Notas de navegación

El retorno a la consciencia

    En la región costera del sur de Perú y el norte de Chile, hacia el año 200 a.C. surgió el pueblo Nasca de una cultura denominada Paracas. Cultivaban algodón, judías, tubérculos, una fruta llamada lúcuma y maíz de mazorca pequeña. Inventaron una nueva técnica de alfarería que consistía en mezclar doce pigmentos minerales diversos con una fina capa de arcilla para pintar su cerámica antes de hornearla. Gracias a algunos de los restos encontrados, se deduce que los nasca eran un pueblo pacífico, ligado a la música, a la danza y a las peregrinaciones.

    El asentamiento de la cultura Nasca era perfecto por la abundancia de agua proveniente de los diez ríos que bajan de los Andes, pero el riesgo ambiental en esa zona es muy elevado por el desplazamiento del anticiclón boliviano ya que cuando se desplaza hacia el norte, aumentan las lluvias, si se desplaza hacia el sur las precipitaciones disminuyen hasta secar los ríos, lo que hacía que el pueblo nasca se desplazara desde la costa del Pacífico hasta altitudes de 4.500 metros al oeste siguiendo las precipitaciones a través de los valles de los ríos. A pesar de ello su cultura permaneció durante ocho siglos.
    En los valles extremamente áridos del sur, el pueblo nasca creó un ingenioso sistema de pozos horizontales que aprovechaban el desnivel de la capa freática en su descenso desde las altitudes andinas, lo que permitía sacar el agua subterránea a la superficie en lugar de desplazarse siguiendo las precipitaciones. Esos sistemas de regadio se utilizan todavía hoy y son conocidos como puquios.
    Se ha descubierto que la creación de los geoglifos[1] se ha dado desde hace 2.400 años, antes de la aparición de los Nasca, con lo que parece una tradición cultural heredada de los Paracas y en diversos períodos de la historia. Tambien se ha desmitifacado que los geoglifos sólo se puedan ver desde el aire ya que las primeras imagnes antropomórficas dibujadas en las laderas, se pueden ver desde la pampa, y los dibujos que se crearon en el suelo de la pampa pueden ser observado desde los valles y otros sitios con geoglifos.
    Todas las figuras fueron construidas en grupos sociales y están asociadas a rituales y ceremonias de invocación a las deidades de la montaña para la obtención de agua a cambio de numerosos sacrificios humanos, decapitaciones y “cabezas trofeo” que se han encontrado, así como objetos provenientes de lugares lejanos que se ofrecian a los dioses-montaña.
    Stephen S Hall, comenta su experiencia caminando por las lineas de Nasca diciendo “Los geoglifos eran sin duda para el pueblo nasca un recordatorio cinético y ritual de que su destino estaba ligado a su entorno: a su belleza natural, a su efímera abundancia y a su amenazadora austeridad.
En cada línea y cada curva que arañaron en el suelo del desierto se puede leer su respeto por la naturaleza, tanto en tiempos de abundancia como en épocas de desesperada escasez. Cuando pones los pies en ese espacio sagrado, incluso durante un breve y aleccionador momento, es algo que se siente.”
    Dos milenios más tarde, la dimensión humana sigue siendo profundamente cósmica, tal y como los Nasca intuian y expresaban en sus rituales y celebraciones, relacionando el micro-cosmos con el macro-cosmos, como Hermes Trismegistro apuntó en su famosa frase “Tal como arriba es abajo”, y como Pitágoras también lo hizo cuando afirmó que “Las vibraciones y resonancias de los cuerpos entre si, estudiadas desde la ciencia exactapueden demostrar la relación armónica que existe entre todos los elementos vivos, sean éstos minerales, vegetales, animales, planetas y constelaciones”.
    Hoy conocemos la composición de los elementos vivos y sabemos que nuestra estructura biológica es capaz de sentir e influir en la fisiogénesis de nuestra existencia en profunda interelación con el medio. Somos reflejos microcósmicos de la infinitud y podemos intuir que la vida no surge de la materia, ésta se ordena en relación a las posibles estructuras de vida.
Por eso, danza, crea, expresa, ama y vive hoy y siempre sacralizando la vida. Somos muchos con la misma conciencia despierta, sin distinciones de colores, nombres, banderas o cualquiera sea la señal externa. La propuesta “Ama al proximo como a ti mismo”, ya no es patrimonio de creyentes. La divinidad está en vivenciarnos como seres vivos, profundamente vivos.
Texto inspirado en el reportaje de National Geographic Espiritus en la arena

[1]Líneas y figuras construídas en las laderas de los cerros o en planicies, usando la técnica de adición de piedras con tonalidades oscuras de orígen volcánicos o por oxidación a manera de mosaico, para constrastar sobre un fondo más claro característico de desiertos. Se encuentran en Brasil, Chile, Japon, México, Perú, Australia.
Cursos

El círculo de cultura

Educación biocéntrica. Construimos dialogando.

Rolando Toro habla de la Educación en los siguientes términos: «Pienso que el factor permanente que integra y da estructura a la inteligencia como función global, es la afectividad. (…) La inteligencia afectiva no es un tipo especial de inteligencia. Todas las formas diferenciadas de inteligencia motora, espacial, mecánica, semántica, social, etc. tienen una fuente común: la afectividad» (Toro, Módulo de Formación de Educación Biocéntrica). 

