Educación Biocéntrica

Significado del Tiempo en la Vida y el Arte

Uno de los aprendizajes que me regaló mi perro-lobo Rocablanca, en su último viaje, fue la vivencia de Tiempo; ese factor sincronizador o asincrónico que tanta tarea acarrea, porque una cosa es vivir en Cronos, la otra es vivir en Kairós, y la tercera (para mí la más importante) es vivir entre Kairós y Cronos, o sea, en el entremedio, y no morir en el intento.

Ese «entre dos» cuando hablamos del factor tiempo, los griegos antiguos lo llamaron Aión, el tiempo eterno, el que no tiene ni principio ni fin, representado numéricamente por el 8, la resonancia del Infinito, el paquete de información que nos habla de la eternidad, de la inmortalidad, del no-tiempo, entre otras cosas.

El factor tiempo ha sido una búsqueda constante en mi existencia. Con Biodanza pude ponerle cuerpo y esto significó para mí un antes y un después en mi vida, pero la búsqueda continuó. ¿Por qué? porque no es suficiente una parte del pastel, una fracción del completo; el ser está diseñado para vivir la Vida y Ella es transformación constante, así que las fracciones sólo son puertas de entendimiento que nos posibilitan seguir avanzando hacia otras proporciones o fracciones que van componiendo el círculo completo, como el Ojo de Horus que, en la medida que vamos descubriendo las proporciones de sus formas y sus múltiples significados, la forma aparente toma pleno significado y se nos revela su forma real.

La esquina interior era ½, el iris ¼, la ceja 1/8, la esquina exterior 1/16, mientras que los ornamentos debajo del ojo continuaban la secuencia 1/32, 1/64 

Pues bien, mi amado perro-lobo RocaBlanca, tras su marcha, me dejó con la tarea de encontrar la llave maestra, la pieza del puzle que completaba la comprehensión del tiempo. ¿Por qué? porque Roc se había ido y su paso por mi vida durante 14 años fue verdaderamente significativo hasta el último instante, que me dejó el regalo de una relación tan plena en sí misma que no cabía la tristeza tras su marcha, así que el vacío que sentía no era de pena. ¿De qué entonces? Estaba relacionado con el tiempo. De repente, el tiempo me pertenecía, era mío y no sabía muy bien qué hacer con él. Las pautas que marcaban el compás del devenir circulaban en torno a sus necesidades, de las que yo era responsable, de ahí que, con su ausencia, el tiempo se me presentaba como algo nuevo a experimentar, algo nuevo a lo que debía acostumbrarme de la mejor manera posible. Y así ha sido, o está siendo en realidad. El factor tiempo se ha revelado como una pieza fundamental para mí que hoy quiero compartir contigo porque la considero suficientemente importante. Además, no me pertenece y adquiere pleno sentido cuando la comparto contigo que me estás leyendo. Se trata de lo siguiente:

El factor tiempo es la sincronicidad rítmica, la que marca el compás de una pieza musical o la propagación de la onda tras la caída de una hoja o una piedra sobre el agua… Esa expansión rítmica es lo que llamamos frecuencia, tal como indica la palabra: las veces o la frecuencia en que una onda topa con un obstáculo y cambia su curso. Gráficamente es como el oleaje del mar: la onda sube y baja tantas veces por segundo, y el ciclo completo, o sea, la cantidad de veces que se repite la cadencia rítmica en un segundo, genera, en término de vibración, un sonido, una sonoridad. En esa sonoridad está implícito el silencio; no como ausencia de sonido sino como vibración en sí misma. El ejemplo más claro para mí es el silencio del bosque vivo, muy distinto del silencio de un bosque muerto, recién calcinado por un incendio por ejemplo. -Te aseguro que es escalofriante-. La tierra que sustenta el bosque es la misma en uno y en otro; no ha desaparecido. Sólo han desaparecido los «obstáculos» que generan la frecuencia, el ritmo o el compás de la vibración.

El silencio es, pues, aquello que, siendo vibración, está en latente, en suspensión, podríamos decir; o sea, lo contiene todo sin manifestarse, porque para que pueda manifestarse necesita el tiempo, la frecuencia de vibración que generará múltiples sonoridades, que por afinidad crearán formas, o sea, el mundo fenomenológico que conocemos como Vida. De todo esto podemos decir que el tiempo es el factor indispensable para que algo se manifieste, y el silencio es allí donde se da la manifestación, o sea, el silencio posibilita la vivencia espacial. Y diría más, es en la «quietud» donde se da la perfecta sincronización temporo-espacial. Tiempo y espacio fusionados en un punto constante que resulta que es el estado natural del Ser, no porque esté quieto, sino porque es la vibración misma; manifiesta y no-manifiesta son la experiencia vivida de Aión.

Te voy a poner un ejemplo que a mí me ha ayudado a poner palabras a todo esto que te estoy contando.

Pues bien, nosotros somos humanos. Venimos o surgimos del humus, o sea, los detritus de la vida orgánica de la tierra. Nacemos del humus, de ahí la palabra humanos; por lo tanto podemos decir que somos semillas «plantadas» en el humus o tierra fértil.

Como semillas, tenemos toda la información genética para ser lo que somos, así que nos cabe encontrar el poder de Yo puedo, la sabiduría de Yo sé, la espiritualidad del Yo debo y el coraje del Yo tengo, para germinar y enraizarnos bien, encontrando el buen camino para nuestras raíces, de manera que salgan los primeros brotes y se sigan fortaleciendo estos 4 aspectos que conforman el cuadrado o cubo, la forma geométrica de la materia, para que estos 4 aspectos no se convierten en una cárcel sino en posibilidades de desarrollo. Y todo esto de forma constante, dentro y fuera [de la tierra que nos sostiene], con todos los impedimentos con los que nos vamos a encontrar por sólo el hecho de vivir, hasta ser árboles maduros capacitados para dar las flores que se convertirán en frutos, permitiendo así la expansión de la vida, incluso en la muerte, porque a estas alturas ya sabrás que la muerte no existe; es una transformación radical del proceso de vivir. Ya lo sabes.

Y entonces tú me dirás: —Muy bien, y ¿qué tiene que ver el tiempo con el arte? Pues hacia allí vamos. Seguimos.

Si el tiempo es imprescindible para la manifestación, es en el silencio-espacio donde todo toma sentido porque es la vivencia misma de vivir viviéndome/nos. O sea, es la vivencia que en Biodanza conocemos tan bien. El caso es ¿cómo hacer que la vivencia sea un continuum en el cotidiano y no sólo en la sesión de Biodanza o en aquello que tu practiques y te lleve a este estado vivencial. La clave que yo he encontrado es el silencio, pero el silencio de los ojos abiertos, no el de los ojos cerrados, que también, pero es con los ojos abiertos que el silencio se torna palpable, se vive en el cuerpo, se encarna en el organismo y se vuelve biológico, como un estado natural del ser.

Y aquí es cuando entra el concepto de Arte, desde la propuesta de Arte-identidad de César Wagner, donde Yo Soy se acompaña de la palabra Arte en mayúsculas, porque como ser consciente me puedo percibir artista de mi obra, artesana de mi vida, siendo creadora y obra simultáneamente, de manera que el Tiempo elevado a Espacio se torna el Ars Magna del Ser en el mundo.

¿Qué tiene que ver todo esto con Biodanza? podrías decir. Pues, en la línea de vivencia de la Trascendencia, cuando el tránsito es vivencia, Yo Soy Arte manifestándose; Arte vivo, con todo lo que ello implica.

Gracias por haber llegado hasta aquí conmigo.

Amor y Servicio

Notas de navegación

Rosas y libros el 23 de abril

Hoy el aire huele a rosas y de las manos brotan palabras que son oraciones que componen poemas, libros, canciones. De la boca surgen besos y sonrisas sinceras que abrazan los corazones amados de nuestros amantes varios y variados, mezclados con espinas y perfumes de amor amando.

