La línea de vivencia de la Sexualidad en Biodanza es, a mi entender, la más desconocida o quizás la más erróneamente interpretada en lo que respecta a la teoría que la sustenta. Según mi experiencia, la teoría no es precisamente, uno de los fuertes de la formación de Biodanza, ya que ésta se centra en la vivencia. De hecho, el cuerpo epistemológico del sistema Biodanza, pasa de soslayo, a penas como una nota a pie de página o un anexo en el contexto formativo como profesoras y profesores de Biodanza.
El hecho de profundizar en el campo epistémico del sistema Biodanza, nos proporciona a los profesionales biocéntricos, un abanico de información que enriquece nuestra labor con matices sutiles y profundos. La vivencia es integradora y biocéntrica, lo que quiere decir que, además del movimiento, la música y el grupo, también intervienen la comprensión, la reflexión ampliada, la palabra sentida, reeditar creencias que se hicieron verdades a costa de repetición.
Nuestro compromiso con la Episteme nos permite realizar una Transformación profunda, anclando la vivencia corporal en la comprensión reflexiva. Estudiar la Línea de Sexualidad, nos empuja a desvelar su raíz profunda, y la complejidad ética y teórica de sus pensadores. Para facilitar procesos de integración biocéntricos, hay que estudiar y comprender la Vida.
Episteme y Transformación
Dicho esto, al profundizar en la Línea de Sexualidad de Biodanza, nos encontramos con la evolución del psicoanálisis y las posturas políticas e ideológicas de sus tres grandes protagonistas, Sigmund Freud, Wilhelm Reich y Carl Gustav Jung. Rolando Toro, con su mirada profundamente biocéntrica, selección y trascendió la Episteme de estos autores, para crear un sistema donde la consigna y la vivencia, con la música, el movimiento y el grupo fueran agentes de reparación de una humanidad perdida en la nostalgia de amor.
Para entender la raíz profunda de nuestra línea de Sexualidad, es crucial desglosar las tres miradas que abordan la libido, punto de partida de la líneas de vivencia de la sexualidad:
- Para Freud, la libido es la energía de los instintos sexuales (Eros pulsión de vida/sexual) que, al estar en el núcleo de la vida psíquica, puede ser reprimida, transferida o sublimada, causando la neurosis. Es la fuerza ligada a la función sexual, que impulsa el movimiento y la acción, desde el deseo de satisfacción sexual hasta las expresiones más complejas de la cultura (Tanatos pulsión de muerte/agresión).
- Para Reich, aunque en un principio se mantuvo fiel a la definición sexual de la libido, sus estudios clínicos lo llevaron a afirmar que la libido no es solo una energía psíquica, sino una energía bio-psíquica real que se acumula y descarga en el organismo, principalmente a través del orgasmo completo, preservando así la salud mental y física. La represión de su libre circulación produce la neurosis y otras enfermedades. El enfoque de Reich es estrictamente biológico y somático.
- Para Jung, la libido deja de ser solo energía sexual y pasa a ser energía psíquica vital inespecífica, o la fuerza que impulsa todos los procesos psíquicos que engloban el metabolismo, la voluntad, la creatividad, etc. El fin último de la libido es la realización del Sí Mismo (individuación), con un enfoque teleológico (orientado a un fin) y energético (energía del universo).
Aquí te presento una tabla que resume las diferencias clave de los tres autores:
| Concepto | Sigmund Freud | Wilhelm Reich | Carl Jung |
| Naturaleza | Energía de la pulsión de vida (principalmente sexual) | Energía biofísica, orgón (Orgástica) | Energía psíquica general (Élan vital) |
| Alcance | Enfocada en la sexualidad y búsqueda de placer | Ligada al cuerpo, a la tensión y descarga física | Impulsa todas las funciones psíquicas y la vida |
| Objetivo | Satisfacción pulsional entre Eros y Tanatos | Plena capacidad orgástica y salud biofísica | Realización del Sí mismo (Individuación) |
Cuando Reich va desarrollando su praxis clínica, advierte la suma importancia de las bases biológicas en la actividad psíquica y la consecuencias que derivan en una estratificación de lo llamó la coraza caracterológica. Este principio fue tomado por Toro, desarrollando los ejercicios de Biodanza que conocemos como ejercicios segmentarios, aunque nos son entendidos como segmentos separados, sino como partes de un todo integrado.
