Teoría de Biodanza

Episteme y Transformación: la Raíz de la Línea de Sexualidad en Biodanza

La línea de vivencia de la Sexualidad en Biodanza es, a mi entender, la más desconocida o quizás la más erróneamente interpretada en lo que respecta a la teoría que la sustenta.  Según mi experiencia, la teoría no es precisamente, uno de los fuertes de la formación de Biodanza, ya que ésta se centra en la vivencia. De hecho, el cuerpo epistemológico del sistema Biodanza, pasa de soslayo, a penas como una nota a pie de página o un anexo en el contexto formativo como profesoras y profesores de Biodanza.

El hecho de profundizar en el campo epistémico del sistema Biodanza, nos proporciona a los profesionales biocéntricos, un abanico de información que enriquece nuestra labor con matices sutiles y profundos. La vivencia es integradora y biocéntrica, lo que quiere decir que, además del movimiento, la música y el grupo, también intervienen la comprensión, la reflexión ampliada, la palabra sentida, reeditar creencias que se hicieron verdades a costa de repetición.  

Nuestro compromiso con la Episteme nos permite realizar una Transformación profunda, anclando la vivencia corporal en la comprensión reflexiva. Estudiar la Línea de Sexualidad, nos empuja a desvelar su raíz profunda, y la complejidad ética y teórica de sus pensadores. Para facilitar procesos de integración biocéntricos, hay que estudiar y comprender la Vida.

Episteme y Transformación

Dicho esto, al profundizar en la Línea de Sexualidad de Biodanza, nos encontramos con la evolución del psicoanálisis y las posturas políticas e ideológicas de sus tres grandes protagonistas, Sigmund Freud, Wilhelm Reich y Carl Gustav Jung.  Rolando Toro, con su mirada profundamente biocéntrica, selección y trascendió la Episteme de estos autores, para crear un sistema donde la consigna y la vivencia, con la música, el movimiento y el grupo fueran agentes de reparación de una humanidad perdida en la nostalgia de amor.

Para entender la raíz profunda de nuestra línea de Sexualidad, es crucial desglosar las tres miradas que abordan la libido, punto de partida de la líneas de vivencia de la sexualidad:

  • Para Freud, la libido es la energía de los instintos sexuales (Eros pulsión de vida/sexual) que, al estar en el núcleo de la vida psíquica, puede ser reprimida, transferida o sublimada, causando la neurosis. Es la fuerza ligada a la función sexual, que impulsa el movimiento y la acción, desde el deseo de satisfacción sexual hasta las expresiones más complejas de la cultura (Tanatos pulsión de muerte/agresión).
  • Para Reich, aunque en un principio se mantuvo fiel a la definición sexual de la libido, sus estudios clínicos lo llevaron a afirmar que la libido no es solo una energía psíquica, sino una energía bio-psíquica real que se acumula y descarga en el organismo, principalmente a través del orgasmo completo, preservando así la salud mental y física. La represión de su libre circulación produce la neurosis y otras enfermedades. El enfoque de Reich es estrictamente biológico y somático.
  • Para Jung, la libido deja de ser solo energía sexual y pasa a ser energía psíquica vital inespecífica, o la fuerza que impulsa todos los procesos psíquicos que engloban el metabolismo, la voluntad, la creatividad, etc. El fin último de la libido es la realización del Sí Mismo (individuación), con un enfoque teleológico (orientado a un fin) y energético (energía del universo).

Aquí te presento una tabla que resume las diferencias clave de los tres autores:

ConceptoSigmund FreudWilhelm ReichCarl Jung
NaturalezaEnergía de la pulsión de vida (principalmente sexual)Energía biofísica, orgón (Orgástica)Energía psíquica general (Élan vital)
AlcanceEnfocada en la sexualidad y búsqueda de placerLigada al cuerpo, a la tensión y descarga físicaImpulsa todas las funciones psíquicas y la vida
ObjetivoSatisfacción pulsional entre Eros y TanatosPlena capacidad orgástica y salud biofísicaRealización del Sí mismo (Individuación)

Cuando Reich va desarrollando su praxis clínica, advierte la suma importancia de las bases biológicas en la actividad psíquica y la consecuencias que derivan en una estratificación de lo llamó la coraza caracterológica. Este principio fue tomado por Toro, desarrollando los ejercicios de Biodanza que conocemos como  ejercicios segmentarios, aunque nos son entendidos como segmentos separados, sino como partes de un todo integrado.  

Podríamos seguir desarrollando el tema hacia la bioenergética, pero en esta ocasión, quiero centrarme en un fragmento de la página 137 del capítulo 5. El Desarrollo de la Técnica del análisis del carácter, del libro: La función del orgasmo, Wilhelm Reich. Editorial Paidós, Surcos 39, ítem: La coraza caracterológica y los estratos o capas dinámicos de los mecanismos de defensa. El fragmento que me llamó la atención dice así:

 “Jung generalizó el concepto de libido al punto de hacerle perder completamente su significado de energía sexual. Terminó con un “inconsciente colectivo” y, con éste, en el misticismo que más tarde representó oficialmente como nacionalsocialista”.

Esta crítica rotunda de Reich me llevó a investigar en el inconsciente colectivo (explícitamente marcado con comillas en el fragmento que cito) y su relación con el movimiento nacionalsocialista. Lo que sigue es el fruto de mi investigación. Deseo que la disfrutes.

Del Inconsciente colectivo al Misticismo

Para Jung la relación entre el cuerpo (soma) y la psique no es dualista; se enmarca en un principio de Unidad Psicosomática. Jung dice “el cuerpo es meramente la visibilidad del alma, de la psique; y el alma es la experiencia psicológica del cuerpo”. Cuerpo y psique o energía psíquica (libido) se experimentan como tensión: relajación en el cuerpo o soma, y deseo, emoción o pensamiento como flujo de la libido o psique.

El cuerpo a menudo personifica la Sombra del Yo, o sea, los aspectos rechazados o inconscientes de la personalidad, que son los causantes de enfermedad e instintos perturbados, forzando así a la conciencia a confrontar la realidad instintiva y biológica en pro del Sí mismo o individuación. Jung usa la metáfora de la alquimia para describir el proceso de individuación, aludiendo al cuerpo como recipiente material donde se manifiesta y se integra el cambio psíquico o libidinal.

Como la libido o energía psíquica es vital y para Jung la dualidad no existe, la libido se conecta directamente con los instintos psíquicos, o sea, el inconsciente colectivo (arquetipos del alma o psique) de manera que el cuerpo encarna el arquetipo. Por ejemplo, si en una persona predomina un arquetipo concreto como puede ser el del Héroe, la manera de relacionarse en y con el mundo, está sujeta a las respuestas psíquica instintivas de ese arquetipo concreto. Vale decir que nunca se presentan solos los arquetipos.

Hasta aquí tenemos diferentes abordajes según los autores. El problema surge tras la Segunda Guerra Mundial y el intento de exterminio del pueblo judío.

La evolución de la psicología Analítica tras la guerra

Ante la catástrofe colectiva y para dar respuesta al horror vivido, Jung introduce el concepto de Sombra colectiva, la que encarna la suma de toda maldad, crueldad irracionalidad y los instintos destructivos que son inherentes a una cultura. Esta sombra colectiva se proyecta y es la fuente de la “mentalidad de masas”.

En los ensayos y artículos posguerra de Jung, el autor argumenta que las atrocidades masivas son el resultado de la proyección no reconocida de la Sombra Colectiva, de manera que si el individuo niega su potencial para lo que denominamos mal, esta energía psíquica se acumula en el inconsciente colectivo hasta que un líder o una ideología, la usa, la organiza y la dirige, tal y como hizo Hitler, a quien Jung consideraba poseído por el arquetipo Wotan.