En Catalunya, el 23 de abril es el día en que se celebra la Leyenda sagrada del caballero Jordi y la princesa cuyo nombre fue borrado para preservar el legado de la Hermandad de la Rosa, pero hoy no vengo a contarte la historia oculta de una de las celebraciones más hermosas del año. Hoy no quiero revelar nada más que a mí misma, porque hoy para mí es un día de silencios, de sensaciones en el cuerpo cuando mis ojos se pasean por las páginas de tantos libros diversos, contando cuentos que hablan verdades abiertas y otras ocultas tras mentiras verdaderas. Hoy no quiero más palabras que las que me revelan a mí misma en este encuentro íntimo entre yo y el Yo, entre el soy y el Soy que me habita.

Miramos la vida con un cuerpo condicionado por tanto que a veces ni recordamos qué es mirar con ojos neutrales, inocentes y conectivos que trascienden atmósferas contaminadas de químicos mortales que envenenan la piel de la tierra que somos, que es.

Detrás de tanto visto y mirado, habita una mirada que lo abarca todo, y es tanto ese todo que las palabras se vuelven tonos musicales de colores y luces, recomponiendo la realidad desde otra dimensión más abarcativa que, aún sin llegar a su máxima expresión, ya se siente, ya se percibe en todas y cada una de las partes. Mientras tanto, ¿dónde estoy yo?, me pregunto. Y la única respuesta que escucho, si puedo decirlo así, es Aquí. Un aquí que en su quietud es la Vida misma en su danza incansable e infinita. ¿Cómo es eso?, sigo cuestionando. Sencillamente Es, escucho en mi interior. Esta es la paradoja existencial.

El pulso entre ser y estar es un pulsar equilibrante y equilibrado que precisa un proceso artesanal, como antes ocurría con los oficios: aquel que quería aprender un oficio, podía ser aceptado como aprendiz durante los años necesarios para no sólo aprender la técnica y dominarla, sino aprender a ser aquello que hacía compartiendo el alma en cada pieza que elaborara. Ahora hemos perdido esta última parte, la invisible; de no nombrarla por su sutilidad, nos olvidamos de ella y nos olvidamos de nosotros como seres humanos, pues sin alma, no hay humano real, auténtico, genuino, verdadero.

La mirada con la que miramos nos engaña muchas veces, porque no sabe desde dónde está mirando. Para descubrir su juego de escondite y acertijos ocultos, la única que lo consigue es la humildad que no tiene reparos en reconocerse aprendiz de todo y maga en proceso eterno de serlo, aprendiendo a ceder y a negociar acuerdos donde la Vida sea la única beneficiaria a expensas de la ignorancia de tantos, que al ver lo que ven se creen sabedores de certezas que solo existen en su interior mediocre y vacío de sentido, y ahí yo también me incluyo.

¿Será que la princesa cuyo nombre ha pasado al olvido es la excelsa Guardiana de la Verdad que oculta la Rosa? ¿Será que el Dragón milenario, fiel custodio de la Tierra y su Sabiduría, es el ser alado que protege con su vida el secreto de las cinco direcciones? ¿Será que el caballero iniciado de la Orden de la Tabla Redonda y la Cruz que la habita es el humano elegido para salvaguardar y proteger la Verdad que oculta la Rosa bañada de la sangre del Dragón en cuyo ADN se encuentra el misterio de la creación?

Hoy sólo quiero desvelarme a mí misma en mi genuina fragancia, a ver si así voy acostumbrándome al perfume de la Rosa que exhala mi piel y perfuma mi Ser en el mundo.

Amor y Servicio

Teoría de Biodanza

La línea de vivencia de la Sexualidad en Biodanza (parte 1)

Hablarte sobre la segunda línea de vivencia de Biodanza, la Sexualidad, es fruto de una serie de acontecimientos que quiero contarte como introducción al tema, ya que dan sentido al mismo.

Desde hace unos meses estoy profundizando en dos líneas de trabajo con Biodanza y Educación Biocéntrica que me apasionan: el Tarot Biocéntrico con toda su simbología arquetípica, y la Danza del I Ching. Me formé en ambas extensiones hace unos años, pero ha sido recientemente cuando realmente me estoy sumergiendo en sus aguas profundas y ofreciendo aulas al respecto.

«Desde los albores de la historia, los distintos pueblos han manejado modelos energéticos para explicar el funcionamiento de los organismos y del propio universo«, dice Rolando Toro en el capítulo V de la colección de textos de la Teoría de Biodanza, Tomo II, editada por ALAB, 1985. Esto tiene que ver directamente con la Sabiduría Perenne, también llamada Tradición unánime, Sabiduría primordial y Filosofía perenne, que en resumen son las enseñanzas que nos han dejado las culturas originarias de la tierra, en concepto de verdades y valores transculturales y comunes a todos los pueblos (el Chamanismo, el modelo esotérico y metafísico, el Tao y los Cinco Movimientos, la Teosofía, la Kábala, el Tantra,…). De hecho, en el mismo capítulo nombrado anteriormente, como introducción al Modelo Teórico de Biodanza, Rolando Toro describe con detalle los diferentes modelos de transmutación de energía (el Yoga y los chakras, el chamanismo, el modelo esotérico, la Teoría de la Sublimación de Freud y la visión de Jung, la Bioenergética, el modelo integrado de Tai Chi con el I Ching, la Psicosíntesis, el modelo teosófico y el cabalístico) y en la clasificación de los diferentes modelos, añade el Modelo Biocéntrico creado por él mismo, definido como la percepción del universo en un sistema biológico unitario en el que lo orgánico y lo psíquico son aspectos de una sola realidad. «Este modelo pretende demostrar que los sistema biológicos y semánticos pertenecen a un sólo sistema mayor, que es el organismo humano en integración con su ambiente». (pág. 252 Teoría Biodanza, Tomo II). A partir de esta hipótesis Rolando argumenta que el Modelo Teórico de Biodanza tiene un eje estable, que parte del potencial genético y se expresa sobre la trama de las cinco líneas de vivencia que son, por orden ascendente: Vitalidad, Sexualidad, Creatividad, Afectividad y Trascendencia.

Profundizando en los arquetipos del Tarot, que en Biodanza están representados en los cuatro elementos como arquetipos simbólicos (tierra, aire, fuego y agua) y los cuatro animales como arquetipos psicomotores e instintivos (serpiente, garza, tigre, hipopótamo), el recorrido de los arcanos mayores se inicia en el Loco y termina en el arcano del Mundo como punto máximo de integración y plenitud. En la carta del Mundo están representados los cuatro animales y una figura humana en el centro. Todo encaja en el principio cuaternario occidental: cuatro direcciones, cuatro estaciones, cuatro fases de la Luna, los cuatro jinetes del Apocalipsis, los cuatro evangelios, las cuatro nobles verdades del budismo, el cuarto camino de Gurdjieff, las cuatro dimensiones,…

Cuando me sumerjo en los principios del I Ching (el Tao y los Cinco Movimientos), me sorprende que su perspectiva abarca cinco elementos, cinco estaciones, cinco animales, cinco ciclos estacionales, … basándose en el principio de la transmutación de la energía. Y es aquí cuando recuerdo los cinco sólidos platónicos. A partir de aquí, empiezo a cuestionarme que si la integración del ser humano-divino pasa por el número cuatro en occidente y en oriente con el cinco, ¿cuál es el motivo que en Biodanza tengamos cinco líneas de vivencias?.

En la última sesión que impartí en el grupo regular, en el que estamos sumergiéndonos en los arcanos menores del Tarot Biocéntrico, como introducción al arquetipo del tigre, les pregunté qué les evocaba la palabra felino. Todas las participantes nombraron varias cualidades: elegancia, ligereza, precisión, … y sobre todo sensualidad, erotismo, sexualidad, fuego, pasión,… Entonces, pensé: si las personas al ser preguntadas por los atributos que les evoca el felino, responden de forma natural con referencias claras a la sexualidad, ¿por qué la sexualidad en sí misma es una línea de vivencia y no forma parte de la Creatividad, como energía creadora propiamente dicha?. Me puse a investigar en los antecedentes de la línea de vivencia de la sexualidad y me encuentro con la teoría de la Sublimación de la energía sexual, propuesta inicialmente por Freud y comentada por Rolando en el mismo capítulo V.

