Partiendo de la base que la Vida no se encuentra fuera de nosotras [personas], ya que nos habita, podemos decir que Somos Vida, Yo Soy Vida. En ese Ser Vida, hay implícita la Riqueza.
La riqueza es una palabra que proviene de la raíz indoeuropea «reg» relacionada con poder, destreza, y el sufijo latino itia que expresa cualidad; de aquí podemos decir que riqueza es la característica que tiene todo ser humano de poder [Yo Puedo], de hacer [Yo hago].
La naturaleza de la humanidad es curiosa y creativa; un ejemplo de ello es la capacidad que hemos desarrollado de poblar el planeta en cualquier rincón de su superficie. Nos las ingeniamos para habitar la Tierra allí donde estemos; buscamos la manera de realizar aquello que deseamos. Ese es nuestro impulso creativo innato, imparable, y me atrevo a decir indomable, porque a pesar de todo el empeño que hemos puesto individual y colectivamente, en ahogar nuestros propios sueños abasteciendo así la distorsión enloquecida de la comprensión del Poder [Yo Puedo] y convertirla en la peor arma de destrucción, el Ser Humano sigue empeñado en vivir, en vivir Bien. No hay como frenar el impulso de la Vida que nos habita.
¿Cómo podemos vivir Bien en mitad de tanto desconcierto? Está claro que la creencia de la separación nos ha llevado al mundo que hoy sufrimos, porque la separación es otra de las palabras inventadas para intentar explicar la Vida, pero no es real, no existe, la separación es ilusoria, pertenece al imaginario. Todo lo que existe está conectado como una Red sináptica de caminos, senderos, confluencias, que nos componen como un Ser único Yo Soy. Entonces, la única vivencia Real es la comunitaria, la comunidad humana, la comunidad afectiva, aquella en la que todos sus miembros pueden verse en círculo y donde todos pueden escuchar a uno de ellos sin necesidad de micrófono, sólo a viva voz. Esa comunidad está cuantificada por Edwin John con treinta familias del mismo barrio y una experiencia de años en la que su propio modelo de desarrollo junto con la aplicación de la Sociocracia, se ha replicado hasta llegar a una reorganización ciudadana afectiva y efectiva que abarca a 30.000 personas en India.
Uno de los requisitos imprescindibles para reorganizarnos y encaminarnos hacia esa convivencia comunitaria capaz de encontrar soluciones a los problemas comunes, a las necesidades vecinales, a las carencias locales, es re-educarnos en el afecto, el saber y el poder. Llevamos mucho tiempo sumidos en la noche del No-Puedo; el precio que hemos pagado ha sido curvar nuestras espaldas de tal modo que sólo alcanzamos a mirar nuestro ombligo y, desde allí sólo cabe la posibilidad de quejarnos y poco más. La impotencia a la que nos sometemos, nos lleva al desamor y sobrevivir a todo ello es tarea de titanes.
A pesar del panorama existencial, hay una Verdad que no necesita descansar porque es autosostenible en Sí misma, y es que Nosotros Somos Seres Luminosos en una experiencia Humana y la Luz que nos habita no conoce limitación alguna más que la propia creencia, así que: ¿En qué crees tu?. Yo creo en la capacidad de Ser Vida, SerVivo, de Ser y escojo acciones, encuentros, alternativas que, a pesar de los tropiezos, me hacen volver a levantar y encontrar la comunidad del Bien Común a la que aspiro y por la que velo y hago para que así sea.
¿Nos encontramos para construir juntas Comunidades del Bien Común en España?