En esa época, Sigmund Freud, que era judío, terminó exiliándose forzosamente en Londres, ya que los nazis quemaron públicamente sus libros por considerar el psicoanálisis una “ciencia judía” y “pervertida”. A Wilhelm Reich, también judío, lo expulsaron del círculo psicoanalítico y también del movimiento marxista, por argumentar que el fascismo no sólo podía explicarse por la economía de Marx, sino por la represión sexual inculcada en la familia, que hacía que las masas fueran psicológicamente sumisas a un líder. Reich promocionaba el sexo prematrimonial, el control de la natalidad y el aborto. La represión política y la ideológica, forzaron a Reich a huir de Alemania a Estados Unidos, tras la subido al poder de Hitler.  

A diferencia de Freud y Reich, Jung era suizo, y afín a la mística de la Alquimia, el I Ching, la gnosis y los mitos. Su visión psicoanalítica convirtió el nacionalsocialismo en un movimiento de masas místico que, más allá de ser un programa político, encarnaba los mitos germánicos ancestrales y un destino colectivo de sangre y posesión de la tierra, que culminó en su ensayo Wotan (1936) donde describe el nazismo como una fuerza divina e irracional que había poseído al pueblo alemán. Aunque su intención pudiera ser meramente descriptiva, esta visión mitológica del nazismo, lo inhibe de su base política, social y material, donde la represión de la sexualidad, la crisis económica y la estructura de poder eran defendidas en el análisis de Reich.

Jung argumentaba que el alma alemana, dormida y reprimida por siglos de racionalismo cristiano, había sido repentinamente poseída por el arquetipo del antiguo dios germano Wotan (Odin), el dios de la furia, el éxtasis, la guerra y el frenesí. En este sentido, al mitologizar el fenómeno nazi, Jung lo convirtió en una fatalidad arquetípica, en un fenómeno místico e instintivo impulsado por el arquetipo germano.

Dos años antes (entre 1933 y 1934) Jung publicó en la revista de la Sociedad de la Psicoterapia) varios artículos controvertidos, en los que Jung diferenciaba la psicología alemana de la judía. Uno de los artículos más significativos fue “Sobre la situación actual de la psicoterapia” donde hizo una distinción explícita que dice:

“El inconsciente ario tiene un potencial mayor que el judío […]. A mi juicio, la actual psicología médica ha cometido una grave error al aplicar indiscriminadamente categorías, que ni siquiera son válidas para todos los judíos, a los germanos cristianos o eslavos”.

Jung sugería que el psicoanálisis de Freud solo es adecuado para la “psique judía”, supuestamente carente de la profundidad mítica y de los arquetipos germánicos. Defendió que la psique aria estaba regida por fuerzas arcaicas y telúricas que la psicología freudiana, al ser demasiado centrada en lo personal y sexual, no podía comprender.

La consecuencia de sus afirmaciones, al establecer esta distinción, dio una base teórica a la idea nazi de la “supremacía del alma alemana” y a la necesidad de una psicoterapia nacionalsocialista que se ajustara a los arquetipos de la raza aria.

En esta misma etapa (1933) justo cuando Hitler llegó al poder, la rama alemana de Sociedad General Médica Internacional de Psicoterapia, adoptó la ideología nazi, y excluyó a los miembros judíos. Con la ausencia de Freud y los psicoterapeutas judíos expulsados, le propusieron a Jung asumir la presidencia de dicha Sociedad, a lo que Jung asintió con la justificación de que esto permitiría mantener la organización “internacional” como refugio o al menos mantener lazos con los psicoterapeutas no arios (principalmente judíos) que habían sido expulsados de la rama alemana. Sin embargo, el consenso histórico y crítico afirma que Jung no logró que la Sociedad actuara como un refugio efectivo.

Al aceptar la presidencia del organismo oficial con una clara alineación con la ideología nazi, Jung legitimó indirectamente la purga que se estaba llevando a cabo en Alemania.

Sus críticos, entre ellos Reich, le recriminan este enfoque que despolitiza y absuelve la responsabilidad individual y social de los alemanes, no como nación, sino como humanos, al atribuir sus acciones a un “dios enloquecido”, en lugar de buscar causas materiales y soluciones prácticas.  

El resultado de la gestión de Jung como presidente de la Sociedad fue que no proporcionó una red de seguridad ni una estructura de apoyo para las carreras de los psicoterapeutas no-arios ni sus vidas, y las publicaciones de Jung fueron teóricamente marginadas como base pseudocientífica para la exclusión del psicoanálisis freudiana (etiquetado como judío). Ante el fracaso de su supuesta misión de refugio, Jung renunció a la presidencia en 1939, al estallar la guerra.

Jung siempre negó haber sido nazi, alegando que sus distinciones eran puramente culturales y que su presidencia internacional era para proteger a los colegas, con la intención de mantener la psiquiatría internacional viva, pero su ejecución y retórica no lo consiguieron: nunca utilizó su púlpito en la Sociedad para condenar públicamente la persecución o el antisemitismo, y los artículos que publicó en esa época de su presidencia, fueron considerados por la comunidad internacional como un oportunismo profesional, usando su rol como el de alguien que se acomodaba a la situación para beneficio de su propia escuela y pensamiento.

El sentido de la Transformación

Con todo lo descrito, puedo comprender la dura crítica de Reich, pero más allá de los conflictos, lo que realmente me conmueve es la inmensa capacidad de Rolando Toro de integrar esta compleja Episteme del pensamiento de Reich y de Jung, trascendiendo las “sombras” ideológicas para percibir la grandeza de los aportes de ambos autores y recrear la magnificencia del ser humano, en un sistema de integración humana que trasciende culturas, civilización, creencias, dogmas, mitos.

Retrato de Rolando Toro, fundador de Biodanza, reflejando su filosofía sobre la transformación y la vivencia de la sexualidad.

Al profundizar en la Línea de vivencia de la Sexualidad, las personas profesionales de Biodanza podemos catalizar una Transformación real que es, en esencia, reeducación afectiva, renovación orgánica y reaprendizaje de las funciones originarias de vida.

Teoría de Biodanza

La línea de vivencia de la Sexualidad en Biodanza (parte 1)

Hablarte sobre la segunda línea de vivencia de Biodanza, la Sexualidad, es fruto de una serie de acontecimientos que quiero contarte como introducción al tema, ya que dan sentido al mismo.

Desde hace unos meses estoy profundizando en dos líneas de trabajo con Biodanza y Educación Biocéntrica que me apasionan: el Tarot Biocéntrico con toda su simbología arquetípica, y la Danza del I Ching. Me formé en ambas extensiones hace unos años, pero ha sido recientemente cuando realmente me estoy sumergiendo en sus aguas profundas y ofreciendo aulas al respecto.

«Desde los albores de la historia, los distintos pueblos han manejado modelos energéticos para explicar el funcionamiento de los organismos y del propio universo«, dice Rolando Toro en el capítulo V de la colección de textos de la Teoría de Biodanza, Tomo II, editada por ALAB, 1985. Esto tiene que ver directamente con la Sabiduría Perenne, también llamada Tradición unánime, Sabiduría primordial y Filosofía perenne, que en resumen son las enseñanzas que nos han dejado las culturas originarias de la tierra, en concepto de verdades y valores transculturales y comunes a todos los pueblos (el Chamanismo, el modelo esotérico y metafísico, el Tao y los Cinco Movimientos, la Teosofía, la Kábala, el Tantra,…). De hecho, en el mismo capítulo nombrado anteriormente, como introducción al Modelo Teórico de Biodanza, Rolando Toro describe con detalle los diferentes modelos de transmutación de energía (el Yoga y los chakras, el chamanismo, el modelo esotérico, la Teoría de la Sublimación de Freud y la visión de Jung, la Bioenergética, el modelo integrado de Tai Chi con el I Ching, la Psicosíntesis, el modelo teosófico y el cabalístico) y en la clasificación de los diferentes modelos, añade el Modelo Biocéntrico creado por él mismo, definido como la percepción del universo en un sistema biológico unitario en el que lo orgánico y lo psíquico son aspectos de una sola realidad. «Este modelo pretende demostrar que los sistema biológicos y semánticos pertenecen a un sólo sistema mayor, que es el organismo humano en integración con su ambiente». (pág. 252 Teoría Biodanza, Tomo II). A partir de esta hipótesis Rolando argumenta que el Modelo Teórico de Biodanza tiene un eje estable, que parte del potencial genético y se expresa sobre la trama de las cinco líneas de vivencia que son, por orden ascendente: Vitalidad, Sexualidad, Creatividad, Afectividad y Trascendencia.

