Biodanza

Integrando la identidad: vivencia biocéntrica

Desnuda de silencios que ocultan sentires profundos donde la vida habita callando, me empodero de la verdad que siento en mí para decir que de amor, nadie sabe más que una misma, y de Amor Incondicional solo podemos hablar cuando el desapego a lo más amado se sacraliza hasta el punto de encontrar el amor sin mácula, inmaculado -como de Gran Madre-, que sobrevive a todo cuanto hayamos conocido con anterioridad.

Vivir en Kairós es una gran bendición. El eterno movimiento circular de la temporalidad posibilita experimentar confianza y sensación de que nada es en vano ya que todo regresa al punto de inflexión donde se gesta la integración de lo vivido. Podría parecer que ese instante concreto es tiempo y espacio, pero eso sería achicar la multidimensionalidad de la existencia. Sí es un instante de vida, más es cúmulo también de toda una vida, de cada instante, cada decisión tomada, cada incerteza silenciada y expresada. En Biodanza, a todo esto lo llamamos integración de la identidad, y se fundamenta en el modelo teórico que sustenta el sistema Biodanza creado por Rolando Toro.

Modelo Teórico de Biodanza
Modelo Teórico de Biodanza

Un modelo teórico es una representación de cómo entendemos lo que es, en este caso se trata de la complejidad de «ser en el mundo». En el eje principal del Modelo Teórico de Biodanza encontramos la pulsión «Conciencia intensificada de sí-mismo/Identidad» y «Conciencia disminuida de sí-mismo/Regresión». En esta pulsación danzan los potenciales genéticos manifestados a través de cinco Líneas de Vivencia que completan la expresión de «ser en el mundo» (en otros sistemas, la expresión de los potenciales del ser se representan como los siete chacras principales). Esta danza fluye entre vivencias que enriquecen y empobrecen nuestra percepción de la realidad y de nosotros mismos. Así pues, vivimos reflejando lo que hemos creído como verdad, lo que hemos asimilado, normalizado y automatizado como respuesta ante la vida, y el resultado suele ser una profunda nostalgia de amor. Ser vistas y miradas, valoradas en nuestra expresión existencial, sostenidas e impulsadas nuestras múltiples capacidades creativas, honradas por ser seres únicos e irrepetibles, amados por nuestra singularidad,… son terribles ausencias que normalizamos en nuestras vidas, transmitiendo así de una forma u otra, con mayor incidencia o menor, el mismo mensaje castrante y destructivo en todas nuestras relaciones, hasta que el desamor duele tanto que nos arroja al «desconocido» interior y nos enfrenta a preguntas existenciales que devuelven silencio desconcertante. Allí,  en ese des-concierto, empezamos a tomar consciencia de la inmovilidad forzada a la que nos hemos sometido y, casi perdidos, empezamos a danzar con los sentidos.

Aire de inicio podría ser, fuego quizás, agua bendita a lo mejor, tierra fértil, éter… Cada una de nosotras, vibra en un elemento que impulsa movimiento de vida y con él la conciencia de estar vivas. Con el tiempo y dedicación, constancia y tesón, vamos encontrando palabras, sonidos, músicas que redimensionan la vivencia del amor, hacía mi misma, la otra, la vida. El proceso requiere de toma de decisiones, asumir las elecciones que hacemos constantemente (conscientes o no), darles conciencia y agradecimiento, sabiduría y equidad  para seguir decidiendo siempre cómo queremos nuestra vidas, con quién queremos relacionarnos, de qué forma queremos nutrirnos, para qué creamos y a quién servimos. Vaciar lo que no nos sirve, para llenar de nuevas vivencias. Despedir para encontrar. Soltar para encontrar. Dejar para recibir.

Vida y muerte son complementos de nuestra dualidad, opuestos complementarios de la vivencia de vivirnos. Existe algo superior que nos sustenta; es nombrado de múltiples maneras por el ser humano, aunque todas ellas reflejan al Si-mismo que habitamos.  En Biodanza, lo llamamos VIDA y queremos que Ésta sea la verdadera protagonista de toda nuestra Historia como humanidad. Nuestro hacer es BIOCENTRICO pero hay muchas personas que hacen de forma biocéntrica sin saber siquiera que existe esta palabra. Lo importante en verdad, es que hagamos siempre de nuestras vidas acciones y servicios que impulsen alegría, bienestar y dicha porque esta es nuestra autentica y única naturaleza primordial.

En Biodanza puedes encontrar herramientas que te lleven de regreso a lo primordial, pero no todo lo que dice ser Biodanza es verdad. Como reflejo de la vida que hemos creado, existen impostores que utilizan el Buen Nombre para lucrar sus impulsos primarios y egocéntricos, olvidando su propia naturaleza divina y la sacralización de la vida como acto genuino de nuestra naturaleza esencial. Biodanza no es mistificada pero sí recupera el sentido sagrado de la vida y lo pone al centro de todas las relaciones, preservando así la Vida en su plenitud y evolución.

Eres libre de vivir tu vida y responsable también. Asume tu poder creador y vive con ello. Sólo te pido que tus actos promuevan Vida, la que de verdad nos merecemos todos los seres de este planeta, de esta galaxia, del universo entero.

Gracias por leerme hasta aquí. 🙂

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