En la propuesta educativa biocéntrica, el enfoque principal no es desarrollar la inteligencia, sino vincularla al organismo como un todo. «El cuerpo, el deseo y el placer en relación amorosa con el otro integrado en la totalidad», dice Ruth Cavalcante. A mi me gusta la frase que dice «Educar educandonos». Cuando éste acto epifánico se lleva acabo, el momento presente se convierte en pura expresión artística donde confluyen la creación de todos los participantes convergiendo en un punto común, la palabra generadora.

La palabra generadora del Círculo de Cultura, es una herramienta de Educación Biocéntrica donde aprovechamos el saber de experiencia de cada uno de los participantes alumnos, así como la riqueza que la madre naturaleza nos ofrece. Para ello se utilizan diferentes recursos didácticos asociados a la expresión artística como la pintura, la música, dramatizaciones, colage, arcilla, poesia, exposición de grupos, reaprovechamiento de los materiales, y otro. Crear espacios donde poder ser sin juicio, es una oportunidad de aprendizaje vivencial, donde la afectividad nos vincula al otro, a mí mismo y a la colectividad. 

CIRCULO DE CULTURA, sábado 10 de abril 2010 de 17h a 20h.
Can Do Major – Castellar del Vallés 
+ info Teresa Vázquez sheroqua@hotmail.com

Educación Biocéntrica

Inteligencia emocional versus inteligencia afectiva

La génesis del amor

Muchos son los filósofos, científicos, místicos,… que contribuyen con su pensamiento y obra a la comprensión y realización del nuevo paradigma, que surge como un canto recuperado de la humanidad y sus viejas tradiciones ancestrales, que reinventan la conexión con lo primordial y resignifican los instintos para que nos guíen (ahora sí) junto con la conciencia despierta, hacia la construcción dialógica, solidaria, ecológica, social, y profundamente transcultural, transdisciplinaria e integrada, de la comprensión de la vida.

Al planteamiento cartesiano «Je pense, doncs je suis», traducido seria «Pienso, entonces soy», hoy podemos complementar diciendo: «Siento, entonces soy vida». La conexión con la vida converge hacia una comprensión que, según Edgar Morin «nos instruye a asumir la misión antropológica del mileno: 

  • trabajar para la humanización de la humanidad;
  • efectuar un doble pilotaje del planeta: obedecer a la vida, guiar la vida;
  • alcanzar la unidad planetaria en la diversidad;
  • respetar al otro, al mismo tiempo, la diferencia y la identidad cuanto a sí mismo;
  • desarrollar la ética de la solidaridad;
  • desarrollar la ética de la comprensión;
  • enseñar la ética el genero humano». (Morin 2000)

Pienso que una de las claves indispensables para la construcción comunitaria de este «nuevo paradigma» es redimensionar el papel de la Educación. Para mi, la maestría de Paulo Freire en su propuesta Pedagógica Evolucionaria Dialógica, marca la transición de la etapa experimental que sólo permitía ver una cara u otra de la realidad. Ahora sabemos que la realidad es un sistema complejo de actuaciones interconectadas entre sí que se organizan y estructuran de tal forma que siempre están en movimiento por la propia evolución del conjunto.

La Biología Molecular, la nueva Física, la Teoría General de Sistemas, la Informática, la Psicologia Transpersonal, la Ecología Profunda, en interacción todas ellas, han contribuido para la comprensión de la importancia de las relaciones micro-macrocósmica en la construcción del ser y su entorno. La realidad se redimensiona en un proceso complejo de creación y autocreación (autopoiesis) que integra  la conciencia como elemento organizador y estructural en un constante flujo de acción y evolución.

Ahora el reto para mí, se encuentra en la resignificación de la Educación. Los enfoques educativos que potencian la comprensión cognitiva y efectiva ligada a las emociones, tal y como propone Goleman, son tratados por Toro desde una perspectiva biocéntrica donde el aprendizaje se enraíza en los instintos y culmina en el vínculo como impulsor de las estructuras cognitivas. «La biología celular revela también la existencia de verdaderas comunidades celulares que integran acciones bioquímicas de cooperación celular. Cuando los organismos vivos lo requieren, las células son capaces de alterar su comportamiento bioquímico en beneficio de la comunidad celular. Principios de afinidad y rechazo se integran en beneficio de la unidad biológica» (Toro 2002, Afectividad).

La dimensión social en el proceso de organización y estructuración de la existencia del hombre propuesta por Henri Wallon, es complementada por el estudio de Antonio Damasio sobre la neurobiologia de la emoción y los sentimientos que apuntan hacia la percepción del ser humano como la integración de todas las formas de inteligencia, convergiendo en un punto de partida, que Toro llama Inteligencia Afectiva o principio psicogenésico de la afectividad.

Son muchos los pensadores que aportan sus hipótesis sobre la comprensión del desarrollo intelectual del ser humano afirmando que todo conocimiento es construido socialmente, teniendo como base las relaciones humanas. La propuesta del pensamiento biocéntrico es cultivar las energías organizadoras y conservadoras de la vida, y nuestra labor como educadores es reeducar afectivamente a través del vínculo.

Cesar Wagner afirma que la Educación Biocéntrica es una propuesta pedagógica donde el principal instrumento de aprendizaje es la persona, incorporando dimensiones éticas y dialógicas ya que considera al educando como un ser entero «que piensa, que habla, siente y reacciona en comunicación con los otros, no apenas en una relación interpersonal y sí en inter-conectividad, o sea, relaciones conectivas en una forma de regulación y autoregularización.» (Cavalcante, 2004).