Profundizando en los arquetipos del Tarot, que en Biodanza están representados en los cuatro elementos como arquetipos simbólicos (tierra, aire, fuego y agua) y los cuatro animales como arquetipos psicomotores e instintivos (serpiente, garza, tigre, hipopótamo), el recorrido de los arcanos mayores se inicia en el Loco y termina en el arcano del Mundo como punto máximo de integración y plenitud. En la carta del Mundo están representados los cuatro animales y una figura humana en el centro. Todo encaja en el principio cuaternario occidental: cuatro direcciones, cuatro estaciones, cuatro fases de la Luna, los cuatro jinetes del Apocalipsis, los cuatro evangelios, las cuatro nobles verdades del budismo, el cuarto camino de Gurdjieff, las cuatro dimensiones,…

Cuando me sumerjo en los principios del I Ching (el Tao y los Cinco Movimientos), me sorprende que su perspectiva abarca cinco elementos, cinco estaciones, cinco animales, cinco ciclos estacionales, … basándose en el principio de la transmutación de la energía. Y es aquí cuando recuerdo los cinco sólidos platónicos. A partir de aquí, empiezo a cuestionarme que si la integración del ser humano-divino pasa por el número cuatro en occidente y en oriente con el cinco, ¿cuál es el motivo que en Biodanza tengamos cinco líneas de vivencias?.

En la última sesión que impartí en el grupo regular, en el que estamos sumergiéndonos en los arcanos menores del Tarot Biocéntrico, como introducción al arquetipo del tigre, les pregunté qué les evocaba la palabra felino. Todas las participantes nombraron varias cualidades: elegancia, ligereza, precisión, … y sobre todo sensualidad, erotismo, sexualidad, fuego, pasión,… Entonces, pensé: si las personas al ser preguntadas por los atributos que les evoca el felino, responden de forma natural con referencias claras a la sexualidad, ¿por qué la sexualidad en sí misma es una línea de vivencia y no forma parte de la Creatividad, como energía creadora propiamente dicha?. Me puse a investigar en los antecedentes de la línea de vivencia de la sexualidad y me encuentro con la teoría de la Sublimación de la energía sexual, propuesta inicialmente por Freud y comentada por Rolando en el mismo capítulo V.

Freud defiende, en su teoría de la Sublimación, que la energía sexual origina la creatividad y la cultura de tal manera que, el arte y la ciencia son la forma en que el individuo opta para expresar adecuadamente la energía sexual que está reprimida por valores y creencias castradoras. Para Jung la Sublimación de la energía sexual no está relacionada con la creatividad sino con la trascendencia. Para Lacan la sublimación de la sexualidad es el Vacío existencial que todo ser humano aspira a sentir como punto de Unión con la divinidad. El caso es que los tres grandes psicoanalistas de la historia convergen en un punto común: la energía sexual existe como proceso de Sublimación.

En la pág 252 Teoría de Biodanza, ALAB, Rolando dice que «la transmutación de la energía se produce por el crecimiento y recíproca retroalimentación de las cinco líneas del potencial genético, mecanismo deflagrado por los ecofactores, cuya carga semántica es variable». Según mis investigaciones, mi hipótesis es que la línea de la sexualidad es mucho más que una línea de vivencia; es en sí misma la línea de Integración del Ser, el eje del Modelo Teórico de Biodanza. Lo desarrollo a continuación.

En occidente hablamos del número cuatro en relación a lo fenomenológico porque el quinto elemento es el que hace referencia al punto de encuentro donde todo converge y se transmuta; es el punto donde vida y muerte conviven, donde oscuridad y luz finalizan su recorrido para iniciar otro. El quinto elemento, es el quinto estado de transmutación de la energía donde el Ser Divino se manifiesta como Aquello que Es, y desde la mística hermética, se prohíbe nombrarlo porque representa lo más alto, lo más sagrado y sólo nombrarlo lo empequeñece, así pues la única manera de nombrarlo es a partir de sus atributos. En occidente, su representación gráfica es el elemento Éter que no se nombra; en las cuatro direcciones es el Centro que tampoco se nombra; en las cuatro estaciones es el punto medio de impás entre estaciones y a partir de ese punto se transforman. En el Chamanismo, el quinto punto no se nombra, probablemente porque está asumido que es el ser humano como nexo entre Cielo y Tierra; la integración del ser humano en su estilo de vida no concibe la separación, de ahí que el quinto estado se asume por sí mismo. La clave la encontré en el I Ching basado en el Taijitu o símbolo del Yin-Yang y los Cinco Movimientos.

En la curva sinusoidal, que es en la que se basa la metodología de la vivencia en Biodanza, se pueden ver los cinco puntos (Figura 1), que representan los cinco elementos, las cinco direcciones, las cinco estaciones, … Como se ve en la figura, hay un eje de marca la dirección y es punto de encuentro. Estos cinco puntos son en la Sabiduría China, las cinco estaciones, los cinco elementos, las cinco direcciones,… Todo en la China se basa en este principio: la Medicina Tradicional China, el Feng-Shui, las diferentes artes marciales, … En la Figura 2 vemos la curva sinusoidal doblada, como la doble hélice del ADN así como en su representación del símbolo Taijitu o Yin-Yang (figura 3 y 4).

En el Modelo Teórico de Biodanza, el eje fijo donde las cinco líneas de vivencia fluctúan como productoras de cofactores que provocan la expresión de los potenciales genéticos, es el que llamamos Integración que parte de la base Filogenética y asciende en Ontogénesis (desarrollo del individuo) hasta la Identidad Integrada. En la figura 5 podemos ver el Modelo Teórico de Biodanza completo.

Figura 5. Modelo Teórico de Biodanza

El eje que marca la integración es el punto de encuentro que nace en la base de la columna vertebral (geniales desde la visión frontal), justo donde alojan las ocho células madre que nunca mutan a diferencia de todas las demás del cuerpo humano.

Si pudiéramos dibujar el recorrido en movimiento de la onda sinusoidal sería, tanto en occidente como en oriente, el elemento Tierra el eje del recorrido de la onda sinusoidal, dando como resultado la imagen toroidal de la figura 6.

Figura 6. Onda sinusoidal en movimiento creando esta imagen geométrica

En el video que sigue, puedes ver las cinco direcciones en movimiento sinusoidal:centro, delante, detrás, arriba y abajo (en matemáticas se representa en el número Phi), cómo crea la forma toroidal llamada la Flor de la Vida o Matriz de la Vida.

Por todo lo expuesto hasta ahora, mi hipótesis es que la Línea de Vivencia de la Sexualidad, es el eje del Modelo Teórico de Biodanza. En una próxima entrega, voy a fundamentarla en los textos de la Teoría de Biodanza, donde Rolando Toro explica la Línea de Sexualidad.

Te dejo el vídeo que comparto en mi canal de Youtube, donde puedes encontrar más información al respecto.

Gracias por haber llegado hasta aquí.

Amor y Servicio

Notas de navegación

LOS TRES TABÚES HEREDADOS: INCESTO, POLIGAMIA, BISEXUALIDAD según Rolando Toro

Para Rolando Toro, la humanidad hereda a través de los padres, tres tabúes: incesto, poligamia y bisexualidad. Esta afirmación se basa en el estudio de la vivencia de la que surgen las Cinco Líneas de Vivencia que conforman la expresión de la identidad del ser y el concepto de protovivencias que son las vivencias desde el nacimiento hasta los seis meses de vida aproximadamente.

En la introducción del capítulo IV. Tomo 1. Teoría de Biodanza. Editora ALAB titulado Para una nueva mirada de la estrategia epistemológica, Rolando Toro reflexiona sobre la base que estructura los modelos teóricos que intentan explicar cómo funciona el ser humano más allá de su biología. En su visión crítica, Rolando alude a la necesidad de incluir al ser humano en su totalidad para explicarse a sí mismo, no sólo desde la razón-mente y la conciencia, sino incluyendo la emoción y la vivencia, o sea la Afectividad. Para ello se apoya en Piaget [la percepción y el pensar se comprenden cuando se incluye la motricidad y la acción], y en las investigaciones sobre la percepción llevadas a cabo por el oftalmólogo Adelbert Ames Jr., en 1946.

