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Dar, recibir y restituir. La trilogia del Beneficio.

El pasado sábado, dentro de la celebración del tercer aniversario de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y la Crisis (PAHC) de mi pueblo, ofrecí una breve clase de Biodanza centrada en la labor que ésta plataforma lleva desarrollando en beneficio de multitud de familias y personas que, por causa de la crisis actual, sufren angustias económicas, situaciones de desempleo y falta de recursos económicos para hacer frente a los gastos básicos que supone vivir y habitar con dignidad.

El tema central de la sesión lo centré en la otra mirada, la posibilidad de mirar las «cosas» que nos ocurren desde otro lugar no habitual, desde la labor que la PAHC está desarrollando desde hace ya varios años. Afrontar  la angustia de no llegar a fin de mes, no tener suficiente dinero para pagar luz, agua, gas, comida, de encontrarse familias enteras expulsadas de sus casas por falta de recursos suficientes para pagar las cuotas de sus hipotecas, niños con déficit nutricional por déficit de alimentación, … requiere de un profundo y vivido sentimiento de hermandad, coraje para defender los abusos de un sistema político, social y económico que ha perdido el sentido de humanidad y lo ha cambiado por valores medibles sólo con números y beneficios. Pero hay otro significado para la palabra beneficio, y de eso es de lo que se trata este post.

¿Cómo describir la gratitud que sienten las personas que, entre lágrimas de desesperación y socorro, acuden a la PAHC pidiendo ayuda? ¿Qué palabras usar para definir el alivio que luce en los rostros de las personas al encontrar una plataforma donde la angustia se escucha y después se dan respuestas y acompañamiento a todo el proceso que requiere el volver a vivir dignamente? ¿Cómo expresar con palabras el compañerismo, la amabilidad y la alegría con que, los miembros y usuarios de la PAHC, acogen a los recién llegados? ¿Qué frases pueden expresar el gusto que me produce ofrecer una sesión de Biodanza a personas que componen el colectivo de la PAHC y que saben muy bien qué es «la nueva mirada«?

En éstas me encontraba yo, delante del ordenador, intentando encontrar palabras e imágenes que me ayudaran a transcribir mis sentires al ver los rostros transformarse a medida que las consignas y las canciones se sucedían escenificando sus realidades, comunicándolas con sus cuerpos, sus miradas, sin palabras, con presencia, con confianza. Con la mente en blanco, cogí el libro que tenía en la mesa y leí:

Las Gracias, tres muchachas que danzan en corro cogidas de la mano, representan el beneficio (dar, recibir y restituir), que pasando de mano en mano, retorna  aumentado al que lo ha concebido en primer lugar.

Beneficio igual a: dar, recibir y restituir. De pronto entendí la maravillosa complejidad del beneficio, benéfico, beneficioso, la trinidad del beneficio que va más allá del dar y recibir para seguir la danza infinita en el restituir y completar así el círculo de la Gracia, del agradecer, del Ser en comunidad. Busqué imágenes de Las Gracias y escogí la de Boticelli. Seguí leyendo:

En De beneficiis de Séneca, éste habla del beneficio como la «gracia» no en el sentido de la belleza sino sobretodo en el de la gratuidad:

«tienen un rostro risueño, como han de ser las caras de quienes dan o reciben un beneficio; son de tierna edad porque la memoria de los beneficios nunca ha de envejecer; son doncellas, porque los beneficios son puros, espontáneos y sagrados para todos. Por esa razón llevan vestiduras desceñidas y transparentes, porque los beneficios se han de ofrecer a la vista»

Y sentí placer de poder expresar una vez más, la Gracia (gratitud, agradecimiento, gratuidad, grato)  de ser Facilitadora de Biodanza y Educadora Biocéntrica. Ahora sé que el gesto de dar y recibir perdura en el tiempo cuando añadimos el sentir del restituir, que no es más que «el retorno aumentado al que lo ha concebido». Una danza fluctuante, circular, hermosa y continua.

Así es la PAHC, así es la Biodanza, así es para mí ser Educadora Biocéntrica: una danza sin fin donde todo se recrea una y otra vez.

 

Biodanza

Participando con principiantes

Gracias a la llamada que hizo mi amiga y facilitadora de Biodanza Elena Martín, a partir del viernes 9 de enero 2015, participo en el grupo regular de Biodanza para principiantes en Sant Cugat del Vallés, Barcelona. Es una hermosa manera de iniciar el año.

