos daños. Todavía necesitamos algunas clases más de Biodanza para entrar en el buen camino, y ser una rayo de luz que haga resplandecer la vida de todos lo que quieren estar conmigo. Saber coger las cosas y compartir con las personas que nos necesitan.Vamos a estar unidas en esto, por nuestra salud y bienestar. Yo estoy intentando salir adelante con vuestra ayuda. – Azuzena, octubre 2020.

Me duele tanto este vivir impuesto, que no es vivir sino un morir certero, constriñendo el alma y apagando el fuego de la vida, amordazando la esperanza y afligiendo el corazón de las que aman, y en su amar, se les niega gozar de la cercanía, en nombre de una supuesta salud que no es salud sino mentira.

«La semana pasado hubo una baja en las clases de Biodanza. Nos quedamos sin palabras. (…) Yo no puedo ceder mi sitio a nadie porque Biodanza es parte de mi mundo, para mi tranquilidad y felicidad en estos momentos. Biodanza es lo que tanto he deseado». Dama de Noche, octubre 2020

Desde que nos encontramos la última vez hace tres semanas, han circulado con regularidad las llamadas telefónicas y los mensajes a través de sus móviles, y las que no tienen, con los móviles de nietas e hijas que hacen de enlace logístico para que los mensajes, las canciones, los vídeos y otros materiales que compartimos entre todas para mantener el vínculo y el buen ánimo, lleguen a su destino. También ha habido alguna visita personal, aprovechando que debía recoger su material escrito, pero aún así, no es suficiente: el jardín se está marchitando. La suave lluvia que riega la fértil tierra, no es suficiente. La poética del encuentro humano que es Biodanza, se hace más necesaria que nunca, como abono indispensable para la verdadera salud que no es sólo la del cuerpo sino sobretodo la que concierne al alma.

«Es importante escribir y así lo hago. Nuestro recuerdo modula nuestro estado de ánimo, estimulando emociones agradables o desagradables. Tenemos el derecho de seguir hacia adelante; Biodanza es una parte importante, forma parte de nuestras vidas con los demás. Es una visión favorable del pasado, alimentando nuestra autoestima; así el presente, lo vemos de otra forma más positiva. El recuerdo bueno nunca se olvida.» Flor del Higo Pico, octubre 2020.

La población más anciana es la más vulnerable. Sí, es verdad, pero el miedo no las beneficia en su vulnerabilidad, porque ese «ser vulnerable» lleva consigo años de mucha lucha, de mucho coraje, de pasar por multitud de colores, formas y sabores, y seguir en pie de Paz. La falta de libertad a la que se las somete por su «bien», las descalifica en su sentido común, que es el de la experiencia de una vida entera dedicada a vivir, cuando no a sobrevivir. Tratarlas como criaturas indefensas, sin criterio para saber qué hacer y cómo cuidarse, es desvalorar, despreciar, desnutrir, deshonrar su saber hacer. ¿Acaso no han levantado un país entero después de una guerra civil? ¿No han sido ellas las que dejaron su tierra y su familia y fueron a otras tierras y otras familias a prosperar, a crecer, a crear su propia familia y darles estudios a sus hijos, carreras universitarias, oficios, apoyo, dinero y lo que hiciera falta? ¿No son ellas mujeres dignas de tenerlas en cuenta antes de decidir por su vida?. No son necias, no son niñas a las que hay que educar, dirigir, obligar. Son mujeres sabias, las ancianas de la tribu humana, las que tienen historias para contar y ser escuchadas, las que saben administrar una casa con cuatro reales y ahorrar para lo que pueda ser. Son mujeres viejas, hermosamente viejas, dignamente viejas, inteligentemente viejas, elegantemente viejas, alegremente viejas, divertidamente viejas. Y digo viejas a pesar de que a ellas no les gusta esta palabra, porque ser vieja en nuestro loco tiempo es sinónimo de caducada, gastada, prescindible, inservible; pero esa no es la definición correcta. Ser vieja es sinónimo de saber, de poder, de valer, de ser, de belleza consolidada por el paso del tiempo en cada arruga de su piel, haciendo de su vivir una pieza única, con un valor único inconmensurable, que sólo puede ser apreciada por el alma noble y sincera que mira y ve la verdad que se esconde detrás de la apariencia.

«En este espacio (Biodanza) que nos une – dice la Dama de Noche– me siento tan motivada, que cierro los ojos y pierdo la noción del tiempo. Me baño en los pensamientos y me encuentro a la orilla del mar, sentada en la arena; a lo lejos el horizonte rojizo, la bahía,… Momentos hermosos, tan hermosos que estaban en mi interior, pero con el tiempo, los había olvidado, y Biodanza, con sus danzas, palabras y silencios, encontré la llave que abre mis sentimientos». Dama de Noche, octubre 2020.

Las Mujeres Jardín, la bellas flores de la tierra, son mujeres fuertes, valientes, saben lo que quieren y lo que no, lo que les conviene y lo que no, deciden cómo vivir, y aún equivocándose si así fuere, de cada error siguen aprendiendo y así viven y aman, con el corazón dispuesto siempre a amar. No se las puede callar, no se las puede ignorar, ni obligar a un cautiverio que las marchita.