Para Ames, la persona ejerce un papel activo, dinámico y creativo en el acto de percibir. Más allá de un simple mecanismo “estímulo-respuesta”, se establece un diálogo o transacción entre individuo y ambiente, interpretando lo percibido según su experiencia, y reajustando su experiencia ambiental.  Así nacía el análisis transaccional del cual Ames fue el precursor.

Figura 1

Para demostrar su teoría, Ames creó una habitación trapezoidal (figura 1), construida de manera que vista de frente aparenta ser una habitación cuadrada, con una pared trasera y dos laterales paralelas entre sí, perpendiculares con el plano horizontal del suelo y el techo. El resultado es una ilusión óptica que hace que una persona caminando por la habitación parezca aumentar y disminuir de tamaño según camina.  Se usa mucho en películas y en la actualidad se ha demostrado que la ilusión puede ser creada sin usar paredes ni techo, solo colocando un aparente horizonte (que en verdad no es horizontal) y el ojo humano se basa en la aparente relativa altura por encima de un objeto situado en el horizonte.

Habitación de Ames real

En esta investigación Ames constató que cuando la persona que observaba tenía una implicación afectiva con la persona observable, la distorsión era menos intensa que con una persona extraña. También constató que la percepción en las mujeres es mucho más significativa y profunda que en los hombres. En este sentido me gustaría señalar un cuestionamiento que me hago a menudo: los resultados de estos estudios y de tantos otros, ¿serían los mismo en individuos de otras culturas que no sea la occidental, patriarcal y predominantemente de raza blanca?  En cualquier caso y retomando el tema, como síntesis podemos decir que la Afectividad incide en la percepción de lo vivido. Creamos el [conocimiento del] mundo a partir de la experiencia afectiva propia; no sólo de experiencia, sino del contenido afectivo implícito en ella.

Para Rolando Toro “es la afectividad la que organiza el pensamiento” ya que el sentido de lo vivido proviene de la misma vivencia, del “instante vivido” como dijo Wilhelm Dilthey cuando creó el concepto vivencia.

La vivencia es un modo característico y distinto en el que la realidad está ahí para mí. No se me enfrenta como algo percibido o representado. No nos es dada, sino que la realidad-vivencia está ahí para nosotros, porque nos percatamos por dentro de ella. Porque la tengo de modo inmediato como perteneciente a mí en algún sentido. En el pensamiento, luego, es cuando se hace objeto”.

Wilhelm Dilthey. Introducción a las ciencias del Espíritu.

En la vivencia no hay conflicto, no necesita decodificarla ni análisis de la conciencia. Surge dela vertiente instintiva y está sujeta a experiencias anteriores.De ahí que Rolando Toro propone el desarrollo de las Líneas de vivencia, poniendo el énfasis en el origen biológico de las vivencias y en su función teleonómica (adaptación evolutiva según una ley interna de organización), aunque, su desarrollo adulto “está impregnado de cualidades cada vez más sutiles y complejas, que a menudo hacen olvidar su génesis orgánica”, según Toro.

Las vivencias pueden agruparse en cinco líneas o canales de circulación de los potenciales genéticos: Vitalidad, Sexualidad, Creatividad, Afectividad y Transcendecia.

  • Línea de Vitalidad: se genera en el instinto de conservación, en los múltiples mecanismos encargados de mantener la homeostasis y la regulación intraorgánica.
  • Línea de Sexualidad: se genera en el instinto sexual que asegura la reproducción y el flujo genético.
  • Línea de Creatividad: es el impulso de establecer nuevas y variadas relaciones ecológicas, y transformar el medio ambiente.
  • Línea de Afectividad: como la línea de creatividad, se gesta en la biología de supervivencia, solidaridad y cohesión a la especie.
  • Línea de Trascendencia: es el impulso de renovación y reciclaje de los patrones embriológicos.

Rolando sigue su desarrollo sobre la embriología de las vivencias afirmando que “si durante los primeros meses de vida el infante encuentra las condiciones ambientales para estructurar neurológicamente sus respuestas, las Líneas de Vivencia desarrollaran la plenitud del proyecto humano. A esta fase larvaria en la génesis de los patrones de respuesta vivencial, la he denominado etapa de las “protovivencias”, que abarca las vivencias del infante en los primeros días de su nacimiento hasta los 6 meses de vida.

En las protovivencias, las Líneas de Vivencia se relacionan, además de su origen biológico, con instintos y emociones. Así tenemos que:

  • Vitalidad: movimiento (desarrollo del ímpetu vital). Instinto de conservación.
  • Sexualidad: contacto (el propio cuerpo fundido con otro cuerpo) fuente de placer.
  • Creatividad: expresión (instinto exploratorio y de expansión).
  • Afectividad: nutrición amorosa (instinto comunitario)
  • Trascendencia: armonía (instinto de fusión con la totalidad, en el medio cósmico, lo indiferenciado).

Siguiendo con el estudio de las protovivencias, Rolando afirma que los padres, inconscientemente, imponen tres tabúes fundamentales a sus descendientes (el incesto, la poligamia y la bisexualidad) que ya fueron percibidos por Freud.

Para Toro la idea de que “el niño varón entra en competencia inconsciente con su padre por amor a la madre, se debió a la incapacidad de Freud para imaginar que el niño pudiera amar y desear a ambos padres, sin competir y que normalmente el niño podría desear el amor a tres”.  Y sigue diciendo:  en realidad su deseo no es separar a los padres, sino disfrutar de un doble contacto.

Toro afirma que, en nuestra cultura occidental, en la fase de protovivencias, aprendemos (nuestros propios progenitores nos enseñan de una manera inconsciente) a amar sin desear, o sea, desvincularnos del deseo que nace de la energía sexual, parte indispensable de arraigamiento a la vida junto con la vitalidad. Somos educados para disociar amor-deseo desde nuestra primera relación amorosa que es con nuestros dos progenitores: aprendemos a preferir al progenitor del sexo contrario y a rechazar al del mismo sexo por competencia y rivalidad en el amor. Para los varones la fuente de su disociación, según Freud, sería el mito de Edipo; para las hembras, Jung introdujo el mito de Electra, que para el caso tiene la misma función: amar al sexo contrario (progenitor) y rivalizar con el mismo sexo (progenitor) para conquistar el amor deseado.

Quizás la tendencia normal del ser humano,-dice Rolando Toro- si no fuera reprimido a través de esos tres tabúes culturales básicos sería:

  • El amor incestuoso (generalizado, significa amor no disociado del sexo)
  • Amor simultáneo a dos o más personas (poligamia).

Llegados este punto me parece muy interesante ir al origen etimológico de la palabra incesto que, proviene del latín y se traduce como impuro, no-casto (la negación de castus=casto o puro). Después se sustantiva con el valor de impureza y se especializa en Derecho Romano para expresar cualquier forma de adulterio o relación sexual considerada impura y prohibida, como la que se produce entre parientes consanguíneos.

Históricamente el incesto era una práctica habitual en muchos pueblos antiguos, especialmente entre sus castas dominantes o reales (los puros) para la preservación del linaje. No tenía nada de impuro, si bien al contrario. Es en el judaísmo que el incesto es condenado, a pesar de que, por ejemplo, los hijos de Adán y Eva sólo pudieron reproducirse entre ellos. También es condenado por las culturas griega y romana, aunque los romanos en origen prohibían incluso el matrimonio entre miembros de un mismo linaje, que es como si hoy prohibiéramos el matrimonio entre dos que comparten un mismo apellido, aunque sean de familias diferentes. En Egipto, las familias faraónicas se casaban entre hermanos y progenitores con su descendencia, con objeto de preservar la pureza de su linaje solar. Entre los regentes incas, aztecas y muchos pueblos asiáticos antiguos, el medio normal y extensamente generalizado de preservación de la supuesta pureza de la sangre y el linaje era lo que hoy conocemos como algo impuro, el incesto. De esta manera la casta quedaba diferenciada por la sangre del pueblo llano. Cuando los campesinos querían casarse entre hermanos, se les maldecía con promesas de deformaciones y enfermedades a sus descendientes, con la intención de intimidarles ya que si se unían hermanos no pagaban dotes ni dividían tierras en herencia.

