Notas de navegación

Autoamor vs. más-turbación. La sexualidad femenina desde el hemisferio derecho.

Hace unos años participé en un curso de sexualidad femenina impartido por Doña Mariana. La llamada surgió de dentro, como un grito ahogado que necesitaba ser escuchado, ¿qué era ser mujer para mí? ¿qué significaba el femenino en mi vida? ¿qué lugar ocupaba? En mi proceso de autodescubrimiento, los círculos de mujeres me ofrecían cobijo para expresar mi voz que, a pesar de todo el trabajo hecho en terapias y otros sistemas, seguía oprimiéndome, pero algo más tenía que haber, algo más había de descubrir. En el Círculo me recomendaron a Marianna y allí que fui.

En ese curso aprendí mucho sobre mí misma. Salí con respuestas y sobretodo con muchas preguntas que me hacían cuestionar de dónde venían mis creencias, mis prejuicios, cuánto ignoraba de mi cuerpo, de mi sexualidad. Uno de los regalos más maravillosos que obtuve fue la palabra AUTOAMOR, Doña Mariana la usa substituyendo la palabra masturbación por el peso cultural que carga y también por su composición: más-turbación.

Nunca me había masturbado, no es que lo hiciéramos en el curso, pero allí me abrí a la posibilidad. Compartir experiencias entre todas las mujeres sobre cómo vivíamos la sexualidad, las múltiples maneras de sentir, de vivir, de experienciar, fue en sí mismo una fuente de inspiración. Recuerdo que siendo pequeña, unos 7 años o quizás más, sentía mucho placer con el roce de las sábanas en mis pequeños pezones despuntando como flores en primavera. Era tanto el goce que deseaba que llegara la noche para deleitarme con las sábanas y deshacerme en sensaciones nuevas que me impregnaban de placer y de temor a la vez. Se lo conté a mi mamá y ella me contestó mientras cocinaba, como sacándole importancia, que no era malo sentir placer pero era mejor evitarlo por si podía perjudicarme y llevarme por mal camino. Así que, descarté los roces y me dediqué a borrar literalmente mis sensaciones, por si acaso.

El camino de mi sexualidad ha sido «extraño» por decirlo de alguna manera. Recibí abusos sexuales de niña por parte de un familiar muy cercano y eso condicionó mi relación con las personas y conmigo misma, aunque mi mente lo borró por completo hasta que con más de 30 años de edad resurgieron los recuerdos. Digo «extraño» porque dentro de la atrocidad y las huellas que deja el abuso sexual, (el 9,8 de cada 10 mujeres han recibido abusos sexuales de todo tipo a lo largo de su vida: desde miradas lascivas repetitivas hasta violaciones múltiples), hoy puedo decir que esta experiencia vivida en la niñez, ha sido una de las fuentes de superación y de inspiración a lo largo de mi vida, que me ha llevado a especializarme en el Femenino Sagrado.

Las preguntas inocentes que solemos hacer en la niñez sobre la sexualidad, en general, suelen recibir respuestas superficiales, incómodas, desviadas, insuficientes e incompletas. Con el tiempo se acaba dando por sentado muchas cosas que no se dicen ni se han dicho nunca pero se sobreentiende que se saben, y así andamos en silencios incómodos, ocultos, en comentarios entre risas y frivolidades, normalizando actitudes que no deberíamos pero que por ignorancia, miedo y vergüenza, dejamos que ocurran pues nos enseñaron que «mejor calladitas», sin crear problemas. Yo crecí así; muchas de las mujeres de mi generación crecimos así y no es que nuestras mamás fueran malas; la sexualidad femenina tiene un recorrido muy doloroso en la historia humana, pero lo peor es que aún hoy sigue siendo causa de sufrimiento, de angustia, de desilusión en muchísimos casos, después de más de cuarenta años.

