Notas de navegación

Canto infinito de creación y recreación

Con la finalidad de «mostrar los aspectos destacados de la eterna necesidad humana de Celebración de la Vida y Sacralización de la Naturaleza» (R Toro, Antecedentes míticos y filosóficos de Biodanza), Rolando Toro rescata mitos antiguos modelos arquetípicos de extraordinaria fuerza como fundamento e inspiración a los abordajes esenciales del Sistema Biodanza.

Recuerdo, en mi formación como facilitadora de Biodanza, el re-encuentro mitológico con Deméter y los misterios de Eleusis, Isis y Osiris, Dionisio, Orfeo, y el pensamiento de Pitágoras y Heráclito. Recuperarlos en su dimensión corporal me permitió ampliar el conocimiento desde la vivencia y eso fue un verdadero placer. Conocer vivenciando, es como si todos los sentidos se amplificaran para abarcar una visión más completa, más amplia, más crítica a la vez, más libre para ser, estar y hacer.

Pero el verdadero re-encuentro fue con Jesús de Natzaret.  De la mano de Sanclair Lemos, la figura del Cristo se me presentó profundamente viva, cercana, libre de -ismos, -istas y otras etiquetas, limpia en su profundidad e íntimamente conectada con mi esencia.

Por mi formación y mis inquietudes personales, he leído y estudiado todo lo que ha caído en mis manos respecto a la palabra y la obra de Jesús. Muchos han sido los Grandes Maestro de la humanidad, guías sólidos que muestran a través de los tiempos, la sabiduría de la Creación, pero para mi, la profunda sabiduría Crística personificada en el maestro nazareno, ha sido como un bálsamo que me ha inspirado día a día en el camino de la espiritualidad. Fué con Sanclair que con su conocimiento vivenciado, consiguió acercar la palabra del Cristo en su máxima sencillez y profundidad, para mostrarnos cuan vivo se encuentra el mensaje del Amor incondicional en la esencia misma de cada ser.

dibujo de http://www.hermandadblanca.org

No hablo de creencia, de fe, religión; me refiero a re-ligare, unificar, entrelazar, conectar, lo divino con lo profano, elevándolo a su propia sacralidad donde siempre ha sido. Reencontrarme con el maestro nazareno desde la palabra vivenciada fue un presente que desde entonces, siempre me acompaña.

Mi pasión por la etimología de las palabras, su origen y significado, de donde provienen, cuantas interpretaciones pueden surgir y cómo puede llegar a cambiar un texto, una expresión,… una vida, me siguen ofreciendo regalos muy valiosos que hoy quiero compartir con vosotros. Se trata de la oración-invocación de Jesús que se transcribió en su día y que llegó a ser lo que hoy conocemos como «El Padre Nuestro».

Antes de transcribirla, quisiera hacer una breve mención a la lengua originaria del texto, así como a la transliteración (escribir una palabra de un lenguaje a otro sin traducirlo) que ha llevado a un sinnúmero de estudios sobre el lenguaje que utilizaba Jesús.

No soy experta en el tema y por eso me gusta documentarme para poder entretejer un criterio personal que me acerque a una visión más amplia y viva, por lo tanto mutable. Entre toda la documentación encontrada donde la mayoría de estudios afirman que Jesús hablaba en arameo, he encontrado un meticuloso trabajo de Douglas Hamp, titulado «Descubriendo el lenguaje de Jesús. ¿Hebreo o arameo?», publicado por Calvary Chapel Publishing, California, en el que documenta escrupulosamente que Jesús hablaba en lo que los historiadores llamaron el hebreo mishnaico o Mishna, un hebreo más coloquial y cercano al arameo, que representaba la transición histórica de la lengua hebrea a la aramea dominante.