La cuestión que plantea Rolando en relación a los tabúes heredados, a mi entender, va más allá de la forma y de la evidencia de las palabras. Es el fondo del contenido lo que nos interesa, para no caer en discursos éticos y morales que pueden ser muy talentosos, pero no dejan de ser distracciones en bucle de juicio y prejuicio. Percibo una profundidad en la propuesta de Toro que cabe reflexionar y cuestionarnos a dónde apunta.

La sexualidad es aún la asignatura pendiente en nuestra humanidad. Hemos llenado estanterías de libros con tratados teóricos sobre el ser humano, sus relaciones, la psique, la mente, la biología, la antropología, … todas las -ías, -ísmos, -istas conocidos y por conocer y, aún hoy la sexualidad es la gran incógnita. El binomio amor-deseo sigue siendo un misterio en la comprensión del ser humano, desde la misma maternidad y paternidad.

Cuanto más estudio y más conozco teorías, pensadores, investigaciones que se llevan a cabo por todo el mundo para dar a conocer cómo funciona la Vida, qué es la Vida, cómo nos relacionamos, más me acerca a la simplicidad de la complejidad. ¿Qué es para mí lo simple? Pues justo el amor-deseo de la criatura humana al nacer, que aún no sabe a penas nada de todo el entramado contaminado de la mente adulta, y se guía por el instinto de vivir, deseando lo que le falta (la nutrición externa), creando maneras de conseguirla, impulsado por el amar lo que desea, y una vez conseguido, trascenderse en el goce indiferenciado del Amor. Este es para mí el circuito de las líneas de vivencia propuestas por Rolando Toro como expresión de la identidad del ser: vitalidad, sexualidad, creatividad, afectividad, trascendencia.

En este recorrido aparentemente simple, aparecen las fuerzas gravitacionales o de resistencia y es en ellas donde perdemos la brújula de nuestro viaje de Sublimación, mejor dicho, de Autosublimación, del éxtasis por el vivir mismo, de la alegría de vivir. Y es en la sexualidad, cuando surge el deseo de aquello que aún no sé nombrar pero si sé que existe porque mi cuerpo me habla de ello, (estoy hablando de nutrición física y álmica, porque no hay división en el ser), cuando la cultura dominante, nos implanta el virus de la división y nos alecciona diciendo lo que es puro y lo que es impuro, y lo hace con tanta insistencia que acabamos insertando en nuestra psique la culpa, la vergüenza y el temor de sentir lo inevitable: deseo que me empuja a recorrer el camino de Ser en el muno. Esos nuevos programas-sentimientos insertados a partir del virus de la división, van a ir minando nuestra percepción hasta destrozar la vinculación natural con la verdad que nos habita, y así, sin a penas percibirnos de ello, empezamos a amar a medias, aprendiendo a desconectarnos de nuestro Yo en mayúsculas, que sigue insistiendo y vamos encontrando de forma más fugaz y temporal, el gozo, la confianza y la alegría, que se tornan tan pasajeras que terminamos olvidándonos de nuestra esencia estelar y cósmica y nos vamos quedando pequeños, insignificantes, casi imperceptible, muriendo cada día un poco más en nuestra insignificancia.

Revisar la sexualidad, el amor-deseo, es clave en este nuevo paradigma biocéntrico al que estamos irremediablemente abocadas a vivir, queramos o no. Porque somos parte de este ciclo cósmico que nos lleva a cerrar y abrir nuevas etapas existenciales que consolidan el camino de la sublimación, donde el morir es un paso más de nuestra inmortalidad.

¡Se me ocurre tanto para hablar al respecto de la sexualidad!. De principio podría decir que los nativos americanos, por poner un ejemplo, viviendo toda la familia en un tipi, durmiendo todos sin separaciones de habitaciones ni muros ni puertas ni cortinas, practicando la sexualidad de una forma natural, ¿tenían tantos trastornos como los que padecemos las sociedades occidentales? Nos cabe revisar con profundidad ¿desde dónde estoy mirando el vivir? ¿Desde dónde estoy viviendo? ¿Cuánto hay de deseo en mi vivir? ¿qué es desear? Creo que hay mucho para sanar en nuestra sociedad, y la mayor parte proviene de la sexualidad, de la energía que impulsa la creación a partir del deseo. ¿Sabemos canalizar el deseo? Es más, ¿lo conocemos en realidad? ¿Qué opinas tú?

La línea de vivencia de la Sexualidad en Biodanza

La palabra sexo (sexus) del verbo secare (cortar) define separación. Crea que la separación a la que se referencia no es tanto al macho de la hembra, que también, sino a la percepción del Yo como algo separado que desea algo fuera de sí. Antes del siglo XVII siempre iba acompañado de los adjetivos viriles o mulieris. ¿será por eso?. Lo que sí está claro es que la sexualidad, en la historia de la humanidad, está vinculada al poder; no al verbo poder cuya primera persona es Yo puedo; sino al poder cuyo yo se torna centro y se enferma con la plaga del egocentrismo. Ese mismo poder usado para el Bien Común y la Vida es el camino que nos toca recorrer en esta nueva era.  

En cualquier caso, la línea de vivencia de la sexualidad en Biodanza crea el continente y el contenido afectivo propicio para que nos despojemos gradualmente de creencias limitantes, costumbres y verdades impuestas por una determinada cultura que nos condiciona nuestra expresión y nuestras relaciones. Aprender a canalizar la energía sexual para que sea un placer no sólo en la cama, sino en las relaciones sociales, en la economía, la política, en las relaciones familiares, usándola no para dominar ni poseer sino para aprender a disfrutar un goce eternamente renovado, de cuerpo y alma en perfecta sincronización, extendiéndose más allá del momento del orgasmo y trascendiendo a la cultura, haciendo de los habitantes de Gaia una tribu humana alegre, feliz, en armonía con la Vida.

Confío que entiendes que la dimensión de mis palabras trasciende la genitalidad; que no defiendo el incesto tal y como lo entendemos hoy, ni la poligamia, ni la bisexualidad, siendo yo misma bisexual. Mi intención es ir más allá de los conceptos que la cultura nos ha impuesto. Observa lo que “normalizamos” en materia sexual y lo que prohibimos, lo que permitimos y lo que criticamos, lo que callamos y verbalizamos. Hay muchas contradicciones y muchos silencios. Nuestra sociedad quizás sí necesita que volvamos a dormir con nuestros bebés en una única habitación, en una única cama, para recordar el afecto y el deseo unidos en el contacto indiferenciado cuerpos queridos. Claro está que con eso no es suficiente. Nos hace falta la voluntad de reeducar nuestros pensamientos y enfocarlos en la Vida, no la que nos han enseñado que es, sino la de verdad, la que nos hace libres. Quizás si pudiéramos vivir el erotismo del amamantamiento sin culpas ni vergüenzas, o las caricias de nuestros hijos e hijas con nuestros cuerpos desnudos de ropa y también de intenciones, recordaríamos que estar desnudos y desnudas, sin nada que ocultar, no es un pecado, es un derecho y hasta un deber.

Espero que mis palabras te lleguen a ese lugar de no-juicio y, de allí puedas abrirte a la reflexión sobre qué papel desempeñas tú en esta trama.

Amor y Servicio

NOTA: este artículo ha surgido por inspiración de Paula al invitarme a revisar el citado texto de la teoría de Biodanza. Gracias.

Biodanza

La Trascendencia y la Sexualidad: dos de las cinco líneas de vivencia de Biodanza

Reflexiones de una facilitadora de Biodanza

Las líneas de vivencia en Biodanza son los cinco caminos de expresión de la identidad: vitalidad, sexualidad, creatividad, afectividad y trascendencia. Este es el orden y no es por casualidad que sea así.