Algunas diréis que estoy exagerando, que ahora las niñas ya saben cómo evitar embarazos, que conocen los diferentes métodos anticonceptivos, que las menstruación es una etapa del ciclo de la mujer que a veces duele y es incómoda pero con analgésicos puedes hacer vida normal y con tampones (ahora empieza el uso de la copa menstrual) «no se nota nada». Sí, es verdad, pero estamos a años luz de educar a nuestras hijas e hijos en la única sexualidad que existe, la integradora, la que potencia nuestro Ser y nos mantiene despiertas, conscientes y equilibradas. Libres al fina y al cabo, no sólo para decidir si embarazarnos o no, para sentirnos completas.

Para mí, el AutoAmor ha sido un descubrimiento que ha pasado por diferentes etapas (seguro que hay más pero yo he detectado estas): la negación tipo «eso son tonterías», «a mi no me hace falta»; la fribolización con frases como «ya estoy servida», «¿para qué, si tengo pareja?; y el olvido justificado por un «no lo necesito», «canalizo la energía hacia la creatividad», «ha dejado de interesarme», «me aburre». Todo lo vivido forma parte del camino y está bien, así que si en algo te sientes identificada no te culpes por nada, sólo recuerda que estamos experimentando el vivir y que no hemos de llegar a ninguna parte; de hecho el único lugar donde llegar, si es que podemos decirlo así, es a ti misma.

El sexo, el corazón y la mente son caminos de autodescubrimiento que llevan a la Libertad, a la realización del Ser, a la Iluminación no como una meta, sino como Ser. Si tu sexualidad esta aún por descubrir aunque tengas la edad que tengas, no te desalientes, sigue adelante sin miedo; descubrirás una de las más maravillosas formas de Amar-te, y añado el pronombre reflexivo porque cuando me amo, según la Ley de la Unidad, estamos amando-nos. Es absolutamente inevitable.

El AutoAmor es un estado de consciencia que te permite generar un espacio de autoreconocimiento desde el hemisferio derecho. Eso quiere decir que vamos a descubrirnos desde lo sutil, lo invisible, la intuición, la curiosidad, la apertura de mente y corazón, para que el agua que fluye por todo nuestro cuerpo nos guíe y nos nutra. Por supuesto este espacio es de no-tiempo; todo gira en una espiral progresiva y armónica regida por la Geometría Sagrada. ¡Hay tanto para experimentar! Resignificar la caricia, el tacto, el tiempo, el orgasmo, la forma de mi sexo, mi sabor, el olor de mi sexo… Relájate, crea un espacio hermoso para amarte, ponte velas, música que te guste, aromas,… lo que te venga en gusto. Te lo mereces. Descubre poco a poco qué hermoso es volver a ser inocente. No hay un destino, sólo camino.

Con Amor y Servicio

Notas de navegación

La división desde la Unidad

Cuando tienes la certeza que la Unidad es lo único que existe, quiere decir que tu bagaje por los senderos del autodescubrimiento ha llegado a un punto de inflexión en el que no hay vuelta atrás. Quizás sea ese tu momento, quizás esa es tu realidad presente. Ante esta certeza, a menudo surge la pregunta: si todo es Unidad, si el bien y el mal no existen como nos lo han enseñado, si todo se resume a un experienciar y todo es Uno ¿Qué hacer delante de las relaciones tóxicas? ¿cómo manejo la separación desde la certeza de la Unidad? ¿será que estoy equivocada cuando requiero distancia, alejamiento, incluso olvido de una relación, de una persona, de una situación que no me conviene? ¿Cómo afronto en paz «tu a lo tuyo y yo a lo mío»?.

Muchas relaciones se vuelven tóxicas o quizás lo han sido desde el principio y no teníamos capacidad para aceptarlo, para enfrentarnos a ello, o simplemente queríamos experimentar, probar, jugar. Cuando digo relaciones me refiero a los vínculos afectivos que se generan entre amistades, amantes, familia, parejas, vecinos/as, … personas que de alguna manera u otra te importan y afectan en tu cotidiano; en especial quisiera hacer referencia a los vínculos íntimos de familia y del par. Doy por sentado que sabes que todo cuanto nos ocurre es una guía para recordar qué somos en verdad, así que no me voy a entretener con eso. Mi intención es compartir contigo parte de mi experiencia, por si puede serte útil. Si no te interesa, sólo tienes que dejarla pasar.