En Mishna, la oración de Jesús transcrita al castellano seria:

Padre-Madre, respiración de la Vida, Fuente del sonido, Acción sin palabras, Creador del Cosmos,
Haz brillar tu luz dentro de nosotros, entre nosotros y fuera de nosotros para que podamos hacerla útil.
Ayúdanos a seguir nuestro camino respirando tan sólo el sentimiento que emana de Ti.
Nuestro Yo, en el mismo paso, pueda estar con el Tuyo, para que caminemos como Reyes y Reinas con todas las otras criaturas.
Que tu deseo y el nuestro, sean uno sólo, en toda la Luz, así como en todas las formas, en toda existencia individual, así como en todas las comunidades.
Haznos sentir el alma de la Tierra dentro de nosotros, pues de esta forma, sentiremos la Sabiduría que existe en todo.
No permitas que la superficialidad y la apariencia de las cosas del mundo nos engañe, y libéranos de todo aquello que impida nuestro crecimiento.
No nos dejes caer en el olvido de que Tu eres el Poder y la Gloria del mundo, la Canción que se renueva de tiempo en tiempo y que todo lo embellece.
Que tu amor esté sólo donde crecen nuestras acciones.
¡Que así sea!

Esta oración, sea o no la original, resuena en el ser y en la antigua memoria de la  tradición que entendía al Creador como un canto infinito cuya cristalización de ese canto era la Creación. Lo encontramos en el inicio del primer capítulo del Evangelio de Juan, donde la transcripción al latín dice: In principium erat verbum, lo que se tradujo como «en el comienzo era… el verbo, la palabra, el vocablo», pero en la escritura originaria hebrea, también admite la traducción de «sonido, canto», más en concordancia con la comprensión de la vida, en movimiento continuo, en danza y canto, en logos vivenciado.

Las tribus nómadas, se reunían en ruedas de celebración y transmisión de conocimiento, contando la historia a través de danzas y cantos que el sedentarismo y el sincretismo religioso fue callando, pero siguen siendo la fuente originaria de comunicación.

La percepción del conocimiento del Cosmos a través del estudio de la música, propicio a Pitágoras la llave de la comprensión de nuestra naturaleza vibratoria…. y tanto más que llenaría páginas y páginas ya escritas a lo largo de los tiempos.

Sólo para complementar, os invito a escuchar esta pieza musical de Adwoon d’Bashmaya, titulada The Lords Prayer in Aramic. 



Con amor, In lak’ech!

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El retorno a la consciencia

    En la región costera del sur de Perú y el norte de Chile, hacia el año 200 a.C. surgió el pueblo Nasca de una cultura denominada Paracas. Cultivaban algodón, judías, tubérculos, una fruta llamada lúcuma y maíz de mazorca pequeña. Inventaron una nueva técnica de alfarería que consistía en mezclar doce pigmentos minerales diversos con una fina capa de arcilla para pintar su cerámica antes de hornearla. Gracias a algunos de los restos encontrados, se deduce que los nasca eran un pueblo pacífico, ligado a la música, a la danza y a las peregrinaciones.