En la rueda de presentación, tras la invitación de Elena a presentarnos al grupo, no sabía qué decir respecto a porqué estaba allí. Tenía claro que mi papel en el grupo no es de facilitadora sino de participante y de alguna manera ese también era mi reto, ilusionado y consciente. ¿Cómo cuento desde modo «miembro de grupo regular de Biodanza para iniciantes» lo que siento después de sumergirme durante años en el papel de facilitadora? Desde hace tiempo que cuando participo en un grupo de Biodanza siempre es en grupo de profundización, radicalización de vivencia y con compañeras y compañeros facilitadores. Entiendo al principiante de Biodanza desde mi vivencia como facilitadora pero, ¿dónde está el recuerdo de mis inicios? Me sorprendió el olvido. Ya no soy la misma de entonces; no puedo recordar más que vagas sensaciones, así que me decido a compartir desde lo más simple de mi sentir y me sorprendo al decir que Biodanza es para mí el lugar donde yo soy sin más, sin palabras, con silencios que viven en la piel, en la mirada, en el adentro y están presentes porque no hay donde esconderlos. En Biodanza soy. No tengo que ser. Y agradecí en voz alta la presencia de hombres en la sesión porque la vida danza en energías complementarías y es así como entrelazamos saberes y maneras de hacer que conforman nuestra vivencia de comunidad. (…) Breve silencio en el que creo percibir en los tres hombres presentes una sutil relajación muscular que me agrada; cara y hombros descansan en el reconocimiento, y las mujeres respiran con ligera profundidad añadida. Mi piel sonríe por vibrar en la sintonía de la gratitud. Esa percepción es fruto de mi ser facilitadora de Biodanza.

La propuesta de la sesión era Potenciar la Luz interior de cada una. Todos los grupos del colectivo BiodanzaYa habían acordado que en las primera sesiones que se impartieran en el inicio del 2015, danzaran la misma invitación. Nuestro grupo se unió y fuimos conducidos por Elena hacia la vivencia compartida del «Bautismo de Luz», como ejercicio central de la sesión.

Dancé sin ocuparme de nada más que de estar presente, atenta al placer, la autoregulación, la progresividad en el encuentro. No había música que subir ni bajar de volúmen, ni consignas que formular, ni luces que apagar, ni muestras de ejercicios que ofrecer; estaba libre experimentando el gusto de participar en un grupo de principiantes.

Me sabe distinto danzar con iniciantes sin el rol de facilitadora. Ha sido como descubrir un nuevo matiz en el tallo de la flor que nace, o un tono más hermoso en los pétalos de la flor. Tenía tiempo para saborear la presencia del otro, disfrutarla y acercarme a la misma distancia del principiante. Cuando facilito Biodanza observo desde mi rol de facilitadora  detalles en miradas, gestos, corporeidad que me dan pistas para forjar la siguiente sesión, siguiendo hilos conductores que provienen de las tensiones, rigidez y dificultad de expresarse de los participantes. Nada de eso estaba presente. Yo danzaba sólo y aún percibiendo la tensión muscular del compañero o compañera que danzaba conmigo, sólo me ocupaba de sincronizarnos armónicamente y disfrutar sin más.

Aprecié torpeza de gestos, rigidez muscular, miradas vergonzosas, risas controladas, y la progresiva relajación de cara y hombros, manos y pecho que provoca la cadencia de la curva de Biodanza a lo largo de toda la sesión. Noté temblor en las manos y sudación en las palmas, miradas fugaces que se fueron sosegando ejercicio a ejercicio, y yo, me sentía libre de sentir.

¡Cuánto bien que me ha hecho la Biodanza en mi vida!!!! Seguramente yo también andaba con múltiples corazas en mis inicios. Ya no me acuerdo de eso; tengo tanto amor en la piel, tantas miradas, caricias, risas, llantos, tanta presencia, juego y diversión vividos en Biodanza, que no hay rastro ya de miedo a vivir. Me siento merecedora, digna, apropiada, vista y mirada tal y como soy. Ya no quedan indicios de vergüenza de sentir lo que siento, de esperar la aprobación del otro u otra para sentirme adecuada. Biodanza ha calado en mi ser a través de las células de mi organismo y ha absorbido las capas de desamor que arrastraba mi ser. Mi piel transpira libre, tranquila, sin expectativas, ausente de miedo, repleta de afecto, gracias a todas y cada una de las personas que componen mi canción.

Hoy puedo cantar sin miedo a desafinar, reír a carcajadas con la boca abierta y el corazón de par en par. Siento, me siento, alrededor y dentro, acunada por el latido de los corazones que componen el círculo de Biodanza.