Para mí, encontrar la coherencia entre lo que siento que es una certeza y el vivir y convivir en este mundo aparentemente dividido, ha significado un camino de error/acierto en el que el sufrimiento, la soledad, la angustia, la culpa, la desesperación, fueron dejando paso al silencio, la observación, la contemplación, la autoindagación cada vez más allá de mí, más profunda si cabe decirlo así, más sincera, y sobretodo más amorosa conmigo. Las señales que llegaban de múltiples formas y maneras, fueron dándome aliento para seguir creyéndome a pesar de las múltiples tempestades y los desafíos. La persona con la que en algún momento me había identificado pensando que era yo, fue desvaneciéndose poco a poco hasta descubrir Aquello que siempre he sido, que siempre Es.

En esta búsqueda insaciable de mi alma, el aire me proporcionó la visión del Sueño y me enseñó a volar alto, lejos, me educó en el ver y el percibir. El fuego me enseñó a transmutar sin quemar, a ser ceniza, a danzar, a no hacerme daño. Después vino el agua que instruyó en el arte del navegar, salvando tormentas y tsunamis, moldeando mis deseos y anhelos. Y por último fue la Tierra que ha nutrido mis raíces y las ha extendido en Su útero para sentirme pertenecer y así aprender a contemplar aquello que Soy a través del espejo de la Naturaleza.

Te cuento todo esto para decirte que las preguntas formuladas en el principio de la narración, tuvieron respuesta observando a los animales mamíferos, como hacen con sus crías, cómo les enseñan el respecto en el clan, a cazar, a defenderse, a protegerse, a ser valientes, a ser lo que son en Libertad. Ellos me dieron la clave de cómo vivir en Unidad en este mundo donde la división, la lucha por conquistar, poseer, por ser más y mejor que el otro aún pisándolo, desvalorizando, subyugando, esclavizando, sometiendo, está bien visto.

Los lobos fueron los primeros mamíferos que observé, luego las ballenas y los grandes cetáceos, después vinieron los felinos. Todos maestros, guías para el ser humano, de hecho todos cuánto existe. Observando su comportamiento, su manera de vivir y de convivir, de hacer, aprecié la Unidad más allá de cualquier situación. Aprendí que ante el cazador hay que protegerse, esconderse, huir y si no hay otra salida, matar. Que la colaboración entre especies es un hecho más allá de las diferencias, que el instinto es clave para vivir en este mundo y nosotras, las personas, los seres humanos, hemos sido privados de la Gracia desde hace mucho, mucho tiempo, pues la Gracia es Femenino y éste ha sido tan maltratado, violado, pisado, esclavizado, abusado, destrozado que nos hemos olvidado de nuestra naturaleza esencial, instintiva, intuitiva, la que conecta con la Tierra, la Vida, la Unidad.

Este post es una llamada al instinto, al retorno del Femenino Sagrado para que tu, hombre, mujer o con aquello en lo que te identifiques, recuerdes hacerlo presente en tu vida, en tu cotidiano, en tus decisiones, en tus haceres. Descubre qué es el Femenino en tí, en tu cuerpo, en tus genitales más allá del género (al fin y al cabo es una palabra que surgió en 1947 o algo así para designar las funciones de cada quien según el patrón patriarcal); aprende a vivir en el estado del tiempo de Kairós (Presente) y en el de Aión (Eterno) y usa Kronos tan sólo en los momentos que se requiera. Conéctate de nuevo a la experiencia de la Unidad, restaurando el Femenino en tí, en tus hijos e hijas, en tus relaciones. No hablo de banderas, de -ismos ni -istas, hablo a tu Ser.

