El coral es un ser vivo formado por colonias de multitudes de individuos unidos entre sí. Su complejidad interna y su belleza se están muriendo. El calentamiento de las aguas por el efecto invernadero del planeta, está blanqueando su exuberante apariencia como grito de alerta a una muerte que acontece en la mayoría de casos en menos de seis meses. Biólogos marinos entristecen de impotencia al documentar la paulatina y rápida desaparición de kilómetros y kilómetros de bosques marinos inertes bajo el agua.
La solución está en nuestras manos y ya fue alertada hace más de treinta años cuando el mundo se reía de las amenazas de la devastación. ¿Qué está ocurriendo en nuestro mundo externo e interno que no conseguimos armonizar la vida que nos habita? El pensamiento se pierde en la destrucción inminente de nuestro planeta y las fuerzas se desvanecen ante tal atmósfera. ¿Cómo recomponerse de la devastación? ¿cómo sintonizar con la paz que deseamos?
Aunque el cuerpo pida letargo, reclame lucha o nostalgia, o no encuentre sentido, respira. Escucha música que te haga danzar desde dentro, déjate abrazar por todo el amor que nos rodea y se feliz en las pequeñas cosas del día a día. Insiste a todo instante porque la batalla final acaba de empezar y no hay tregua. ¡Hay tanto dolor que arrastra! pero sigue, continúa una y otra vez, llegará el momento en que el bienestar será real y nada habrá cambiado pero todo será distinto. En tu interior está la respuesta a todo lo que ansías. Hemos buscado fuera demasiado tiempo; yo casi me pierdo de verdad. He pasado miedo, terror y me he sentido casi morir, pero respiro. El aire entra y el aire sale; el compás de la vida vuelve a vibrar en la consciencia. Sigo respirando y me dejo abrazar por la tierra que me sostiene. La Vida me cuida, la Vida me cuida. La Vida me cuida. La Vida me sigue cuidando. La muerte ha pasado de largo.