Podríamos seguir desarrollando el tema hacia la bioenergética, pero en esta ocasión, quiero centrarme en un fragmento de la página 137 del capítulo 5. El Desarrollo de la Técnica del análisis del carácter, del libro: La función del orgasmo, Wilhelm Reich. Editorial Paidós, Surcos 39, ítem: La coraza caracterológica y los estratos o capas dinámicos de los mecanismos de defensa. El fragmento que me llamó la atención dice así:
“Jung generalizó el concepto de libido al punto de hacerle perder completamente su significado de energía sexual. Terminó con un “inconsciente colectivo” y, con éste, en el misticismo que más tarde representó oficialmente como nacionalsocialista”.
Esta crítica rotunda de Reich me llevó a investigar en el inconsciente colectivo (explícitamente marcado con comillas en el fragmento que cito) y su relación con el movimiento nacionalsocialista. Lo que sigue es el fruto de mi investigación. Deseo que la disfrutes.


Del Inconsciente colectivo al Misticismo
Para Jung la relación entre el cuerpo (soma) y la psique no es dualista; se enmarca en un principio de Unidad Psicosomática. Jung dice “el cuerpo es meramente la visibilidad del alma, de la psique; y el alma es la experiencia psicológica del cuerpo”. Cuerpo y psique o energía psíquica (libido) se experimentan como tensión: relajación en el cuerpo o soma, y deseo, emoción o pensamiento como flujo de la libido o psique.
El cuerpo a menudo personifica la Sombra del Yo, o sea, los aspectos rechazados o inconscientes de la personalidad, que son los causantes de enfermedad e instintos perturbados, forzando así a la conciencia a confrontar la realidad instintiva y biológica en pro del Sí mismo o individuación. Jung usa la metáfora de la alquimia para describir el proceso de individuación, aludiendo al cuerpo como recipiente material donde se manifiesta y se integra el cambio psíquico o libidinal.
Como la libido o energía psíquica es vital y para Jung la dualidad no existe, la libido se conecta directamente con los instintos psíquicos, o sea, el inconsciente colectivo (arquetipos del alma o psique) de manera que el cuerpo encarna el arquetipo. Por ejemplo, si en una persona predomina un arquetipo concreto como puede ser el del Héroe, la manera de relacionarse en y con el mundo, está sujeta a las respuestas psíquica instintivas de ese arquetipo concreto. Vale decir que nunca se presentan solos los arquetipos.
Hasta aquí tenemos diferentes abordajes según los autores. El problema surge tras la Segunda Guerra Mundial y el intento de exterminio del pueblo judío.
La evolución de la psicología Analítica tras la guerra
Ante la catástrofe colectiva y para dar respuesta al horror vivido, Jung introduce el concepto de Sombra colectiva, la que encarna la suma de toda maldad, crueldad irracionalidad y los instintos destructivos que son inherentes a una cultura. Esta sombra colectiva se proyecta y es la fuente de la “mentalidad de masas”.
En los ensayos y artículos posguerra de Jung, el autor argumenta que las atrocidades masivas son el resultado de la proyección no reconocida de la Sombra Colectiva, de manera que si el individuo niega su potencial para lo que denominamos mal, esta energía psíquica se acumula en el inconsciente colectivo hasta que un líder o una ideología, la usa, la organiza y la dirige, tal y como hizo Hitler, a quien Jung consideraba poseído por el arquetipo Wotan.
En esa época, Sigmund Freud, que era judío, terminó exiliándose forzosamente en Londres, ya que los nazis quemaron públicamente sus libros por considerar el psicoanálisis una “ciencia judía” y “pervertida”. A Wilhelm Reich, también judío, lo expulsaron del círculo psicoanalítico y también del movimiento marxista, por argumentar que el fascismo no sólo podía explicarse por la economía de Marx, sino por la represión sexual inculcada en la familia, que hacía que las masas fueran psicológicamente sumisas a un líder. Reich promocionaba el sexo prematrimonial, el control de la natalidad y el aborto. La represión política y la ideológica, forzaron a Reich a huir de Alemania a Estados Unidos, tras la subido al poder de Hitler.
A diferencia de Freud y Reich, Jung era suizo, y afín a la mística de la Alquimia, el I Ching, la gnosis y los mitos. Su visión psicoanalítica convirtió el nacionalsocialismo en un movimiento de masas místico que, más allá de ser un programa político, encarnaba los mitos germánicos ancestrales y un destino colectivo de sangre y posesión de la tierra, que culminó en su ensayo Wotan (1936) donde describe el nazismo como una fuerza divina e irracional que había poseído al pueblo alemán. Aunque su intención pudiera ser meramente descriptiva, esta visión mitológica del nazismo, lo inhibe de su base política, social y material, donde la represión de la sexualidad, la crisis económica y la estructura de poder eran defendidas en el análisis de Reich.