Es momento de restaurar el Femenino al lugar que le corresponde y en Unidad, tejer esta nueva revolución de lo inesperado que es el vivir.

Con Amor y Servicio

Biodanza

La consigna de Biodanza es el puente a la acción transformadora de la vivencia

El Ayuntamiento de Santa Perpètua de la Mogoda, Barcelona, ha decido incluir la Biodanza en el programa de Inserción socio-laboral para mujeres en riesgo de exclusión. Esto ha sido posible gracias a Sandra, alumna del grupo regular de los viernes tarde de Castellar del Vallés, que viendo los efectos de la Biodanza en sí misma, decidió proponer a su concejala los beneficios de incluir la vivencia corporal integradora del Sistema Biodanza en el programa de mujeres del que ella es la técnica. El resultado ha sido una prueba piloto de tres sesiones de Biodanza, como propuesta integradora afectivo-motora en el programa de formación y apoyo que se ofrece a estas mujeres.

La convocatoria ha sido de 21 mujeres pero en la realidad son 16. Esto en sí mismo ya es un éxito debido a que todas ellas están buscando empleo y esto implica una dedicación de tiempo importante, a parte de ser madres, esposas, amigas, hermanas, atender sus casas, sus padres, sus hijos e hijas, comprar, acompañar al médico a sus seres queridos, preparar comidas, cenas, recoger y llevar los niños y niñas a la escuela, a los extraescolares, ir a las reuniones de padres de la escuela, … Si viviéramos en una sociedad donde los valores no fueran exclusivamente masculinos y regidos por el hemisferio izquierdo sin tener en cuenta el derecho (por decirlo de forma diplomàtica), estas mujeres que están en situación de riesgo de exclusión (por no encontrar trabajo con todo lo que ello implica a múltiples niveles), serían bendecidas y bienamadas por la sociedad entera por el bien que hacen a la comunidad humana, aunque ese bien no se base en el mercantilismo del vivir, sino en la con-vivencia del Vivir, de ser familia; aunque esta palabra, como tantas otras,  haya dejado de tener el significado que tenía hace tan solo una generación atrás. Todo cambia muy rápido pero la inclusión de la mirada femenina-feminista, está muy lejos de ocupar el lugar que lo corresponde.

Estas mujeres, a pesar de sus historias personales, no son víctimas de una sociedad enferma, nada más lejos que eso. Ellas son Guerreras en Pie de Paz para decir alto y claro, que ni Ellas ni ninguna mujer más, son mercancía desechable o defectuosa. Ellas son supervivientes de la maquinaria capitalista que sólo valora a la persona por su productividad al servicio del sistema androcèntrico que nos está llevando a la autodestrucción como especie y como planeta. Ellas sólo pueden estar al servicio de la Vida porque no es por ellas, es por nosotras y las generaciones venideras.

Ser mujer en este mundo endurecido y violento, sigue siendo hoy en día un acto heroico en mitad de tanta barbarie. ¿Cómo hacer que en tan sólo tres sesiones estas mujeres estigmatizadas sientan su Poder, el Yo Puedo en sus manos, sus vientres, su voz y su mirada? La mejor manera que se me ocurre es Vinculándolas a la Tierra,  a la Gran Madre; retornando al origen de nuestra esencia y escuchando la Voz de Gaia que nos habla claro y fuerte pidiéndonos coraje para Ser y ocupar nuestro lugar en el mundo. Somos las mujeres, dadoras y sostenedoras de Vida que tenemos ese papel. Eso no excluye al masculino ni mucho menos, pues cada uno hace su papel en la Danza de la Vida. Para restaurar el equilibrio planetario, de todos los seres que vivimos en el planeta, las mujeres necesitamos escuchar a Gaia y reconocer en nosotras la Voz de Tierra. Nosotras somos las guardianas de la Cultura de la Tierra, los hombres nos acompañan en su labor. Nadie es mejor que nadie. Todas las personas, todos los seres humanos, somos iguales a los ojos de Gaia, sin distinciones de ningún tipo. Este es el mensaje que deseo transmitirles a estas mujeres: debemos ocupar nuestro espacio en todos los lugares donde estemos, reclamando la Verdad y la Sabiduría de la Tierra que Ama a todos los seres por igual, los nutre igual y los cobija de igual forma en sus oceànicos brazos. Nuestra misión como mujeres empoderadas es abrazar nuestra singularidad y con ella alzarnos en Pie de Paz para que los valores de Gaia la Gran Madre, sean restaurados y prevalezca la equidad en lugar de la desigualdad,  que la ternura y el respeto sustituyan la violencia y la violación, que la libertad sea vivida y la esclavitud un mal recuerdo, que las mujeres y sus hijas e hijos podamos andar solas y confiadas por bosques y selvas sin miedo a ser violadas, esclavizadas, torturadas, que los hombres sólo empuñen espadas de Luz y Verdad y nunca más de muerte y guerra, … Estamos cansadas, hartas de tanto desamor.

