En el capítulo II de la Teoría de Biodanza, editada por ALAB, titulado Una nueva visión de los problemas sociales y humanos, encontramos en el punto 6 lo que Rolando tituló Política, Un acto de amor.
Al respecto de este punto, la semana pasada compartí en mi canal de YouTube un video con la lectura parcial del texto y comentarios sobre ella. Por si es de tu interés aquí te dejo el enlace: Biodanza: la Política del encuentro humano En la lectura, obvié algunos puntos para no extenderme demasiado, y hoy te traigo una frase del texto mencionado, que me parece muy reveladora para seguir profundizando en el pensamiento que inspira a Rolando Toro. Dice literalmente “Hannah Arendt, Paulo Freire, Wilhelm Reich y Roger Garaudy[1] integran nuestras nociones políticas”.
De los cuatro autores mencionados por Toro, Hannah Arendt era totalmente desconocida para mí, así que me puse a investigar porqué Rolando la tenía entre sus referentes de pensamiento político. Te cuento lo que he descubierto y las reflexiones que me han surgido a partir de este interesante hallazgo.
Hannah Arendt (1906-1975) es alemana judía de Hannover. Estudia con Martin Heidegger y Karl Jaspers, ambos tuvieron una gran influencia en su pensamiento y manera de entender el mundo. En 1933, debido al ascenso al poder de Hitler, Hannah huye a Praga y después Ginebra donde pasa algunos meses; después se traslada a París y se instala durante seis años, colaborando en varias organizaciones de refugiados judíos. En el año 1941 se ve obligada a abandonar Francia (por algún motivo que no he encontrado) y se traslada a Nueva York con su segundo esposo y su madre, donde permanece hasta su muerte. En Nueva York se relaciona con un influyente círculo de escritores e intelectuales, dando conferencias y charlas por diferentes escuelas y centros. Ejerce como profesora de filosofía política en la New School for Social Research hasta su muerte en 1975.
Publica varios libros que la sitúan entre una de las pensadoras políticas seminales del siglo XX. Entre los títulos publicados más importantes se destacan Los orígenes del totalitarismo, un importante estudio de los regímenes nazi y estalinista, y La condición humana su obra más importante. En 1961 asiste como reportera del The New Yorker al juicio de Adolf Eichmann[1] en Jerusalén. Le causa tal impresión que dos años después del juicio escribe un libro que provoca una profunda crítica en los círculos judíos y en diferentes sectores del ámbito intelectual, llegando incluso a perder alguna amistad por diferencias de pensamiento.
La fuerza, el coraje y la originalidad del pensamiento de Hannah la sitúan en un pensamiento político que no puede identificarse ni con el liberalismo ni con ninguna otra categoría de pensamiento político tradicional, ni tan siquiera con el pensamiento político comunitario. Hannah piensa críticamente sobre la democracia representativa, enfatiza el compromiso cívico y la deliberación política, la separación de moralidad y política y elogia la tradición revolucionaria, pero su aportación más relevante al pensamiento político se basa en la idea de ciudadanía activa, o sea, la relevancia del compromiso cívico y la deliberación colectiva sobre todos los asuntos que afectan a la comunidad. Su percepción se inspirada en la tradición clásica de Aristóteles materializada en los escritos de Maquiavelo[1], Montesquieu y otros, que dicen que la política encuentra su expresión auténtica cada vez que los ciudadanos y ciudadanas se reúnen en un espacio público para deliberar y decidir sobre asuntos de interés colectivo, no porque pueda conducir al acuerdo o a una concepción compartida del bien, sino porque permite a cada ciudadana desarrollar su identidad ejerciendo sus poderes de gestión, su capacidad de juicio y concretar acciones con un cierto grado de eficacia política, lo que en educación biocéntrica llamamos de acción transformadora real.
Hay cuatro temas principales que Hannah presenta en su manera de concebir la filosofía política: concepción de modernidad, teoría de la acción, teoría de juicio y concepción de ciudadanía. Me parece interesante desarrollarlos brevemente para poder entender porque el pensamiento de Arendt es un referente para Toro.
1.Concepción de la modernidad
Para Arendt la modernidad se caracteriza por la pérdida del mundo de la pluralidad y la libertad (no libre albedrío que sería la libertad interior), de solidaridad y convivencia comunitaria, de experiencia y acción, que construyen un sentido de la realidad y la propia identidad individual y colectiva.