Freud defiende, en su teoría de la Sublimación, que la energía sexual origina la creatividad y la cultura de tal manera que, el arte y la ciencia son la forma en que el individuo opta para expresar adecuadamente la energía sexual que está reprimida por valores y creencias castradoras. Para Jung la Sublimación de la energía sexual no está relacionada con la creatividad sino con la trascendencia. Para Lacan la sublimación de la sexualidad es el Vacío existencial que todo ser humano aspira a sentir como punto de Unión con la divinidad. El caso es que los tres grandes psicoanalistas de la historia convergen en un punto común: la energía sexual existe como proceso de Sublimación.

En la pág 252 Teoría de Biodanza, ALAB, Rolando dice que «la transmutación de la energía se produce por el crecimiento y recíproca retroalimentación de las cinco líneas del potencial genético, mecanismo deflagrado por los ecofactores, cuya carga semántica es variable». Según mis investigaciones, mi hipótesis es que la línea de la sexualidad es mucho más que una línea de vivencia; es en sí misma la línea de Integración del Ser, el eje del Modelo Teórico de Biodanza. Lo desarrollo a continuación.

En occidente hablamos del número cuatro en relación a lo fenomenológico porque el quinto elemento es el que hace referencia al punto de encuentro donde todo converge y se transmuta; es el punto donde vida y muerte conviven, donde oscuridad y luz finalizan su recorrido para iniciar otro. El quinto elemento, es el quinto estado de transmutación de la energía donde el Ser Divino se manifiesta como Aquello que Es, y desde la mística hermética, se prohíbe nombrarlo porque representa lo más alto, lo más sagrado y sólo nombrarlo lo empequeñece, así pues la única manera de nombrarlo es a partir de sus atributos. En occidente, su representación gráfica es el elemento Éter que no se nombra; en las cuatro direcciones es el Centro que tampoco se nombra; en las cuatro estaciones es el punto medio de impás entre estaciones y a partir de ese punto se transforman. En el Chamanismo, el quinto punto no se nombra, probablemente porque está asumido que es el ser humano como nexo entre Cielo y Tierra; la integración del ser humano en su estilo de vida no concibe la separación, de ahí que el quinto estado se asume por sí mismo. La clave la encontré en el I Ching basado en el Taijitu o símbolo del Yin-Yang y los Cinco Movimientos.

En la curva sinusoidal, que es en la que se basa la metodología de la vivencia en Biodanza, se pueden ver los cinco puntos (Figura 1), que representan los cinco elementos, las cinco direcciones, las cinco estaciones, … Como se ve en la figura, hay un eje de marca la dirección y es punto de encuentro. Estos cinco puntos son en la Sabiduría China, las cinco estaciones, los cinco elementos, las cinco direcciones,… Todo en la China se basa en este principio: la Medicina Tradicional China, el Feng-Shui, las diferentes artes marciales, … En la Figura 2 vemos la curva sinusoidal doblada, como la doble hélice del ADN así como en su representación del símbolo Taijitu o Yin-Yang (figura 3 y 4).

En el Modelo Teórico de Biodanza, el eje fijo donde las cinco líneas de vivencia fluctúan como productoras de cofactores que provocan la expresión de los potenciales genéticos, es el que llamamos Integración que parte de la base Filogenética y asciende en Ontogénesis (desarrollo del individuo) hasta la Identidad Integrada. En la figura 5 podemos ver el Modelo Teórico de Biodanza completo.

Figura 5. Modelo Teórico de Biodanza

El eje que marca la integración es el punto de encuentro que nace en la base de la columna vertebral (geniales desde la visión frontal), justo donde alojan las ocho células madre que nunca mutan a diferencia de todas las demás del cuerpo humano.

Si pudiéramos dibujar el recorrido en movimiento de la onda sinusoidal sería, tanto en occidente como en oriente, el elemento Tierra el eje del recorrido de la onda sinusoidal, dando como resultado la imagen toroidal de la figura 6.

Figura 6. Onda sinusoidal en movimiento creando esta imagen geométrica

En el video que sigue, puedes ver las cinco direcciones en movimiento sinusoidal:centro, delante, detrás, arriba y abajo (en matemáticas se representa en el número Phi), cómo crea la forma toroidal llamada la Flor de la Vida o Matriz de la Vida.

Por todo lo expuesto hasta ahora, mi hipótesis es que la Línea de Vivencia de la Sexualidad, es el eje del Modelo Teórico de Biodanza. En una próxima entrega, voy a fundamentarla en los textos de la Teoría de Biodanza, donde Rolando Toro explica la Línea de Sexualidad.

Te dejo el vídeo que comparto en mi canal de Youtube, donde puedes encontrar más información al respecto.

Gracias por haber llegado hasta aquí.

Amor y Servicio

Biodanza

La investigación en el entorno de Biodanza

Investigar es averiguar o descubrir alguna cosa, seguir el hilo de algo, indagar. Está asociado a la curiosidad innata del ser humano y su necesidad de entender la Vida, lo que ocurre en su entorno, en el medio, a sí mismo. Investigar es lo que solemos hacer en la época infantil cuando todo está por descubrir. Conforme vamos creciendo, no es que disminuya esa cualidad innata en el ser humano; es que se racionaliza tanto que se termina perdiendo el interés en la mayoría de los casos.

Maria Dolores Díaz, directora de la Escuela Venezolana de Biodanza, nos comparte su visión de la investigación en el ámbito de Biodanza. Ella nos comenta que desafortunadamente, no se fomenta suficiente la investigación en Biodanza. Siendo un sistema de integración humana, la Biodanza tiene muchos abordajes posibles para registrar los efectos que causa en las personas y aportar conocimiento en el campo de la salud, la educación, la antropología, la neurociencia, la física, la sociología, y tantos otros. Para ello es necesario que nosotras, como facilitadoras, nos acostumbremos a registrar qué ocurre en nuestras aulas en las personas que participan, cómo son sus cambios, la lectura corporal, qué es lo que comparten en los relatos de vivencia, … Estos registros no sólo nos sirven para crear las sesiones semanales y acompañar el proceso de integración, sino que nos pueden aportar tesoros inesperados para toda la comunidad biocéntrica.

En la entrevista que tuvimos, disfruté mucho de todo lo que Maria Dolores compartía y quedé muy interesada en el método de investigación que ella ha desarrollado, adaptado al lenguaje biocéntrico y sus indicadores, así como al modelo teórico de Biodanza. Esperamos que pronto podamos disfrutar de su libro y de la nueva edición en el año 2024 de su curso de Metodología para la Investigación en Biodanza.

Te dejo el vídeo de la entrevista para que la disfrutes.

Un abrazo.

Amor y Servicio

Notas de navegación

Biodanza de salón y Biodanza social

Cuando decidí formarme como facilitadora de Biodanza, mi deseo era dedicarme a tiempo completo a facilitar. Biodanza me había inyectado en las venas la confianza de recrear mi vida, sacando lo que ya estaba caducado, y sembrar y cuidar lo que me hacía crecer, así que primero me divorcié y al poco tiempo dejé mi trabajo fijo con quince pagas, buen horario, buen trabajo, buenos compañeros, pero no era suficiente feliz. Quería dedicarme por entero a mi pasión, a lo que ha llegado a ser mi vocación, mi manera de servir y vivir la Vida. ¿Una locura? Quizás, pero una locura que quería vivir, tal era la fortaleza que me había proporcionado Biodanza.