    El asentamiento de la cultura Nasca era perfecto por la abundancia de agua proveniente de los diez ríos que bajan de los Andes, pero el riesgo ambiental en esa zona es muy elevado por el desplazamiento del anticiclón boliviano ya que cuando se desplaza hacia el norte, aumentan las lluvias, si se desplaza hacia el sur las precipitaciones disminuyen hasta secar los ríos, lo que hacía que el pueblo nasca se desplazara desde la costa del Pacífico hasta altitudes de 4.500 metros al oeste siguiendo las precipitaciones a través de los valles de los ríos. A pesar de ello su cultura permaneció durante ocho siglos.
    En los valles extremamente áridos del sur, el pueblo nasca creó un ingenioso sistema de pozos horizontales que aprovechaban el desnivel de la capa freática en su descenso desde las altitudes andinas, lo que permitía sacar el agua subterránea a la superficie en lugar de desplazarse siguiendo las precipitaciones. Esos sistemas de regadio se utilizan todavía hoy y son conocidos como puquios.
    Se ha descubierto que la creación de los geoglifos[1] se ha dado desde hace 2.400 años, antes de la aparición de los Nasca, con lo que parece una tradición cultural heredada de los Paracas y en diversos períodos de la historia. Tambien se ha desmitifacado que los geoglifos sólo se puedan ver desde el aire ya que las primeras imagnes antropomórficas dibujadas en las laderas, se pueden ver desde la pampa, y los dibujos que se crearon en el suelo de la pampa pueden ser observado desde los valles y otros sitios con geoglifos.
    Todas las figuras fueron construidas en grupos sociales y están asociadas a rituales y ceremonias de invocación a las deidades de la montaña para la obtención de agua a cambio de numerosos sacrificios humanos, decapitaciones y “cabezas trofeo” que se han encontrado, así como objetos provenientes de lugares lejanos que se ofrecian a los dioses-montaña.
    Stephen S Hall, comenta su experiencia caminando por las lineas de Nasca diciendo “Los geoglifos eran sin duda para el pueblo nasca un recordatorio cinético y ritual de que su destino estaba ligado a su entorno: a su belleza natural, a su efímera abundancia y a su amenazadora austeridad.
En cada línea y cada curva que arañaron en el suelo del desierto se puede leer su respeto por la naturaleza, tanto en tiempos de abundancia como en épocas de desesperada escasez. Cuando pones los pies en ese espacio sagrado, incluso durante un breve y aleccionador momento, es algo que se siente.”
    Dos milenios más tarde, la dimensión humana sigue siendo profundamente cósmica, tal y como los Nasca intuian y expresaban en sus rituales y celebraciones, relacionando el micro-cosmos con el macro-cosmos, como Hermes Trismegistro apuntó en su famosa frase “Tal como arriba es abajo”, y como Pitágoras también lo hizo cuando afirmó que “Las vibraciones y resonancias de los cuerpos entre si, estudiadas desde la ciencia exactapueden demostrar la relación armónica que existe entre todos los elementos vivos, sean éstos minerales, vegetales, animales, planetas y constelaciones”.
    Hoy conocemos la composición de los elementos vivos y sabemos que nuestra estructura biológica es capaz de sentir e influir en la fisiogénesis de nuestra existencia en profunda interelación con el medio. Somos reflejos microcósmicos de la infinitud y podemos intuir que la vida no surge de la materia, ésta se ordena en relación a las posibles estructuras de vida.
Por eso, danza, crea, expresa, ama y vive hoy y siempre sacralizando la vida. Somos muchos con la misma conciencia despierta, sin distinciones de colores, nombres, banderas o cualquiera sea la señal externa. La propuesta “Ama al proximo como a ti mismo”, ya no es patrimonio de creyentes. La divinidad está en vivenciarnos como seres vivos, profundamente vivos.
Texto inspirado en el reportaje de National Geographic Espiritus en la arena

[1]Líneas y figuras construídas en las laderas de los cerros o en planicies, usando la técnica de adición de piedras con tonalidades oscuras de orígen volcánicos o por oxidación a manera de mosaico, para constrastar sobre un fondo más claro característico de desiertos. Se encuentran en Brasil, Chile, Japon, México, Perú, Australia.
Cursos

Natura i sons. Proyecto de arte sensitivo

Natura i Sons es un proyecto de descubrimiento de los instintos sensitivos. En esta ocasión serán los sonidos, de fuera y de dentro, que irán despertándose poco a poco mientras nos miramos, nos escuchamos, caminamos, danzamos y nos sentimos.

La sencillez es uno de los atributos de la belleza. A veces es fugaz como el momento, pero cuando se torna vivencia, todo es posible. Todo es música.

Rolando Toro, el creador del Sistema Biodanza, nos dice al respecto: «Las emociones tienen formas musicales, espacios sonoros, partículas de amor. Si estamos conectados a nuestra propia palpitación, todo se vuelve música». Y continua diciendo: «Escuchando dentro de nosotros mismos, vivimos todas las formas musicales, los coros arcaicos del hombre primitivo, los tambores de alerta, los cantos de celebración, el contrapunto de nuestra obstinación, los requiem de la noche, los allegros del alba.»

La Biodanza y la Educación Biocéntrica nos facilitan un espacio donde poder experimentarnos desde un entorno saludable, donde la vida es la protagonista.

El sábado 29 de mayo de 2010, celebraremos que somos música en Espai Nuïtat, Ca l’Aymerich d’Arbúcies. Horario de 10,30 a 17,30h.

+ info: sheroqua@hotmail.com