«Yo cuando sea vieja, no quiero ser joven, quiero ser Feliz y vivir esa felicidad con todas las personas que me rodean. Con sólo respirar y hacer los ejercicios tan sencillos de Biodanza que te cambian la manera de pensar. Yo los recibo así y así los utilizo y me va bien.» Azucena, octubre 2020.

Tratar a la población anciana con esta dureza injustificada tomando medidas extremas que dicen ser de salud pero que son de guerra, es tratarlas de ignorantes, de necias, de insignificantes, aunque en su lenguajear nos confundan con palabras vacías de afecto ficticio.

Pienso que la experiencia acumulada en mi lucha del pasado para superar los contratiempos, me ayudará a resolver los problemas, porque soy positiva. ¡Me gusta tanto la música de Biodanza!. Me recuerda mi origen. El pasado no se puede cambiar pero sí podemos cambiar nuestra manera de pensar en él. Es una tontería que nos castiguemos en el presente porque alguien nos hizo sufrir en un remoto pasado. En Biodanza empiezo a resolver ese resentimiento ahora que me resulta relativamente fácil. Si aceptamos creer que somos víctimas indefensas y que en ninguna parte hay esperanza, no vivimos. He comprobado que cuando realmente nos amamos, es decir, cuando nos aceptamos y aprobamos tal como somos, todo funciona bien en la vida». Flor del Higo Pico, noviembre 2020.

Las Mujeres Jardín son mujeres de Paz, valientes mujeres de Paz. No quieren saber nada de la guerra; ya sufrieron suficiente. La guerra no es para este tiempo; ya no. La Paz une, cobija, acoge, abraza, confía. ¿Para qué tratarnos como prisioneros si somos hermanos?

«La bondad no hace ruido porque camina descalza y le guía el corazón»- dice la Dama de Noche. – «Dios nos dijo: Amaros los unos a los otros. ¡Qué mensaje más bonito!. Si nos amáramos de verdad, seríamos libres». Dama de Noche, noviembre 2020.

Nuestras ancianas deben ser protegidas y cuidadas, pero el precio no puede ser el encierro, ni el aislamiento ni las medidas de guerra que se les impone, pues eso es matar sin empuñar armas, matar lentamente.

La Azucena dice justo antes de este nuevo confinamiento: «Otra vez juntas en esta reunión que tanto necesitamos para volver a situarnos en el sitio que estábamos antes de todo esto. Tres semanas después de este escrito, Azucena me llamó por teléfono para pedirme un video que hicimos en el encuentro de julio para despedirnos de nuestro Jazmín. Azucena lo había extraviado y lo quería volver a mirar porque «mirando los vídeos y escuchando las canciones de Biodanza, me acuerdo de todo lo bonito que vivimos en Biodanza y me da fuerzas para seguir adelante.

Las ancianas de esta tribu humana son mujeres libres, responsables, conscientes de todo; se han ganado con honores la Libertad de elegir. Ellas desean danzar, cuidarse para cuidar a los otros como han hecho siempre; su hacer nos ha dejado en herencia un amor por la vida que tiene voz, canto, mirada, confianza, fe, amistad, … Son mujeres en pie de Paz que desean seguir viviendo en Pie de Paz, libres para escoger lo que les hace bien sin hacer daño a nadie. Ellas saben. Pregúntales.

«Queridas compañeras: nunca pensé que esto me pasaría, tener estos sentimientos en estos momentos de tanta inestabilidad que estamos pasando, que nos envuelve. ¡Cuántas cosas vamos perdiendo y que no volverán!; los besos que tanto me gustan, llenos de amor; las caricias que no puedo dar. Siento en mí que me lo están quitando porque no volverán. Dama de Noche, noviembre 2020.

Mandatarios queridos, como dice nuestro Clavel, miradlas con el alma no solo con la razón. El alma sabe; la mente confunde. Sigue al alma mandatario, seas quien seas. Ellas son flores de una hermoso jardín donde sólo el Amor perdura.

«Se me hace pesado no tener esta libertad que deseo, el silencio que tanto aprecio y me ayuda, que me hace volver a la realidad y ver todo lo que me rodea. Somos como plantas: nacemos, vivimos y nos reproducimos como las plantas. Después vendrán otras plantas y renacerá la vida. Este es nuestro paso por la tierra.» Noviembre 2020.

Necesitan danzar, encontrarse, a distancia, con mascarilla y desinfectante todo el que haga falta, pero encontrarse. Tenemos el espacio para ello, las condiciones adecuadas que eliminan riesgos, la cordura de la experiencia, la responsabilidad del amor, la valentía de la humildad, el apoyo de la amistad, la coherencia del respeto… ¿no es eso Salud en mayúsculas?

«Mi pasado nunca lo podré borrar porque lo tengo en mi alma, pero sí tengo un boli para escribir mi presente«. Dama de Noche, noviembre 2020.

Sólo los que aman son valientes;
Sólo los satisfechos son magnánimos;
sólo los humildes son capaces de dirigir.
Tao Te Ching.

Con Amor y Servicio.

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