Así, con la fuerza que me da la Madre Tierra, planteo estas tres sesiones de Biodanza, que sin dejar de ser sesiones para iniciantes, tradicionales en su método y puesta en práctica, puedo transmitirles el Amar, el Saber y el Poder de Yo Soy. ¿Cómo? Con la consigna (las músicas vienen después); es en la consigna donde puedo generar el puente a la vivencia transformadora que propone la Biodanza en sus ejercicios. Como facilitadoras, no necesitamos hacer nuevas propuestas de ejercicios, ni inventar a penas nada pues todo lo que ya está construido sigue siendo útil por sí mismo, pero sí podemos y debemos seguir investigando, adaptando las propuestas originarias a las situaciones concretas del grupo y el momento.

Biodanza despierta el alma, y lo hace a través del cuerpo. Esa es la excelencia de Biodanza que la hace tan distinta a cualquier otro sistema y método que se trabaja desde la perspectiva corporal. La apariencia de la forma puede confundirnos, pero sólo en Biodanza encontramos la clave antropológica que mueve todo el sistema: el Principio Biocéntrico y la Inteligencia Afectiva .

Espero acordarme de hacer una foto con las mujeres para documentar mi experiencia.

Saludos.

 

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Círculos de Mujeres: la esencia del feminismo

El feminismo arde incontenible cuando la llama nace de su espiritualidad inherente.
Cuando no, es sólo una de tantas estructuras políticas, y la política
nunca ha saciado nuestra hambre más profunda.
Carol Lee Flinders, en «La raíz de este anhelo»

Cuando hablo con mujeres y les digo que participo de Círculos de Mujeres, una de cada diez, no dice nada al respecto, hace como si no oyera y sigue su sendero. Las nueve restantes se interesan y preguntan con más o menos curiosidad. Entonces yo les cuento brevemente que nos reunimos para acompañarnos en nuestros sentires, para compartir experiencias y saberes, para escucharnos en círculo … y sigo explicando según la resonancia que sienta.  

A menudo, la respuesta que surge es un contar de sus silencios, un abrir el corazón, es complicidad, es…. lo que yo llamo el resurgir del femenino sagrado. No te asustes cuando digo «sagrado», me refiero a «sacro», el hueso en forma triangular, situado en la base de nuestra columna vertebral, impar porque es único, central, simétrico, oblicuo, compuesto por cinco piezas soldadas (vértebras sacras) y que conecta, a través de nuestra columna central, la Tierra con el Cielo y a la inversa. Es ese sacro, esa sacralidad que sustenta nuestro cuerpo como ser completo, unido, entrelazado a la complejidad de la Vida.

Siento confianza en ésta pacífica revolución que llevamos a cabo las mujeres de los Círculos, aunque sea difícil de percibir a simple vista. El nuestro, es un movimiento espiritual en espiral ascendente que nos alienta a tomar parte en este cambio de paradigma existencial, aportando nuestra sabiduría y nuestras virtudes femeninas a la transformación de la humanidad en su inevitable evolución del vivir y habitar la Tierra como criaturas humanas, hermanadas a todo ser viviente. 