Los primeros años fueron muy duros. Pude soportarlos porque tenía el subsidio de desempleo y la pensión complementaria para mis hijos, además de lo que podía ganar con Biodanza. Fueron años de muchas horas de trabajo y aprender nuevos programas informáticos y otras tecnologías necesarias para llevar a cabo la tarea: hacer la publicidad, crear proyectos para vender en las instituciones públicas porque mi campo siempre ha sido el área social, pactar sesiones abiertas en centros de yoga o de crecimiento personal para dar a conocer la Biodanza, trabajar gratis impartiendo sesiones de Biodanza como voluntaria en algunas asociaciones porque no había otra manera de entrar sino era a través del voluntariado, reuniones con las personas responsables de los ayuntamientos para explicar los proyectos y que me dejaran hacer sesiones en las instalaciones municipales, hacer difusión entre las mamas y papas de la escuela de mis hijos, en las tiendas donde compraba, entre las amistades, preparar las sesiones de los grupos que iban saliendo, comprarme un buen equipo de música porque había lugares que el sonido era horrible y tenía que ir con mi equipo, un nuevo ordenador portátil porque sólo tenía ordenador de mesa, muchas horas de trabajo sin remunerar,…

La crisis económica del 2011 fue devastadora, tuve que ponerme a trabajar de lo que saliera para compensar la falta del subsidio de desempleo que ya había expirado y poder seguir con mi sueño de dedicarme sólo a la Biodanza. Ésta danza rítmica y melódica ha sido una tónica común a lo largo de los quince años de mi trayectoria profesional con Biodanza: ahora arriba-abajo, después abajo, abajo, arriba, abajo, y vuelta a empezar; una montaña rusa de precariedad económica y muchas, muchas, muchas horas de trabajo. Sólo pueden saberlo aquellas personas que han pasado por lo mismo, y según mi experiencia, son la mayoría.

En el caminar de estos años, de las personas que terminamos la formación y quisimos ejercer como facilitadoras, unas cuantas lo han dejado definitivamente, y las pocas que quedamos en pie, nunca hemos podido dejarlo del todo, a pesar de los apuros económicos y la rudeza de la precariedad, porque cuando Biodanza se instala en las venas, ya es para siempre.

Recuerdo que en uno de los primerísimos encuentros nacionales de Biodanza que se empezaron a realizar aquí en España de la mano de la Escuela de Biodanza Barcelona, dirigida por Luis Otavio Pimentel y Silvia Eick, Cézar Wagner dijo en una conferencia: Biodanza no es para vivir de ella. La Biodanza de salón no es Biodanza. ¿Qué quiere decir eso? pensé. Hablé con Cézar y me dijo que la Biodanza de salón, como llaman en Brasil a la Biodanza privada, es una Biodanza que acaba siendo mercantilista, donde el verdadero significado del mensaje biocéntrico acaba perdiendo su eje, se contamina por la necesidad económica del facilitador y facilitadora. Registré esa información durante mucho tiempo, sin terminar de asimilar su significado, y allí quedó a la espera de que, en el momento perfecto, me fuera revelada la verdad que la habitaba. Mientras tanto, yo seguía insistiendo en mi sueño, alimentado por el pensamiento de que «si otros lo han conseguido, ¿por qué yo no?. Con los años he entendido qué quiso transmitir Cézar con sus palabras y quiero compartirlo contigo porque puede que te sea útil.

Mi experiencia durante quince años, viajando por diferentes países del mundo, además de España, para seguir formándome como profesora de Biodanza (Italia, Brasil, Portugal y Francia), he observado que, en general y siempre según mi experiencia, por lo que lo que te voy a decir no es una verdad absoluta sino sólo mi experiencia, las personas que pueden dedicarse por completo a la Biodanza, gozan de recursos económicos «extras», me refiero a una pensión vitalicia, una herencia, una pareja que gana suficiente dinero como mantener los costos del vivir cotidiano, o cualquier otra cosa que permite a la facilitadora y facilitador, despreocuparse de si le llega o no el dinero suficiente para cubrir el mes. Si ésta es tu realidad, te felicito sinceramente. Disfrutalo y sigue adelante. Eres afortunada y mucho, porque en general, ésto no es lo que sucede.

Cuando hay que trabajar en un trabajo que te ocupa entre ocho y diez horas diarias durante cinco días a la semana para que a final de mes tengas un sueldo que te permita pagar los gastos cotidianos del vivir, ser facilitadora de Biodanza es literalmente una HAZAÑA, en mayúsculas, porque ser facilitadora no es sólo hacer sesiones de Biodanza, que al principio es un calvario en el sentido del tiempo que ocupa crear una sesión; es también crear la publicidad, encontrar la sala adecuada, pactar los acuerdos económicos con los propietarios del negocio, buscar participantes que en la práctica comercial son «clientes» (si podemos decirlo así), gestionar el grupo con todo lo que eso implica, también fuera de la sesión de Biodanza, …, además de todo esto tenemos la familia, las amistades, el cuidado de la casa, las mascotas si tienes, tu vida social,… Termina siendo realmente agotador. Aún así, el impacto de Biodanza es tal, que seguimos adelante con nuestro sueño de ser facilitadoras de Biodanza, pero la ilusión, poco a poco se va consumiendo y se va instalando una sensación de «no puedo», «quizás esto no es para mí», «algo estoy haciendo mal», «estoy agotada», etc, etc, etc.

Todo esto que estoy compartiendo contigo, desde mi experiencia (repito de nuevo), no nos lo dicen en la escuela cuando estamos formándonos. Sinceramente creo que no se dice porque Biodanza nos impulsa a cambiar el mundo en el que vivimos y ese impulso, supongo que para las escuelas es suficiente para seguir manteniendo su negocio. Desde mi perspectiva, si me lo hubieran dicho como parte de la formación, quizás no habría sufrido tanto, y digo sufrido con toda la conciencia del significado de esta palabra. Por supuesto, no me arrepiento de absolutamente nada. Es más, puedo decir que agradezco todo lo vivido tal como ha sido, porque sin ello, hoy no podría hacer lo que hago de la forma que lo hago, ni podría explicarte esto ni todo lo que te explico en mi canal de Youtube, en mis aulas, aquí y en mi vida en general. Te lo cuento, porque siento la necesidad de compartirlo. Creo firmemente en el poder de la comunidad biocéntrica, es el poder de la humanidad que nos habita, es el poder de la acción comunitaria y es aquí donde apunta este escrito.

Hay varios aspectos que quiero enfatizar de todo este proceso personal que he vivido y que creo pueden inspirarte, si es que en algo te resuenan mis palabras:

  1. Para que la transformación perdure en el tiempo, el cambio es desde dentro a fuera. ¿Qué quiero decir con esto? Que si en serio has decidido ser facilitadora o facilitador de Biodanza, transforma tu entorno allí donde estés, en tu lugar de trabajo, en la familia, en el barrio, desde dentro, con tu acción transformadora biocéntrica, siempre y cuando el grado de toxicidad no sea nocivo para tu integridad. La transformación se da desde dentro. El ejemplo es mi madrina de educación biocéntrica, que trabajando en un banco muy importante regido por los principios capitalistas y patriarcales, con los años y la paciencia pedagógica biocéntrica que fue cultivando con el sostén y apoyo de sus maestras de Biodanza y educación biocéntrica, ha podido conseguir que allí donde ella empezó su carrera profesional y que tantas veces quiso dejarlo por la presión del entorno, hoy no sólo ocupa uno de los cargos importantes de la entidad sino que ha conseguido implementar la praxis biocéntrica en su entorno laboral, transformando la hostilidad machista en un entorno afectivo, respetuoso y gentil. Lo ha conseguido porque ha estado orientada, sostenida, aconsejada y guiada por personas que más allá de ser excelentes maestras y profesionales biocéntricas, tienen una mirada que traspasa sus intereses personales en pro de una acción transformadora real.
  2. El grupo es la matriz del cambio. Ejercer como facilitadora y facilitador, no tiene porque ser una tarea en solitario. Fomentar las tareas en equipo, crear grupos de trabajo que desarrollen proyectos para vender a instituciones, empresas, asociaciones, no sólo para hacer las prácticas reglamentarias que se deben llevar a cabo en el proceso de la formación, sino ir más allá, con vistas de futuro, propiciando la creación de asociaciones, cooperativas de servicio donde las facilitadoras y facilitadores pueden desarrollar de forma remunerada, otros dones y talentos que como facilitadora de Biodanza también debemos desarrollar como ya hemos dicho antes: marketing, publicidad, captación de clientes, etc. Todo es un proceso de creación.