Cuando Rolando Toro y sus colaboradoras y colaboradores empezaron a sistematizar y desarrollar el modelo teórico de Biodanza, las líneas de vivencia se ordenaron de menor a mayor según el grado de represión en que se manifiestan. El orden inicial propuesto por Rolando fue: primero vitalidad, después afectividad, creatividad, sexualidad y por último trascendencia. Cézar Wagner propuso el cambio de Sexualidad (situada en cuarta posición en orden ascendente según Rolando Toro) con Afectividad (en segunda posición) pues la represión más alta anterior a la trascendencia, no es la manifestación del placer y la sexualidad; es la expresión de la afectividad. Después lo comento con más profundidad.

Nunca había oído que el orden de las líneas de vivencia dependiera del grado de represión. Fue hace sólo unos meses, en una formación continuada de Educación Biocéntrica con Ruth Cavalcante que ella misma lo explicó. Esta anécdota, si podemos decirlo así, como tantas otras, que vienen de personas que formaban parte del círculo afectivo de Rolando, que convivían con Rolando en su cotidiano y construían con él el Modelo Teórico de Biodanza y su sistematización, tienen para mí un gran valor porque dan testimonio del proceso de creación comunitaria del Sistema Biodanza. Si bien Rolando Toro es el padre que sembró la semilla del sistema, el que fecundó la tierra en la que se sustenta el sistema Biodanza, fue el diálogo con otros colaboradores y colaboradoras que dio paso a la construcción y sistematización de la Biodanza, alimentada por los saberes compartidos. Así es como los seres humanos construimos lo que perdura; es este camino de construcción comunitaria el que nos cabe recordar (volver a pasar por el corazón) y practicar una y otra vez, tantas veces como sea necesario, hasta reconocer y honrar nuestra naturaleza trascendente; y con trascendente me refiero a la que danza y es la danza, la que percibe la música y es la Música. Esta es la gran paradoja.

Otro dato que me encantó escuchar en relación a las cinco líneas de vivencia, fue que con el tiempo y la sistematización, el orden de la cinco líneas de vivencia de Biodanza, pudo compartir saberes con los chakras, gracias a la “osadía» de Silvia Eick que le propuso a Rolando este maravilloso trabajo con las energías que componen el cuerpo humano. Ante la propuesta, Rolando se negó rotundamente, nos cuenta Silvia; fue un tiempo después que Rolando, bajo la insistencia de Silvia, percibió que la propuesta era totalmente coherente con el sistema Biodanza y consintió que se llevara a cabo, autorizándola a desarrollar el trabajo. Esta es otra de las anécdotas curiosas de la creación del sistema Biodanza, que a mí particularmente me encanta escuchar.

La manifestación del placer, el erotismo, la atracción sexual, si bien es verdad se manifiesta con una cierta represión, podemos decir que como línea de vivencia, se considera en segunda posición detrás de la vitalidad, porque no es tanto la represión de la expresión de la sexualidad del individuo, sino la confusión en su expresión, la disociación con el ser y con la trascendencia. ¿Porqué digo esto? porque la trascendencia es la que nos posibilita trascendernos a nosotras mismas, ir más allá de nuestras creencias limitantes, esclavizantes e instaladas en nuestra memoria celular como verdades, condicionando nuestra manera de relacionarnos conmigo misma, con la otra y con el cosmos. Sin la trascendencia, vivimos en circuitos cerrados donde nos retroalimentamos de lo conocido, aunque sea tóxico y mortal. Con la trascendencia, experimentamos la espiral evolutiva de implosión/explosión, íntasis/éxtasis que es la dínamo de la Vida.

Arquetípicamente hablando, la humanidad carga a sus espaldas con el “pecado original”, el “error original, causante de sufrimiento”, donde Adán y Eva simbolizados como la raza humana perfecta, inmaculados o sea sin mácula, vírgenes de deseos, inocentes y libres de culpa, viviendo en el paraíso donde todo estaba a su alcance excepto el Árbol del Bien y del Mal o la representación simbólica de la dualidad versus la unidad. En esa placidez existencial, fueron tentados por la Serpiente o «la que no parpadea» pues no tiene párpados, y haciendo uso del Engaño, la Ilusión, les ofreció conocer la dualidad como una experiencia maravillosamente excitante y placentera, obviando las consecuencias, y cedieron al «marketing» astutamente elaborado de la Serpiente, saltándose la advertencia de Dios. Para mí, una de las muchas claves de esta historia es cómo es contada, porque no es lo mismo contarla como si Dios, la Divinidad, lo Divino, o como quieras llamarlo, prohibe hacer algo por su abuso de autoridad, que si Dios advierte de las consecuencias de tomar el fruto de la dualidad, tal y como hace una madre y un padre amoroso cuando advierte a su hija o hijo de un peligro. Desde dónde contamos las cosas, las historias, desde dónde las escuchamos, determina el tipo de vínculo que genere una respuesta ante de los acontecimientos de la vida.

Según la sabia interpretación de Paramahansa Yogananda, que dedicó su vida a unir las enseñanzas sagradas de Occidente y Oriente, Dios advirtió a los que vivían en el Paraíso que si comían del fruto del Árbol de Bien y del Mal, también llamado Arbol de Conocimiento -conocer la mentida-, la Kundalini o energía vital quintaesenciada, se aletargaría en la base de la espina dorsal como consecuencia de olvidarse de su origen trascendente al identificarse con los órganos de los sentidos hasta el punto de creer que somos el cuerpo y no almas soñando tener un cuerpo. Con la identificación en el cuerpo mortal, vendría el sufrimiento por no sentirse saciados nunca hasta volver al origen, el ser integrado en su trascendente goce eterno y siempre renovado. Y así fue: la inocencia fue arrebatada con el engaño hipnótico de la que no parpadea y empezamos el camino tortuoso de regreso al hogar.

¿Porqué te cuento todo esto aquí, en este entorno de Biodanza? Porque la Trascendencia desde el principio biocéntrico que rige la Biodanza y la Educación Biocéntrica, es la expresión sublime de la sensibilidad, que “es la manera que tiene el universo de comunicarse” dice Cezar Wagner. Sanclair Lemos para designar lo mismo, usa la palabra sutilidad como la expresión del ser eternamente trascendente, gozosamente ronovado, el ser numinoso según Rolando Toro. Sutil como el viento en el rostro, sensible como la piel de un bebé recién nacido, numinoso como lo innombrable que nos habita y que podemos conocer cuando danzamos y nuestra danza es una meditación donde somos Música y Danza. No somos cuerpo, somos almas habitando en formas dinámicas o corporeidades.

Sexualidad y Trascendencia son vórtices cuánticos de evolución, donde podemos vivenciar el Cielo en la Tierra. Trascendencia y Afectividad, abren caminos a la expresión sutil del ser que regresa a la verdadera Fuente que yace en nuestro interior, eternamente viva, dispuesta a ser reconocida, honrada y bendecida. Creatividad trascendente que nos guía para recrear la vida desde dentro, como reflejos divinos, autoreferenciándonos para ocupar nuestro verdadero lugar en el mundo.

Biodanza tiene mucho que contarnos, mucho que compartir, mucho que dialogar, reflexionar, sumar, estudiar, porque se referencia en la Vida y Ella es Yo y Yo es Ser, y Ser es Unidad vivenciada.

Seguimos.

Amor y Servicio

Notas de navegación

Autoamor vs. más-turbación. La sexualidad femenina desde el hemisferio derecho.

Hace unos años participé en un curso de sexualidad femenina impartido por Doña Mariana. La llamada surgió de dentro, como un grito ahogado que necesitaba ser escuchado, ¿qué era ser mujer para mí? ¿qué significaba el femenino en mi vida? ¿qué lugar ocupaba? En mi proceso de autodescubrimiento, los círculos de mujeres me ofrecían cobijo para expresar mi voz que, a pesar de todo el trabajo hecho en terapias y otros sistemas, seguía oprimiéndome, pero algo más tenía que haber, algo más había de descubrir. En el Círculo me recomendaron a Marianna y allí que fui.