Pero,….  ¿Qué son los Círculos de Mujeres?

Los Círculos de Mujeres son espacios cuidados donde cada mujer se ve a sí misma reflejada en la otra al escuchar y compartir vivencias, experiencias vitales, ilusiones que a menudo han quedado silenciadas, calladas, ocultadas por no encontrar un lugar seguro donde ser sin más. En un círculo de mujeres, cada una de nosotras habla de sí misma y al hacerlo manifiesta su potencial creativo, dándose la oportunidad de cambiarse a mí misma y cambiar el mundo. Jean Shinoda Bolen nos dice al respecto del Círculo:

El círculo es una forma arquetípica que resulta familiar a la psique de la mayoría de las mujeres, pues es personal e igualitaria; y cuando las mujeres lo trasladan al lugar de trabajo o a la comunidad -a menudo con ciertas modificaciones, a fin de que los hombres lo acepten y no se sientan intimidados por él- las tareas que requieren colaboración experimentan una mejora, y surge un acercamiento emocional y una relación mucho menos jerarquizada entre las personas que trabajan juntas.

En el círculo hay un centro, un punto de confluencia donde todo se sustenta. Ese centro es espiritual porque es allí donde todo converge y se sostiene, donde siempre podemos regresar y permanecer cuidadas sin juicio, sin exigencias ni recriminaciones. En el centro del Círculo, existe un silencio presente que nos recuerda nuestra naturaleza intuitiva, cíclica, vinculada a la Madre Tierra que potencia la sabiduría de cada una de las participantes.

Cada Círculo es autónomo, autogestionado, regido por las propias mujeres que lo componen y es en esos espejos donde podemos percibir qué nos ocurre, cómo hacemos, dónde nos olvidamos de hacer. «En un ámbito patriarcal, un círculo de iguales puede ser como una isla donde hablar y reír libremente; nos hace conscientes del contraste, y eso nos lleva a darnos cuenta de que muchas de nuestras acciones están perpetuando el status quo y de cómo podríamos cambiarlas.«  dice la Dra. Bolen. Tanto es así que, defendiendo el feminismo, muchas mujeres tienen actitudes machistas sin percibirlas, repitiendo patrones que han visto en sus casas, en su infancia, asumiendo verdades que pertenecen a un tiempo que no les pertenece.

En los Círculos de Mujeres de confianza, se vivencia la pertenencia y la comunidad. Dejamos de estar solas y llevar la carga en silencio para ponerle palabras, risas, llantos, ilusiones que revierten en el círculo y se expanden desde el centro hasta las vidas de cada una de nosotras y de nuestras hijas e hijos, familia, entorno laboral, vecindario y, exponencialmente al mundo.

Son muchas las maneras en que las mujeres se comunican dentro del círculo, y la conversación adopta forma de espiral en la exploración subjetiva de cada lema. Escuchando, presenciando, representando un modelo, reaccionando, profundizando, haciendo de espejo, riendo, llorando, sintiéndose afligidas, inspirándose en la experiencia y compartiendo la sabiduría de la experiencia, las mujeres del círculo se apoyan mutuamente y se descubren a sí mismas a través de las palabras. Jean Shinoda Bolen, en El Millonésimo Círculo.

Los Círculos de Mujeres sanan y es por eso que desde ellos apoyamos la teoría de la Resonancia Mórfica planteada por el bioquímico Rupert Sheldrake de la Universidad de Cambridge, que afirma que la conducta de una especie cambia cuando las modificaciones dentro de ella alcanzan un nivel crítico, es decir, cuando se manifiestan en un número exacto de sujetos; a raíz, de ello, el comportamiento y los hábitos de la especie entera experimentan una transformación. Así, cuando un número decisivo de personas transforme su actitud o comportamiento, la cultura en su totalidad también se transformará y comenzará una nueva era

Ana Luz Quintanilla, profesora de la Universidad de Colima, dice respecto al nivel crítico para que la transformación se dé: «Para que el sistema patriarcal cambie, ha de existir un “millonésimo círculo”. Y ha de ser así porque lo que el mundo actualmente necesita es una inyección de la clase de sabiduría que las mujeres tienen, y la forma misma del círculo es la encarnación de esta sabiduría.».