Gracias Rolando Toro. Gracias, gracias, gracias.

Flor de loto
Flor de loto

 

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Océano primigenio, madre oceánica

«Tu y yo no nos conocemos, pero los ritmos internos de nuestros cuerpos escuchan las mismas mareas oceánicas que nos acunaron en un tiempo que está más allá de la memoria«.

Deepak Chopra , en La curación cuántica

Mujer verde bajo el agua. By Paloma Ilustrada
Mujer verde bajo el agua. By Paloma Ilustrada

Esta cita de Chopra, hoy me lleva al lugar donde se gestan comun-unión y hermandad. Allí donde Gran Madre Oceánica acuna en su vientre cantando en susurros las Gracias de la Vida, imprimiendo así en nuestras almas, el bienestar de la gratitud, la salud de agraciar, la sanación que produce dar y recibir las gracias, por ser nosotras y todas las almas, sus eternas portadoras.

Y me dejo mecer entre formas femeninas, vientres de vida y pechos de amor, cuando sin más, aparecen imágenes de mujeres maltratadas, prostituidas, esclavizadas, mujeres violadas, humilladas, sesgadas, desnutridas, apagadas; y no puedo evitar derramar aguas profundas de mi sentir al percibir el fango duro y opaco en el que hombres y mujeres se siguen vistiendo, repitiendo historias de desamor, círculos concéntricos de vidas en ensoñación, ancladas en historias de horror que se repiten de formas distintas, hasta que por saciedad y cansancio, tras mucho huir y desoír, caen de rodillas clamando agua bendita para saciar inmensa sed. Ella, la Madre Oceánica, acude siempre a la llamada, derramando sus aguas de eterno cobijo para toda alma que La solicite.

De nuevo, se hace la calma en mis aguas agitadas. Pachamama transforma dolor en revolución de Amor y Unión.

Mujeres, madres, hermanas, hijas, parientas, comadres, amigas, vecinas, … escuchad las aguas internas. Es momento de amar con furia salvaje, ritualizar encuentros, mantener belleza, forma y ritmo en nuestra danza de impulso ancestral que nos invita a revivir lo sagrado, a sacralizar la vida y restaurar la sonrisa femenina, nuestros bailes, cantos, la abundancia de nuestros vientres, dejarnos ver, sentir, hablar con intuición y seguir tejiendo redes infinitas de amor, libres de culpa y pasado, donde hombres y mujeres en presente y presencia, nutren y sacian sus quehaceres con océanos primigenios que mecen, acunan y cantan.

Es tiempo de amar, de recordar, de ser. Despierta ya, que el día va a empezar.

by Teresa Tendero
by Teresa Tendero
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Iluminando la sombra

«La muerte consiste en una disolución mayor en la que el alma se percata de que el cuerpo es sólo una sombra, una imagen proyectada en la pantalla del teatro cósmico» Paramahansa Yogananda. La segunda venida de Cristo, vol. II discurso 52.

En mi trabajo monográfico de titulación como Facilitadora de Biodanza, presenté el tema que más ha ocupado mi vida con el título «Hablamos de muerte«. En Biodanza, los trabajos de titulación son intelectuales y vivenciales por lo que es imprescindible estudiar las bases teóricas en las que se fundamenta Biodanza (una extensa bibliografía), contrarrestar opiniones, cuestionar, dialogar, valorar las propias vivencias y las del grupo donde re-aprendemos a experimentarnos como seres individuales y comunitarios y a profundizar en la intensa vivencia de pertenecer a la vida.

Juntar todo ello en un trabajo monográfico es un reto y, ¡cómo no! un camino de evolución.

Orientada por los directores de la tesis, escribirla para mí fue saber que no tendría suficiente espacio/tiempo para compartir cuánto había aprendido  hasta ese momento.  ¡Hay tantos aspectos, tantos matices que componen la propia historia, viva y en movimiento constante….! Obviamente la terminé y la presenté en la ceremonia de titulación donde directores y directoras de escuelas de Biodanza, colegas titulados y sin titular, familia, amigas, hermanos de caminada, oyentes y otros presentes, acompañaron mi ofrenda y la honraron.

Al concluir, lancé un deseo: ¡Algún día completaré este trabajo y lo publicaré como un libro!. El momento todavía no ha llegado. Antes he de abrir espacios internos que estando presentes en mi vida y decisivos en mi expresión de «ser en el mundo», los he presentado a medias, de escondidas, esquivando palabras que definieran mi construcción del sentir. Y hoy me libero de esa sombra para honrar maestros de vida, ancestros que sembraron la simiente de mi compromiso espiritual, compañeros espiritistas de todo el mundo conocidos y por conocer, para honrarme a mí misma por el amor y la devoción con la que vivo la vida en este juego de voluntades, y sobre todo, para honrar a Dios sobre todas las cosas, como el Principio Inteligente y Causa Primera de toda Creación.