En ese curso aprendí mucho sobre mí misma. Salí con respuestas y sobretodo con muchas preguntas que me hacían cuestionar de dónde venían mis creencias, mis prejuicios, cuánto ignoraba de mi cuerpo, de mi sexualidad. Uno de los regalos más maravillosos que obtuve fue la palabra AUTOAMOR, Doña Mariana la usa substituyendo la palabra masturbación por el peso cultural que carga y también por su composición: más-turbación.

Nunca me había masturbado, no es que lo hiciéramos en el curso, pero allí me abrí a la posibilidad. Compartir experiencias entre todas las mujeres sobre cómo vivíamos la sexualidad, las múltiples maneras de sentir, de vivir, de experienciar, fue en sí mismo una fuente de inspiración. Recuerdo que siendo pequeña, unos 7 años o quizás más, sentía mucho placer con el roce de las sábanas en mis pequeños pezones despuntando como flores en primavera. Era tanto el goce que deseaba que llegara la noche para deleitarme con las sábanas y deshacerme en sensaciones nuevas que me impregnaban de placer y de temor a la vez. Se lo conté a mi mamá y ella me contestó mientras cocinaba, como sacándole importancia, que no era malo sentir placer pero era mejor evitarlo por si podía perjudicarme y llevarme por mal camino. Así que, descarté los roces y me dediqué a borrar literalmente mis sensaciones, por si acaso.

El camino de mi sexualidad ha sido «extraño» por decirlo de alguna manera. Recibí abusos sexuales de niña por parte de un familiar muy cercano y eso condicionó mi relación con las personas y conmigo misma, aunque mi mente lo borró por completo hasta que con más de 30 años de edad resurgieron los recuerdos. Digo «extraño» porque dentro de la atrocidad y las huellas que deja el abuso sexual, (el 9,8 de cada 10 mujeres han recibido abusos sexuales de todo tipo a lo largo de su vida: desde miradas lascivas repetitivas hasta violaciones múltiples), hoy puedo decir que esta experiencia vivida en la niñez, ha sido una de las fuentes de superación y de inspiración a lo largo de mi vida, que me ha llevado a especializarme en el Femenino Sagrado.

Las preguntas inocentes que solemos hacer en la niñez sobre la sexualidad, en general, suelen recibir respuestas superficiales, incómodas, desviadas, insuficientes e incompletas. Con el tiempo se acaba dando por sentado muchas cosas que no se dicen ni se han dicho nunca pero se sobreentiende que se saben, y así andamos en silencios incómodos, ocultos, en comentarios entre risas y frivolidades, normalizando actitudes que no deberíamos pero que por ignorancia, miedo y vergüenza, dejamos que ocurran pues nos enseñaron que «mejor calladitas», sin crear problemas. Yo crecí así; muchas de las mujeres de mi generación crecimos así y no es que nuestras mamás fueran malas; la sexualidad femenina tiene un recorrido muy doloroso en la historia humana, pero lo peor es que aún hoy sigue siendo causa de sufrimiento, de angustia, de desilusión en muchísimos casos, después de más de cuarenta años.

Algunas diréis que estoy exagerando, que ahora las niñas ya saben cómo evitar embarazos, que conocen los diferentes métodos anticonceptivos, que las menstruación es una etapa del ciclo de la mujer que a veces duele y es incómoda pero con analgésicos puedes hacer vida normal y con tampones (ahora empieza el uso de la copa menstrual) «no se nota nada». Sí, es verdad, pero estamos a años luz de educar a nuestras hijas e hijos en la única sexualidad que existe, la integradora, la que potencia nuestro Ser y nos mantiene despiertas, conscientes y equilibradas. Libres al fina y al cabo, no sólo para decidir si embarazarnos o no, para sentirnos completas.

Para mí, el AutoAmor ha sido un descubrimiento que ha pasado por diferentes etapas (seguro que hay más pero yo he detectado estas): la negación tipo «eso son tonterías», «a mi no me hace falta»; la fribolización con frases como «ya estoy servida», «¿para qué, si tengo pareja?; y el olvido justificado por un «no lo necesito», «canalizo la energía hacia la creatividad», «ha dejado de interesarme», «me aburre». Todo lo vivido forma parte del camino y está bien, así que si en algo te sientes identificada no te culpes por nada, sólo recuerda que estamos experimentando el vivir y que no hemos de llegar a ninguna parte; de hecho el único lugar donde llegar, si es que podemos decirlo así, es a ti misma.

El sexo, el corazón y la mente son caminos de autodescubrimiento que llevan a la Libertad, a la realización del Ser, a la Iluminación no como una meta, sino como Ser. Si tu sexualidad esta aún por descubrir aunque tengas la edad que tengas, no te desalientes, sigue adelante sin miedo; descubrirás una de las más maravillosas formas de Amar-te, y añado el pronombre reflexivo porque cuando me amo, según la Ley de la Unidad, estamos amando-nos. Es absolutamente inevitable.

El AutoAmor es un estado de consciencia que te permite generar un espacio de autoreconocimiento desde el hemisferio derecho. Eso quiere decir que vamos a descubrirnos desde lo sutil, lo invisible, la intuición, la curiosidad, la apertura de mente y corazón, para que el agua que fluye por todo nuestro cuerpo nos guíe y nos nutra. Por supuesto este espacio es de no-tiempo; todo gira en una espiral progresiva y armónica regida por la Geometría Sagrada. ¡Hay tanto para experimentar! Resignificar la caricia, el tacto, el tiempo, el orgasmo, la forma de mi sexo, mi sabor, el olor de mi sexo… Relájate, crea un espacio hermoso para amarte, ponte velas, música que te guste, aromas,… lo que te venga en gusto. Te lo mereces. Descubre poco a poco qué hermoso es volver a ser inocente. No hay un destino, sólo camino.

Con Amor y Servicio

Educación Biocéntrica

Sexualidad femenina (2). Proyecto de Educación Biocéntrica

Llevábamos ya varias sesiones juntas. Cuando las mujeres se encontraban en el vestuario para cambiarse, se oía desde fuera risas y algarabía femenina. Me placía escucharlas. Entraban a la sala dispuestas a dar y recibir. 

El dolor del desamor callado tanto tiempo, ocultado tras «hacer ver que no pasa nada» para seguir adelante, deja huellas profundas de culpabilidad, desmerecimiento y una terrible sensación de no poder contarlo, que no se sepa porque «es muy feo».  El Círculo de Cultura de Educación Biocéntrica, nos ayudaba a expresar con sencillas palabras, lo que no se había podido contar en ningún otro lugar, ni tan solo entre sus amigas.

Las mujeres arrastramos una pesada carga emocional que viene acumulándose desde tiempos remotos, cuando la ignorancia masculina junto con ansia de dominación, nos condenaron a vivir avergonzadas de nuestros cuerpos, humillados nuestros dones, perseguidas por nuestro vínculo sagrado con la Madre Tierra, sometidas a la barbarie de tomarnos a la fuerza sin consentimiento. Esas atrocidades nos pesan a todas y todos, porque sufre perseguidor y perseguida, la conciencia no distingue roles. Se queda todo en el inconsciente colectivo ejerciendo su influencia en la medida que nos identificamos con ello, y desde la inconsciencia seguimos repitiendo patrones que ya no nos sirven. Por eso se hace inminente despertar la conciencia y mirar la verdad, hablar de ella y recordarla para que la esencia de nuestra naturaleza profunda emerja como Ave Fénix y brillemos con Luz propia.

Así, con el espíritu de re-conocer, cogimos todas las palabras del nuevo círculo de cultura que habíamos creado juntas, y las desperdigamos por el suelo de forma que las pudiéramos leer. Pusimos una canción que nos permitiera caminar entre todas las palabras, mirarlas y dejarnos atraer por una de ellas. Después, en silencio, danzamos la palabra escogida, evocando su máxima expresión. Sus cuerpos iniciaron danzas tímidas de ternura, movimientos lentos, suaves, pulsantes, que fueron desatándose en alegría, placer, apertura, confianza,…

Seguimos con juegos de vitalidad y contacto, danzas creativas, samba. Las mujeres reían, movían sus cuerpos alegres, las caderas jugueteaban sinuosas, erotizadas con la manifestación abundante de la vida, con la alegría inocente del amor en la piel. Fue maravilloso presenciarlo.