Como facilitadoras y facilitadores, didactas, directores y directoras de escuela, tenemos mucho camino por recorrer en el ejercicio y la praxis del principio biocéntrico. Nos necesitamos unos a otros, revisando lo que hacemos, cómo lo hacemos y desde dónde lo hacemos. La Biodanza no es un negocio, o no debería serlo, porque la Biodanza no ha nacido para servir al sistema hegemónico; nació para transformarlo desde dentro del propio sistema, del propio individuo, de la propia corporeidad vivida, no desde afuera.

Amor y Servicio

Notas de navegación

El gemelo solitario. Relato de una vivencia integradora biocéntrica

dedicado a mi querido amigo Gunther, un hombre de bien

Toda la vida me he sentido ajena al mundo, como si perteneciera a otra galaxia, a otra atmósfera, a otra gente. Una añoranza profunda me ha invadido siempre, con una intensa sensación de querer volver a algún lugar que nunca acabo de encontrar por mucho que lo intente. A simple vista nadie lo diría, pero quiero contártelo porque lo que he descubierto en mí es tan importante y trascendente que quizás pueda ayudarte a ti o a un familiar tuyo, un hijo, una hermana, tu pareja, la amiga tan rara como tu, que quizás ha pasado por la experiencia de iniciar su vida intrauterina como gemelo y al llegar el parto, sin dejar rastro, ha nacido en solitario. No es tan extraño que esto ocurra; entre un 10 y un 15% de los embarazos en Europa, se sabe que inician como gemelos y sólo acaba sobreviviendo uno de ellos, sin dejar a penas rastro del otro, quizás algunas manchas o pequeñas pérdidas en los tres primeros meses de gestación.

Con la inseminación artificial, el porcentaje de embarazos gemelares han aumentado considerablemente y nos cabe prestar mucha atención a las secuelas que ocasiona en el gemelo superviviente la pérdida de su gemelo, el primer amor puro e incondicional, más significativo incluso que el amor materno.

En estos últimos años de mi vida, y ya son sesenta, en alguna ocasión he pensado que quizás sufría de un desequilibrio bioquímico o mental que me hacía sentir desgraciada, ausente, nostálgica de algo que no conseguía descubrir, viviendo un sin vivir, más allá de las bondades que me regala diariamente la vida. ¿Por qué siento esta tristeza que lo tiñe todo de un gris clarito, como si de un paisaje con niebla baja se tratara mi vida? ¿por qué no acabo de sentirme plena con nada y la plenitud que puedo sentir es tan pasajera? ¿Qué es lo que tengo que hacer para sentirme plenamente viva? Estas han sido las preguntas que se repetían una y otra vez en mi interior como un secreto muy oculto nunca compartido, aunque tengo amigas con las que lo comparto todo, absolutamente todo y gracias a ellas, muchas veces, me encuentro de nuevo cuando me he extraviado. ¿Tengo alguna tara que afecta mi psique?

Un cansancio imperceptible se estaba acumulando con tal magnitud, que siento que hubiera podido enloquecer si Gunther y su compañera Ainhoa no hubieran aparecido en mi vida. Nada es casual, ya lo sabes.

Nos conocimos gracias a nuestros respectivos perros, en esos lugares donde los caninos puedan estar con otros de su especie, jugando y socializándose, mientras sus humanos entablan conversaciones que van desde lo más superficial hasta lo más trascendente. Enseguida conectamos, sobretodo con Gunther. Había algo muy familiar en él que me recordaba a mí misma.

Gunther y yo coincidimos varios días seguidos en nuestros paseos y nos hicimos hermanos. Coincidíamos en gustos musicales, en la necesidad de contacto, en el placer por el silencio y la naturaleza, en la búsqueda de la trascendencia y la profundidad del vivir. En uno de nuestros paseos, con nuestras conversaciones transcendentes sobre la vida y el vivir, me dice que él percibe que yo inicié mi vida intrauterina con un gemelo que no prosperó. Cuando me lo dijo no me sorpendió. Me paré y escuché mi interior: todo mi cuerpo me dijo que era verdad. Al abrir la puerta de la certeza, recordé que, en dos ocasiones diferentes, con muchos años de distancia entre ambas, esta información ya me había llegado de forma muy sutil e indirecta. La primera vez fue con un profesor al que yo respetaba mucho que, en un momento dado me preguntó si antes que yo naciera había habido algún aborto. Lo ignoraba así que se lo pregunté a mi mamá y ella lo negó rotundamente. Muchos años después, una alumna mía de Biodanza me invitó a un taller que impartía ella misma sobre el Gemelo evanescente. Yo no sabia nada sobre el tema, así que me lo explicó con detalle. En ese momento, me llamó la atención pero no sentí que fuera para mí y lo dejé pasar. Años más tarde, (a la tercera va la vencida), llega Gunther y en un paseo por el bosque sencillamente me lo dice y yo siento que es verdad.

Seguimos hablando sobre el tema y me deja un libro de dos terapeutas que después de diez años de experiencia, han recopilado muchos datos de los efectos que causa esa vivencia temprana. Devoro el libro casi de un tirón. En mi interior siento que la pieza del puzzle que nunca encontraba y que pensaba perdida, ya ha aparecido y todo comienza a encajar a gran velocidad: mis dos trabajos con dos currículum (secretaria de investigación médica de día y de noche Integradora social) ademas de madre y esposa, con una capacidad de trabajar que para mí era normal pero siempre creaba asombro a mi alrededor; mi desarraigo a lo palpable, lo material, lo efímero, siempre mirando hacia el cielo en búsqueda de algo que me enraizara, que diera pleno sentido al vivir; viviendo con prisas, como si siempre se me acabara el tiempo, con la muerte presente como algo natural en mi vida. De hecho mi tesis de titulación como profesora de Biodanza se titula “Hablamos de muerte”, y un sinfín de cosas más con las que me iba identificando en la medida que leía los diferentes relatos de los gemelos solitarios. Todo se estaba ordenando en mi interior a gran velocidad.

Con los días, voy reconociendo el impacto que me causó haber compartido los primeros meses de mi vida intrauterina con un hermano gemelo al que llamo Marcelo, nuestro amor absolutamente incondicional y genuino, auténtico, invencible; mucho más puro y real que el de una madre con su criatura. Sí, como oyes. Hoy sé que el amor entre gemelos es el amor del que hablan los maestros espirituales, vivido en la carne desde el mismo instante de ser concebidos, dejando la impronta en nuestra memoria celular del único Amor que existe y que es la Fuente de todo.

Mucho ha sido el sufrimiento sostenido de una muerte silenciosa vivida en el vientre de la madre, percibir como el ser que te complementa, que está unido a ti en la más absoluta intimidad posible, se va desvaneciendo poco a poco sin poder hacer nada, sin entender, sin saber qué está ocurriendo, sin poder escapar al horror. Recuerdo un olor de putrefacción que me generaba nauseas y una rabia feroz; una soledad inconmensurable por su pérdida, una ausencia devastadora que me impulsaba a desear morir desesperadamente aunque la Vida ya me habitaba fuertemente y no había cómo deshacerse de ella. La Vida era para mí un castigo, una penalidad, y todo eso sin palabras, sin raciocinio, sin elaboración mental, sólo vivencia desgarradora que se incrustaba en mis células condicionando mi manera de relacionarme conmigo, con el otro y con la Vida.

Una ecografía muy temprana en la que se percibe como un embrión sigue creciendo y el otro va reduciéndose hasta desaparecer.