Cuando leí “pérdida del mundo”, enseguida me vino la “nostalgia de amor” de Rolando Toro (Arendt desde una visión política, Toro desde un lenguaje poético, pero en el mismo sentido). Para Hannah la pérdida del mundo es efecto del surgimiento de formas totalitarias de gobierno, como el nacismo y el estalinismo, que han roto la continuidad de la historia occidental y ha dejado a la humanidad huérfana de esperanza porque la tradición política no ha resistido los embates de las consecuencias absolutistas. Arendt dice: Solo reapropiándonos del pasado y no de la tradición, podemos esperar devolverle sentido al presente y arrojar algo de luz sobre la situación contemporánea”. Inspirada por Martin Heidegger propone deconstruir la tradición filosófica occidental para recuperar los orígenes perdidos en el olvido y salvar los fragmentos del pasado que aún pueden ser significativos para el presente.
Recuperar los orígenes es para Hannah recuperar la experiencia original de la polis griega, el “tesoro olvidado” del pasado más allá de la tradición. Para Arendt la polis “no es la ciudad-estado en su ubicación física; es la organización de las personas tal como surge del actuar y hablar juntos, y su verdadero espacio se encuentra entre las personas que viven juntas para este propósito, sin importar dónde se encuentren”. Ella entiende la polis como el espacio de aparición “donde me aparezco a los demás como los otros se me aparecen a mí, donde los hombres existen no sólo como otras cosas vivas e inanimadas, sino para hacer su aparición explícitamente”. Esta frase de Arendt, muy de Heidegger, me hace recordar la frase de Rolando cuando dice “el otro habla de mí«, en su percepción de la Poética del Encuentro humano. Para Hannah este aparecer de la identidad humana es el resultado de tres valores asociados a lo laboral (condición humana de vida), al trabajo (actividad ligada la condición mundana) y a la acción (ligada a la pluralidad).
2. La teoría de la acción
Para Arendt recuperar la antigua noción de praxis (acción vinculada con la libertad y la pluralidad) es esencial para distinguirla de poiesis (fabricación). La acción son libertad y pluralidad. La libertad es para Arendt la capacidad de empezar de nuevo, de hacer lo inesperado, de crear sólo por el hecho de haber nacido. La acción como realización de la libertad, tiene sus raíces en “el hecho de que el hombre sea capaz de actuar, significa que se puede espera de él lo inesperado, que es capaz de realizar lo que es infinitamente improbable. Y esto es nuevamente posible solo porque cada hombre es único, de modo que con cada nacimiento algo singularmente nuevo viene al mundo”. (La condición humana, 1958). ¿Podría apoyar la vivencia del éxtasis del renacido, la línea de vivencia de la Creatividad, los potenciales genéticos, la identidad…? ¿qué crees tu?
La pluralidad es la virtud de actuar y relacionarnos con los otros seres de manera única y distintiva y así, contribuir a una red de acciones y relaciones extraordinariamente complejas e impredecibles. Esta red de acciones es lo que conforma el ámbito de los asuntos humanos, el espacio donde los individuos se relacionan directamente a través del lenguaje.
Para Arendt la acción política, transformadora y comprometida con la polis, implica el habla ya que por medio del lenguaje somos capaces de articular el significado de nuestras acciones y de coordinar las acciones del conjunto. A su vez, el habla implica acción, no sólo por el discurso en sí mismo como acto sino porque a través del habla verificamos la sinceridad del ser humano. Hannah afirma que cuando palabra y acción están unidas, no se han separado y las palabras no se usan para velar intenciones sino revelar realidades, es cuando las personas actuamos en “concierto”, o sea, en armonía sonora con la Vida. ¿Quién soy? Me revela; ¿Qué soy?’ habla de las habilidades y talentos.
Acción y habla solo pueden revelar en retrospectiva, justo cuando surge la palabra que cuenta los hechos y las actuaciones, o sea, narra la historia. De esta forma el narrador, el poeta, el trovador, nos revela la identidad del actor. Los historiadores y narradores develan el quien.
Para Hannah poeta e historiador son clave para preservar la memoria de las acciones pasadas y hacer de ellas una fuente de instrucción para el futuro. Para ser preservadas estas narraciones, necesitan de una audiencia, es decir, una comunidad de oyentes que se conviertan en transmisores de los hechos que han sido inmortalizados. Sheldon Wolin dice “la audiencia es una metáfora de la comunidad política cuya naturaleza es ser una comunidad de recuerdo”. Una de las funciones primordiales de la polis griega era ser la comunidad de memoria, preservar las palabras y los hechos del olvido y dejar testamento para el futuro.
3.La teoría del juicio
La teoría inacabada del juicio, según Hannah, representa su legado central al pensamiento político del siglo XX.
Enfrentando los horrores de las dos grandes tragedias políticas del siglo XX, el nazismo y el estalinismo, Arendt insiste en comprender estos fenómenos desde la aceptación de lo ocurrido con toda su crudeza, sin ubicarlos en precedentes o esquemas históricos, partiendo de un lugar nuevo, donde la capacidad de juzgar debe reinventarse desde un lugar imparcial y distante que nos permita la comprensión y la reconciliación con la realidad del siglo XX.