Después hicimos una ronda sentadas de acariciamiento de pelo. Los rostros estaban relajados, labios sonrientes, complacidos, pecho caricias-salvajesabierto, acompasado por respiración natural. Las manos acariciaban los cabellos despacio, sin tiempo. Estábamos reeditando nuestra memoria celular femenina.

Hay mucho por hacer, muchas caricias que ofrecer, que recibir, muchas miradas y encuentros, muchos círculos que celebrar. Vamos andando sin prisa porque vamos lejos, muy lejos. Objetivo: sanar la humanidad.

Educación Biocéntrica

Sexualidad femenina – Proyecto de Biodanza y Educación Biocéntrica

El programa «Sexualidad femenina. Viaje con brújula» con Biodanza y Educación Biocéntrica (marzo-abril 2011) surge a petición de la Associació de Dones Ítaca del Vallés Occidental, Barcelona.

Algunas de las integrantes de la asociación, estaban participando en el grupo regular de Biodanza que impartía en mi pueblo y percibieron lo mucho que podría ayudar Biodanza a sanar la vivencia de la sexualidad en las mujeres. Así iniciamos este proyecto, con mucho placer de colaborar y compartir con mujeres, uno de los temas más dolorosos de nuestro cautiverio histórico femenino.

Escogimos el título «Sexualidad femenina. Viaje con brújula» porque consideramos importante resaltar el espíritu de la viajera que inicia aventura con equipaje que, al recorrer nuevos paisajes, tierras lejanas, aguas de vida, culturas y creencias compartidas, enfrenta situaciones inesperadas que la empujan a revisar su equipaje y decidir qué es verdaderamente útil para seguir camino y desprenderse de ello si cabe. La brújula nos pareció adecuada por evocar la posibilidad de escoger,  de decidir ir donde todo está por escribir, del presente al presente continuo y andar por instinto de vida y  aventura, curiosidad y eterno goce, a ritmo de nuestras caderas  y pies de tierra.  Y escuchar-nos dentro y fuera para  unir coraje y afectos, vivencia de comunidad casi en olvido, latente.

Facilitar Biodanza es facilitar espacios de comun-unidad donde cada persona es escuchada, valorada y reconocida por el hecho de ser. Cuando el grupo es específico, como por ejemplo éste compuesto sólo de mujeres de entre 20 y 80 años de edad, se genera una complicidad innata de hermanamiento, germanor en catalán (me encanta como suena), que propicia identificación y curiosidad a la vez. Algunas de las mujeres se conocían de la Asociación, otras eran vecinas del pueblo y aunque se saludaban por cortesía entre las callas y avenidas, nunca habían tenido amistad, otras (las más jóvenes) no tenían ningún vínculo entre ellas.

El primer día fue el 7 de abril del 2011. Se habían apuntado 14 mujeres de diferentes edades, de 20 a 80 años como he dicho antes. A la hora acordada, fueron llegando en pequeños grupos de afinidad. Tras la bienvenida en ronda, algunas manifestaron cierto grado de ansiedad. No sabían cómo íbamos a abordar el tema; me preguntaron si tendrían que desnudarse, si nos exploraríamos el cuerpo, si tendrían que explicar cómo eran sus relaciones sexuales, posturas para sentir más placer,….  En mi interior sentí una confortable sensación de encuentro: círculo de mujeres- pensé. Vamos a sacralizar el momento.

Empecé a explicarles la importancia de compartir desde lo sagrado. Hablamos del concepto sagrado, desmitificamos su significado cultural y rescatamos su etimología, procedente de sacro, del hueso situado en el extremo inferior de la columna vertebral, debajo de las vértebras lumbares, compuesto por la fusión de cinco vértebras, con forma triangular, impar, central y simétrico. El sacro forma la parte posterior de la pelvis.

Seguidamente introducimos el lenguaje simbólico y aludimos a la conexión tierra-cielo-tierra. (…) Los rostros de las mujeres fueron relajándose progresivamente. Compartir desde la sacralidad, como sacramento (manera sagrada, momento sagrado), tranquilizó sus expectativas. Explicamos la dinámica de la sesión introduciendo la metodología de Educación Biocéntrica y Biodanza. La mayoría manifestó curiosidad y empezaron algunas risas y comentarios relajados. La alegría de las mujeres se manifestaba cada vez con más presencia. Habíamos conseguido confidencialidad en el círculo. 

Era sumamente importante escuchar cómo resonaba en ellas la palabra SEXUALIDAD, a qué la asociaban, qué recuerdos, experiencias de vida querrían compartir, por lo que iniciamos con el Círculo de Cultura y la palabra generadora SEXUALIDAD.

Circulo de Cultura - Sexualidad
Circulo de Cultura – Sexualidad

El silencio se manifestó como un vaciado. Cada mujer, sumergida en su mundo, empezó a escribir la palabra que sintetizaba lo que quería compartir. Eran palabras de esperanza, de sueño imposible, deseos a realizar; excepto una, todas las demás eran palabras que reflejaban el deseo de lo que querían que fuera o hubiera sido.  

Las palabras fueron: AMOR salió cuatro veces. TERNURA, cuatro veces. CONFIANZA tres veces, JUEGO dos veces y ABUSO una vez. No había distinción entre edades; sus voces hablaban de sufrimiento, y sus palabras escritas rebosaban deseos insatisfechos y aun así, mantenían esperanza.

En mi experiencia como Terapeuta Relacional en consulta privada, las estadísticas apuntaban que de cada 12 mujeres visitadas,  1,7 mujeres manifestaba sentirse satisfecha con su experiencia sexual; las demás relataban episodios de abuso sexual, maltrato psicológico y emocional, frigidez, ausencia de placer y goce, engaño y frustración en sus relaciones sexuales. En el grupo de Biodanza, de las 14 mujeres participantes, sólo una gozaba de una sexualidad placentera y satisfactoria.

El hecho de que en el Círculo de Cultura se hubiera reflejado mayoritariamente el deseo, aunque la palabra en sí no salió, nos proporcionó hablar de él. ¿por qué sin estar expresado implícitamente, estaba presente en cada palabra?  Casi todas las mujeres, excepto una, habló de sus deseos no verbalizados, de la vergüenza de ser malentendida, de sentirse inadecuada al sentir cierto tipo de deseo, de no atreverse a pedir ser satisfecha.

Apareció la percepción corporal, la autoimagen, el cuerpo femenino, la vergüenza de sus curvas, de los ciclos que nos rigen, de esconder el deseo y sentir callada insatisfacción. ¡ Cuánto dolor ha causado la cultura androcéntrica! ¡Cuánta castración, frustración y desamor! Y aún así, las mujeres siguen manifestando el deseo de ser amadas y satisfechas con ternura, amor y confianza. No es una guerra. Son mujeres en pie de Paz.

El grupo estaba conmovido. La naturaleza femenina, vital, interna, abundante y mecedora, emergía entre las brechas que habían dejado palabras nunca dichas antes, tal y como dijeron. Decidí que era momento de gozar el vacío generado al soltar y propuse: segmentario de cuello, danza de fluidez evocando el elemento agua y elasticidad integrativa con la consigna de desperezarse, estirar el cuerpo y disfrutar de su elasticidad, sea la que sea.

Sus cuerpos se relajaron progresivamente, las mandíbulas se soltaron y entre pequeños suspiros dispersos en la sala, emergió un discreto gemido de placer. La inteligencia afectiva se estaba manifestando. Sonreí satisfecha y agradecida por tanto amor.

En la última rueda, nos miramos. Algo había de distinto en sus ojos, en su tez. Permanecían entrelazadas por la cintura, meciéndose aún terminada la música. Sonreían y cuando una de ellas explotó en carcajadas, el círculo se abrió y nos despedimos hasta la siguiente semana.