A lo largo de mi vida, en esa búsqueda incansable de ser Libre, he tenido momentos que han marcado un antes y un después en mi proceso de ser-en-el-mundo. En Biodanza tuve dos experiencias de renacimiento muy transformadoras. Una de ellas fue en el agua, con Margarita Karger como profesora, en el año 2002; recuerdo la sensación de estar en el vientre de mi madre y literalmente ahogarme, morirme de desesperación. La otra fue con Silvia Eick en la extensión Renacer donde yo no tenía fuerzas para salir al mundo. Esta última y tercera, ha sido con Gunther y Ainhoa en su casa, un día que acudí a ellos en plena crisis de angustia imposible de sostener porque las memorias prenatales se habían activado muy fuertemente y todo ocurría a gran velocidad. Ambos me sostuvieron en esos momentos de profunda desesperación y poco a poco, todo fue calmándose.

Después Ainhoa me hablaba despacio, dejando que todo volviera a su sitio desde otro lugar nuevo donde la comprensión de lo vivido se iba aposentando lentamente. Pasé dos días sin a penas hablar, sin hambre, descansando mucho, y… al tercer día resucité.

El proceso sigue su evolución. Ya no siento ese vacío frío en mi interior. La tristeza se ha desvanecido, el miedo también. Me han crecido nuevas raíces que se agarran a la tierra con ganas. Lo que buscaba ya lo he encontrado. Siempre ha estado en mí y siempre estará. Somos dos y uno a la vez. Empiezo a vislumbrar la que soy desde una nueva identidad integrada que me llena de Paz. La prisa se está difuminando. Soy y estoy Aquí y Ahora de verdad. Sigo adelante con una renovada sensación de vivir y estar presente.

Te dejo un video de los autores del libro «El gemelo solitario», Peter Bourquin y Carmen Cortés por si es de tu interés.

Amor y Servicio más que nunca.

Notas de navegación

La rendición en el juego del equilibrio y la ostentación

Me rindo. No puedo sostener más la inquietud que me genera esperar unos resultados que no acaban de llegar nunca. De hecho, es así siempre. Todo viene en el momento perfecto, aunque no es precisamente el que mi ego dominador quiere. Esta es la cuestión primordial de todo el entramado del vivir: aprender a desprenderse del resultado porque no está en nuestras manos, sino en las energías que se mueven del lado luminoso al oscuro, en su danza constante y necesaria, impulsando la creación de la realidad.

El caso es que me dedico al desarrollo humano y la integración de procesos de transformación mediante cursos, talleres y encuentros para profesionales de la Biodanza, la educación biocéntrica y personas comprometidas con servir a la evolución armónica de la Vida. ¿Para qué? para reflexionar sobre lo que hacemos, porqué lo que hacemos y cómo lo hacemos, para qué, desde dónde, vivenciar con el cuerpo, la música y el grupo porque es en nuestra corporalidad donde todo ocurre, es la música y el arte la que nos puede facilitar ingresar en lugares desconocidos o escondidos que tienen tesoros valiosos para mostrarnos, porque es en la tribu humana que nos podemos mirar y reconocernos como hermanos aún en nuestras diferencias que suman valor a todo lo que creamos.

Me encanta crear espacios donde hacemos surgir la magia de reconocernos seres vivos, no sólo viviendo la Vida, sino siendo la Vida misma. Ver la transformación de sus rostros a lo largo del proceso participativo, cómo vienen y cómo regresan a su cotidiano, con brillo en los ojos, la sonrisa en su rostro, la forma ligera de andar, de moverse, el tono afectuoso de su voz. Me encanta a lo que me dedico.

También soy escritora, escribo cuentos que uso en mis talleres o no, y algún día los publicaré. Escribo mis pensamientos en diarios, libretas y más libretas de todos los tamaños; escribo ensayos técnicos de mi experiencia como profesora, lo que sirve y lo que no, lo que me mueve por dentro; escribo lo que estudio, lo que leo y me interesa retener,… El caso es que todo es maravilloso hasta que me encuentro con que la fecha del evento que he propuesto se hacer y sólo se han apuntado cuatro o cinco personas, cuando tendrían que ser doce. No ocurre siempre, pero cuando ocurre, a veces simplemente no le doy importancia, y otras veces se moviliza en mi interior una inquietud que me descentra. Cuando veo que ya he perdido mi centro y no consigo volver a encontrarlo, entonces escribo y todo se va ordenando en la medida que las palabras ocupan la hoja desnuda que las acoge. Esto es lo que me ha ocurrido hoy y he decidido compartirlo contigo.

Mientras soltaba poco a poco la queja que me apretaba el corazón y me tensaba la musculatura de los hombros me he preguntado, ¿Cuál es la realidad esencial que deseo?

Más allá de los detalles que me mantienen entretenida en la queja o el disgusto, el origen de mi deseo se asienta en liberarme ¿o debería decir trascender? de las exigencias egocéntricas de mi «ego pequeñín» incansablemente travieso que se prioriza como un niño tozudo negándose a crecer, insistiendo en quedarse pequeño para siempre, quejoso de que no le salen las cosas como a él le gusta, aunque no sabe concretar el resultado que espera obtener. Es muy agotador cuando eso ocurre, pero después de múltiples intentos, perseverar en mi pasión es lo único que puedo hacer si de verdad quiero conseguir ser libre de mí misma.

En realidad la libertad no es algo que sea un deseo genuinamente mio. Es ancestral, primigenia, originaria; la razón por la cual quisimos experimentar qué es esto de ser humus, o sea, el detrito de todo lo orgánico que en su proceso de putrefacción transformativa, construye más vida. Visto como metáfora es realmente hermoso.

Si fuéramos [la humanidad] el experimento de unos genetistas gigantes creando una nueva especie capaz de reciclar la descomposición de los restos orgánicos de otros organismos vivientes para seguir construyendo la Vida desde la Consciencia de Sí-mismo, con la capacidad de poder decidir si hacerlo o no, o llevarlo a cabo en otro momento que no sea Ahora, probablemente seríamos una constante frustración para su experimento, a no ser que fueran expertos [los genetistas] en la complejidad implícita de la Libertad.

El ser humano, además de ser el principal elemento de fertilidad y nutrición de Gaia, [seguimos aprendiendo a cómo hacer eso de la mejor manera posible] es libre y ésta es la gran paradoja existencial. ¿cómo es eso de ser libre en una probeta donde convivimos con otros tantos organismos y todo está permitido?

Una vez escuché decir a un sabio de estos que estudian los misterios y al ser humano, que lo que llamamos Dios o Inteligencia Suprema causa primera de todas las cosas, o el nombre que te resuene porque tiene muchos, incluso lo Innombrable, en realidad nos necesita, porque la Creación es todas las posibilidades infinitas eternamente manifiestas, cada una de ellas con una función específica y concreta, de manera que el sistema como un todo, se autogenera en su proceso complejo de evolución permanente.

Pues bien, parece que eso fue así durante millones y millones de años, hasta que en el último segundo, la Inteligencia Suprema decidió crear al ser humano, el humus de su Creación, el único ser dotado de libre albedrío. Todo lo creado percibió lo peligroso que podía ser eso. Hablaron y debatieron entre ellos hasta que finalmente decidieron confiar en las posibilidades que les ofrecía llevar a cabo el gran reto. Iban a ayudar al humano a hacer su función en el Orden Cósmico porque sabían que los humanos perderían el recuerdo de lo que son. Y ahí andamos, aprendiendo a recordar qué es la Libertad y cómo sincronizarse con ella.

Se dejaron mensajes encriptados de mil formas para que el humano recordara. Unas veces en piedras grabadas, en monumentos, en pergaminos, dentro de vasijas, en cuevas, enterrados bajo toneladas de tierra, en las paredes de los grandes edificios,… Hasta ahora no lo estamos consiguiendo pero todavía hay esperanza. Seguimos preguntándonos si existe la sincronicidad perfecta en un círculo evolutivo donde la multiplicación celular resulta en un universo.

La respuesta es sí, como tendencia. Cuando se consigue la sincronicidad, puedes optar por quedarte de observadora descansando de la [ardua] travesía, o involucrarte en ayudar a otros en su propio viaje de iniciación al encuentro sincrónico de Sí-Mismo. El caso es que, de una forma u otra vas a hacer las dos cosas frecuencialmente, hasta que la Consciencia Suprema cierre los ojos, y en su propio ciclo creador, todo se reinicie de nuevo una vez más.