Jung argumentaba que el alma alemana, dormida y reprimida por siglos de racionalismo cristiano, había sido repentinamente poseída por el arquetipo del antiguo dios germano Wotan (Odin), el dios de la furia, el éxtasis, la guerra y el frenesí. En este sentido, al mitologizar el fenómeno nazi, Jung lo convirtió en una fatalidad arquetípica, en un fenómeno místico e instintivo impulsado por el arquetipo germano.
Dos años antes (entre 1933 y 1934) Jung publicó en la revista de la Sociedad de la Psicoterapia) varios artículos controvertidos, en los que Jung diferenciaba la psicología alemana de la judía. Uno de los artículos más significativos fue “Sobre la situación actual de la psicoterapia” donde hizo una distinción explícita que dice:
“El inconsciente ario tiene un potencial mayor que el judío […]. A mi juicio, la actual psicología médica ha cometido una grave error al aplicar indiscriminadamente categorías, que ni siquiera son válidas para todos los judíos, a los germanos cristianos o eslavos”.
Jung sugería que el psicoanálisis de Freud solo es adecuado para la “psique judía”, supuestamente carente de la profundidad mítica y de los arquetipos germánicos. Defendió que la psique aria estaba regida por fuerzas arcaicas y telúricas que la psicología freudiana, al ser demasiado centrada en lo personal y sexual, no podía comprender.
La consecuencia de sus afirmaciones, al establecer esta distinción, dio una base teórica a la idea nazi de la “supremacía del alma alemana” y a la necesidad de una psicoterapia nacionalsocialista que se ajustara a los arquetipos de la raza aria.
En esta misma etapa (1933) justo cuando Hitler llegó al poder, la rama alemana de Sociedad General Médica Internacional de Psicoterapia, adoptó la ideología nazi, y excluyó a los miembros judíos. Con la ausencia de Freud y los psicoterapeutas judíos expulsados, le propusieron a Jung asumir la presidencia de dicha Sociedad, a lo que Jung asintió con la justificación de que esto permitiría mantener la organización “internacional” como refugio o al menos mantener lazos con los psicoterapeutas no arios (principalmente judíos) que habían sido expulsados de la rama alemana. Sin embargo, el consenso histórico y crítico afirma que Jung no logró que la Sociedad actuara como un refugio efectivo.
Al aceptar la presidencia del organismo oficial con una clara alineación con la ideología nazi, Jung legitimó indirectamente la purga que se estaba llevando a cabo en Alemania.
Sus críticos, entre ellos Reich, le recriminan este enfoque que despolitiza y absuelve la responsabilidad individual y social de los alemanes, no como nación, sino como humanos, al atribuir sus acciones a un “dios enloquecido”, en lugar de buscar causas materiales y soluciones prácticas.
El resultado de la gestión de Jung como presidente de la Sociedad fue que no proporcionó una red de seguridad ni una estructura de apoyo para las carreras de los psicoterapeutas no-arios ni sus vidas, y las publicaciones de Jung fueron teóricamente marginadas como base pseudocientífica para la exclusión del psicoanálisis freudiana (etiquetado como judío). Ante el fracaso de su supuesta misión de refugio, Jung renunció a la presidencia en 1939, al estallar la guerra.
Jung siempre negó haber sido nazi, alegando que sus distinciones eran puramente culturales y que su presidencia internacional era para proteger a los colegas, con la intención de mantener la psiquiatría internacional viva, pero su ejecución y retórica no lo consiguieron: nunca utilizó su púlpito en la Sociedad para condenar públicamente la persecución o el antisemitismo, y los artículos que publicó en esa época de su presidencia, fueron considerados por la comunidad internacional como un oportunismo profesional, usando su rol como el de alguien que se acomodaba a la situación para beneficio de su propia escuela y pensamiento.
El sentido de la Transformación
Con todo lo descrito, puedo comprender la dura crítica de Reich, pero más allá de los conflictos, lo que realmente me conmueve es la inmensa capacidad de Rolando Toro de integrar esta compleja Episteme del pensamiento de Reich y de Jung, trascendiendo las “sombras” ideológicas para percibir la grandeza de los aportes de ambos autores y recrear la magnificencia del ser humano, en un sistema de integración humana que trasciende culturas, civilización, creencias, dogmas, mitos.

Al profundizar en la Línea de vivencia de la Sexualidad, las personas profesionales de Biodanza podemos catalizar una Transformación real que es, en esencia, reeducación afectiva, renovación orgánica y reaprendizaje de las funciones originarias de vida.
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