¿Por qué he mantenido oculta mi vida vinculada al Espiritismo? He tenido tanto miedo al juicio, la discriminación, el exilio que impone nuestra sociedad ante lo desconocido, que no encontraba coraje para enfrentarme a tanta mediocridad y sucumbí al engaño social aceptado en el mundo, conformándome en etiquetas de «rareza» para ocultar la verdad de mi caminar.

«El propósito del paso de cada alma por esta tierra es aprender a ver más allá de la evanescencia de los  fenómenos y contemplar la Realidad Eterna. Por tentadora o persuasiva que sea la fastuosidad con que se manifieste maya (la ilusión cósmica), no debemos permitir que desvíe nuestra atención del Señor Infinito, que es quien luce el cosmos sutil y vaporoso como un simple disfraz. (…) la Creación es Gozo y Belleza.» Paramahansa Yogananda. 

El Espiritismo ha sido en mi vida, la sustentación de mi alma inquieta e identificada con la conciencia espiritual. Me ha dado todo lo que he necesitado para ser la persona que soy: ha nutrido mis propósitos existenciales, me ha educado en la diversidad y la Unidad, ha impulsado mi ansia de conocimiento saciándome siempre con su sapiencia y bondad, me ha conducido por los caminos angostos de la compasión y el amor, y siempre, siempre, siempre, me ha sostenido en volandas cuando no encontraba más fuerzas para caminar.

Más allá de sincretismos religiosos, se encuentra la sencilla verdad de un mensaje eterno repitiéndose como eco en el firmamento.

El Espiritismo es la ciencia del alma que permite conocer la complejidad de la vida. Su pensamiento es sistémico desde 1857, fecha de la primera edición del Libro de los Espíritus donde se acuña la palabra Espiritismo por primera vez para definir la filosofía de los Espíritus y diferenciarla de Espiritualismo. En este tratado filosófico y científico, se encuentra la base del conocimiento de la Vida y afirma que no es definitivo ni concluyente,  ya que la vida es movimiento y evolución y por ello el Espiritismo como ciencia y filosofía, seguirá los avances científicos, modificando sus postulados si fuera necesario y evolucionando con el conocimiento de la vida. Hasta el momento, no ha habido ningún cambio en las respuestas dadas por  los Espíritus, y sí confirmaciones basadas en la Cuántica, Neurociencia, Astronomía, Etología y Ciencias de la Vida, posteriores al nacimiento del Espiritismo.

Mi destino es la búsqueda de la verdad. No puedo evitarlo, me nutro de la sabiduría que perdura en el tiempo, de la progresiva comprensión de las Leyes de la Vida, y me fascina la necesidad infinita del ser humano de penetrar en el conocimiento para explicar el qué de todo cuanto existe. Y así, navegando por la vida, me encontré con Biodanza, que le puso cuerpo a todo cuanto aprendí del Espiritismo. Nada era nuevo excepto la manera de transmitirlo, y así seguí estudiando, ampliando conocimientos y maravillándome de la riqueza del lenguaje humano capaz de decir las mismas cosas con palabras distintas. Se acentuó mi pasión por las palabras.

Ayer, mi amigo Alfredo me llamó por teléfono para comunicarme, lleno de entusiasmo y gratitud que, después del trabajo de Educación Biocéntrica presentado en CEADS el pasado sábado, una mujer participante a la que el día anterior le habían diagnosticado cáncer, salió del taller renovada, con una nueva perspectiva de vida, nuevos propósitos, ímpetu vital y alegría de vivir.

No tengo palabras para definir mi sentir.

Me emociona que la vida sea tan hermosa, capaz de transformar la sombra en luz cuando dejamos que los reflejos se nos presenten como nuestra propia belleza, sumando consciencia. Escucharnos a través de las vivencias, mirarnos con el espíritu de la hermandad, mostrar nuestro afecto honrando la presencia de cada una de nosotras, es vivir la Consciencia Crística que habita nuestro interior.

«Cuando la inmanencia de Dios se hace patente en el entendimiento del hombre, despierta en él la comprensión de que tiene el deber y el privilegio de adorar a Dios en el templo de su propio ser y en el templo de todos los seres y objetos del universo». Paramahansa Yogananda

 

Gratitud sincera.gracias