¿Simple no? La complejidad viene cuando intervienen los procesos internos que no podemos abarcar en nuestra condición de humanidad porque aún somos demasiado infantiles. De hecho somos los últimos de la creación y hay mucho por aprender de este juego de equilibrio y ostentación*.

*Ostentar: originalmente quiere decir tender [extender] algo frente a otro para manifestarlo reiteradamente.

Seguimos.
Amor y Servicio

Notas de navegación

De nostalgia de amor y alegría de vivir

Hace unos días, Raffaella Sanna de la maravillosa isla de la Cerdeña en Italia, me inspiró a escribir sobre estos dos temas que en Biodanza adquieren una dimensión reveladora: la nostalgia de amor y la alegría de vivir. Grazzie mille, mia cara Raffaella.

Recuerdo la primera vez que escuché en la formación de docentes de Biodanza, que se podía decir que Biodanza había surgido de una profunda meditación sobre la vida, donde Rolando percibió que el ser humano, en lo profundo de su ser, sufre de nostalgia de amor. Cuando escuché esta frase, no sólo sentí una reververancia energética que desde mi corazón se expandía por todo mi cuerpo, sino que percibí que con el tiempo iría entendiendo la magnitud del mensaje que la habitaba. Así ha sido.

Me ocurrió lo mismo cuando en la misma formación nos explicaron que Biodanza era reconectar con la alegría de vivir. Aquí la sensación interna fue distinta:. ¿Alegría de vivir? – me pregunté. – Creo que nunca he pensado en si la Vida me provoca esa sensación. – seguí pensando- Sí que reconozco que tengo momentos de verdadera alegría pero se desvanecen en el tiempo y aunque son como aire fresco para seguir adelante, no puedo decir que la Vida me provoque esa sensación de alegría por vivir, de alegría por estar viva.

Podía reconocerme en la nostalgia de vivir, en cambio, la alegría de vivir era una utopía para mí. ¿te resuena?

Desde entonces han pasado quince años, y con ellos mucha Biodanza, mucha auto-indagación, mucha meditación, silencio, llantos, disolución de corazas y personajes internos que se habían hecho protagonistas del drama, soledad, mucha soledad, angustia, decepción, encuentros y desencuentros, cansancio, levantarse una y otra vez… y un sentimiento profundo, suave y sensible de alegría por estar viva que se iba instalando en mi piel, en mis entrañas, hasta mis células, reeditando toda la información que me habitaba como una verdad, aunque sólo era mi particular manera de vivir todo lo vivido. Los traumas, las angustias, los desafíos que implican transcender acantilados de miedo y un sufrimiento sin-sentido, fueron substituyéndose por paz, sonrisas, lágrimas de gratitud y confianza en la Vida impregnadas de miradas sin juicio, de abrazos sinceros, de cuerpos cálidos sin intención alguna más que la de estar y ser. Todo ha sido tan hermoso que escribiendo estas líneas brotan de mis ojos las aguas bendecidas de la Vida que me habita.

He de decirte que el proceso no ha sido fácil. Cuando estamos inmersas en el sufrimiento que ni sabíamos que teníamos porque no habían palabras que lo definieran, ni silencios que lo escucharan, ni miradas que lo acogieran, ni abrazos que lo ampararan, nada resulta fácil, todo se vuelve un esfuerzo. Las memorias ocultadas tras la rigidez muscular, la tensión facial o la inapetencia sexual, entre otros escondites, emergen como volcanes de lava fría y sedienta de calidez y ternura, a veces quemando, otras arrasando lo que encuentran a su paso, otras veces, las que más, rindiéndose al Amor infinito y eterno, inconmensurable, ese que algún tiempo remoto sentimos y en el transcurso del vivir olvidamos.

Verdaderamente no es fácil transitar los miedos, pero lo que realmente difícil es transitar la ignorancia en la hemos vivido, porque el orgullo del ignorante es muy tenaz y puede ser inconscientemente perverso, pero la evolución no cede su paso y llega un momento en que es necesario decir alto y fuerte ¡Basta ya!. Recuerdo escenas, las más significativas fueron en Biodanza, de miradas, desafíos, pálpitos de mi corazón a punto de estallar, sonrisas, manos amigas, que nunca podrán borrarse de mi ser porque gracias a ellas y también a las ausencias de ellas, pude reconocer en mí que la Alegría de Vivir soy yo. No es algo que viene de fuera. Está en mí. Habita en mí. Me pertenece y cuando así es, deja de ser mío para ser de todas y cada una de las partes que conforman la Vida, poco a poco, con progresividad y autorregulación.

¡Cómo puedo dejar de ser profesora de Biodanza y educadora biocéntrica si yo soy eso!. Tengo un oficio o varios, sí, pero para mí, como dice la palabra, oficio (servicio, función, obra) es lo que yo soy, lo que yo aprendo del vivir para compartirlo y que otras personas puedan aprovecharlo, si es que les resuena. Sé que a quien le llegue el mensaje, le hará bien porque a mí me lo ha hecho, por lo tanto, no puede ser de otra manera y sobretodo, porque no es mi mensaje, es el mensaje eterno que todas reconocemos en nuestro interior. La cuestión es permanecer atenta a quién habla en mí, la Teresa pequeña y temporal, o la Voz que me habita, eterna y atemporal. Ambas somos imprescindibles para habitar en esta densidad, más una de ellas siempre debe estar al mando de la nave, pues como ser viviente, necesito de la mente despejada, concreta, racional para lidiar con las circunstancias materiales, pero es el alma la que reina en mi reino.

Biodanza hace mucho bien. No lo digo yo, lo dicen mis células, mi piel, la sonrisa que me habita y que se instala poquito a poquito y día a día en mi rostro de manera permanente, lo dicen mis gestos que no sólo danzan sino que son danza, lo dice mi estómago que me avisa de lo que debo y lo que no me sienta bien comer, lo dice mi corazón que late sincrónicamente como siempre pero yo ahora lo escucho y reconozco su lenguaje musical que me alerta de qué y qué no debo dejar entrar en mi campo. En fin… la alegría de vivir que propone Biodanza va mucho más allá de unas risas y una diversión, un buen rato o el buen rollo. Biodanza es un camino de transformación que no se agota en la sesión ni en los años de práctica, si así lo decides. Ella te sigue invitando a danzar cada día más allá de las apariencias para sumergirte en el mar profundo de la eternidad presente. No es la única propuesta que rescata al ser humano de su ignorancia, pero sí es la compañera perfecta para este viaje. No es la pasión quien habla, que también; es la coherencia existencial que se manifiesta en mí en la medida que dejo que así sea.

Te leo en los comentarios.

Amor y Servicio.

Cuentos biocéntricos

De hermoso gusano a bella mariposa

Ayer me sorprendí gratamente cuando fui a regar mi jardín. En la ruda se encontraba un hermoso gusano que llegado su momento se convertirá en una bella mariposa. Hoy sé que el gusano es hermoso y será una bella mariposa porque hace tres años, cuando todavía el miedo a la vida seguía instalado en rincones ocultos casi imperceptibles, de mi memoria, encontré en la misma planta de ruda, a seis gusanos exactamente iguales al de hoy.

Cuando hace tres años los ví allí quietos en mi hermosa planta de ruda, quedé cautivada por su belleza y tamaño. No pasaron más de unos pocos segundos cuando pensé en la posibilidad que fueran dañinos para mi planta. Me asusté. – No quiero que mi planta se muera-. pensé. – Tengo que salvarla.

Con mucho cuidado y también miedo, cogí uno a uno de los hermosos gusanos que para mí eran pequeños monstruos peligrosos y los tiré por la alcantarilla del patio aliviada, pensando que había salvado a mi querida planta. Después de tirarlos pensé en la posibilidad de haberme equivocado. – ¿Y si no eran dañinos?. Escribí a un amigo agricultor y hortelano experto, para hacerle la consulta. Su respuesta fue: son las futuras mariposas más coloridas, grandes y hermosas que hay en el mundo.

