Celebrar el inicio del año el 1 de enero, tiene su origen en una rebelión celta del año 155 a.C. en el que el asentamiento de Segeda, lo que hoy es el pueblo Mara perteneciente a la Comarca de Calatayud y a 86 km de Zaragoza, levantó una muralla en contra del tratado impuesto por el Imperio Romano. Roma decidió cambiar su calendario para favorecer el castigo a la rebelión. Alfred Lopez, en Cuadernos de Historia nos detalla lo ocurrido (post en Arboleda de Gaia).
Así pues el 1 de enero es una fecha creada para apoyar la esclavitud, la conquista de pueblos por la fuerza y la guerra. Lleva consigo la energía de empoderar la posesión, la adquisición de bienes, tierras y personas en contra de su voluntad. Aunque a nosotros nos llegue como el inicio de un nuevo ciclo cargado de buenas intenciones, la base en la que se sustenta, es de opresión y desdicha. El olvido de su origen no limpia la impronta de la memoria celular. Se hace necesario prestar atención al recuerdo de la historia y tomar consciencia de ella para que nuestros actos y deseos se ajusten a la verdad.
Muchas veces, somos inconscientes de todas las mentiras, manipulaciones, intereses creados detrás de fiestas y celebraciones que forman parte de nuestra cultura. Nos dejamos llevar por la multitud, la masa, el borreguismo, la manipulación, y depositamos nuestro poder personal en manos de desaprensivos agentes de la verdadera Miseria que se sirve del engaño para deslumbrar con sus luces artificiales, el cor-razón de la humanidad.
Hoy con consciencia de todo ello, levanto mi copa al inicio del nuevo año para honrar el coraje y el espíritu de Libertad del asentamiento celta de Segeda, que provocó que el Imperio Romano adelantara el inicio del año hace más de 2150 años, para castigar la osadía de ser libres. Si un puñado de hombres y mujeres consiguieron hacer eso, ¡Qué no podemos hacer nosotros! Tomar consciencia de nuestra historia, recordarla y difundirla para resignificar nuestras acciones, celebraciones, festividades y tradiciones, sabiendo a qué y quién estamos dando fuerza en verdad.
Conocer nos hace libres para escoger. Yo escojo que todos mis pensamientos y acciones generen y promuevan vida y no muerte.
Asi sea.