Cada Círculo de Mujeres creado es una nueva posibilidad de más círculos y por tanto de apoyar la transformación del mundo. Así es como funcionan los campos morfogenéticos.

Cada círculo es una regeneración de la forma arquetípica; está inspirado y sustentado por todos los círculos de mujeres que han existido, y él, a su vez, hace una aportación al campo de energía arquetípica que facilitará el camino al círculo siguiente. Los campos morfogenéticos y los arquetipos se comportan como si hubieran conocido una existencia previa e invisible fuera del espacio y del tiempo, resultan instantáneamente accesibles cuando nos alineamos con esa forma, y encuentran expresión en nuestros pensamientos, sentimientos, sueños y acciones. El círculo, y especialmente un círculo sagrado, es mucho más que la experiencia de esta generación.  Jean Shinoda Bolen, en El Millonésimo círculo.

En Círculos donde existe un centro espiritual, las mujeres aportamos de múltiples formas la sabiduría femenina vinculada a la Tierra, a los ciclos de la Vida, al cuidado del planeta, al Amor incondicional que surge de nuestros úteros y se derrama por nuestros pechos. Somos Guardianas del Saber oculto. Unidas en círculos, expandimos nuestro Saber a este nuestro tiempo y al de las futuras generaciones de seres humanos.

Si deseas saber más sobre los Círculos de Mujeres, no dudes en leer el libro de Jean Shinoda Bolen, El Millonésimo Círculo. También puedes venir a la charla que hago el próximo 7 de abril en la Biblioteca Vapor Badia de Sabadell. 

Gracias por leerme.

 

 

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El movimiento bicéntrico es en aspiral ascendente

Hoy la vida me ha dado la llave de una puerta que andaba buscando, y he lanzado al Universo la petición que «Así Sea».  ¡Tengo tantas ganas de compartir mi experiencia en Centros de Mujeres, Centres de Dones, Women’s Center, que la sensación siento es de inmersión en un estado de bienestar olvidado por mi mente pero presente en mi cuerpo!!!

Son mi aguas contenidas por la piel, que me avisan de las inclemencias del exterior y yo, resulta que una de las maestrías que me ha proporción-hado vivenciar la Educación Biocéntrica, es la conciencia de corporeidad de la perspectiva sistémica. Con la vivencia de esta visión, puedo sentir el aire que respiro, el sonido del pájaro que canta su melodía allá en alguno de los árboles de este rincón de la ciudad, mis lumbares acomodarse en el asiento de piedra del parque donde estoy tomando el Sol antes de entrar a la Bioblioteca para seguir mis estudios y actividades internas en Univers Biocéntric.

Todo se mueve como una danza. Por eso amo ser facilitadora de Biodanza.

Como decía, hoy he lanzado al Universo, la petición de explicar qué son los Círculos de Mujeres, porque me parecen tan importantes para el desarrollo y acompañamiento de la humanidad, su función en la evolución del pensamiento y la acción constructiva del mundo.

Cuando le he explicado a mi alumna mi deseo, a ella le ha parecido muy interesante. Es una mujer joven de unos treinta años. Serenamente inquieta y implicada en la Vida con mucha soltura. Ella me ha dicho que se puede intentar y siempre son experiencias nuevas.

Ya os iré contanto, porque este año es para mí un año tiernamente hermoso y muy placentero. Un gusto de Ciclo de 13 Lunas.

Espero con alegría la noticia. Tardan unos 10 dias. Que sea lo haya de Ser.