No te puedes imaginar cómo me sentí. Seis enormes gusanos preciosos, con sus colores brillantes en mi planta de ruda, esperando a ser mariposas y yo los tiré por la alcantarilla donimada por un sentimiento de miedo y de ignorancia. Ese día aprendí una lección que no he olvidado jamás: la Vida no reacciona, acciona. La acción nace de la atención plena de lo que ocurre en el Ahora y Aquí. Si mi atención está en lo que fue, lo que será, lo puede ser, no estoy presente y por tanto no soy consciente. También entendí que la muerte de los gusanos era una pura ilusión porque ellos habían aparecido en mi planta para ofrecerme el aprendizaje. Su desaparación no fue una muerte; la muerte no existe como la entendermos. Es una transformación, una mutación energética para que la evolución continue su camino.

Cada año he mirado por si alguna vez volvían. Hasta ayer nunca volvieron.

Cuando encontré al hermoso gusano descansando en la rama de la misma ruda que entonces, me sentí feliz. – Estoy aprendiendo- me dije. Y así sigo, aprendiendo y desarrollándome cada día en el arte del Bien-decir.

De todo lo aprendido escribí un cuento que hoy comparto contigo. Te dejo el enlace para que puedas leerlo y si es tu deseo, bajarlo en formato pdf . Sólo te pido que si lo usas en tus aula o en tus labores, cites la autoría.

Amor y Servicio

Teoría de Biodanza

Definición de Biodanza. Parte 1.

Muchas personas tituladas como profesoras de Biodanza, en los primeros años de ejercer como tal, se encuentran con la dificultad de transmitir qué es Biodanza. A mí también me ocurrió al principio; no encontraba la manera de expresar lo que define a Biodanza como un sistema de integración y desarrollo humano. Esta es la inquietud que me expresan muchas facilitadoras y facilitadores titulados o en fase de preparar su tesis, y es por eso que hago este post, por si puede inspirarte en tu Ser-Facilitadora-en-el-mundo.

Voy a dividirlo en tres entregas para no extenderme tanto en un sólo artículo.

Para el entendimiento de algo, para mí, lo más importante es ordenar y estructurar la información que ya tengo sobre ello para, a partir de ella, encontrar la mejor manera de expresar aquello que realmente quiero transmitir. Muy a menudo durante el proceso, se revelan nuevos datos, nuevas comprensiones que resultan muy agradables y estimulantes. Vamos allá.


En la definición oficial de Biodanza de la colección de textos de la Teoría de Biodanza, editada por la Asociación latinoamericana de Biodanza (ALAB) en 1991, que sirve como base para la formación reglada de docentes de Biodanza, dice: Biodanza es un sistema de integración afectiva, renovación orgánica y reaprendizaje de las funciones originarias de vida.

Para facilitar el entendimiento, vamos a ir desglosando la definición según el orden en que aparecen las palabras.

La primera palabra que encontramos es sistema. Se entiende como sistema a un conjunto ordenado de componentes interrelacionados que interactúan entre sí conformando una estructura que tiene un objetivo específico. Te propongo que vuelvas a leer la frase anterior que define sistema y ésta vez añadas imágenes a las palabras; esto quiere decir que vas a tener que unir los dos hemisferios cerebrales para tener una visión más amplia del significado de la palabra. En la medida que incluyas las imágenes a las palabras, éstas van a impregnarse de sentido para tí, no sólo de significado. Vas a abarcar un campo de comprensión más amplio y unificador. Como nota decirte que hay un impacto emocional en la palabra que solemos obviar y nos cabe rescatar.

Una vez que ya hayas podido leer la palabra y verla, habrás percibido que un sistema abarca lo micro y lo macro, como una célula que es una entidad en sí misma conformada por otros componentes más pequeños (la membrana celular, el núcleo, el aparato de Golgi, citoplasma, ribosoma…)y más grandes a la vez (tejido, órgano,cuerpo…). Así que en un sistema hay componentes interrelacionados que interactúan de forma ordenada dando forma a una estructura, que en Biodanza es el Modelo Teórico de Biodanza (MTB). Ahora bien, para que el sistema se dé como tal, en su estructura ordenada necesita un objetivo específico, un motivo de existir, podríamos decirlo así. El objetivo específico de Biodanza es sentirse viva, la alegría de vivir.

Entender que Biodanza es un sistema es muy importante porque nos sitúa en la comprensión de algo complejo, ordenado, coherente, que se estructura en un modelo teórico que a su vez fundamenta una metodología basada en la vivencia. Así pues, Biodanza no es una herramienta, una técnica, no es un método… es algo mayor: un sistema. Para Rolando Toro definir Biodanza como sistema era muy importante porque cuando hablamos de sistema estamos abarcando una visión unitaria donde las partes y el todo constituyen una unidad indivisible que construye conocimiento ampliado.

Seguimos con la definición oficial de Biodanza y encontramos tres puntos básicos: 1) Integración afectiva, 2) renovación orgánica y 3) reaprendizaje de las funciones originarias.

Ante la pregunta ¿qué es integración afectiva?, la respuesta oficial es: Restablecer la unidad perdida entre percepción, motricidad, afectividad y funciones viscerales. El núcleo integrador es, según nuestro abordaje, la afectividad, que influye sobre los centros reguladores límbico-hipotalámico. La propuesta es transformar al ser humano disociado en un holón.

Lo primero que vemos es que para restablecer la unidad perdida, quiere decir que hemos perdido la percepción de unidad, así que nos percibimos como seres separados, disociados en partes aisladas que nos componen como individuos, y también separados de la Vida que transcurre ahí afuera. La sensación de ser parte de la Vida se ha olvidado: no reconocemos el aire como elemento necesario para nuestra existencia, o el agua, la tierra, por poner un ejemplo, pero eso no es todo. Nosotros somos también aire, tierra, agua… Estamos compuestos de los mismos elementos. Nuestra Gaia es un sistema mayor donde habitamos como sistema menor. Hemos perdido la vivencia de la Unidad, de pertenencia a la Vida. No estoy viviendo una vida, soy Vida.

Cuando Rolando dice integración, está hablando de algo integral, como cuando vamos a la panadería que encontramos pan blanco (refinado) y integral (con todos los componentes de la semilla).

La integración es afectiva porque el Amor nutre sin discriminar ni excluir.

Por último, la base de la integración es el Amor y su manifestación es la expresión afectiva. En la última frase de la respuesta que ofrece Rolando sobre la integración afectiva como parte de la definición de Biodanza, encontramos … transformar al hombre disociado en un holón. ¿Qué es un holón?.

Arthur Koestler acuñó el término holón en su libro de 1967 titulado The Gost in the Machine, en el que profundiza sobre la tendencia humana a la violencia generándose, según el autor, a partir de la división reduccionista mente-cuerpo. Koestler dice que para comprender algo se necesita abarcar el contexto de su relación con el todo mayor en el que reside. Desde esta comprensión surge el término holón que representa tanto una parte del todo como el todo en sí mismo. En el holón hay un flujo bidireccional de información del todo a las partes y de las partes al todo, con dos tendencias claras: «La tendencia autoafirmativa es la expresión dinámica de la totalidad del holón; la tendencia integradora es la expresión dinámica de su parte». Así tenemos que holón implica la la autoafirmación de sí-mismo como un Yo Soy integrado; y la integración que reconcilia las partes y las totalidades de los organismos.

Geométricamente el holón se representa como un toroide.

Sistema dentro de un sistema mayor y así en lo micro como en el macro, en interrelación ordenada, estructurando la Vida. Cuando conseguimos sentir este estado de unidad, de pertenencia a la Vida, podemos decir que estamos en una vivencia integradora, que como algo vivenciado se instala en el cuerpo reorganizando la estructura bio-psico-trascendente del ser humano con tendencia a la armonía.

En la segunda parte hablaremos sobre la renovación orgánica.

Te dejo un video hermoso sobre la integración de la Vida.

Amor y Servicio