Esta concepción sobre el juicio proviene de su participación como reportera en el juicio de Eichmann a principios de los años sesenta. Observar las respuestas del acusado, la simplicidad de su pensamiento, su evidente incapacidad de discernir y cuestionar, le suscita la necesidad de aceptar una realidad que desafía la comprensión humana. Ella se cuestiona ¿Cómo pudo un individuo tan común, rigurosamente respetuoso con la ley y demasiado humano, haber cometido tales atrocidades? Aquí ella plantea lo que llama la banalidad del mal, o sea, la capacidad irreflexiva del individuo que le impide juzgar aquello que hace. Hannah dice “pensar no es una prerrogativa de unos pocos sino una facultad siempre presente en todos; del mismo modo la incapacidad de pensar no es un defecto de mucho que carecen de capacidad intelectual, sino una posibilidad siempre presente en todos”. Intentando encontrar respuestas al impacto que le causó Eichmann, ella se centra en comprender la mente y se apoya en Kant que defendía que para que nuestros juicios sean válidos debemos trascender nuestras condiciones privadas o subjetivas en favor de las públicas e intersubjetivas, apelando al sentido común de lo humano.
4.Concepción de ciudadanía
Para Arendt la ciudadanía en el mundo contemporáneo pasa por la recuperación de una visión del mundo compartida y por la creación de espacios colectivos donde los individuos puedan revelar sus identidades y establecer relaciones de reciprocidad y solidaridad. La unidad lleva implícita la participación directa en las prácticas y actividades que son características de ese espacio y los agentes que los habitan.
Esta concepción participativa de ciudadanía de Arendt aborda la constitución de la identidad colectiva para que sea reconocida, probada y transformada de manera democrática y discursiva. Como alternativa a un sistema de representación basado en partidos burocráticos y estructuras estatales, Arendt propone un sistema federado de consejos a través de los cuales los ciudadanos puedan determinar sus propios asuntos mediante la participación política directa, es decir, la acción común y la deliberación colectiva.
Estos serían los cuatro puntos significativos del concepto de filosofía política de Arendt, explicados brevemente. Cuando realmente me sorprendió la propuesta de Hannah fue verla en grabaciones antiguas, donde le hacían encuestas. Hay una película que te recomiendo que veas, que trata sobre ella y el juicio de Eichmann; la traducción al español es bastante deficiente, según dicen los comentarios en YouTube, cuando Hannah habla con Martin y éste le pregunta «¿Me quiere enseñar a pensar?, es ¿Quiere que le enseñe a pensar?; y en otro momento del final del film, la frase es «la banalidad del mal» y no la banalidad de nuestro mal, como está traducido. Aquí te dejo el video completo.
Por otro lado, también te dejo el video de una entrevista que le hacen, porque allí es ella tal cual, con su lucidez, su feminidad, su inteligencia al desnudo.
Entiendo que Rolando Toro se inspirara en Hannah por su visión delante de un mundo “perdido” como dice ella, ante tamaños desconciertos mundiales, con valores devastados y una crítica muy aguda sobre lo social y los avances tecnológicos que Hannah hace en sus escritos con gran elegancia, según mi parecer. El concepto de ciudadanía de Arendt, la libertad experimentada no desde lo filosófico sino desde lo político, que ya defendían los pensadores griegos del siglo IV a.C., la acción que se da en la pluralidad del espacio público con la palabra como fruto de la capacidad intrínseca del ser humano de crear y recrear un espacio social de sorprendentes posibilidades, recuperar la polis y la praxis de los clásicos griegos, a mi entender, dice mucho sobre el sistema Biodanza. ¿Tu que opinas?
Desvincular la política de la integración humana, es perpetuar la ilusión de separación entre lo viviente y la Vida.
Amor y Servicio
[1] Roger Garaudy, te dejo un enlace al vídeo donde hago una breve explicación sobre este autor y otro enlace que puede que sea de tu interés. Roger Garaudy . Roger Garaudy (2)
[1] Adolf Eichmann, alto funcionario de la SS alemana, encargado de organizar la identificación, reunión y transporte de judíos de toda la Europa ocupada a sus destinos finales en Auschwitz y otros campos de exterminio en la Polonia ocupada por los alemanes
[1] Rolando Toro, en el punto 6 del capítulo 2 del volumen 1 de la Teoría de Biodanza, punto que estamos comentando, nombra a Maquiavelo en El Príncipe conceptualizando el Poder como categoría de valor en sí mismo.